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Biodiversidad en las urbes: ¿cómo están las ciudades en Colombia?

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Bogotá D.C., enero 16 de 2024

Biodiversidad en las urbes: ¿cómo están las ciudades en Colombia?

Por: Prensa Instituto Humboldt

Comunicado de prensa



Yopal, Montería, Villavicencio, Pereira, Pasto y Bucaramanga fueron las ciudades elegidas para participar en un estudio sobre ciudades resilientes y biodiversas. Aunque se registran avances, las ciudades aún enfrentan retos como son las islas de calor, la rápida urbanización y la baja cobertura arbórea; entre otros. Estos son algunos de los hallazgos.

  • En el 2022, se adelantó una convocatoria para formar parte de un estudio sobre el estado de la biodiversidad en las urbes y su relación con la acción climática.
  • Yopal, Montería, Villavicencio, Pereira, Pasto y Bucaramanga fueron las ciudades seleccionadas para conocer el estado de sus ecosistemas urbanos.


Bogotá, enero 16 de 2024. Los retos que enfrentan las ciudades de América Latina y el Caribe no son pocos, al ser una de las regiones más urbanizadas del mundo. Según datos del Banco Interamericano de Desarrollo, se estima que ocho de cada 10 de sus habitantes viven en zonas urbanas, lo que ha ejercido una enorme presión sobre los recursos naturales y la salud de los ecosistemas.

Estas presiones exponen a las ciudades a múltiples riesgos como: deslizamientos, sequías, temperaturas altas, inundaciones, tormentas e incendios forestales. Por tanto, se deben hallar alternativas para equilibrar el crecimiento urbano a la vez que se controla el impacto sobre el medio ambiente.

Al respecto, las Soluciones basadas en la Naturaleza -SbN- se han convertido en una importante medida de mitigación, adaptación y conservación, ya que la naturaleza misma ofrece soluciones, al aportar productos para el consumo básico, reducir el impacto, magnitud y frecuencia de los riesgos de desastres naturales y brindar una mayor capacidad de enfriamiento en las ciudades por medio de las coberturas vegetales; entre otras.

Una radiografía de las ciudades colombianas Con el objetivo de identificar cuáles ciudades en Colombia han presentado avances en estrategias de SbN; en el 2022 se adelantó una convocatoria para formar parte de una investigación sobre el estado de la biodiversidad en las urbes y su relación con la acción climática.

Yopal, Montería, Villavicencio, Pereira, Pasto y Bucaramanga, fueron las ciudades seleccionadas para conocer el estado de sus ecosistemas urbanos (ver videos de las ciudades). Este estudio, que hace parte del primer año del proyecto “NaBa: Ciudades Resilientes basadas en la Naturaleza”, fue implementado por ICLEI Colombia y el Instituto Humboldt y financiado por el fondo UK-PACT del Reino Unido para acelerar las transiciones climáticas.

“Se hicieron mapeos para identificar las contribuciones de la naturaleza a las personas y conocer la resiliencia del territorio, con el fin de establecer áreas estratégicas que deban considerarse en la planificación y la gestión urbana. Luego, se entregaron recomendaciones para que los tomadores de decisiones avancen en la implementación y promoción de SbN frente a la crisis climática”, explica Diana Marcela Ruíz, investigadora del Centro de Soluciones Basadas en la Naturaleza del Instituto Humboldt.

El balance muestra que, si bien, algunas de las ciudades de Colombia han avanzado en estrategias de conservación de la biodiversidad y adaptación frente al cambio climático; también se evidencia que el crecimiento urbano acelerado está poniendo en riesgo varios de los ecosistemas clave en dichas ciudades.

Al respecto, Alejandro González, director de ICLEI Colombia, señala el desafío que enfrentan las ciudades en cuanto a la generación de una articulación efectiva con sus áreas urbanas circundantes. “Esta colaboración busca fortalecer los instrumentos de planificación de los municipios adyacentes para priorizar el agua como eje central en su ordenamiento territorial. Se pretende visibilizar las relaciones de interdependencia entre los territorios y promover la necesidad de avanzar de manera conjunta en la conservación de las fuentes hídricas, proteger los ecosistemas estratégicos y la implementación de SbN. Esto se traduce en una mejor adaptación al cambio climático para todas las regiones involucradas”.

¿Cómo les fue a las ciudades?

En Bucaramanga, se evidenció que las zonas con mayores contribuciones en términos de almacenamiento de carbono, capacidad de enfriamiento, calidad de hábitat y regulación de amenazas, son las áreas protegidas de orden regional, como los Distritos Regionales de Manejo Integrado (DRMI), que incluyen los escarpes occidentales y los cerros orientales. Las comunas que cuentan con una mayor presencia de áreas verdes tienen una mejor capacidad para mitigar las islas de calor y retener agua.

No obstante y, pese a estos avances, los resultados señalan que el área urbana de Bucaramanga presenta zonas con bajas contribuciones de la naturaleza a las personas y también existen ecosistemas, como los cerros orientales, que experimentan fuertes presiones debido a asentamientos informales y prácticas agrícolas y ganaderas inadecuadas. Estas amenazas contribuyen al deterioro progresivo del ecosistema. (Aquí puede conocer los resultados completos).

En Montería, el río Sinú y el bosque ripario son dos importantes referentes, en los que pueden presentarse, de manera positiva, diferencias de hasta siete grados menos de temperatura en comparación con la zona urbana circundante. El río es, además, el ecosistema más representativo para todas las contribuciones, cumpliendo un papel fundamental en el equilibrio ecológico del territorio, el sustento básico, la regulación y prevención de desastres, el mantenimiento de hábitats y las experiencias físicas.

foto aérea río sinú
El río Sinú, en Montería, cumple un papel fundamental en el equilibrio ecológico del territorio. / Foto: Jhon Nel Rodríguez


No obstante, el resto de la ciudad presenta niveles reducidos de cobertura vegetal arbórea, lo que genera una disminución en las contribuciones de la naturaleza a las personas. También se muestra un aumento en la degradación de sus ecosistemas más relevantes, como los humedales ubicados en la zona urbana y periurbana (humedal Berlín y Furatena, respectivamente) y de la Ciénaga de Betancí, que se encuentran fuertemente intervenidos por la expansión urbana y la ocupación irregular o amenazados por la expansión de la frontera agropecuaria. (Aquí puede conocer los resultados completos).

