Instituto de Investigación de Recursos Biológicos
Alexander von Humboldt

Investigación en biodiversidad y servicios ecosistémicos para la toma de decisiones

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Cundinamarca a la vanguardia de la conservación y sostenibilidad de las orquídeas

 

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Foto: Entrega de libros de orquídeas. Felipe Villegas

 

Según el Plan para el Estudio y la Conservación de las Orquídeas en Colombia, publicado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible en asocio con el Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia, el país registra el mayor número de especies de orquídeas en el mundo: cerca de 4270 especies, de las cuales 1572 son endémicas.

Dado su exotismo, belleza, variedad de colores, formas, aromas y tamaños, las orquídeas son populares y codiciadas dentro y fuera del territorio nacional por parte de cultivadores, compradores y coleccionistas.

En zonas geográficas como Cundinamarca, donde son cuantiosas las orquídeas nativas y su comercio es común y considerable, también es abundante el desconocimiento generalizado en torno a su biología, distribución y ecología.

Estas y otras razones motivaron el proyecto Investigación e innovación tecnológica y apropiación social de conocimiento científico de orquídeas nativas de Cundinamarca, iniciado en 2015 por el Instituto Humboldt en colaboración con la Pontificia Universidad Javeriana, el Jardín Botánico de Bogotá “José Celestino Mutis” y la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Corpoica), y financiado por el Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación, del Sistema General de Regalías, a través de la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Gobernación de Cundinamarca.

El proyecto, que finalizó este 2018, desarrolló estrategias para incrementar el conocimiento sobre la riqueza, ecología, estado de conservación y uso actual de las especies de orquídeas nativas en Cundinamarca, y generó herramientas tecnológicas de cultivo con fines de aprovechamiento sostenible y preservación.

A su vez, esta iniciativa fue uno de los capitales más importantes para el departamento, pues contribuyo a un muy buen posicionamiento en el tema de biodiversidad, mediante una estrategia de apropiación del conocimiento dirigida a los diferentes actores asociados al aprovechamiento de las orquídeas, con énfasis en los productores de plantas.

 

Un solo camino, tres fases

 

A tres años de la implementación del proyecto, que fue dividido en tres fases, los resultados evidenciaron su impacto. En la fase inicial, el trabajo estuvo enfocado en varios aspectos: en primer lugar, se fortaleció la información disponible acerca de la riqueza de especies de orquídeas en el departamento, reportando 1003 especies nativas, representadas en 161 géneros, y consolidando una base de datos con más de 6000 registros.

Se determinó que de las 1003 especies nativas, 38 se encuentran bajo alguna categoría de amenaza, en su mayoría debido a las actividades extractivas del medio natural y a la pérdida de hábitat; y solo 77 especies cuentan con una evaluación de estado actual de conservación.

Además, fue presentado un análisis acerca del conocimiento de 87 especies endémicas de la zona, concluyendo que el 44 % de ellas tiene información escasa en cuanto a su distribución, lo cual demanda esfuerzos que verifiquen si aún permanecen en los sitios donde existen registros históricos.

En segundo lugar, se realizó una caracterización del aprovechamiento de orquídeas en los municipios de San Antonio del Tequendama, Fusagasugá y alrededores. El análisis posterior identificó como principal actor beneficiario a los productores, los cuales fueron diferenciados en dos grupos: aquellos dedicados al cultivo de este grupo de plantas como actividad principal, y quienes las cultivan junto a otras especies.

Se identificaron, también, otros actores dedicados a la conservación y del sector político-institucional; aquí se resaltó la importancia de fortalecer las relaciones entre estos y los productores. En adición fue expuesto un panorama general sobre la cadena de distribución de las orquídeas, desde su producción en la región hasta la venta a los compradores finales.

En tercer lugar, como un aporte a la articulación entre la información biológica y de carácter social y económico, se elaboró una lista de 91 especies de orquídeas cultivadas en 55 viveros de San Antonio del Tequendama, Fusagasugá y zonas aledañas, de las cuales 69 son nativas de Cundinamarca. Algunas de las más comunes fueron Cattleya, Miltoniopsis vexillaria y Phragmipedium.

Por otro lado, a partir de la información reunida durante las visitas a los viveros y de la revisión de literatura científica, se construyó la caracterización de las prácticas de aprovechamiento y manejo de las orquídeas registradas y, a su vez, los principales requerimientos ambientales para su adecuado cuidado.

