Por primera vez en Colombia, seis especies de aves y ocho de mamíferos serán monitoreadas para identificar sus patrones de movimiento
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El Área Metropolitana Valle de Aburrá y el Instituto Humboldt desarrollan un ambicioso proyecto de monitoreo de los movimientos de
fauna silvestre con una inversión cercana a los 3000 millones de pesos.
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Es la iniciativa de monitoreo de fauna más ambiciosa implementada hasta el momento en el país por el número de especies e individuos,
lo cual permitirá comprender cómo la fauna silvestre se relaciona en estos espacios urbanos y sus patrones de movimiento en el Valle de Aburrá.
Los dispositivos de monitoreo con tecnología GPS/GSM e Iridium son instalados a los individuos cuidadosamente por personal calificado.
En la imagen, el proceso en un Búho rayado (Asio clamator). Foto: Santiago Chiquito
Por primera vez en Colombia, más de 80 individuos de seis especies de aves y ocho especies de mamíferos podrán ser monitoreados mediante tecnología
automatizada de comunicación por transmisores GPS/GSM e Iridium, la cual permitirá establecer los patrones de movimiento de los individuos y con esto,
la posibilidad de conocer cómo la fauna silvestre se comporta en espacios urbanos.
Este ambicioso proyecto de ecología del movimiento, tiene como principales protagonistas al Área Metropolitana Valle de Aburrá y al Instituto Humboldt que,
mediante una inversión cercana a los 3000 millones de pesos, buscarán promover en el futuro estrategias de planificación y ordenamiento sostenible
del territorio que garanticen el movimiento, la conectividad y la conservación de la fauna silvestre en áreas urbanas.
A 12 de las 14 especies seleccionadas se le instalarán 80 transmisores GPS/GSM, mientras que a las dos restantes que hace referencia a diferentes
clases de felinos como el puma y el tigrillo, se les colocarán collares con tecnología GPS+Iridium, con el fin de generar un rastreo complementado
con cámaras de fotodetección, que facilitará el registro de imágenes por donde transitan los individuos, y así estudiar el comportamiento de dichos
individuos en un ecosistema urbanizado como es el Valle de Aburrá.
Juan David Palacio Cardona, Director del Área Metropolitana Valle de Aburrá, explicó que este proyecto de telemetría sería la iniciativa de
monitoreo de fauna silvestre más grande implementada en el país, la cual comenzará con el seguimiento de 82 animales, entre los que destacan
aves como el pigua, el gavilán pollero, el búho rayado, el coquito, la guacharaca y la garza bueyera; y mamíferos como el zorro perro, el tití gris,
la zarigüeya, la comadreja, la ardilla, el puma, el ñeque o guatín y el tigrillo lanudo.
“Este proyecto de telemetría se convierte en una oportunidad para que la ciudadanía tenga apropiación, sentido de respeto, uso responsable,
y entienda las dinámicas naturales de nuestro territorio metropolitano, que de una u otra manera, logren avances importantes en la generación del
conocimiento, para entender los procesos naturales de nuestro Valle de Aburrá”, explicó Juan David Palacio.
Hernando García, Director General del Instituto Humboldt, y Juan David Palacio, Director del Área Metropolitana Valle de Aburrá
(de izquierda a derecha) en una jornada de avistamiento de aves el pasado 21 de septiembre en el marco del proyecto de monitoreo.
Foto: Área Metropolitana Valle de Aburrá
Hernando García Martínez, Director General del Instituto Humboldt, resaltó el proyecto de telemetría y aseguró que será una buena manera para
que la ciudadanía aprenda cómo los animales cruzan los ríos, cómo se mueven por los bosques y hasta cómo se desplazan a través de los parques urbanos,
con el fin de que se logre información relacionada para la toma decisiones, la protección de la fauna silvestre, la planificación y el ordenamiento
de este territorio con una visión holística, sistémica, sostenible y resiliente.
“Somos optimistas de que este proceso de uso de tecnología e innovación sea semilla para reconocer con más claridad las relaciones entre los entornos
urbanos y la fauna silvestre que los hábitats, y que el Valle de Aburrá se convierta en un laboratorio vivo que promueva acciones de conservación y
sobre todo de apropiación social por parte de sus pobladores” indicó Hernando García.
El monitoreo lo realizará un equipo profesional conformado por ornitólogos, mastozoólogos y veterinarios, y permitirá información crucial para la toma
de decisiones en la gestión de la biodiversidad del Valle de Aburrá.
De otro lado, la aplicación 24/7
contará con una sección denominada “Mírame”, la cual tiene como finalidad hacer que los ciudadanos del territorio metropolitano se apropien de la
información y puedan entender las dinámicas de cómo la fauna silvestre se relaciona entre sí en un entorno urbano.
¡Estas serán las especies que el proyecto de telemetría podrá monitorear!
Colección de mamíferos: una forma de entender y conservar la naturaleza
Equipo de la colección de mamíferos del Instituto Humboldt, de izquierda a derecha: Yurani Pantoja (pasante de la Fundación Universitaria de Popayan),
Nathalia Moreno, Sebastián Cifuentes, Nicole Murillo (Pasante de la Universidad del Quindío), Nicolás Reyes y Julián Lozano. Foto por: Colección de mamíferos.
Más de 11.000 especímenes recolectados desde los años 60 reposan en la colección de mamíferos del Instituto Humboldt,
un lugar donde los científicos y la comunidad en general pueden ampliar su conocimiento sobre este grupo de la fauna nacional.