En lo que respecta a Villavicencio, se evidencia que la estructura ecológica principal está compuesta por los ecosistemas de montaña, como el piedemonte de la cordillera oriental, los bosques de galería de los principales ríos del municipio, así como las Reservas Forestales Protectoras Nacionales y la densa red de humedales ubicados a las afueras o el interior del perímetro urbano. El sistema hídrico de Villavicencio también desempeña un papel fundamental como hábitat vital para el municipio.

Aunque el análisis revela grandes variaciones en la cantidad de agua captada entre años promedio y años secos, en general, el municipio presenta buenos niveles en el suministro hídrico. Esto puede significar una baja vulnerabilidad ante eventos de cambio climático, pero también resalta la importancia de los ecosistemas de montaña para garantizar este recurso. (Aquí puede conocer los resultados completos).

En Pereira, las zonas con mayores contribuciones al almacenamiento de carbono, capacidad de enfriamiento, calidad de hábitat y regulación de amenazas, se encuentran en la parte alta de la cuenca y coinciden con áreas protegidas. Estas áreas albergan ecosistemas de páramo o bosque andino y, en general, se encuentran en buen estado de conservación.

Las zonas ubicadas en la parte media de la cuenca también están bien conservadas, pero la cuenca baja presenta un mayor grado de deterioro y, por lo tanto, menores contribuciones. Esta situación se debe a la presencia de actividades agropecuarias y explotación de recursos naturales. En general, el área urbana presenta zonas con bajas contribuciones de la naturaleza a las personas, especialmente en las comunas altamente urbanizadas y con escasa vegetación, lo que genera un fuerte efecto de isla de calor y niveles reducidos de retención de agua. (Aquí puede conocer los resultados completos).

En Pasto, los ecosistemas que aportan mayores contribuciones en el almacenamiento de carbono, capacidad de enfriamiento, calidad de hábitat y regulación de amenazas, son el bosque andino, el páramo, la laguna de la Cocha, el volcán Galeras y las zonas de bosque cercanas a los cuerpos de agua o presentes en áreas periurbanas.

Aunque la laguna de la Cocha presenta altos niveles de contribución a las personas, las zonas circundantes muestran bajos aportes en retención de carbono y calidad de hábitat. Esto se debe a que están amenazadas por actividades agrícolas, ganaderas y turismo no regulado. Estas actividades atentan contra el potencial ecoturístico de la zona.

Las zonas con menores aportes en almacenamiento de carbono, calidad del hábitat y mitigación del calor se encuentran, principalmente, en el área urbana y sus alrededores. Esto se debe a la baja cobertura vegetal de la ciudad, donde los pocos espacios verdes se concentran en los bordes de la trama urbana. (Aquí puede conocer los resultados completos).

panorámico de ciudad y volcán galeras
El Volcán Galeras, en Pasto, es uno de los ecosistemas que más aporta en contribuciones de la naturaleza a las personas / Foto: Franklin Ruíz


En el caso de Yopal, el río Cravo Sur se destaca como el ecosistema más representativo y se considera que su alto valor natural es fundamental para el sustento básico de los habitantes de la ciudad al proporcionar diversos bienes y servicios. Las zonas con mayores contribuciones en el almacenamiento de carbono, capacidad de enfriamiento, calidad de hábitat y regulación de amenazas, son los bosques andinos y subandinos del piedemonte, las sabanas inundables, los bosques de galería, los parques naturales y los humedales.

Sin embargo, el modelo de provisión hídrica de la ciudad muestra cambios significativos entre un año normal y uno seco, con una reducción en la captación de agua por parte de las bocatomas, pasando de más de 3000 mm anuales a menos de la mitad durante las temporadas secas. Esto indica cierta sensibilidad del municipio a los efectos del cambio climático, especialmente en períodos prolongados de sequía.

El casco urbano sufre un déficit de cobertura vegetal y arbórea, lo que resulta en bajas contribuciones en términos de capacidad de enfriamiento, almacenamiento de carbono, retención hídrica y calidad del hábitat. Esto está relacionado con la escasa vegetación y falta de espacios verdes en la ciudad, así como con la impermeabilización del suelo debido a la urbanización. (Aquí puede conocer los resultados completos ).

Para mayor información

ICLEI:
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Instituto Humboldt:
Oficina de prensa
Paola Martínez
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Espacios públicos verdes urbanos en el Valle de Aburrá: un reto de conservación

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Bogotá D.C., junio 21 de 2023

Espacios públicos verdes urbanos en el Valle de Aburrá: un reto de conservación


Por: Prensa Humboldt



El Área Metropolitana del Valle de Aburrá (AMVA) y el Instituto Alexander von Humboldt dan a conocer los principales hallazgos de la actualización del “Plan Maestro de Espacios Públicos Verdes Urbanos”; además de las perspectivas de gestión en la región al año 2032.

evento


  • “Aspiramos que el Plan Maestro se convierta en política pública para establecer las obligaciones de cada territorio y así construir un futuro sostenible”, Juan David Palacio Cardona, Director del AMVA.
  • El indicador per cápita de espacio público verde para la región pasó de 5,9 m2/hab en 2006 a 4,8 m2/hab en 2022. Esto significa que hubo una disminución de dichos espacios, lo cual puede estar relacionado con las fuertes dinámicas poblacionales (y migratorias), aunadas al crecimiento exponencial de la urbanización.


Bogotá, julio 27 de 2023. “Hoy, más del 75% de la población colombiana vive en las ciudades, territorios que son altamente biodiversos y que requieren una mirada estratégica, una planificación y un ordenamiento para poder mantener sus áreas verdes; las cuales ofrecen beneficios para mejorar la adaptación al cambio climático y conservar espacios tan estratégicos como los humedales que nos ayudan a tener mejor respuesta frente a los eventos de lluvia o sequía"; dice Hernando García Martínez, Director general del Instituto Humboldt.

Este es, precisamente, uno de los objetivos y compromisos que asumió, desde hace años, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá (AMVA); es decir, establecer planes de manejo para que los municipios y la ciudad de Medellín sigan conservando sus espacios públicos verdes, fundamentales para la salud ecosistémica.

Bajo este contexto, en el año 2006, el AMVA, en cumplimiento de sus funciones como autoridad ambiental urbana, construyó el primer Plan Maestro de Espacios Públicos Verdes Urbanos (PMEPVU). Este Plan, que se destacó por su gran fortaleza técnica, ha servido de base para salvaguardar estos espacios verdes urbanos, entendiéndolos como elementos estructurantes de los territorios y de altísima importancia en la gestión de los riesgos naturales, así como fundamentales para la resiliencia climática.

