Instituto de Investigación de Recursos Biológicos
Alexander von Humboldt

Investigación en biodiversidad y servicios ecosistémicos para la toma de decisiones

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Nota de actualidad | Por: María Camila Méndez | 12/10/2022

Las aves lo tienen todo, ellas tienen todos los recursos, no son como nosotros, que tenemos que trabajar




Las comunidades de la Ciénaga de Mallorquín 1

Ese matorral de ahí, ese mangle, ese arbusto grande, era una matica muy pequeña. Ese mangle tiene una historia que yo sé. Cuando era pequeño, yo empecé a echarle la arenita que recogía cada vez que barría, y cuando venía el agua, entonces yo venía y le rociaba y él fue creciendo y creciendo. Las semillas del mangle divagan en el mar y cuando ya están a punto de arraigarse, ellas mismas vienen y se posesionan. Él solito se cimentó, él solito se cimentó, nadie lo sembró ahí. Y él está en medio de las piedras. Yo no me explico cómo llegó esa semilla ahí, pero de que llegó, llegó y solita. A veces hay personas que vienen y no piensan en lo que nosotros tenemos en el entorno, y lo que hacen es sacar, quitar, despejar el área porque es lo que necesitan para poder hacer sus proyectos. No les importa destruir todo lo que está a su paso, no les importa pasar por entre los mangles, eso me hace pensar en el futuro del cangrejo muelón, del cangrejo azul, de los cangrejos rojos, los mapaches, las culebras, y en el de todos los animalitos que tienen la costumbre de atravesar de un mangle para el río y de un mangle para el mar.

María de los Ángeles Hurtado

Las comunidades de la Ciénaga de Mallorquín vivimos de la pesca. La Ciénaga es una despensa para nuestra comunidad, es la despensa que permite que subsistamos con nuestras familias. Aquí se capturan especies como el camarón, la jaiba, el caracol, el chipi chipi y peces como el lebranche, el chivo, la mojarra, el macabí, la lisa y la anchoa. Quienes vivimos cerca de la Ciénaga hemos aprendido mucho de ella, porque la verdad es que tenemos un patrimonio invaluable dentro de esta comunidad. Hemos aprendido, por ejemplo, el tipo de artes de pesca que deben utilizarse para cuidarla. Anteriormente era con atarraya y canoa. Hay pescadores que pescan a pie, algunos en canoa, otros pescan en lancha. Sabemos que no es bueno pescar con trasmallo y chinchorro.

La pesca nació con muchos de nosotros, pues empezamos desde muy niños a hacerlo. La cercanía con la Ciénaga nos permitió conocer los animalitos que viven en ella. Gracias a nuestro trabajo como pescadores podemos conocer los hábitos de las aves de la Ciénaga y hemos aprendido mucho de ellas. Por ejemplo, dónde duermen, por qué comen aquí, por qué van a dormir a otro lado. Nos hemos dado cuenta de que de aquí se han retirado los pájaros por la bulla, por lo que están haciendo ahí para el proyecto del ecoparque. El ruido, las maquinarias, las ha alejado de ahí, ya no duermen ahí, duermen en otro lado, no comen casi ahí tampoco. Las garzas dormían allá del otro lado, ahora están durmiendo de este lado de la Ciénaga.

Cienaga de Mallorquin
La Ciénaga de Mallorquín está ubicada en el extremo norte de Barranquilla, muy cerca de la desembocadura del río Magdalena en el Mar Caribe. Foto: Felipe Villegas


Con los años, hemos podido sentir los cambios que ha tenido la Ciénaga, que antes era bastante inmensa, extendida, era mucho más grande y tenía una profundidad como casi de dos metros. Pero, en el 94, esa ciénaga se secó, sequecita, caminaba uno en el barro. Después volvió a secarse otra vez. Se hicieron unos box culvert... Pero nosotros, los pescadores, fuimos los que iniciamos eso, después se nos unió el resto de la comunidad de Las Flores y de La Playa, entre todos empezamos a covar 2. Después continuamos haciendo canales para drenar el agua de la Ciénaga, y así se mantuvo hasta que alguien buscó a los funcionarios de la alcaldía para hacer unos box culvert y así nuevamente cogió vida la Ciénaga. Pero entre más días pasan, la Ciénaga más decae. Y eso se puede ver en el comportamiento de las aves, porque se están alejando debido a que se está secando y al ruido.

Los pescadores de Las Flores y La Playa pescamos en alta mar y en río, y para desarrollar nuestra labor hemos aprendido a conocer los hábitats de todos los seres que viven en la Ciénaga. Tenemos que entender por qué a los peces y los moluscos que pescamos les gusta vivir en cierto lugar y no en otro lado. Por ejemplo, al chipi chipi le gusta los sitios donde hay más arena, como pasa aquí en la Ciénaga, que tiene más arena que otras como la Ciénaga Grande. Aquí, en la Ciénaga de Mallorquín hay más arena debido a las dos aguas que recoge, las del río Magdalena y las del mar. Al chipi chipi también le gusta un poco más el lodo del río que también hay acá. A las garzas les gustan mucho los pececitos pequeños que comen moluscos. En la noche, y dependiendo de cómo está la marea, los peces de la orilla de los mangles salen de los manglares. Si la marea está seca, los peces salen. Entonces nosotros los pescadores salimos de capturarlos en las profundidades, de donde salen del seco, de ahí de los mangles, a capturarlos afuera, con atarraya o con anzuelo, con algo que esté permitido.