En el claustro San Agustín, en Villa de Leyva (Boyacá), se encuentran las Colecciones Biológicas del Instituto Humbolt.
Allí, reposan miles de especímenes de aves, peces, insectos, mamíferos, plantas, anfibios, reptiles e incluso sonidos.
El biólogo Nicolás Reyes Amaya es el curador de la colección de mamíferos del Humboldt,
catalogada como la tercera más grande en Colombia al albergar más de 11.000 especímenes de aproximadamente 410 especies,
material recolectado desde 1960 y procedente de ocho países.
“Esta colección ha sido un gran referente para el estudio de mamíferos colombianos, ya que del total de especímenes que alberga,
más del 90 por ciento corresponde a mamíferos presentes en el territorio nacional”, precisó Reyes.
Colección de mamíferos
Aunque los órdenes mejor representados son Chiroptera (murciélagos), Rodentia (roedores) y Primates(monos),
esta colección permite hacer un viaje a toda la diversidad de mamíferos que habitan en el territorio nacional, que a la fecha está representada en 543 especies.
“Esta cifra convierte a Colombia en el sexto país a nivel mundial en cantidad de especies de mamíferos,
un tesoro que para su estudio y análisis requiere del material que conforma las colecciones biológicas.
En estos lugares podemos estudiar a fondo varios aspectos de su biodiversidad e incluso de los cambios poblacionales y de los ecosistemas,
lo que nos permite pensarnos la conservación de la naturaleza basada en datos reales”, indica Reyes.
Historias de mamíferos
La colección de mamíferos del Instituto Humboldt cuenta con especímenes preparados tanto en seco como en líquido,
los cuales reposan en varios compactadores y están identificados por medio de etiquetas con un número único de registro,
que además de contener información básica se les está incluyendo varios códigos QR que permiten ampliar la información de cada espécimen.
Para Reyes, esta colección es una biblioteca de la biodiversidad colombiana de puertas abiertas al público.
“Toda la información histórica que albergamos en este lugar sobre la biodiversidad de Colombia,
los especímenes representados en forma de pieles, cráneos, mandíbulas, esqueletos y animales completos,
así como la información asociada a estos especímenes, puede ser estudiada por cualquier persona
y es un insumo de suma importancia para entender y poder conservar la naturaleza”.
El biólogo informa que cada uno de los especímenes revela una historia biodiversa que le hace un gran aporte a la ciencia.
“Hay de todo, desde individuos llamativos por sus grandes tamaños y su majestuosidad como el armadillo gigante, los osos andinos o las dantas,
hasta bastante pequeños y llamativos por su diversidad de detalles y formas como los murciélagos y roedores,
que en el mundo suman aproximadamente 1.400 y 2.300 especies respectivamente”.
Las especies están identificadas por medio de etiquetas que además de tener la
información básica cuentan con códigos QR que amplían la información. Foto por: Felipe Villegas
Según el curador de mamíferos del Humboldt, los murciélagos son un buen ejemplo de
cómo mediante las colecciones científicas se pueden entender las diversas características de las especies y la relación con su historia natural.
“Por ejemplo, podemos encontrar cráneos delicados y diminutos, con reducción de dientes y el hocico muy prolongado que
corresponden a las especies de murciélagos nectarívoros, que tienen un rol ecológico similar al de los colibríes y
se alimentan de forma similar a estos. También podemos encontrar cráneos grandes y robustos,
con dientes prominentes y grandes que semejan el cráneo de un carnívoro, y que corresponden a especies de murciélagos pescadores,
que se alimentan de la carne de los peces que cazan sobrevolando los espejos de agua”.
Para Reyes, acceder a esta información sobre la forma, la ecología y la evolución de las especies, permite entender mejor la naturaleza y así poder conservarla.
“Estas son algunas de las historias llamativas que parten de los estudios realizados en las colecciones biológicas”.
Una comadreja que se creía extinta
El último registro que se conocía de Mustela felipei, mamífero conocido con el nombre común de comadreja colombiana,
era un individuo que hace parte de las Colecciones Biológicas del Instituto Humboldt, el cual fue recolectado en 1986 en
inmediaciones del Parque Nacional Natural Cueva de los Guácharos.
“Esta comadreja única del sur de Colombia se creía extinta, ya que llevaba más de 30 años sin ningún tipo de reportes directos,
fotografías o videos de cámaras trampa. El último espécimen registrado estaba en nuestra colección”, complementa Reyes.
En 2018, Juan Manuel de Roux fotografió a una comadreja cuando la vio por casualidad
en la habitación de una finca del corregimiento El Carmen, en el municipio de Dagua (Valle del Cauca).
“El ciudadano publicó las imágenes del mamífero en la plataforma de ciencia ciudadana iNaturalist,
pero la listó como Mustela frenata, una comadreja de cola larga que es reportada con frecuencia en el país”, informó el biólogo.
En la colección de mamíferos del Instituto Humboldt reposan más de 11.000 especímenes. Foto por: Felipe Villegas
Sin embargo, la comadreja fotografiada no correspondía con la especie listada, ya que esta era más pequeña,
con la cola más corta y presentaba una mancha característica en su pecho, características propias del espécimen que reposa en la colección de mamíferos del Humboldt.