Años más tarde, se decidió actualizar dicho Plan Maestro y, para ello, se estableció una alianza estratégica con el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, entidad que se ha planteado para el 2030 fortalecer el trabajo con autoridades ambientales, sectores productivos, gremios y empresas, con el objetivo de generar experiencias innovadoras en la gestión de la biodiversidad.

Es así como, ambas entidades, suscribieron un convenio el 14 de diciembre de 2021 para aunar esfuerzos técnicos y administrativos para la actualización del Plan Maestro de Espacios Públicos Verdes Urbanos del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, con un horizonte a corto (2024), mediano (2028) y largo plazo (2032).

Para dar a conocer los avances de la investigación, representantes de ambas entidades; así como funcionarios de administraciones municipales, académicos, colectivos ambientales y ciudadanos; se reunieron el 26 de julio en la ciudad de Medellín, en un evento social en el que se analizaron los avances y pérdidas que se han registrado desde el 2006.

Retos para conservar los espacios verdes

Durante este tiempo de trabajo en la región, se logró desarrollar un importante proceso de construcción colectiva entre el Instituto Humboldt, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá y los diferentes actores del territorio; además de un exhaustivo proceso de revisión y análisis de información que permitió identificar las pérdidas, ganancias, potencialidades y los retos frente a los espacios verdes urbanos. Hoy se dan a conocer algunos de los hallazgos más importantes:

  • El indicador per cápita de espacio público verde para la región pasó de 5,9 m2/hab en 2006 a 4,8 m2/hab en 2022, esto quiere decir que hubo una disminución de más de una unidad porcentual en el indicador; lo cual puede estar relacionado con las fuertes dinámicas poblaciones (y migratorias) que ha experimentado la región en los últimos años, aunadas al crecimiento exponencial de la urbanización, que no ha estado a la par de la generación de suelo verde.
  • Estos elementos llevan a proyectar un indicador per cápita de espacios públicos verdes urbanos a 2032 de 4,1 m2 /hab, el cual podrá ser menor en la medida que no se realice una gestión adecuada de los espacios verdes que aún persisten y que no se desarrollen estrategias para generar suelo verde urbano y periurbano.
  • Esta realidad regional se replica en casi todos los municipios del Valle de Aburrá, donde la pérdida de espacios verdes es sostenida y con casos tan importantes como el de Sabaneta, donde se pasó de un indicador de espacio público verde per cápita de 12,06 m2/hab en 2006 a 4,99 m2/hab en 2022, perdiendo más de 7 puntos porcentuales es este período.
  • Con respecto al indicador de espacios verdes urbanos que incluye los espacios privados, se muestra otra perspectiva. Para el Valle de Aburrá, si se contaran los espacios verdes privados, el indicador ascendería a los 16,7 m2/hab, ubicando a la región por encima de muchas ciudades latinoamericanas y por encima de las principales ciudades colombianas. Pero, si no se gestionan adecuadamente estos espacios privados, para el 2032, este indicador unificado podría caer más de 2 puntos porcentuales, hasta llegar a 14,1 m2/hab.
  • En línea del impacto que tienen los espacios verdes privados en todo el sistema de espacios verdes de la región metropolitana, se identificó que el área y la cantidad de estos espacios es mucho más robusta que los espacios públicos. En este sentido, se evidenció que, del total de espacios verdes en la región, sólo el 24% corresponde a espacios verdes públicos.
  • Cada municipio muestra un comportamiento diferente. En el siguiente gráfico se puede observar el comportamiento del indicador de espacios públicos verdes per cápita en cada uno de los municipios del Valle de Aburrá:
  • También se logró establecer que, entre el año 2007 y el 2022, se sembraron más de 153 mil árboles y que el número de especies arbóreas que existen en los espacios verdes urbanos del Valle de Aburrá prácticamente se duplicaron entre 2006 y 2022, pasando de 407 a 767 especies en 2022. Medellín sobresale como el municipio con mayor número de siembras en los diferentes períodos de tiempo.
  • Las especies más sembradas en estos años fueron: el Guayacán amarillo, el Níspero del Japón, el Guayacán rosado, el Ébano, el Casco de vaca y el Carbonero.
  • Otro hallazgo importante en el diagnóstico de la flora urbana tiene que ver con la cantidad de especies nativas e introducidas que existe en los espacios verdes urbanos. En este sentido, las especies introducidas disminuyeron su proporción entre el 2006 y el 2022, dando paso a una predominancia de especies nativas.


Retos y realidades

Una vez se logró consolidar el diagnóstico integral de los espacios verdes y la flora urbana, se identificaron los principales retos a los que se enfrentan los municipios del Valle de Aburrá y la ciudad. De cara al futuro, es vital propender por: optimizar la planificación del verde urbano, ejercer un mejor control urbanístico; controlar el deterioro y la ocupación indebida de los espacios verdes urbanos y lograr que la comunidad se apropie de estos lugares.

También está, dentro de las metas, conseguir que los espacios verdes no se pierdan debido a los procesos de urbanización, mejorar la equidad en la distribución del verde en las ciudades; fomentar el conocimiento de los servicios que prestan estos espacios en la ciudad y aplicar mejores instrumentos económicos y de gestión que permitan mejorar los espacios en términos de cantidad y calidad.

Para que haya éxito en la gestión de estos espacios verdes urbanos urge que este Plan Maestro sea conocido y apropiado por los diferentes actores de la región y que puedan convertirse en replicadores del mismo, para garantizar su apropiación, implementación y la sostenibilidad de las acciones en el tiempo; un compromiso que se mantiene sostenidamente desde el AMVA y el Instituto Humboldt.
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‘El camino hacia las BiodiverCiudades’, un encuentro regional sobre la gestión urbana de la naturaleza

Boletín de prensa | Por: Prensa Humboldt | 25/11/2022

‘El camino hacia las BiodiverCiudades’, un encuentro regional sobre la gestión urbana de la naturaleza





  • •   Representantes de más de 30 ciudades de América Latina y El Caribe se reunirán para dar cierre a la agenda de eventos 2022 sobre BiodiverCiudades, liderada por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF). El Instituto Humboldt es aliado de esta iniciativa.
  • •   Para esta alianza, la protección y la recuperación de la biodiversidad en las ciudades es una de las estrategias fundamentales para enfrentar el cambio climático y promover el desarrollo sostenible en América Latina.