Y en cuarto lugar, se entregó una recopilación sintetizada de más de 49 normas y 11 políticas, planes o estrategias que regularán el aprovechamiento sostenible de la flora ornamental del país, con énfasis especial en las orquídeas silvestres de Cundinamarca, esto con el fin de que quien quiera formalizar su actividad productiva, lo pueda consultar. A partir de esta información y del diálogo con diferentes actores se dispuso un análisis de los límites existentes para la implementación de los instrumentos normativos, también se hicieron algunas recomendaciones relacionadas con su difusión, aplicación y actualización.

En la segunda fase del proyecto, las estrategias se dirigieron a la generación de nuevo conocimiento sobre las poblaciones silvestres, aspectos genéticos y de propagación tradicional e in vitro de un grupo de especies de orquídeas priorizadas por su potencial de aprovechamiento sostenible. La metodología desarrollada para la priorización consideró aspectos sobre la distribución, ecología, uso y características morfológicas de las especies de orquídeas.

Una tercera fase del proyecto estuvo dirigida a realizar una estrategia para la apropiación del conocimiento generado, por parte de los diferentes actores en el departamento. Lo anterior se promovió a través de socializaciones, talleres, capacitaciones y dos publicaciones digitales que compilaron los resultados obtenidos, las cuales están disponibles ahora para descarga gratuita y consulta en la web del Instituto Humboldt: Orquídeas de Cundinamarca. Conservación y aprovechamiento sostenible; y Guía para la identificación y el cultivo de algunas especies de orquídeas nativas de Cundinamarca.

En conclusión, los resultados obtenidos a través del desarrollo de este proyecto hacen visibles a los diferentes actores e iniciativas que contribuyen a la conservación de las orquídeas del departamento y los insta a continuar con dicha labor. También se convierte en una invitación a los interesados en estudiar y aprovechar estas plantas, a alinearse con las acciones necesarias que aseguren su sostenibilidad.

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Orquídeas de Cundinamarca. Conservación y aprovechamiento sostenible

Este libro presenta los resultados parciales del proyecto “Investigación e innovación tecnológica y apropiación social del conocimiento científico de orquídeas nativas de Cundinamarca”, el cual fue desarrollado entre julio de 2015 y abril de 2018 por el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, la Pontificia Universidad Javeriana, el Jardín Botánico de Bogotá “José Celestino Mutis”, la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria Corpoica y la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Gobernación de Cundinamarca.

El proyecto surgió ante la necesidad de incrementar el conocimiento sobre la riqueza, ecología, estado de conservación y uso actual de las especies de orquídeas nativas en Cundinamarca, y generar herramientas tecnológicas para su cultivo, como insumos para guiar acciones que permitan su aprovechamiento sostenible y preservación. Esta iniciativa buscó a su vez contribuir al posicionamiento de la biodiversidad como uno de los capitales más importantes para el departamento, mediante una estrategia de apropiación del conocimiento dirigida a los diferentes actores asociados al aprovechamiento de las orquídeas, con énfasis en los productores de plantas. Con este fin se generó una línea base sobre aspectos biológicos, socio-económicos y normativos sobre las orquídeas, con énfasis en los municipios de Fusagasugá y San Antonio del Tequendama, cuyos resultados se presentan en los capítulos 1 al 4. Como complemento, se incluyen dos secciones cortas con una síntesis sobre la morfología de la familia Orchidaceae y un análisis sobre el comercio internacional de orquídeas en términos biológicos y económicos.

La línea base inicia con una actualización en el capítulo 1 de la información disponible sobre la riqueza de especies de orquídeas en Cundinamarca, a partir de la revisión de la información consignada en especímenes de herbario, en la literatura y de la verificación en campo de las poblaciones silvestres. Como resultado, se reportan 1.003 especies de orquídeas nativas del departamento, representadas en 161 géneros, y se construyó una base de datos con más de 6.000 registros. Del total de especies, 38 se encuentran bajo alguna categoría de amenaza, principalmente por ser extraídas del medio natural y la pérdida de su hábitat. Sin embargo, solo 77 especies cuentan con una evaluación de su estado de conservación, por lo que también se presenta un análisis del estado de conocimiento de 84 especies endémicas del departamento. Se concluyó que el 62% tienen información escasa sobre su distribución y se requiere de esfuerzos para verificar su permanencia en los sitios donde se han registrado históricamente.