Expertos de la universidad Javeriana de Cali, la universidad de Caldas y el Instituto Humboldt
confirmaron que el registro de las fotos se trataba de la comadreja colombiana,
luego de analizar aspectos como su tamaño pequeño, cola corta carente de punta negra, una tonalidad más oscura y una mancha en el pecho o cuello del mismo color del dorso.
Esta comadreja se convirtió en el segundo registro validado de la especie para la cordillera occidental y
cerca de áreas protegidas como los parques Cueva de los Guácharos (Huila y Caquetá) y Los Farallones de Cali.
“Este caso es la mezcla perfecta entre la ciencia participativa y las colecciones biológicas,
ya que sumando los registros de colecciones y de ciencia participativa nos hacemos a una idea más completa del estado de esta especie en el país, de su distribución”.
Además, según Reyes, sin el espécimen con el que cuenta la colección no habría sido posible la identificación correcta de la especie.
“Las colecciones son testigos para la determinación correcta taxonómica de las especies,
un material que permite comparar o corroborar ciertos hallazgos”.
Para el investigador, esto demuestra cómo las colecciones funcionan como ese registro histórico o biblioteca de la biodiversidad.
“En todo el mundo, cualquier colección biológica lleva una narración de la naturaleza y es un testigo histórico
de la biodiversidad y sus cambios en los sitios donde hay registros”.
Especímenes antiguos que dejan huella
Más de 6.000 especímenes de mamíferos fueron donados por el Inderena a la colección del Humboldt a mediados de los 90,
los cuales hoy en día siguen siendo utilizados por los expertos para profundizar en el estudio de la biodiversidad nacional.
Una de esas herencias de antaño está conformada por pieles y cráneos de grandes felinos, piezas que fueron decomisadas por las autoridades
en diferentes operativos contra el tráfico ilegal de fauna silvestre.
“Aunque las pieles decomisadas algunas veces no dan mayor detalle sobre la procedencia
o distribución de los felinos, ya que pudo ser incautada en un camión que recorrió diferentes departamentos,
este material ha servido para realizar tomas de muestras genéticas y otros estudios”, menciona Reyes.
En la colección hay varias pieles de jaguares, felinos emblemáticos de las selvas colombianas que día a día merman su población por la cacería y la deforestación.
Varias personas le preguntan a Reyes la razón de tener este material decomisado,
a lo que responde que sirven tanto para la ciencia como para recordar lo nefasto que es el tráfico de fauna.
“Todos estos animales fueron cazados por los traficantes,
por lo cual contar con ese material lleva ese mensaje de que ese tráfico debe parar de una vez por todas.
Hay que resguardar estos hallazgos para que sea lo más útil posible para la ciencia”.
Varias de las pieles fueron decomisadas por las autoridades en diferentes operativos contra el tráfico ilegal de fauna silvestre.
Por ejemplo, con pieles, garras, patas y cráneos de pumas que reposan en la colección, varios científicos han dado marcha a estudios de morfología craneal,
evolutivos y ecológicos. “La preparación en seco nos permite ver tanto la piel y el cráneo como las vértebras y los huesos largos”.
Por medio de especímenes antiguos de osos andinos, los investigadores han mostrado que esta especie no es herbívora, como muchos aún repiten,
sino omnívora, es decir que además de elementos vegetales llega incluso a alimentarse de carne que caza o carroña.
“Esto se ha podido demostrar a través de piezas como los cráneos que reposan en este tipo de colecciones.
La dentadura de los molares del oso andino se asemeja más a la de los humanos que a la de los grandes carnívoros especializados,
lo que indica que es una especie omnívora. No es similar a la de los herbívoros y también difiere de la de los carnívoros”.
Los cráneos de los felinos como el puma cuentan con una anatomía filosa con molares inferiores y superiores que cuando encajan actúan como una tijera,
algo conocido como una muela carnicera o cuchilla carnicera.
“El oso andino no cuenta con estas características, por lo cual no es una especie netamente carnívora.
El estudio de su dentadura indica que es omnívoro, es decir que come tanto plantas (por ejemplo bromelias) como animales (ganado)”.
Para Reyes, el catalogar al oso andino como un herbívoro ha causado estragos en su convivencia con los campesinos.
“Cuando un oso se alimenta del ganado y la comunidad pide ayuda, muchas veces la respuesta es que no es cierto porque el oso es herbívoro,
entonces la comunidad al verse sola, va y lo mata.
Esa cacería directa por retaliación es un tema que aún debemos trabajar mucho en el país”.
La danta de tierras bajas también hace parte de la colección de mamíferos del Humboldt.
“Los especímenes como los que tenemos en esta colección han permitido estudiar y analizar aspectos como el hueso que le da sostén a la trompa,
así como la dentadura similar a la de las vacas, un indicador de que es una especie netamente herbívora”.
Reyes enfatiza que hoy en día ningún investigador recolecta en campo animales de gran porte y tan amenazados como felinos, osos o dantas.
“El material que tenemos es de viejas colectas realizadas hace varias décadas, cuando era posible algo así. Hoy en día nadie recolecta estos animales,
pues se trata de especies cobijadas por categorías de protección”.
El biólogo concluye que las colecciones biológicas deberían ser más apreciadas por todos los ciudadanos.
“Tenemos la suerte de poder albergar esa biodiversidad para que sea estudiada por quien quiera.
Las colecciones cuentan con información pública que nos permite seguir ampliando el conocimiento sobre esos tesoros que son nuestros recursos naturales”.
