Instituto de Investigación de Recursos Biológicos
Alexander von Humboldt

Investigación en biodiversidad y servicios ecosistémicos para la toma de decisiones

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Gobernar chigüiros


Brigitte Baptiste, directora del Instituto Humboldt

Es indudable que en la vasta región del llano que corresponde a los departamentos de Boyacá, Casanare y Arauca, que nada tiene que ver con la altillanura de otros debates, se ha venido desmontando de manera sistemática la infraestructura ecológica de soporte. La deforestación en el piedemonte ha sido feroz y totalmente irresponsable y como bien mencionó un diputado de la región, aún se movilizan camiones enteros de maderas finas del Parque del Cocuy hacia el centro del país. La transformación de los paisajes propios de las sabanas inundables, ecosistema que conocen mucho mejor los venezolanos que nosotros, así como de los modos de vida llaneros, ha sido drástica y lamentable en las últimas dos décadas, lejos, muy lejos de la idea de sostenibilidad. 

También es indudable que el crecimiento generalizado y desordenado de la actividad petrolera, arrocera y palmera, las fuerzas más vistosas, ha generado una gran competencia por agua entre ellas y con los usos tradicionales, conflicto que cobró la vida del director de Corporinoquia, Carlos Hernando Vargas, hace más de 15 años y que hoy tiene en vilo, cuando menos, la cabeza de su actual directora, quien con justicia reclama que su gestión no sea evaluada “a ojo”.

Es inocultable que cientos de miles de personas han llegado a las ciudades periféricas de una región (poquísima gente vive “llano adentro”), donde prácticamente no existe ningún programa académico que busque entenderla: Unitrópico en Yopal fue saboteada explícitamente por las gobernaciones que hoy responden desde la cárcel por otros delitos, y Unillano apenas lanzó sus programas de biología, gestión ambiental y sistemas sostenibles de producción agropecuaria. Mientras tanto, los viejos ganaderos que han manejado sus hatos por décadas en una vida entrañablemente asociada con la fauna silvestre, cazando y cosechando sosteniblemente las manadas de chigüiros (recordar que son roedores, que nunca han estado en vías de extinción), son apilados y juzgados  “a ojo” con otras ganaderías devastadoras que sí son responsables de desecación aguas arriba. Tienen razón en estar indignados, si además de no poder usar sus recursos (ICA no da licencia sanitaria a la carne de chigüiro) notan que mientras todo el mundo busca comprar un carrotanque para hacer su vida, el agua que les falta para tomar y para su sistema productivo se usa para regar las vías polvorientas de la región.

Y es indudable que el cambio climático, un fenómeno global, afectará duramente una región que está en alerta roja por su natural tendencia a los extremos pluviales: sabanas hiperestacionales, las llamó Guillermo Sarmiento (PhD, U Mérida) hace décadas, donde dunas congeladas que indudablemente se reactivarán en el oriente casanareño nos recuerdan que tendremos desierto.

Pero ninguno de estos fenómenos se puede medir o gobernar “a ojo”. Más frustrada debe sentirse la Academia Colombiana de Ciencias Físcas, Exactas y Naturales cuando confirme que el rigor y la búsqueda de conocimiento más objetivo “no pega” y a partir de una imagen de chigüiros muertos en una pequeña localidad se gesta una revolución, en donde por partes iguales ciudadanos sensibles se aterran, periodistas amplifican, y políticos hábiles pescan, en un caso que probablemente nada tiene que ver con las situaciones descritas en los párrafos anteriores. “A ojo” se ha extrapolado por todas partes, “a ojo” se han provisto cifras de todo tipo y con ellas abierto juicios de responsabilidad, y “a ojo” se ha convertido un proceso ecológico milenario en una señal del apocalípsis. Lamentable, porque cuando comiencen a aparecer de verdad estas señales, creeremos estar listos…

Comparto el afecto y la preocupación de todos por el Casanare y el llano, que he andado, no tanto como Alfredo Molano, gran maestro; y no dudo que el petróleo, la agroindustria, y los nuevos llaneros, al tiempo que han contribuido con la economía regional y nacional (y eso que las regalías las han embolatado), vienen causando, en una acción sinérgica derivada de la escasa planificación, un gran desastre ambiental regional. Pero no hay que confundir peras con manzanas, o mejor, chigüiros con ovejas, porque gobernar ecosistemas requiere más ecología que pasión.

Con todo, la crisis ha abierto un capítulo nuevo en la historia de Colombia: ahora estamos seguros de que, además y para siempre, hay que gobernar chigüiros.

Editorial de Brigitte Baptiste para la República: http://www.larepublica.co/

Estrategia Nacional para la Conservación de Plantas

Las plantas constituyen la base estructural de los ecosistemas en el planeta y como tal tienen un papel fundamental en su funcionamiento. Las plantas son a su vez de gran importancia para asegurar el bienestar humano, debido a los numerosos productos para consumo y uso que ofrecen y su contribución en la provisión de servicios ecosistémicos. El número de especies de plantas en el planeta se estima es superior a 300.000 y en Colombia se estima se encuentran 30.000, siendo el segundo país en diversidad de especies vegetales. Sin embargo para un gran porcentaje de estas especies la información disponible sobre distribución, ecología y estado de conservación es escasa. 