Nosotros sabemos dónde duermen las garzas y las cotorras, que también llegan a dormir, a las cinco de la tarde están ahí, junticas, eso están ahí como si fueran un relojito, ahí están en un dormidero que tienen. Y en la mañana, a las cinco y media, salen. De aquí de la Ciénaga se han retirado muchas aves por el ruido, bastante aves se han retirado: flamencos, están del otro lado del río, de la Ciénaga que está allá, ese lugar al que le llaman Los Charquitos, allá hay bastante flamenco. Se han alejado de la Ciénaga por el ruido y porque se está secando, se está muriendo la Ciénaga. Y con esos trabajos que vienen haciéndole... si sacan al pescador de ahí, más se muere la Ciénaga, porque si el pescador necesita pasar para allá, él hace un caño, cualquier cosa, pero pasa, mientras los que están haciendo los proyectos no van a venir a la barra a surcar, o si lo hacen, lo harán con maquinaria. Nosotros no, nosotros surcamos con pala, y ese fluido de aquí para allá, ese movimiento de nosotros pescando, eso siempre mantiene ese canal abierto, o sea que somos nosotros los pescadores los que mantenemos ese canal abierto porque pasamos todos los días. Nos damos cuenta en dónde está tapado y lo arreglamos.

navegando la cienaga
La ciénaga es una fuente importante de recursos para las comunidades, a través del ejercicio de actividades como la pesca y el ecoturismo. Foto: Felipe Villegas


Mientras pescamos, nos damos cuenta de que las aves de la Ciénaga tapan el sol, lo tapan, hacen la sombra así donde van volando todas. Las gaviotas son blancas y cuando dan la vuelta se ven negras. Las aves lo tienen todo, ellas tienen todos los recursos, no son como nosotros, que tenemos que trabajar. Ellas lo tienen todo, ellas se mudan aquí y veo que ellas no tienen manos, no tienen nada y muy bien que se alimentan, muy bien que todo. Nosotros vemos cómo es que hacen para coger los peces. Hay una garza morena que llega y mete la patica así y sacude debajo de las hojas para ver si salen los pececitos de allá abajo, para ella comérselos. Son técnicas de pesca. Ella es pescadora igual que nosotros. Entonces hay unas que abren las alas, hacen sombra y los peces llegan a buscar la sombra y ¡tá!, los atrapan en seguida. Y así hay muchas técnicas para pescar que usan ellas. Nosotros los pescadores les hemos aprendido técnicas a las aves que pescan: por qué pescan todos los días en ciertos lugares. Nos hemos dado cuenta de que las aves son territoriales. Si siempre se hacen en un árbol a pescar, todos los días vienen a pescar ahí es porque los peces, bien sea por la corriente o por cualquier otra cosa, siempre pasan por ahí. Si hay partes a donde no llegan los peces, entonces ahí no está el ave que pesca. A veces las aves y nosotros pescamos lo mismo. Entonces cuando nos damos cuenta de que hay aves que siempre andan por un lugar pescando, eso nos da la seguridad de los lugares donde están los peces para ir a buscarlos nosotros. Porque detrás del pez que se está comiendo ella, ahí hay otro más grande. Nosotros pescamos con ellas, porque ellas son pescadoras igual que nosotros.

Pescar es nuestra vida, pero la pesca se está acabando, las industrias, todo se está acabando. Todos los recursos de pesca se están acabando. La Ciénaga cada vez da menos peces y el mar también porque las industrias pesqueras se llevan los peces. Nosotros pescando por las orillas también acabamos, nosotros también somos bastante depredadores de la situación. Por ejemplo, hay personas que vienen solamente a pescar y matan los peces y los dejan, les sacan las huevas y los dejan, de tanto que sacan millones de huevas, qué peces vamos a coger el año que viene.

Como este es un ecosistema, todo está complementado, cuando hay agua, hay vida y hay diferentes especies que están en su entorno. Por ejemplo, la zona manglárica de la Ciénaga nos sirve de protección de las fuertes brisas, pues los mangles son cortinas rompevientos. Si no tuviéramos esos manglares ahí, durante las temporadas de brisa, miles de techos no resistirían. Además, los mangles sirven de hábitat para los peces, para las aves, insectos y crustáceos. También sirven para protección de los humanos, porque proveen aire húmedo. Además, se sabe que el manglar tiene potencial en oxígeno, más que los otros árboles. Nosotros como pescadores sabemos que nuestra tarea es cuidar del mangle. Por eso, desde hace tres años nos hemos unido todas las organizaciones de pesca para gestar estrategias comunes que nos permitan establecer canales de conversación para reclamar nuestra participación en las discusiones sobre los proyectos de desarrollo que involucran a las comunidades de la Ciénaga. Nosotros sabemos que, para seguir viviendo de la pesca y del turismo acá en la Ciénaga, hace falta tener bastante conocimiento y conservar bastante la naturaleza.

manglar
Otro de los servicios ecosistémicos que presta la ciénaga es la retención de sedimentos, desechos y sustancias tóxicas que pueden llegar al mar. Foto: Felipe Villegas.


1 Este relato ha sido construido gracias a las conversaciones que mantuve con Arquímedes Barraza, Alí Pacheco, ambos pescadores de las comunidades de La Playa y Las Flores, respectivamente, y con María de los Ángeles Hurtado, una mujer que vive del turismo y es líder comunitaria del barrio Las Flores. Si bien el relato se lee como una sola voz, es la narración coral construida gracias a sus historias, a la generosidad con que compartieron su experiencia con la Ciénaga de Mallorquín.

2 Levantar y mover la tierra con la azada, el azadón u otro instrumento semejante.