Mamíferos de Colombia: una riqueza con muchos vacíos de información
Estudio sobre los registros de mamíferos
en Colombia muestra que la Amazonia cuenta con los mayores vacíos de
información. Foto: Diego Lizcano (The Nature Conservancy).
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Así lo
revela el más reciente análisis sobre la distribución de los
mamíferos terrestres continentales del país, insumo elaborado por
seis científicos y liderado por un investigador del Instituto
Humboldt.
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Los
expertos analizaron 14 751 registros para 418 especies en el
territorio nacional. Sin embargo, en la mayoría de los departamentos
y ecorregiones la representatividad de estos datos no supera el 50
%.
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Gran parte de la información registrada de
estos animales proviene de las regiones Andina y Caribe, mientras que
la Amazonia, uno de los territorios más biodiversos, es la zona menos
estudiada.
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“El
muestreo de la diversidad de mamíferos de Colombia aún está bastante
incompleto, por lo cual cabe la posibilidad de encontrar nuevas
especies en las áreas pobremente muestreadas”, revela el estudio.
En las más de 114 millones de hectáreas de Colombia habitan por lo menos 520
especies de mamíferos, los únicos representantes del reino animal con pelo
en alguna parte de sus cuerpos y glándulas mamarias productoras de leche
para alimentar a las crías.
Los hay como en botica, desde ballenas de gran tamaño, delfines de río y
mar, misteriosos felinos como el jaguar y puma, osos andinos, primates
juguetones, venados saltarines, dantas que esparcen semillas, murciélagos,
marsupiales, hasta diminutos roedores.
Según el Sistema de
Información sobre Biodiversidad de Colombia (SiB Colombia), el
territorio nacional alberga 58 especies de mamíferos endémicos, es decir,
que no habitan en ninguna otra parte del mundo. Entre tanto, 57 están
catalogadas como migratorias y 42 figuran en alguna de las categorías de
amenaza.
En Colombia han sido registradas cerca de
520 especies de mamíferos, cifra que no representa toda la riqueza de
estos animales en el territorio nacional. Foto: Andrés Felipe Suárez
Castro (Instituto Humboldt).
Estas cifras convierten a Colombia en el sexto país más rico en mamíferos
del planeta, ya que concentra más del 8 % de las 6533 especies registradas a
nivel global. Sin embargo, esta riqueza nacional podría ser mucho más
elevada.
Así lo revela un reciente análisis sistemático sobre la distribución
temporal y espacial de mamíferos silvestres terrestres continentales de
Colombia (https://revistas.unal.edu.co/index.php/cal/article/view/85443/79004),
insumo elaborado por seis investigadores que revela profundos vacíos de
información en cuanto a los registros de este grupo de animales.
“Luego de compilar los registros primarios de mamíferos encontrados en
plataformas de biodiversidad, evidenciamos grandes vacíos de información.
Por ejemplo, los órdenes de estos animales presentan una representatividad
menor al 50 % en los departamentos y ecorregiones de Colombia”, aseguró
Andrés Felipe Suárez Castro, biólogo del Instituto Humboldt y líder de la
investigación.
Recopilando datos
El Instituto Humboldt y la Sociedad Colombiana de Mastozoología llevan
varios años analizado los Datos Primarios de Biodiversidad (DPB) sobre los
mamíferos del país, información depositada en plataformas como el SiB
Colombia y la Global Biodiversity Information Facility (GBIF).
“Estos análisis mostraron vacíos de información a nivel espacial y temporal,
un panorama que nos llevó a seis investigadores a indagar más a fondo sobre
los registros y la distribución a nivel departamental y de ecorregiones, un
trabajo que fue financiado a través de una beca postdoctoral de
Colciencias”, dijo Suárez Castro.
Un estudio de seis investigadores muestra
que en general todo el país presenta grandes vacíos de información en
cuanto a mamíferos. Fuente: Instituto Humboldt).
“A finales de 2019, Suárez, Héctor Ramírez (Universidad de Caldas), Elkin
Noguera (Instituto Humboldt), Jorge Velásquez (National Audubon Society),
José González (ProCAT Colombia) y Diego Lizcano (The Nature Conservancy)
iniciaron la recopilación general de los registros.
“Encontramos 77 603 registros de mamíferos en ambas plataformas, datos que
luego fueron filtrados con la información de los ejemplares que
reposan en las colecciones biológicas y las imágenes de trampas cámara. Este
filtro arrojó 14 751 registros para 418 especies”, informó el investigador
del Humboldt.
Luego, los científicos analizaron los polígonos de distribución de mamíferos
de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), los
cuales sirvieron de proxy para estimar la cantidad de especies presente en
los departamentos y ecorregiones de Colombia. “Esta información fue
comparada con los registros que encontramos en las plataformas y Datos
Primarios de Biodiversidad”, precisó Suárez Castro.
Este estudio, que será publicado este año en la revista Caldasia de la
Universidad Nacional de Colombia y ya está disponible para consulta (https://revistas.unal.edu.co/index.php/cal/article/view/85443/79004),
también calculó la diferencia media entre el número de años de los registros
y las áreas con vacíos de información donde dominan las presiones causadas
por las actividades antrópicas.
Amazonia: mucho por estudiar
Los investigadores evidenciaron que la representatividad promedio de los
registros de mamíferos terrestres de Colombia es baja y variable: 48 % para
los departamentos y 42 % para las ecorregiones.