Bogotá, 25 de noviembre de 2022

El próximo lunes 28 de noviembre de 2022, autoridades, académicos, representantes del sector privado y organizaciones de la sociedad civil de más de 30 ciudades de América Latina y el Caribe se encontrarán en el evento ‘El camino hacia las BiodiverCiudades’, en la ciudad de Ushuaia (Argentina). El propósito de este espacio organizado por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) será socializar las experiencias e identificar las oportunidades de colaboración en la creación de BiodiverCiudades en la región, teniendo en cuenta que la protección y recuperación de la biodiversidad urbana es uno de los intereses del CAF, en su propósito de convertirse en el banco verde de América Latina.

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El Instituto Humboldt, aliado estratégico de esta organización, participará en la apertura del encuentro con la intervención de Diego Ochoa, Subdirector de Proyectos Especiales del Instituto. A lo largo de la jornada, se realizarán conversatorios sobre temas como liderazgos sociales, protección de la biodiversidad y trabajo con los jóvenes, en el marco de la promoción y gestión de modelos de desarrollo urbano sostenible.

Según María Angélica Mejía, líder de la iniciativa BiodiverCiudades al 2030 en el Instituto Humbdolt, la alianza con CAF es muy importante porque “nos permite trabajar directamente con ciudades latinoamericanas, todas con desafíos y oportunidades muy parecidas en términos de biodiversidad, adaptación climática y justicia social. Así mismo, nos consolida como socios de conocimiento de la iniciativa de BiodiverCiudades, esta vez en América Latina. Esto nos permitirá desplegar nuestras fortalezas como, por ejemplo, el diseño de metodologías e intervenciones en temas como planificación urbano-regional, bioeconomía, ciencia ciudadana, diseño de SbN con lineamientos de biodiversidad para una mejor adaptación climática, entre otros”.

barranquilla
Según la Organización Metereológica Mundial (2022), América Latina y el Caribe es una de las regiones del mundo más afectadas por el Cambio Climático. Foto: María Alejandra Navarrete.


Dentro de la agenda del evento, se dedicará un conversatorio al aniversario del lanzamiento de la iniciativa Red de BiodiverCiudades de CAF (en cuyo marco se realiza esta alianza), el cual se llevó a cabo en diciembre de 2021, en Barranquilla, Colombia. El espacio, llamado “A un año de Barranquilla: reafirmando el compromiso de articular el trabajo en red en toda la región”, contará con la participación de Jaime Pumarejo Heins, alcalde de esta ciudad.

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Sobre lo anterior, Mejía explica que: “Con la nueva Red de BiodiverCiudades de América Latina y el Caribe podemos llevar a la realidad los lineamientos de BiodiverCiudades a un grupo de ciudades piloto en la región interesadas en agregar valor a sus proyectos de infraestructura desde la biodiversidad y demostrar los cobeneficios para agendas como movilidad activa, hábitat, gestión integral del agua, salud humana, turismo, desarrollo económico, etc.”.

Finalmente, este evento contará con un espacio de reflexiones a cargo de Sergio Díaz-Granados, Presidente Ejecutivo de CAF; Walter Vuoto, Intendente de la ciudad de Ushuaia; y Juan Cabandié, Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Argentina. De esta manera, el encuentro regional ‘El camino hacia las BiodiverCiudades’ dará cierre a la agenda 2022 sobre BiodiverCiudades liderada por CAF, con transmisión en vivo en página web de la organización.

Consulte la agenda del encuentro.

Explore el media kit.
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Expedición Barranquilla: saberes locales, biodiversidad urbana y bioeconomía

Prensa Instituto Humboldt | Bogotá D.C., 28 de octubre de 2022

Expedición Barranquilla: saberes locales, biodiversidad urbana y bioeconomía



Conoce más sobre el proyecto del Instituto Humboldt y el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación que explora la biodiversidad en la capital del Atlántico, para promover la apropiación de la naturaleza y apalancar la economía regional.

plaza de mercado Fotografía: Felipe Villegas
actividades de pesca Fotografía: Felipe Villegas


  • •   La “Expedición piloto a una BiodiverCiudad con enfoque en Bioeconomía” es una investigación multidisciplinar que se llevó a cabo dentro del programa BiodiverCiudades al 2030.
  • •   El MinCiencias y el Instituto Humboldt seleccionaron a Barranquilla para este piloto, al ser reconocida como una biodiverciudad icónica por albergar ecosistemas con gran interés biológico, como el bosque seco tropical, el manglar, las ciénagas, el río Magdalena y el mar Caribe.
  • •   Esta investigación ha sido un espacio de encuentro entre conocimientos científicos y locales sobre la biodiversidad y propone varias acciones de bioeconomía para la región.
  • •   Los días 27 y 28 de octubre, se realizarán tres eventos de socialización de los resultados, con diferentes actores sociales de Barranquilla.


Las expediciones, la bioeconomía y las biodiverciudades son tres agendas que se unen en el proyecto “Expedición piloto a una BiodiverCiudad con enfoque en Bioeconomía”, una investigación del Instituto Humboldt y el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación que busca generar conocimiento sobre la biodiversidad de Barranquilla, con el propósito de armonizar la relación de la ciudad con la naturaleza y ofrecer alternativas económicas sostenibles para los barranquilleros.

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Durante más de nueve meses, 12 investigadores identificaron especies de aves y de plantas útiles, así como los distintos saberes locales alrededor de estas especies. El trabajo incluyó el reconocimiento de la manera como las comunidades participan y lideran procesos de conocimiento de su biodiversidad. Así mismo, se generaron espacios para el fortalecimiento de capacidades en biodiversidad urbana y sus cadenas de valor asociadas; en la conservación y la ecología de las especies, y en las estrategias para mejorar las iniciativas económicas locales.

frutas en báscula
Esta investigación revela que, en los mercados de Barranquilla, se comercializan 145 especies de plantas con usos identificados en siete categorías. Los usos medicinal o veterinario y para el alimento humano acumulan el 78.8% del total de las especies registradas. Fotografía: Jeison Fandiño


Este 27 y 28 de octubre, las dos entidades socializarán los resultados con distintos actores sociales de Barranquilla. La agenda incluye un taller de prototipo gastronómico, en el cual se explorarán recetas hechas con especies de plantas de esta zona, elaboradas por cocineros y cocineras de la Red de Matronas de Barranquilla. En este evento participarán la Alcaldía de Barranquilla, la organización Puerta de Oro, académicos y empresarios locales que basan su producción en la biodiversidad. Igualmente, se realizará un encuentro con los pescadores de la Ciénaga de Mallorquín y con los vendedores de las plazas de mercado del centro de la ciudad, dos de los lugares más importantes para el desarrollo de esta investigación.