En las últimas décadas se ha hecho un llamado a todos los gobiernos e instituciones involucradas en el manejo y conservación de plantas a nivel global para que aseguren la protección de todas las especies del planeta. Este llamado se hizo tangible en el establecimiento en el 2002 de la Estrategia Mundial para la Conservación de Especies Vegetales (EMCEV) en la decisión VI/9 de la sexta reunión de la Conferencia de las Partes (o Gobiernos), el órgano rector del Convenio de Diversidad Biológica. En el 2010, se adoptó una versión actualizada de la estrategia para los años 2011-2020, para cuya implementación se requiere acciones a escalas local, nacional, regional y global, incluyendo el desarrollo de Planes de Acción y Estrategias de Biodiversidad Nacionales. 

En Colombia, en el año 2001, en el marco de la Política de Biodiversidad, el Instituto Humboldt lideró la elaboración de la Estrategia Nacional para la Conservación de Plantas (ENCP), con la participación de diversas instituciones académicas y gubernamentales. La estrategia se concibió como un instrumento para articular el conocimiento científico, la institucionalidad ambiental y los instrumentos de política en escenarios de decisiones para la gestión integral de la biodiversidad. En el 2010 se presentaron los avances de la ENCP desde su publicación hasta 2009 y se incorporó una estructura que vincula los ejes propuestos por la ENCP con los objetivos y metas de la EMCEV. En 2008 se estableció como punto focal de la EMCEV en el país a la Red de Jardines Botánicos de Colombia.

La estrategia cuenta con dieciséis metas para cumplir cinco objetivos:  1) entender y documentar la diversidad de plantas, 2) conservar la diversidad de plantas, 3) utilizar la diversidad de plantas de manera sostenible, 4) promover educación y concienciación acerca de la diversidad de plantas, y 5) crear capacidad para la conservación de la diversidad de plantas.  Adicionalmente se propuso una Agenda de Investigación y Monitoreo, la cual propone 4 fases de trabajo que combinan definición de prioridades para conservación y acciones de conservación in situ y ex situ.

Misión

Identificar el estado de conservación de la flora en Colombia y tomar medidas para su conocimiento, protección y uso sostenible.

Investigadores

Carolina Castellanos Castro (Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.), Hernando García (Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.)

En el contexto de la ENCP el instituto Humboldt está colaborando con otras instituciones en las siguientes iniciativas. 

Regionalización de la ENCP

La ENCP con el fin de orientar los esfuerzos regionales o temáticos a nivel nacional para la conservación de plantas, propone la “Agenda de investigación y monitoreo” como un modelo de regionalización de la ENCP. Esta agenda recoge los pasos que cada autoridad ambiental o grupo de investigación debe seguir para implementar un programa de conservación de especies prioritarias. La importancia de la regionalización radica en que la división de un territorio en áreas menores con características comunes, representa una herramienta metodológica básica en la planeación ambiental.

La primera fase de la agenda es la priorización e integración de información de especies vegetales. En este sentido, desde el 2011 el instituto en conjunto con la Red Nacional de Jardines Botánicos ha venido implementado en talleres regionales la “Metodología para la priorización de especies en Colombia como un requerimiento para programas de monitoreo en conservación”. Esta metodología vincula a los botánicos, ecólogos de plantas, investigadores de universidades, ONG´s, centros de investigación y autoridades ambientales a nivel regional. La priorización se basa en una serie de criterios y sub-criterios para la identificación de prioridades de conservación y de la capacidad de gestión de las autoridades ambientales para implementar programas de conservación. 

Hasta el momento, en Colombia se han hecho tres ejercicios regionales para definir las prioridades de conservación de plantas. La lista de las especies prioritarias que ha resultado en cada región se encuentra disponible en el Sistema de información sobre Biodiversidad – SIB, en conjunto con información ecológica de cada especie.  

En el Eje Cafetero se realizó el primer ejercicio de priorización en el 2011, en donde se evaluaron 123 especies y se priorizaron 40. 

En la región de la Orinoquia se realizó el segundo ejercicio de priorización en el 2012, en donde se evaluaron 123 especies y se identificaron 78 especies prioritarias. 

En la región Caribe se realizó el tercer ejercicio de priorización en el 2013, en el cual se consolidó un listado de 111 especies prioritarias para la conservación.

Los talleres regionales para la priorización de especies amenazadas, son fundamentales en el proceso de consolidación de agendas comunes, que contribuyen a unir esfuerzos y avanzar en la estrategia de conservación de plantas amenazadas en el ámbito regional. Estas listas de especies se convierten en un insumo necesario para la toma de decisiones y la gestión de recursos a escala regional, encaminados a la implementación de acciones de conservación in situ y ex situ.

 

Análisis de riesgo de extinción de plantas en Colombia.

Dando cobertura a la meta 2 de la EMCEV, que propone producir una evaluación del estado de conservación de todas las plantas conocidas, en el ámbito nacional, regional e internacional. Desde el 2002, se han publicado siete libros en la Serie Libros Rojos de las Plantas de Colombia, evaluando 1.854 especies de flora e identificando 691 especies como especies amenazadas.  