Las áreas con mayores registros (representatividad superior al 60 %) fueron
las tierras bajas de la región Andina, el occidente del Caribe y algunas
zonas de la Orinoquia, e incluyen los bosques del valle del Magdalena,
bosques húmedos del Valle del Cauca, áreas secas entre La Guajira y
Barranquilla, bosques montanos de la cordillera Oriental y sabanas
inundables y altillanuras cerca del piedemonte llanero.
La Amazonia y Orinoquia Guayanesa son las
regiones colombianas con la representación más pobre de mamíferos. Foto:
Andrés Felipe Suárez Castro (Instituto Humboldt).
“Aunque estas regiones cuentan con una mayor cantidad de registros de
mamíferos, nuestro análisis concluye que en general todo el país presenta
grandes vacíos de información. Una representatividad inferior al 50 % es
demasiado baja para un territorio tan biodiverso como Colombia”, contó
Suárez Castro.
La Amazonia y la Orinoquia guayanesa son las regiones con una representación
más pobre de mamíferos. Según los expertos, esto se debe a que son los
sitios menos muestreados y explorados por factores como lo complicado de su
geografía y el conflicto armado.
“Los bosques húmedos transicionales entre la Orinoquia y Amazonia, en los
límites con Guaviare, Caquetá y Vichada, tienen una representatividad
demasiado baja (no mayor al 20 %); es decir que se encuentran pobremente
estudiados”, anotó el investigador del Humboldt.
La Sierra Nevada de Santa Marta y los manglares del Pacífico también figuran
en las ecorregiones con mayores vacíos de información. En la primera, los
polígonos de la UICN mostraban 158 especies, pero las plataformas y
colecciones solo arrojaron ocho.
Los departamentos de Guainía, Vaupés y
Guaviare arrojaron las representaciones más bajas de mamíferos. Foto:
Andrés Felipe Suárez Castro (Instituto Humboldt).
A nivel departamental, Santander, Caldas, Tolima, Cundinamarca y Meta
mostraron los mayores valores de representatividad de mamíferos, lo opuesto
a Guainía, Vaupés y Guaviare (valores inferiores al 30 %).
En Guainía, por ejemplo, los expertos esperaban encontrar 181 especies, pero
en los datos disponibles solo aparecieron 31 registradas (17,1 % de
representatividad). Este panorama fue similar en Vaupés, con 185 especies
esperadas y solo 36 registradas.
“Esto es entendible porque son zonas de difícil acceso y con problemas de
orden público, lo que ha evitado hacer muestreos en sus ecosistemas. Además,
Colombia no ha consolidado un plan claro para hacer un inventario de la
biodiversidad en todo el país de una forma más holística”, cuenta Suárez
Castro.
El análisis también arrojó que hay zonas relativamente cercanas a los
principales asentamientos humanos con valores bajos de representatividad de
mamíferos, como es el caso de los páramos del norte de los Andes, bosques
húmedos del occidente y el Catatumbo y los bosques montanos de Santa Marta.
“Este estudio demuestra que en todo Colombia persisten vacíos importantes de
conocimiento para la mayoría de los órdenes de mamíferos, en especial en las
regiones que son consideradas como los mayores epicentros de biodiversidad”,
revelan los seis científicos en el artículo científico.
Para los investigadores, el esfuerzo de
muestreo de mamíferos por año y década en Colombia no ha sido constante.
Foto: Diego Lizcano (The Nature Conservancy).
Falta constancia
Para Suárez Castro y los demás investigadores, el esfuerzo de muestreo de
mamíferos por año y década en Colombia no ha sido constante, aunque destacan
que los registros vienen en ascenso desde las décadas de los 70 y 80.
“Analizamos los datos en celdas de 50 por 50 kilómetros con el fin de
identificar cuántas veces habían sido muestreadas cada una de las órdenes de
mamíferos. Uno de los hallazgos es que la mayoría de las celdas han sido
muestreadas menos de cuatro años en promedio por orden, una cifra bastante
baja”.
Solo los carnívoros, murciélagos, marsupiales y roedores han sido
muestreados durante más de 10 años, todos en las regiones Andina y
Orinoquia. “Esto demuestra que el monitoreo temporal a nivel de poblaciones
se ha quedado corto. Hay que ver cómo incrementar esa cobertura temporal”,
complementa el biólogo del Humboldt.
Los carnívoros, murciélagos, marsupiales y
roedores han sido muestreados durante más de 10 años. Foto: Andrés
Felipe Suárez Castro (Instituto Humboldt).
El orden Eulipotyphla, donde están las musarañas, presenta vacíos de
información de más de 30 años entre los registros. Según Suárez Castro, esto
es grave porque no hay seguridad que las especies hayan sobrevivido a los
cambios de uso del suelo y transformación de los hábitats. “Las musarañas,
mamíferos pequeños y de zonas andinas, son las que tienen registros más
espaciados”.
Los mamíferos de tamaño grande como los ungulados de dedos pares e impares
(Artiodactyla y Perissodactyla) cuentan con pocos registros en el país,
mientras que los de pequeño porte presentan una mayor representatividad
espacial y temporal.
“Esto tiene que ver con las técnicas de muestreos. Por ejemplo, contamos con
una mayor cantidad de datos de murciélagos y roedores porque se pueden
capturar con redes de niebla y trampas Sherman. Sin embargo, en los últimos
10 años ha incrementado la información de mamíferos grandes y medianos por
medio de las trampas cámara”, indicó Suárez Castro.
