Instituto de Investigación de Recursos Biológicos
Alexander von Humboldt

Investigación en biodiversidad y servicios ecosistémicos para la toma de decisiones

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¿Paz y biodiversidad?: preguntas, oportunidades y retos

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En esta imagen podemos apreciar la ciénaga de Zapatosa, ubicada en el departamento del Cesar. Fotografía: Felipe Villegas, Oficina de Comunicaciones (Instituto Humboldt)

 

 

 

 

 

Es evidente que con la eventual firma de los acuerdos para poner fin al conflicto armado entre el Gobierno nacional y la guerrilla de las FARC-EP (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), cambiarán de manera importante el contexto y las condiciones de manejo de una gran extensión del territorio nacional y de la biodiversidad que allí está presente.

La implementación de los llamados “acuerdos de paz” puede traer consigo oportunidades para la protección de nuestro patrimonio natural afectado por varias décadas de violencia armada, pero también plantea amenazas a la biodiversidad y podría implicar nuevas dinámicas de transformación de los ecosistemas del país en las zonas de influencia. Entonces, claramente se requiere atender esta paradoja aportando mejor información y promoviendo la construcción de mejor conocimiento para orientar las decisiones del gobierno y de las sociedades inmersas en el proceso de consolidación de la paz.

Llevar a la práctica los acuerdos requiere, entre otras cosas, garantizar la seguridad para los desmovilizados, reparar a las víctimas del conflicto, construir economías regionales y poner en práctica intervenciones y cambios en zonas geográficas históricamente afectadas por la confrontación armada, con consecuencias aún desconocidas sobre la base natural y las dinámicas socioecológicas locales y regionales.

Debe señalarse, que el deseo legítimo de los protagonistas de las negociaciones de La Habana y de la sociedad en encontrar mecanismos que pongan fin al conflicto armado y den inicio a transformaciones políticas, económicas y sociales que hagan posible una “paz estable y duradera”, parecen confundirse con un excesivo optimismo y confianza desmedida en la existencia de soluciones técnicas. Se suele suponer que los especialistas tienen respuestas de manejo y producción, organización institucional y ordenamiento político disponibles y que pueden ser implementadas de forma exitosa si tan solo se cuenta con la voluntad política y los recursos financieros adecuados.

Lo cierto es que la manera de ordenar (o re-ordenar) las dinámicas de ocupación y el uso productivo de los territorios que han sido escenario de confrontaciones armadas, así como reestructurar y fortalecer la institucionalidad local y regional, paralelo al fortalecimiento del “Estado Social de Derecho” para avanzar así en la construcción de un marco de reconciliación y paz, es un asunto complejo que está lejos de recetas pre-existentes. En este proceso, como en muchos otros asuntos, la incertidumbre y la dificultad de contar con estrategias probadas o consensos sociales sobre las mejores rutas de acción, son evidentes.

Parecería que en las últimas décadas hemos prestado mucha atención a construir respuestas y formas de adaptación social ante la situación de conflicto armado, pero no hemos desarrollado la imaginación y la capacidad de innovación para enfrentar un futuro en un escenario que no esté marcado por la confrontación violenta entre opositores y defensores del modelo socioeconómico y político imperante.

Se abre ante nosotros el reto de repensar las rutas para garantizar el bienestar social y formas sostenibles de relacionamiento con nuestro complejo medio natural. Re-descubrir y re-valorar lo que ya sabemos o lo que hemos aprendido para proteger nuestro patrimonio natural y la vida en todas sus formas parece fundamental en esta nueva etapa.

Y es que consolidar la paz en nuestro país es sin duda una oportunidad para reconfigurar nuestra forma de relacionamiento con la complejidad y riqueza de nuestro territorio. La búsqueda de esta “reconexión” con lo que es nuestra verdadera identidad geográfica y cultural, implica un enorme desafío a la imaginación y a nuestra capacidad de construir respuestas políticas y técnicas adecuadas. El propósito es aún más difícil si consideramos las condiciones del cambio global cada día más evidentes y los escenarios de incertidumbre que se derivan de estos cambios, para los que las aproximaciones convencionales y la ciencia académica parecen tener valiosas pero limitadas respuestas.

Destacado:

Navegando hacia la paz en un contexto de incertidumbre

Avanzar en la construcción de la paz requiere, además de una clara voluntad política, avanzar en la puesta en marcha de soluciones técnicas, productivas e institucionales que no son fáciles de precisar en un escenario de cambio acelerado derivado de transformaciones en la economía global, de trayectorias de pérdida de biodiversidad y la alteración del clima a escala planetaria como consecuencia de la actividad humana.

Nuevas estrategias de gestión del conocimiento que contemplen los avances de la ciencia académica y los aportes de otros sistemas de conocimiento (tradicional, indígena o local) son necesarios para promover comunidades de práctica y aprendizaje capaces de orientar los cambios, hacer frente a situaciones inesperadas, disminuir vulnerabilidad e incrementar la resiliencia socioecológica de nuestros territorios y comunidades.

Análisis desarrollado por el investigador Carlos Tapia, con revisión de Ana María Hernández (Jefe de la Oficina de Asuntos Internacionales, Política y Cooperación)
Instituto Humboldt-