Según el investigador Germán Torres, coordinador del proyecto, “la bioeconomía es importante para cualquier ciudad porque permite asociar la biodiversidad local –la cual muchas veces es poco estudiada– con encadenamientos productivos para el beneficio de la población y de la conservación de las especies. Su importancia es poder darle valor a esa biodiversidad y generar beneficios para las comunidades locales. Nuestra expectativa más grande ha sido dejarle insumos a la ciudad en el conocimiento de la biodiversidad, así como la capacidad instalada en las comunidades, porque son estas últimas quienes la usan y la conservan, y es allí donde está el mayor impacto. Aprender de ellos, de sus problemáticas y su conocimiento fue muy significativo para plantear iniciativas de transformación”.

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Espera muy pronto, en las redes sociales del Instituto Humboldt y del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, la divulgación de los resultados.
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Así es como podemos transformar el planeta con BiodiverCiudades

Prensa Instituto Humboldt | Bogotá D.C., 18 de octubre de 2021

Así es como podemos transformar el planeta con BiodiverCiudades



foto aerea villavicencio
Foto: Villavicencio, Colombia - Felipe Villegas


  • •   BiodiverCiudades al 2030 lleva la biodiversidad al centro de la vida urbana. Esta visión se trata de transformar más que de optimizar. El libro BiodiverCiudades al 2030: transformando las ciudades con la biodiversidad muestra dieciocho acciones para iniciar, cultivar y navegar este cambio.
  • •   Más de 80 colaboradores de 44 ciudades aportaron soluciones desde la biodiversidad para transformar la planificación, la economía y la gobernanza en entornos urbanos, así como la mentalidad de sus habitantes.
  • •   Habitar ciudades no sería posible sin los ecosistemas que brindan múltiples beneficios como la infiltración de agua de lluvia, la regulación del clima local, la absorción de material particulado y la recreación, entre otros.
  • •   La dicotomía ciudad-naturaleza es un paradigma que ha fomentado la degradación ecológica. La “crisis gemela” de la pérdida de biodiversidad y el cambio climático, y por ende el declive del bienestar humano, insta a las ciudades a reinventarse como centros de biodiversidad y resiliencia.
  • •   Lea el libro en el siguiente enlace http://www.humboldt.org.co/biodivercitiesby2030/ . Actualmente, el Instituto está adelantando una segunda edición, en español.


El 19 de octubre, el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt lanza BiodiverCities by 2030: Transforming Cities with Biodiversity, la segunda publicación de BiodiverCiudades al 2030, una iniciativa impulsada por el Gobierno de Colombia e implementada por el Instituto Humboldt, en colaboración con el Foro Económico Mundial y en coordinación con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. Este libro brinda a los funcionarios, innovadores, diseñadores urbanos, comunidades de base, grupos de investigación y la ciudadanía soluciones para mejorar la calidad de vida urbana a través de la biodiversidad.

En agosto de 2021, más de 80 académicos, funcionarios e individuos visionarios de 44 ciudades del mundo se reunieron para reflexionar sobre cómo las ciudades pueden restablecer su relación con la naturaleza. Este libro presenta enfoques conceptuales, estudios de casos y artículos de opinión que abordan por qué la naturaleza en y alrededor de las ciudades es crucial para garantizar la salud planetaria.

La BiodiverCiudad es la ciudad del futuro. BiodiverCiudades al 2030 ofrece una visión verdaderamente transformadora de la ciudad como un espacio en el que los seres humanos pueden vivir, trabajar y evolucionar en armonía con su entorno, basado en principios de biodiversidad y corresponsabilidad. Para 2030, BiodiverCiudades cumplirá con cinco compromisos: la promoción de la biodiversidad en el entorno construido; la restauración de los vínculos urbano-rurales mediante la protección de los ecosistemas de soporte; el desarrollo de modelos de bioeconomía para la competitividad económica; la promoción de esquemas de gobernanza que valoren la experimentación y el aprendizaje y permitan cambios en la distribución de recursos y de poder y, finalmente, la construcción de una mentalidad renovada en la que las ciudades se vean como hogares para todas las especies, no solo para los humanos.

El logro de estos compromisos dependerá de herramientas y vehículos políticos destinados a garantizar la integración espacial de la naturaleza, a identificar la propuesta de valor de la naturaleza urbana para los inversores y a monitorear el estado y las tendencias de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos.

El mérito de esta publicación es que también aborda “cómo” puede tener lugar esta transformación y, a través de un análisis en profundidad de estudios de casos, propone los cambios institucionales específicos necesarios para que esto suceda.

"El Instituto Humboldt lleva diez años generando conocimiento para hacer de la biodiversidad un componente esencial del desarrollo urbano-regional. Esta es una relación fundamental pero poco reconocida y valorada. Generalmente, los mapas de un sistema de ciudades se proyectan sobre un fondo gris, pero las ciudades están asentadas sobre una diversidad de colores, es decir, sobre ecosistemas y gracias a ellos es posible la vida en las ciudades”, asegura María Angélica Mejía, líder de la iniciativa BiodiverCiudades al 2030 en el Instituto y coeditora del libro.

“Este libro –añade Mejía– es resultado de un trabajo en red a nivel nacional e internacional y nos ayuda a amplificar la importancia que tienen las ciudades para reaccionar al cambio ambiental global. El libro propone, entre otras, la gestión de la biodiversidad y de sus servicios ecosistémicos como la mejor estrategia de adaptación que tienen nuestras ciudades hoy para construir el futuro positivo con la naturaleza".

Los colaboradores de la publicación analizaron naturalezas urbanas que van desde Montería (Córdoba) y Mompox (Bolívar) en Colombia que son ciudades ribereñas, hasta prácticas inmobiliarias en Milán (Italia) y en Villavicencio (Meta, Colombia). Su análisis también incluyó un punto verde circular en Ámsterdam (Países Bajos), las dietas de salud planetaria en Quezon City (Filipinas) y Copenhague (Dinamarca), una caja de herramientas paneuropea para gestionar entornos azules, una metodología para la valoración integral los servicios ecosistémicos de los árboles urbanos en Medellín (Colombia), un enfoque de seguridad alimentaria que reivindican los techos verdes en Río de Janeiro (Brasil) y aplicaciones prácticas para promover la biodiversidad en el espacio público en la “ciudad-esponja” de Shenzhen (China).