El capítulo 2 presenta una caracterización de los actores asociados al aprovechamiento de las orquídeas en los municipios de San Antonio del Tequendama y Fusagasugá, Cundinamarca, la cual se realizó mediante métodos de cartografía social, mapeo de actores a nivel municipal y encuestas. El análisis permitió identificar a los productores de orquídeas como el principal actor en la región y se generó información socio-económica detallada sobre este grupo, diferenciado aquellos que realizan el cultivo como actividad principal y aquellos que lo realizan como actividad marginal. Se identificaron otros actores de los sectores de conservación y político-institucional, y con estos últimos se evidenciaron relaciones débiles con los productores, las cuales se recomiendan fortalecer. Adicionalmente, se presenta de forma general un panorama sobre la cadena de distribución de las orquídeas, desde su producción en la región hasta la venta a los compradores finales.

Como un aporte a la articulación entre la información biológica y socioeconómica, el capítulo 3 presenta una lista de 91 especies de orquídeas cultivadas en 55 viveros de San Antonio del Tequendama, Fusagasugá y zonas aledañas (Cundinamarca), de las cuales 69 son nativas de Cundinamarca. Algunas de las especies más comunes fueron Cattleya spp., Miltoniopsis vexillaria y Phragmipedium spp. Por otro lado, a partir de la información consignada durante las visitas a los viveros y de la revisión de la información disponible en literatura, se realizó una caracterización sobre las prácticas de aprovechamiento y manejo de las orquídeas registradas, así como de los principales requerimientos ambientales para su cuidado.

Para finalizar la línea base, el capítulo 4 presenta una recopilación de más de 49 normas y 11 Políticas, Planes o Estrategias, que regulan el aprovechamiento sostenible de la flora del país con fines ornamentales, con un énfasis especial en las orquídeas silvestres en el departamento de Cundinamarca. Estas normas se sintetizaron de acuerdo a líneas temáticas para facilitar su consulta por parte de personas interesadas en realizar esta actividad productiva o formalizarse. A su vez, a partir de esta información y el diálogo con diferentes actores, se presenta un análisis de los limitantes para la implementación de los instrumentos normativos y algunas recomendaciones relacionadas con su difusión, aplicabilidad y actualización. Una segunda fase del proyecto estuvo dirigida a generar nuevo conocimiento sobre aspectos genéticos y de propagación tradicional e in vitro de un grupo de especies de orquídeas priorizadas por su potencial de aprovechamiento sostenible, cuyos resultados se presentan en los capítulos 5, 6 y 7. La metodología desarrollada para realizar la priorización consideró aspectos sobre la distribución, ecología, uso y características morfológicas de las especies, y se presenta también de forma detallada en una sección corta.

 

La publicación se encuentra disponible para lectura en nuestro Repositorio Institucional.

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Guía para la identificación y el cultivo de algunas especies de orquídeas nativas de Cundinamarca

La familia Orchidaceae es uno de los grupos taxonómicos más diverso en cuanto al número de especies y a su gran variedad de formas y colores. Gran parte de esa diversidad se encuentra en Colombia, país que ostenta los primeros lugares en el mundo respecto al número de especies de orquídeas. En Colombia, los departamentos que mayor cantidad de especies concentran son Antioquia y Cundinamarca, respectivamente. Sin embargo, a pesar de esa gran diversidad, muchas de las especies se encuentran amenazadas por la deforestación y la extracción de los lugares donde habitan, pues son plantas que por su belleza y rareza poseen un gran potencial comercial.

Dado el grado de amenaza de este representativo grupo de plantas y su potencial horticultural, es de vital importancia desarrollar estrategias que promuevan el uso sostenible de las orquídeas, donde se asegure su conservación y el sustento económico de cientos de personas que viven del cultivo y comercio de este tipo de plantas. Esto se hace necesario especialmente en las regiones con mayor concentración de actividades relacionadas al comercio de estas plantas, como es el caso de los municipios de San Antonio del Tequendama y Fusagasugá, Cundinamarca, donde la tradición horticultural ha sido amplia.