Especies endémicas de pequeños mamíferos como roedores, marsupiales y
murciélagos están poco representadas y registradas en sitios puntuales. Este
es el caso de ocho especies únicas de murciélagos, que solo son conocidas en
menos de 25 localidades.
El muestreo de mamíferos en Colombia debe
concentrarse en zonas como los bosques tropicales de la Amazonia. Foto:
Andrés Felipe Suárez Castro (Instituto Humboldt).
“La curva de acumulación de especies de mamíferos a nivel nacional no
alcanzó una asíntota, es decir que tiene un comportamiento lineal. Esto
indica que el muestreo de la diversidad de mamíferos de Colombia es bastante
incompleto, por lo cual cabe la posibilidad de encontrar nuevas especies en
áreas pobremente muestreadas”, dicen los investigadores.
Los expertos encontraron que no existe un incremento claro en el esfuerzo de
muestreo a lo largo del tiempo. “Los mayores esfuerzos de recolección
corresponden a estudios de enfermedades zoonóticas en mamíferos durante las
décadas de los 60 y 70. Hoy en día, el pico más reciente corresponde al auge
de las trampas cámara como método de muestreo”.
Áreas prioritarias
Los investigadores recomiendan que el muestreo de mamíferos en Colombia debe
concentrarse en zonas como los bosques tropicales de la Amazonia, en los
límites de los departamentos del Caquetá y Amazonas, además en el Escudo
Guayanés en la región de la Orinoquia.
“Estos son los territorios menos muestreados y más biodiversos, por lo cual
los esfuerzos deben estar enfocados allí para ir llenando los vacíos de
información. Otras zonas prioritarias son los bosques del Vaupés, sabanas
hiperestacionales y de altillanura plana en Vichada y las sabanas inundables
de Arauca y Casanare”.
Los departamentos del Caquetá y Amazonas y
el Escudo Guayanés en la región de la Orinoquia, también requieren de
mayores muestreos. Foto: Andrés Felipe Suárez Castro (Instituto
Humboldt).
El análisis también muestra que es necesario priorizar zonas con una alta
presión antrópica, como los bosques secos adyacentes a la Sierra Nevada de
Santa Marta, bosques húmedos de la Amazonia en Guaviare y los llanos entre
Casanare, Vichada y Meta.
“Aumentar la cobertura y representatividad de los Datos Primarios de
Biodiversidad requiere análisis detallados de riesgo de transformación de
paisaje, donde existe una alta probabilidad de que ocurran procesos de
extinción local”, cita el artículo.
En zonas de la Orinoquia y Amazonia en las fronteras con Venezuela, Brasil y
Perú, varias de las especies de pequeños mamíferos carecen de registros
verificados en Colombia. “Es posible que más de 20 especies de pequeños
mamíferos registradas en Brasil, Ecuador, Panamá y Perú se encuentren en
Colombia en áreas pobremente muestreadas”, revela la investigación.
Para llenar los principales vacíos de conocimiento sobre los mamíferos,
Suárez Castro manifestó que es necesario continuar con iniciativas como las
expediciones BIO o monitoreos realizados por entidades como en Instituto
Sinchi en la Amazonia.
Los investigadores precisan que es
necesario fortalecer las colecciones biológicas del país y aumentar el
presupuesto para la investigación de mamíferos. Foto: Andrés Felipe
Suárez Castro (Instituto Humboldt).
“El acceso a las bases de datos de las plataformas nos ha permitido ampliar
el conocimiento sobre los registros de las especies. Sin embargo, es
necesario que toda esta información sea publicada y esté disponible para
consulta de toda la ciudadanía. Las nuevas herramientas tecnológicas nos
permiten registrar los hallazgos, registros que son curados por expertos”.
Los investigadores también sugieren realizar inventarios por medio de
herramientas de ciencia ciudadana y los datos de los estudios de impacto
ambiental, además de destinar mayores recursos para seguir estudiando la
biodiversidad del país.
“Es necesario continuar con el fortalecimiento institucional para reportar y
curar la información proveniente de múltiples fuentes, además de priorizar
evaluaciones ecológicas rápidas, el fortalecimiento de las colecciones y la
liberación de información mediante bases de datos en línea”.
Para Suárez Castro, Colombia debe fortalecer las colecciones biológicas del
país y aumentar el presupuesto para que más investigadores puedan discernir
los patrones de la biodiversidad de una forma más robusta.
“Además, como investigadores tenemos la tarea de publicar la mayor cantidad
de registros en las bases de datos y llevarlos a las colecciones biológicas,
insumos que nos van a permitir llenar esos vacíos de información que hay
sobre mamíferos y los demás representantes de nuestra fauna silvestre”,
afirmó el biólogo del Humboldt.
Se da inicio a la actualización de la lista roja de los mamíferos amenazados en Colombia
Colombia está catalogado como el sexto país con mayor cantidad de especies de mamíferos en el mundo. Fotos: Felipe Villegas, Jhon Barros y Fundación Wii.
• El último Libro Rojo de los Mamíferos del país fue publicado hace 15 años, tiempo en el cual estos animales se han visto seriamente afectados por la transformación y deterioro de los ecosistemas, principalmente desatados por la deforestación, creciente pérdida de hábitat, sobreexplotación (uso y caza) y tráfico ilegal.
• El Instituto Humboldt, la Asociación Colombiana de Zoología y la Sociedad Colombiana de Mastozoología lideran la actualización de este grupo, un trabajo en el que han participado más de 110 investigadores, 60 instituciones, profesionales y becarios.