El libro BiodiverCiudades al 2030: Transformando las ciudades con la biodiversidad proporciona enfoques novedosos para desarrollar soluciones que ayuden a revertir la pérdida de biodiversidad y mejoren el bienestar humano en ciudades de todo el mundo. Diseñado para ayudar a las partes interesadas a construir un camino hacia un futuro positivo para la naturaleza, este libro:

  • •   Presenta los fundamentos de la visión de BiodiverCiudades.
  • •   Ofrece una descripción general de prácticas, herramientas y principios rectores para promover la biodiversidad en las ciudades.
  • •   Proporciona una discusión en profundidad sobre cómo avanzar hacia un cambio transformativo para la biodiversidad en las ciudades. Se proponen dieciocho acciones para iniciar, cultivar y transitar esta transformación.
  • •   Destaca el papel del conocimiento de la biodiversidad para desarrollar nuevas oportunidades económicas.
  • •   Analiza cómo la acción ciudadana puede impulsar una forma nueva y más significativa de restaurar y usar la biodiversidad en las ciudades.
  • •   Demuestra por qué las plataformas que ayudan a difundir ideas y prácticas son fundamentales para desencadenar la colaboración, la promoción, la creación conjunta y la innovación para lograr BiodiverCiudades.
  • •   Identifica soluciones financieras para BiodiverCiudades.
  • •   Aborda cómo pasar de datos a indicadores y describe por qué son importantes los enfoques de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba para generar datos.
  • •   Presenta artículos de opinión de líderes políticos y profesionales de alto nivel de organizaciones como WWF, OCDE, EAT, Resilient City Network, Sony Computer Science Laboratories Inc., prestigiosos oradores científicos y curadores de arte quienes brindan puntos de vista críticos en esta materia.


Este libro es una lectura esencial para quienes deseen comenzar a transformar el planeta con BiodiverCiudades al 2030.

Por si es de su interés: Media Kit con piezas, mensajes clave e información sobre el libro y su lanzamiento.

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A veces uno no crece en estatura, pero crece en pensamiento

Nota de actualidad | Por: María Camila Méndez | 12/10/2022

Aquí en esto uno tiene que tener sangre de gallina




Alberto Florián

Mi nombre es Alberto Florián, tengo 70 años, soy del municipio de Malambo. Me gradué del bachillerato en el 78, de un colegio de acá de Barranquilla. Mis padres eran campesinos de Malambo, trabajaron la tierra. Mi papá fue jornalero y mi mamá trabajó la alfarería, sacaba el barro de la Ciénaga de Malambo. En mi familia fuimos nueve hermanos. Casi todos mis hermanos hemos trabajado aquí en el mercado, pero ahora solo quedamos trabajando dos.

Este negocio fue una herencia que mis padres dejaron. Después de que mi padre se retiró de su trabajo en las labores del campo, buscó qué hacer y él y mi mamá se vinieron para acá y comenzaron a laborar los dos. Cuando mis hermanos y yo salíamos del colegio en Malambo, cuando todavía estábamos haciendo la primaria, nos veníamos para acá a ayudar. Desde siempre, mis papás se dedicaron a vender fríjoles, porque eso era de lo que más se daba en el campo. Unas veces le compraban los fríjoles a un vecino que cultivaba cerca a la casa donde vivíamos. En ese tiempo, lo que había acá, en este lugar, era como una especie del Playón, un espacio grande, hasta el otro sector de la calle 43B. La gente trabajaba en unas mesas, otros tiraban al suelo su mercado para ofrecerlo en unos sacos. Lo que sí había eran como unas bodegas de naranja, donde se almacenaban la naranja y las patillas. En la madrugada todo el mundo sacaba sus negocios por partes. Así era La Magola. Después fueron haciendo quioscos, fue desapareciendo eso del piso, ya todo el mundo se fue organizando, fue la misma gente que empezó a poner techo para la lluvia, a organizar los pasillos.

Cuando comencé el bachillerato, se interrumpieron un poco mis visitas al mercado, porque solo podía venir los sábados y domingos, el resto de la semana lo dedicaba a estudiar. Era más pesado y tenía que ser más responsable con el estudio. Tres años antes de graduarme del colegio, conocí a una muchacha. Para el tiempo de yo graduarme, ella quedó embarazada. Aquí en Barranquilla estaba la Universidad del Atlántico y no era tan grande como ahora, no ofrecía tantas carreras. Entonces me salió un patrocinio para ir a estudiar a Cartagena. Mi pareja me dijo que se iba conmigo a Cartagena, para que yo pudiera estudiar, pero yo decidí que no me iba, porque yo dependía de mis padres y no podía sostener a la familia allá. Yo quería estudiar medicina. Después de eso yo continué trabajando, vendía fríjoles en el mercado en un puesto diferente al de mis papás. Lo más prudente que yo podía hacer en ese momento era tener ese puesto de fríjoles, pues conseguir otro trabajo era difícil.

Cuando ya mi hijo nació, nosotros vivíamos en una finquita de Malambo. Así transcurrió el tiempo, hasta que un día ella me dijo que quería acompañarme al mercado para vender lo mismo que yo vendía. Entonces, ella comenzó a tener su propio negocio. Yo madrugaba mucho para comprar artículos para ella y artículos para mí. Y así fue creciendo, fue creciendo el negocio. Hicimos una casita que teníamos en Malambo y así nos pudimos ir de la finca de mis suegros, que era donde vivíamos antes. Durante un tiempo, antes de que compráramos nuestra casa, yo alcancé a vender frutas en Barranquilla, cerca del Paseo Bolívar. He tenido la oportunidad que Dios me ha dado de tener buena mente para hacer lo que me agrada hacer. Mi hijo ya tiene 47 años. Me dio dos nietos y dos bisnietos. Mi hijo trabaja en Soledad arreglando carros. Él vive conmigo en Malambo.

granos de plaza
Las plazas de mercado son centros de biodiversidad y de intercambio de conocimientos. Foto: Felipe Villegas


Después de un tiempo hubo un desalojo de puestos y así fue como se conformó lo que ahora llaman el mercado El Playón. Eso fue en la alcaldía del cura Hoyos, Bernardo Montoya, que era antioqueño. Él mandó a desalojar a toda esta gente, por temas que, en su momento dijeron, era ocupación indebida del espacio público, y tumbaron el mercado ese que estaba bueno. Lo que ahora es el Playón no llega ni a una quinta parte de lo que era el mercado anteriormente. Cuando sucedió ese desalojo, se perdieron los puestos. En ese momento mi pareja tomó la decisión de quedarse nuevamente en la casa. Yo seguí trabajando, aunque mi puesto también se perdió. Lo que hice fue empacar bastantes fríjoles en una cajita, en una "chacita" de madera en la que metía varias cosas para vender por el mercado. En ese tiempo no había casi tiendas, el aforo del público era impresionante. Ahora ya no, la tendencia se ha perdido. Un domingo aquí la gente se empujaba para comprar. Ahora no, ahora hay muchos supermercados. En cada barrio hay una Olímpica, las élites de la ciudad son dueñas de esos negocios.

