Instituto de Investigación de Recursos Biológicos
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Nota de actualidad | Por: Instituto Humboldt

Detrás de Bioexpo hay historias de sabores




Foto: Archivo Instituto Humboldt


Se presentó Bioexpo 2019, la principal feria de negocios verdes y sostenibles de Colombia, cuya octava versión se realizará en Cali (Valle del Cauca), bajo el liderazgo de la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC), el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, la Gobernación del Valle del Cauca, la Unión Europea, Corpochivor, Corantioquia, la Corporación Autónoma Regional del Quindío (CRQ) y el Instituto Humboldt.

Durante cuatro días, el Centro de Eventos Valle del Pacífico (Yumbo) reunirá a más de 300 expositores de micros, medianas y grandes empresas, a cerca de 50 mil personas entre visitantes e invitados nacionales y extranjeros, y a autoridades ambientales de cada rincón del país.

En una entrevista previa con la CVC, su director general -Rubén Materón-, se refirió a Bioexpo como un espacio vital y necesario para conocer los esfuerzos de la empresa privada y las autoridades ambientales en cuanto al fortalecimiento de las cadenas productivas, la generación de alianzas para certificación de productores, y el aumento y comercialización de la oferta de bienes y servicios.

Conozca la agenda académica de Bioexpo 2019

Desde el proyecto Páramos: Biodiversidad y Recursos Hídricos de los Andes del Norte, desarrollado por el Instituto Humboldt y financiado por la Unión Europea, varias iniciativas estarán presentes en Bioexpo. Se trata de productos orgánicos pulverizados, como la cebolla junca y la maca; miel, polen, propóleos, agráz en fresco y mermeladas; chips de papas nativas y tubérculos andinos; también, viverismo y turismo de alta montaña, y el sabor y aroma del café cultivado en las cumbres palmiranas.

Al respecto, hablamos con Judy Briceño, representante de la marca Tesoros Nativos S.A.S, empresa familiar dedicada al rescate y custodia de semillas de 30 especies de papas autóctonas para transformarlas y comercializarlas en comestibles bajo el sello Puras Andinas. La propuesta innovadora en investigación y salvamento de productos ancestrales ha merecido el reconocimiento en programas como SENA EMPRENDE RURAL, destacando el sostenimiento que brinda a más de 30 familias campesinas de la alta montaña y que involucra, en especial, a jóvenes y mujeres.

La historia se remonta a 2008, cuando familias campesinas boyacenses, de los municipios de Ventaquemada y Turmequé, emprendieron la titánica labor de rescatar lo que ellos llaman “las papas perdidas”, a partir del proyecto Innovación Tecnológica de Tubérculos Andinos, reuniendo 45 variedades nativas con nombres ancestrales, de las cerca de 700 caracterizadas en el territorio nacional.


Foto: Judy Briceño/ Instituto Humboldt


Acerca de la evolución de una idea original de don Pedro Briceño – “el guardián de las papas nativas” como se le conoce-, su hija Judy comenta que hoy la marca tiene presencia en restaurantes gourmet capitalinos: “Ha sido una experiencia gratificante, pues logramos diversificar la oferta con snacks de colores (en paquete) y abrir mercado en Medellín, Boyacá. Esperamos hacerlo en Cali. Además, hemos dotado de sentido de pertenencia al país en torno a las papas de colores que estaban en vía de extinción y de cuyas semillas ahora somos custodios: Cada familia cuida una variedad, por eso decimos que detrás de cada papa hay una historia”.

Al comienzo no fue fácil visibilizar, distribuir y comercializar un producto con 10 mil años de antigüedad, que perdió variedad en la carrera por una producción alimenticia a gran escala, el uso de agroquímicos y la modificación genética de semillas, y que además competía con una muy posicionada y consumida papa blanca, preferida por sus ventajas en rendimiento, cantidades por cosecha y resistencia.

Pero el peso de la historia y el contexto actual que grita una reconversión de los sistemas productivos por cuenta del cambio climático global, apoyo al campo e incentivos que desmotiven la migración de jóvenes a las ciudades, terminó por fortalecer al David de los tubérculos coloridos en su pugna con el gigante Goliat, el de las papas blancas.

Gracias a la gestión de Corpochivor, ante el Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, Tesoros Nativos posicionó sus tubérculos coloridos como un producto resistente a las plagas, con antioxidantes presentes en sus pigmentos naturales (los punticos morados que pueden verse al abrirla), de bajo costo, buenas prácticas productivas, que recibe abono orgánico en un 80% durante el proceso de cultivo, y que dispone de un sello ambiental nacional de calidad que le permitirá competir en los mercados nacionales e internacionales, consolidando así la producción de bienes ambientalmente sostenibles e incrementando la oferta de servicios ecológicos del país.

Once años después, Judy siente orgullo y satisfacción, pero las tareas no terminan. Por ello, los esfuerzos actuales se vuelcan en garantizar relevos generacionales que tomen el liderazgo en sus comunidades, multipliquen los conocimientos ancestrales, continúen con la labor investigativa, custodia de semillas e innovación en el uso responsable de la biodiversidad para conservar el prestigio nacional como uno de los pioneros en negocios verdes, y garantizar sustento y calidad de vida a las familias campesinas.

Sobre esto, y en un reciente artículo titulado Los Centennials y Millennials Rurales -publicado en el blog de la Corporación PBA-, Judy quien también es comunicadora rural, menciona que “los jóvenes rurales, hijos de aquellos campesinos que comenzaron la travesía del proyecto, son ahora los protagonistas de la investigación de papa nativa en Colombia”.

Otro caso de éxito, que no hace parte del proyecto entre el Humboldt y la Unión Europea -pero estará presente en Bioexpo 2019-, es el de Apiarios de la Sabana, empresa apícola de los Montes de María (subregión caribe colombiana, entre los departamentos de Sucre y Bolívar) con procesos productivos sostenibles para la extracción, envase y comercialización de miel de abejas, asimismo otros productos en menor escala como cera, polen, pies de cría y mermeladas de frutas naturales.

Ketty Cáceres y su esposo están al frente de este “emprendimiento verde”. Ella manifiesta haber “encontrado apoyo y respaldo institucional, al punto de que hoy hemos cambiado y mejorado los procesos de producción, estamos validados y certificados, y somos más visibles”. En Bioexpo, cuenta esta sucreña, se reunirán con empresarios españoles y estadounidenses.


Foto: Ketty Cáceres/Instituto Humboldt


Actividades alternativas, lideradas por Apiarios de la Sabana, consisten en la recuperación de plantas conocidas como “matarratón” y campano, a través de siembra, y el acompañamiento a cultivos de ajonjolí y otros. Para diversificar la marca, y en asocio con mujeres de los Montes de María, se prepara la producción de miel con mezclas de ají y limón, además de infusiones.

Bioexpo abrirá la conversación para conocer e intercambiar experiencias en torno a la bioeconomía -una de las categorías de negocios verdes-, destacar la oferta de productos y servicios desarrollados con uso sostenible de la biodiversidad, posicionar el potencial de la región vallecaucana en la materia, y acentuar espacios alrededor de economías circulares, naranjas y forestales.

Más información en bioexpo.com.co