• Los científicos recopilaron información para un grupo piloto de 189 especies de mamíferos por medio de una detallada revisión de datos provenientes de colecciones biológicas y esfuerzos de fototrampeo.
• A finales de este año los expertos en mamíferos del país habrán evaluado el estado de amenaza de estas especies de acuerdo con los criterios de la UICN.
Cerca del 10% de la biodiversidad del planeta está concentrada en Colombia, un territorio de aproximadamente 114 millones de hectáreas donde se han registrado más de 58300 especies de plantas y animales, de las cuales 8800 son únicas en el mundo.
Es el segundo país con mayor riqueza natural en términos de biodiversidad en el globo terráqueo. Su biodiversidad extrema se debe a una ubicación geográfica privilegiada, un relieve único y una amplia variedad de climas, factores que lo convierten en un sitio propicio para albergar distintos ecosistemas y formas de vida.
Sus dos salidas a los océanos Atlántico y Pacífico, tres cordilleras andinas, selva amazónica, el Chocó Biogeográfico, las sabanas de la Orinoquia, parte del Escudo Guayanés, desiertos, páramos y una Sierra Nevada única en el planeta son tan solo algunas de sus joyas ecosistémicas.
El puma mide hasta 1,6 metros de largo. Es una de las especies ya catalogadas como amenazadas en Colombia. Foto: Instituto Humboldt.
Aunque Colombia es reconocida como el principal refugio de aves y orquídeas en el mundo, los mamíferos (animales con pelos y glándulas mamarias productoras de leche), también han encontrado en sus dominios ecosistémicos un sitio ideal para establecerse, ubicando al país en un cuarto lugar a nivel global en cuanto a diversidad de especies.
Con 520 especies de mamíferos registradas, de las cuales 58 son endémicas o únicas del territorio nacional, Colombia ostenta el título del sexto país más rico en estos animales, grupo que incluye felinos, murciélagos, marsupiales, primates, roedores, cetáceos, entre otros.
Del total, 42 especies han sido catalogadas por los científicos como los mamíferos más amenazados: seis en peligro crítico de extinción, ocho en peligro y 24 vulnerables a desaparecer. En este listado están joyas naturales como el jaguar, el oso de anteojos, el tití cabeciblanco y el delfín rosado.
El tití cabeciblanco, primate endémico de Colombia, figura entre los mamíferos más amenazados en todo el territorio nacional. Foto: Felipe Villegas (Instituto Humboldt).
Sin embargo, gran parte de estos datos provienen del último Libro Rojo de los Mamíferos de Colombia, publicado en 2006 por Conservación Internacional en colaboración con otras instituciones como autoridades ambientales, ONG y el Ministerio de Ambiente, lo que significa que dicha evaluación requiere de una urgente actualización.
La nueva Lista Roja de los Mamíferos es fundamental para múltiples procesos de conservación, planificación del desarrollo y para entender, incluso, el desempeño ambiental del país, por lo que es necesario contar con datos relevantes y actualizados para entender cómo las amenazas han afectado a estos animales y las medidas necesarias para revertir dichos procesos que amenazan su existencia en el país.
En casi dos décadas, los ecosistemas colombianos que le ofrecen hogar a los mamíferos han cambiado radicalmente. Por ejemplo, la deforestación, la peor problemática ambiental en el país, arrasó con cerca de 2.8 millones de hectáreas de bosque entre 2000 y 2019, la mayoría en la Amazonia.
“Los conflictos ambientales han repercutido en la fauna y flora nacional. En el caso de algunos mamíferos, como los grandes depredadores, son los primeros en verse afectados cuando los ecosistemas son alterados”, precisó Lina Marcela García L., bióloga e investigadora del Instituto Humboldt.
La actualización del Libro Rojo de Mamíferos identificará qué tan amenazados están los murciélagos de Colombia. Foto: Felipe Villegas (Instituto Humboldt).
Más de 180 especies con información
El Instituto Humboldt, la Asociación Colombiana de Zoología (ACZ) y la Sociedad Colombiana de Mastozoología aunaron esfuerzos para actualizar las evaluaciones de riesgo de extinción de los mamíferos de Colombia publicadas en su momento en el Libro Rojo de los Mamíferos en 2006, además de incluir otras especies priorizadas por su endemismo y uso.
“Tenemos un alto rezago sobre el grado de amenaza de nuestros mamíferos ya que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) recomienda actualizar las evaluaciones de riesgo de extinción por lo menos cada cinco años”, precisó la bióloga del Humboldt María Piedad Baptiste E.
Por medio de un convenio de cooperación suscrito en noviembre de 2020, las mencionadas entidades compilan toda la información sobre los mamíferos de Colombia que reposa en sitios como las colecciones biológicas de entidades públicas y privadas, además de datos de fototrampeo de ONG, universidades públicas o privadas e investigadores independientes.
El jaguar es el felino más grande de América, con tamaños que pueden alcanzar los dos metros de largo. Foto: Fundación Panthera.
“Ya ajustamos una base maestra para la generación de fichas de mamíferos, insumos que incorporan la información relacionada con los parámetros ecológicos, uso y amenazas de estos animales”, precisó Baptiste en una reciente socialización del convenio.
Según Lina García y Gabriel Pantoja, investigador de la ACZ, a la fecha se han encontrado más de 50000 registros en colecciones y fototrampeo para las 189 especies de mamíferos priorizadas correspondientes a 15 órdenes, 43 familias y 106 géneros.