Cuando los funcionarios de espacio público se calmaron, yo volví otra vez a este puesto, a este lugar. En ese entonces no vendíamos todavía en una mesita, sino que poníamos cajas, pensando en que, si la alcaldía nos las quitaba, pues no perdíamos mucho dinero, porque las cajas no costaban casi nada. Anteriormente aquí se pagaba una "introducción de venta", como lo denominaban. Era un tiquetico que uno tenía que comprar para poder vender acá. Después aparecieron los sindicatos. Se les pagaba 1 000 pesos o 500 pesos por semana, pero nunca vimos mucha gestión de su parte. Una vez me enfermé, me iban a operar del corazón, duré 12 días internado en un hospital y durante ese tiempo solo vi la cara de unos cuantos amigos, pero nunca vi la cara del presidente del sindicato ni del secretario, ni del tesorero.

Mis clientes dicen que es bonito comprar en el mercado porque no encuentran en otro lugar lo que encuentran aquí. Durante todo el tiempo que he vendido en este mercado y gracias a que crecí en el campo, he aprendido los secretos del cultivo de los fríjoles. Cuando yo era niño me iba para las parcelas de mis familiares y ellos nos enseñaban a sembrar. Así aprendí a sembrar yuca. En mi casa en Malambo yo tengo yuca sembrada, hay árboles de ciruela, naranja, mango, guanábana. Otras cosa que he aprendido acá es que el fríjol cabecita negra o caraota solo tarda 55 días en crecer, cuando tienen un color amarillo, es porque tienen 60 días. El zaragoza blanca se demora cuatro meses. Estos fríjoles hay que cogerlos secos, porque si se cogen verdes, después no cogen el color blanco que los identifica. Es necesario calcular los tiempos de siembra para que la cosecha pueda recogerse antes de que el invierno llegue, porque si no se hace, se pierde. Uno siembra a comienzos de enero hasta comienzos de febrero, porque ya más adelante, si se mete el invierno, se puede dañar. También comparto con mis clientes secretos para hacer recetas, por ejemplo, el arroz con coco y fríjoles cabecita negra.

Todo ese largo camino acá, todo eso lo he vivido. A veces uno no crece en estatura, pero crece en pensamiento. El tiempo me ha dado la experiencia de saber manejar esto y, sobre todo, lo que es más bonito, saber tratar a las personas que vienen a comprar lo que yo vendo. Yo siempre me mantengo aseando mi puesto de trabajo, lavando los fríjoles. No me gusta trabajar sobre el mugre. Yo disfruto lo que hago, porque es que esta es mi forma de trabajo. Para mí es garantizado mi trabajo, no dependo de nadie, dependo de mí mismo, porque nadie me va a decir a mí "¿por qué no viniste hoy a tal hora?, ¿o por qué te quedaste en la casa?". Y esto, vuelvo y lo repito, lo amo, me encanta. También me gusta porque me mantengo ocupado todo el tiempo: empacando los fríjoles, desgranando guandul, cambiando los plásticos sobre los que los dispongo. Amo lo que hago aquí, amo lo que me ha dado vida, lo que me ha dado para vivir. Tampoco es que esto me haya dado comodidades ni esas cosas, pero me ha permitido vivir. Este trabajo es duro, tenemos que aguantarnos los horarios difíciles, los desalojos frecuentes.

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Historias de vida biodiverciudades Barranquilla

Nota de actualidad | Por: María Camila Méndez | 12/10/2022

Historias de vida en torno a la biodiversidad en Barranquilla




ilustración campesinos y sus actividades de pezca y recolección
Ilustración: Jose Libardo Hernandez Montenegro


  • Las relaciones entre humanos, plantas y aves en la capital del Atlántico construyen diferentes realidades. Aquí algunas de ellas.


Las experiencias que presento a continuación revelan el entrelazamiento de las trayectorias de vida de seres que habitan la ciudad. Corresponden, por un lado, a personas que trabajan en los mercados del centro de Barranquilla y que, por lo mismo, han desarrollado oficios que dependen de la relación que han establecido con plantas y frutas de la región Caribe. Este conjunto de historias revela que las relaciones entre humanos y plantas que se forman en los oficios de los mercados están embebidas en la memoria y en los afectos de quienes las relatan y que participan del escenario histórico y de los conflictos sociales y políticos de la ciudad. Esto queda en evidencia cuando las historias de vida que aquí se recogen nos cuentan los efectos que ha tenido el conflicto armado en las decisiones de personas, en su mayoría de origen campesino que, por cuenta de la violencia, se han visto obligadas a desplazarse desde sus lugares de origen hacia Barranquilla, para dedicarse a comercializar frutas y verduras del bosque seco. Los tránsitos entre lo urbano y lo rural hacen parte de la historia de los mercados del centro, pues han permitido el flujo de personas y plantas, así como de conocimientos que han jugado un papel importante en la economía de la región. Asimismo, nos permiten comprender las múltiples versiones de los mercados del centro de la ciudad, pues han sido lugares de acogida que han permitido la reproducción de la vida y la producción de la ciudad, y, al mismo tiempo, son escenarios hostiles que revelan las desigualdades estructurales de Barranquilla.