Para generar insumos para el comercio sostenible de las orquídeas y promover la apropiación de los habitantes de Cundinamarca por este grupo de plantas, en la primera sección de este trabajo definimos algunas de las características morfológicas y ecológicas más importantes de las orquídeas, y se presenta un catálogo de 81 especies y 1 variedad que son cultivadas en el departamento junto con sus requerimientos de cultivo. En la segunda sección profundizamos en las diferentes estrategias de propagación de las orquídeas de manera tradicional e in vitro, de manera que el cultivador tenga el conocimiento necesario para propagar orquídeas por diferentes métodos, y evitar así la necesidad de extraer las orquídeas de su hábitat. Finalmente, de manera específica presentamos protocolos de propagación in vitro y tradicional para cinco especies y una variedad que fueron priorizadas en este proyecto, en términos de su potencial comercial, su origen nativo y la disponibilidad de material vegetal para propagarlas. Estas especies fueron: Cattleya trianae, Cattleya trianae var. semialba, Comparettia macroplectron, Oncidium alexandrae, Oncidium luteopurpureum y Oncidium ornithorrhynchum.

 

La publicación se encuentra disponible para lectura en nuestro Repositorio Institucional.

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Atracciones naturales Un homenaje a la alta montaña colombiana

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El Instituto Humboldt, con el apoyo del proyecto "Páramos: Biodiversidad y Recursos Hídricos en los Andes del Norte" financiado por la Unión Europea, participa en la vigésima cuarta versión de Orquídeas, Pájaros y Flores, del 02 al 07 de agosto de 2017 en el Jardín Botánico de Medellín, actividad emblemática de la Feria de las Flores.

Entre más de 15 mil variedades de orquídeas, rosas, heliconias, andrómedas, aster, begonias, azucenas, anémonas, camelias, caléndulas, capuchinas, crisantemos, pompones, dalias, flores de lotos, girasoles, gerberas, fucsias, bromelias, lirios, tulipanes, pensamientos, prímulas; sus colores rojos, anaranjados, amarillos, blancos, rosados, lilas, violetas y azules; pequeñas y grandes; campanuladas, tubulares, arrosetadas o amariposadas; con exquisitos o extraños aromas, el Humboldt ofrece un espacio, más allá de la belleza, para entender por qué existe tan abrumante diversidad de flores en la tierra.
Historias asombrosas darán respuesta a este interrogante al evidenciar el sorprendente mecanismo de la polinización -que por instantes parece un capricho de la naturaleza-, encargado de unir a flores abundantes y emblemáticas de páramos con sus polinizadores.

Conocerás, por ejemplo, que las orquídeas, abejas y abejorros son un ejemplo de evolución mutua, pues cuando los sacos de polen de estas flores se insertan en posiciones específicas del cuerpo del polinizador, incrementa la probabilidad del contacto con el estigma de la siguiente orquídea en turno de ser visitada.

Te enterarás, también, de que las abejas no buscan en las orquídeas su néctar o polen, sino que persiguen una fragancia producida por la flor que estimula la creación de feromonas para atraer a las hembras.

En el caso de las flores de las puyas, descubrirás que con su gama espectacular de tonos azules son visitadas por colibríes, aves hermosas, consideradas mensajeras de los dioses en las culturas andinas y que gracias a la evolución cuentan con un pico y lengua perfectos para alcanzar el néctar en el fondo de estas flores.

Infaltables, por supuesto, los frailejones -especie que quizá la mayoría de colombianos relacionamos inmediatamente con la alta montaña-, pariente del diente de león y el girasol, el cual tiene abundantes y vistosas inflorescencias amarillas, denominadas por los botánicos “capítulos o cabezuelas”, que consisten en numerosas y pequeñas flores.

Son muchos los visitantes de las flores de frailejón, quienes buscan néctar y polen así como insectos que pueden cazar en su superficie; y que estas flores ofrecen a sus polinizadores un peludo y agradable lugar para descansar, mudar piel y reproducirse.

Así pues, antes de recorrer la exhibición de flores visite el stand del Humboldt y descubra, entre otros, por qué gran parte del equilibrio dinámico de los ecosistemas del mundo y la seguridad alimentaria de todos está relacionada de forma directa o indirecta con la polinización.