De los mamíferos identificados a la fecha, cerca del 35% corresponde a carnívoros, 30% a roedores, 15% a artiodáctilos o ungulados con dedos pares y 5% a perisodáctilos o ungulados de dedos impares.
Con porcentajes menores están los cingulados o armadillos, pilosos (osos hormigueros, tamandúas y perezosos), lagomorfos o conejos, murciélagos, eulipotiflanos (erizos, topos y musarañas), primates y cetáceos (delfines y ballenas).
Las nutrias también están entre los mamíferos más amenazados del país. Foto: Fernando Trujillo: Fundación Omacha.
En cuanto a la búsqueda de información sobre la distribución, usos, amenazas y demás aspectos ecológicos de los mamíferos, los científicos se han concentrado en plataformas como Google Scholar, Ilibrary, Naturalist, Scopus Preview, Elsevier y Web of Science, junto a las revisiones de repositorios de distintas universidades del país.
“La mayoría de recursos consultados fueron artículos científicos y recursos electrónicos. En menor medida se logró acceder a tesis de grado o reportes esporádicos debido a la inaccesibilidad y no disponibilidad de dichos insumos”, informaron los líderes del convenio.
La meta de este año
El primer paso para actualizar la Lista Roja de los Mamíferos de Colombia fue la recopilación de información, un trabajo que contó con la participación de 115 personas, 8 curadores de colecciones biológicas, 60 instituciones como universidades y ONG, profesionales y becarios.
“Siguiendo todos los requerimientos y estándares de la UICN logramos gestionar, consolidar y validar la información de base. La segunda etapa, que irá hasta el mes de julio, será definir e implementar el esquema operativo para hacer las evaluaciones a través de la participación de diversos expertos”, dijo Baptiste.
El oso de anteojos está bastante afectado por la deforestación y ataques de los humanos. Foto: Fundación Wii.
Entre julio y octubre, el Instituto Humboldt, la Asociación Colombiana de Zoología y la Sociedad Colombiana de Mastozoología, con el apoyo de otros mastozoólogos, avanzarán en la evaluación de la categorización con la UICN y el envío de los resultados a las instancias correspondientes.
“A finales de este año esperamos contar con la actualización de la Lista Roja de los Mamíferos de Colombia, insumo que iremos socializando en diversas instancias a nivel nacional e internacional. El objetivo es incluir todos los resultados en la lista oficial de especies amenazadas de Colombia”, informó Baptiste.
Con los resultados de este convenio, los investigadores elaborarán un artículo científico sobre los mamíferos endémicos y amenazados del país, que espera ser publicado en la revista Biota Colombiana, promoviendo la divulgación de datos como insumo clave para la toma de decisiones.
“También estamos subiendo los insumos en la Infraestructura Institucional de Datos del Humboldt (I2D), el Sistema de Información de Biodiversidad de Colombia (SiB) y Biomodelos, para que luego puedan ser consultados por los científicos y la ciudadanía en general”, puntualizaron las entidades.
Los primates colombianos se están quedando cada vez más sin hogar. Foto: Felipe Villegas (Instituto Humboldt).
Epicentros de datos
Las colecciones biológicas, sitios donde reposan los hallazgos de la flora y fauna colectados por los científicos en las expediciones por la biodiversidad, son grandes epicentros de información para consolidar los libros rojos de los recursos naturales.
Para la actualización de la lista roja de mamíferos, los investigadores de las tres entidades contactaron a 22 colecciones del país, de las cuales 8 decidieron participar en este ejercicio para su conservación.
Las que acataron el llamado fueron la del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional, Museo de Historia Natural de la Universidad Distrital, Universidad de Caldas, Instituto Tecnológico Metropolitano, Museo de La Salle, Universidad de Nariño, Museo de Historia Natural de la Universidad de los Andes e Instituto Humboldt.
El delfín rosado también padece por las actividades humanas. Foto: Felipe Villegas (Instituto Humboldt).
Estos sitios aportaron más de 1300 registros de 94 especies de mamíferos, correspondientes a 31 familias, 12 órdenes y 63 géneros. La mayoría de la información proviene de departamentos como Cundinamarca, Caldas, Antioquia, Huila, Meta, Caquetá, Chocó, Arauca, Casanare, Santander, Boyacá y Tolima.
“Las colecciones que no han participado aún nos pueden enviar su información. Es de suma importancia contar con más datos en regiones como la Amazonia, Orinoquia y el Chocó Biogeográfico, donde están los mayores vacíos”, precisaron los expertos.
En cuanto al fototrampeo, más de 50 universidades, instituciones gubernamentales y no gubernamentales e investigadores independientes aportaron 53900 registros de 62 especies de mamíferos (10 órdenes, 27 familias y 50 géneros), información que fue organizada en 33 bases de datos.
Colombia alberga seis especies de felinos, todas bastante amenazadas por la mano del hombre. Foto: Instituto Humboldt.
Los roedores y carnívoros son los mamíferos con más información a partir del fototrampeo, ya que las cámaras trampa normalmente son instaladas a nivel de suelo. Cundinamarca fue el departamento con mayor cantidad de datos.
“También tenemos información considerable en Amazonas, Caquetá, Santander, La Guajira, Vichada y Meta. Sin embargo, hay carencia de datos en sitios como Cesar, Norte de Santander, Guaviare, Guainía y la parte insular de Colombia”, indicaron los expertos.