Otro conjunto de historias hace referencia a las trayectorias de vida de personas habitantes de la ciudad y su relación con las aves de la Ciénaga de Mallorquín. En estos relatos se reconstruyen las experiencias de expertos locales que participan del aviturismo de la ciudad, así como de las de las comunidades del barrio Las Flores y el corregimiento La Playa, cuya relación estrecha con la Ciénaga les ha permitido establecer vínculos con los pájaros y otros seres del lugar gracias a las labores de la pesca y el turismo. En estos relatos emerge una ciudad que se produce en las relaciones entre humanos y no humanos, donde el vínculo entre el agua y todas las formas de vida que dependen de ella es especialmente significativo. Este conjunto de trayectorias también pone de manifiesto que los conocimientos sobre las aves de Barranquilla se producen en las conexiones entre saberes locales y científicos, entre los que persisten asimetrías de poder. Finalmente, las voces de las comunidades que viven cerca de la Ciénaga señalan los conflictos ambientales y las preocupaciones locales alrededor del cuidado de este lugar ubicado en un extremo de Barranquilla. Dichas inquietudes responden a un contexto en el que la ejecución y planeación de distintos proyectos de desarrollo en el área de influencia de la Ciénaga amenaza los medios de subsistencia de las comunidades dedicadas a la pesca y al turismo de La Playa y de Las Flores.

A continuación, presento estos relatos, construidos a lo largo de visitas a la ciudad de Barranquilla que se llevaron a cabo entre el 27 abril y el 7 de mayo, y entre el 4 y el 10 de junio del 2022.









Agradecimientos especiales

A todas las personas que participaron en estas conversaciones y que, generosamente, compartieron sus experiencias de vida con nosotras, muchas gracias:

Alejandro Pérez Contreras
Ramón Montes
Omar Gutiérrez
Alberto Florián
Alí Pacheco
María de los Ángeles Hurtado
Carlos Recuero
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Naturaleza Urbana. Plataforma de experiencias.

Preservación, restauración, monitoreo de la biodiversidad y promoción de especies nativas, en su sentido estricto y clásico, podrían ser estrategias inviables en las ciudades. Figuras de gestión como las áreas protegidas toman connotaciones y objetivos profundamente diferentes de los tradicionales en el momento de pensarse en el contexto de ciudad. Así mismo, aunque la restauración ecológica busca regresar a un ecosistema de referencia, es poco lo que sabemos sobre la vegetación presente en los bordes urbanos de las principales ciudades colombianas antes del siglo XX. Finalmente, los modelos de distribución potencial de especies podrían arrojar resultados poco confiables, pues sus fundamentos metodológicos no fueron pensados en razón de dinámicas urbanas. Ante este panorama, responder qué es biodiversidad urbana y qué estrategias deben aplicarse para su conservación supone un reto más que científico, necesariamente, social, cultural y de planeación y diseño. La innovación es inevitable.

 

Para descargar la publicación, haga clic aquí.

Para consultarla en el repositorio institucional, haga clic aquí.

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¿Biodiversidad urbana?

Un pajarito blanco va, un pajarito va.
Un proyectil impactando smog urbano, transformando niebla gris en cielo sano.
Canción ‘Un pajarito blanco’
Héctor Buitrago, Andrea Echeverri y Alex Ubago.

Cuando nos hablan de biodiversidad, nuestra mente rápidamente viaja hasta el Amazonas, pensamos en una guacamaya o nos transportamos a una montaña lejana y por esa razón, difícilmente relacionamos este concepto con algo cercano a nuestra forma de vida en las ciudades o a nuestro actuar cotidiano. Entonces, ante este panorama, podría parecer aún más extraño hablar de biodiversidad urbana. Aquí te contamos de qué se trata este tema que cada vez llama más la atención de muchos curiosos.

6En la imagen, una de las piezas gráficas diseñadas como parte de la estrategia de comunicación del Instituto: “Conexión vital”. Queremos despertar la curiosidad de todos los ciudadanos pues ¡la biodiversidad está en todas partes! y por esa razón es el cuento de todos.

La biodiversidad urbana hace referencia a todas esas formas de vida que conviven con nosotros y a los paisajes que se adaptan a nuestras condiciones dentro de la ciudad. No podemos olvidar que la mayoría de la población colombiana se concentra en las ciudades y que es allí donde fácilmente se nos escapa que somos uno de los países con mayor biodiversidad del mundo. Para sorpresa de muchos no debemos irnos tan lejos para reencontrarnos con la naturaleza.

Aunque avenidas, carros y cientos de edificios suponen una barrera artificial entre la biodiversidad y la ciudad, es importante reconocer que sin los servicios ecosistémicos presentes en nuestros territorios, las ciudades no podrían funcionar. Gracias a la biodiversidad tenemos agua, alimentos y lugares verdes de recreación y esparcimiento. A pesar que las ciudades del mundo son responsables del 70% de los gases de efecto invernadero*, los ciudadanos podemos convertirnos en conectores dentro de estos ecosistemas en vez de destructores de los mismos.

¿Cómo decirle a un curí que su lugar es sólo el humedal y que no puede pasar de allí? ¿Cómo explicarle al alcaraván que ese brillo de los vidrios es sólo eso y no un espejo de agua? No podemos rehacer la ciudad pero si podemos convertirla en un lugar en el que todos puedan cumplir su función como seres vivos, donde se pueda aprovechar la concentración poblacional para ser gestores de educación ambiental.

7Una de nuestras seguidoras, quiso compartir con el equipo de Notas Humboldt esta imagen capturada desde la terraza de su apartamento en Santa Marta. Asegura que este particular visitante se posa sobre el mismo árbol con gran frecuencia. ¿Ya pensaste cuál es la conexión vital que estableces día a día con tu entorno? Fotografía: Adriana Gracia.

Los ciudadanos debemos apropiarnos de los espacios verdes que la ciudad ofrece, que van más allá del cerro y del parque principal: se trata del arbolito ubicado en el separador de la avenida, pasando por esa planta que adorna la sala de la casa, hasta ese bosque a las afueras de la ciudad. El "desarrollo" ha convertido a la biodiversidad en algo vulnerable y es por eso que su apropiación es la mejor forma de conservarla.

La biodiversidad está presente en nuestra cotidianidad. Descubramos en la ciudad el ecosistema nuevo del que hacemos parte, esta es otra forma de explorar nuestra #ConexiónVital, anímate.

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Conectividad ecológica en la zona urbano-rural de la localidad de Suba. Oportunidades para la conservación de la biodiversidad local.

El presente documento se constituye en un valioso insumo con información del inventario de la biodiversidad en sus componentes de ecosistemas y especies de fauna y flora, una propuesta de conectividad ecológica  que sirva para la planificación del territorio, un portafolio de herramientas de manejo  del paisaje y los lineamientos para la implementación del plan de acción en biodiversidad para la zona urbano rural de la localidad de Suba en el Distrito Capital.

Consulte aquí la publicación.

 

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