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Orquídeas salvajes (Columna de Brigitte Baptiste)

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Brigitte Baptiste, directora del Instituto Humboldt

18/11/2014

Una de mis actrices favoritas de adolescencia era Jacqueline Bisset, quien participó en 1990 en una malísima película de pretensiones eróticas que llevaba el mismo título, en singular, de esta columna. La película, en la cual no había orquídeas, se derrumbaba estruendosamente ante la referencia torpe y obvia a la “lujuria tropical”, una construcción mítica acerca de la sexualidad de las zonas tórridas, que llevó incluso en algunos momentos de la historia a considerar perversos sus influjos en la moral de las culturas ecuatoriales. Incluso el Sabio Caldas le tenía susto a viajar a las selvas del Cauca, pues su consciencia adoctrinada le ponía problemas cuando admiraba la belleza de los pobladores de la región.
 
Ya quisiéramos quienes habitamos las zonas intertropicales disponer realmente de los atributos y habilidades que la atractiva morfología de las orquídeas sugiere en las mentes de muchos, pero que podrían derivarse por igual de los calamares árticos, las alcachofas o los escargots franceses, tan hermafroditas y concupiscentes, a la vez que sabrosos. La mente humana traza conexiones maravillosas entre los seres vivos, a lo que quiero llegar, y convierte una flor, a menudo microscópica, en tal objeto de deseo que acaba destruyéndola. Que es lo que ha ocurrido con las orquídeas colombianas, un don de la naturaleza que abunda en nuestro territorio, al grado de que algunos consideran al país como el más rico del mundo en sus especies: más de 4.000 han sido descritas por la ciencia e insignes orquideólogos han surgido de la mano de su admiración. 
 
No menos importante que las orquídeas en sí, sin embargo, es el comercio legal e ilegal al que están sujetas y del cual viven “materos”, viveristas y prestigiosos coleccionistas. Gracias a ellos se desarrollan espectaculares exhibiciones de variedades nativas e introducidas, así como de miles de híbridos producidos en laboratorio gracias a los avances de las tecnologías de cultivo. Igualmente, es cada vez más fácil para cualquier persona disfrutar de la compañía de una orquídea, pues abundan los libros para cuidarlas, o simplemente admirarlas. Me atrevo a decir que no hay finquero neorrural en Colombia que no tenga o pretenda tener un orquideario en su pequeño paraíso personal: porque también, con sus pétalos extendidos, las flores de estas especies asemejan ángeles protectores o pequeñas hadas. No es privilegio de las mentes de moral distraída ver cosas en la biología de otras.
 
Para muchos campesinos, no solo en Colombia, el cultivo y comercio de orquídeas se ha convertido en una actividad promisoria que casi nunca se limita a la compraventa. Las orquídeas, tal vez si consentidas, demandan atención, son caprichosas como la Bisset y no florecen así no más: nos seducen, nos atrapan. Lo cual es bueno, pues nos obliga a sacar lo mejor de nosotros y restaurar un poco el diálogo con la vida, como hace doña Marielita en la vereda Mortiño del páramo de Guerrero, en Carmen de Carupa. Ella, quien empezó con un vivero para facilitar la restauración de áreas degradadas con un proyecto ya extinto, acabó adoptándolas y hoy es capaz de reproducir cientos de especies con cariño y esmero. Y en el abandono, claro está. Óscar, en la Provincia del Tequendama, abajito del Salto, en Cundinamarca, posee un jardín de orquídeas espectacular y conoce y protege la flora de su región con más ahínco que cualquiera. Habrá centenares de casos por toda Colombia y solo para citar un ejemplo, la gobernación de Cundinamarca ha iniciado, con cargo a sus regalías, un proceso de estudio y recuperación de las variedades silvestres, que no salvajes, de este grupo botánico, con el fin de protegerlas y promover su cultivo: hay todo un renglón de la economía que podría fortalecerse con ello, aún después de décadas de robo descarado del patrimonio genético colombiano. Que por otra parte, pronto será fácil de evidenciar a través del uso de herramientas moleculares.  
 
Curiosamente, los celos y odios entre coleccionistas también son proverbiales. Se crean y destruyen asociaciones de orquideólogos con la frecuencia de su floración, y cada exhibición es escenario de intrigas que harían las delicias de Agatha Christie y hacen pensar que lo salvaje de las orquídeas no es su lujurioso aspecto, perfume o hábitos sexuales y reproductivos, sino el nuestro, liberado por una sencilla flor. A menos que algún demonio esté detrás. ¿O será Jaqueline?. 

 

Editorial de Brigitte Baptiste para la República: http://www.larepublica.co/

 

 
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