1.Libro rojo de briófitas de Colombia (Linares & Uribe-Meléndez, 2002)

2.Libro rojo de plantas fanerógamas de Colombia. Volumen 1: Chryssobalanaceae, Dichapetalaceae y Lecythidaceae (Calderón et al., 2002)

3.Libro rojo de plantas de Colombia. Volumen 2: Palmas, frailejones y zamias (Calderón et al., 2005)

4.Libro rojo de plantas de Colombia. Volumen 3: Las bromelias, las labiadas y las pasifloras (García & Galeano, 2006)

5.Libro rojo de plantas de Colombia. Volumen 4: Especies maderables amenazadas, primera parte (Cárdenas & Salinas, 2007)

6.Libro rojo de plantas de Colombia. Volumen 5: Las magnoliáceas, las miristicáceas y las podocarpáceas (García, 2007).

7.Libro rojo de plantas de Colombia. Volumen 6: Orquídeas, primera parte (Calderón-Sáenz, 2007).

El número de especies evaluadas corresponde sin embargo solo al 8% de las especies de plantas en Colombia, cifra que hace imprescindible fortalecer y hacer más eficiente este proceso. Por esta razón, a finales del 2013, el instituto Humboldt en colaboración con otras instituciones organizó el foro internacional “Análisis de riesgo de extinción en países megadiversos”. 

Como resultado de este taller se logró consolidar un grupo de entidades que liderarán la iniciativa nacional para la evaluación de riesgo de extinción de especies, como un mecanismo de integración de información y conocimiento que oriente decisiones acertadas alrededor de la conservación de plantas. Asegurando que los resultados estén disponibles para la comunidad científica, las autoridades ambientales y los tomadores de decisiones.

Instituciones participantes

Red Nacional de Jardines Botánicos de Colombia (Punto focal) – Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Instituto de Ciencias Naturales, Universidad Nacional de Colombia. 

Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas – SINCHI.

CORANTIOQUIA.

Asociación de Herbarios de Colombia.

Asociación Red Colombiana de Reservas Naturales de la Sociedad Civil – RESNATUR. 

Asociación Colombiana de Autoridades Ambientales – ASOCARS.

Pontifica Universidad Javeriana, Bogotá

Instituto de Biología, Universidad de Antioquia 

 

 

Estudios sobre la ecología del chigüiro (Hydrochoerushydrochaeris), enfocados a su manejo y uso sostenible en Colombia

Esta publicación presenta los resultados de las investigaciones realizadas por la línea de Uso y saberes locales del Instituto Humboldt, en el marco del proyecto “Conservación y uso sostenible del chigüiro en el departamento  del Casanare”. El objetivo del proyecto fue adelantar los estudios necesarios  para dar lineamientos sobre el uso sostenible de la especie en el departamento  del Casanare como una estrategia de conservación, a partir de la necesidad  de dar una solución al tráfico ilegal, basada en información biológica.  Estructurada a manera de artículos temáticos que en conjunto conforman una línea base de información acerca de la situación actual de las poblaciones  de chigüiro en cuatro zonas del departamento del Casanare, la publicación  aporta lineamientos para el manejo de esta especie.

Consulte aquí la publicación.

Educando a Pangasio

Brigitte Baptiste, directora del Instituto Humboldt

Hay más de una controversia crítica en términos de gestión de biodiversidad, seguridad alimentaria y nutricional, desarrollo rural y alivio de la pobreza.

El tema de las semillas y el derecho de intercambiarlas, transplantarlas o mejorarlas lidera el debate, pero no es el único. La cacería de subsistencia, el rancheo o cosecha de animales del medio natural, y la creación de sistemas productivos sostenibles basados en fauna silvestre son un tema casi tabú en Colombia, lleno de prejuicios y afirmaciones sin fundamento, tanto por parte de los “defensores del medio ambiente” como de los “terribles depredadores”. 

La paradoja del animalismo urbano es tremenda: los gatos y perros son una de las causas de destrucción más grave de otras especies, pero nos concentramos en sus derechos sin atribuirles deberes. 

Vacas, cerdos, cabras y gallinas son también animales domesticados por pueblos diferentes a los nativos de América e introducidos desde Europa a partir del siglo XVI. Pocas personas se imaginan estas especies en su medio natural o siendo parte de un ecosistema silvestre del cual habrían sido extraídas no hace más de 15.000 años en general. Sería muy difícil además pensar la vida cotidiana sin ellos, aun cuando hay muchas regiones y culturas que lo hacen, y que, dicho sea de paso, tampoco comen “verduras” para garantizar su salud, un cuento bien armado que puede ser gozoso para el paladar pero es innecesario para la nutrición: sugerir que se ha de cultivar y consumir lechuga y zanahoria en todas partes resuena a programa de fomento agropecuario colonial.

Contamos en nuestro extensísimo sistema fluvial y lacustre con más de 1.500 especies de peces de agua dulce que fueron por milenios la principal fuente de proteína, y hoy en día la única disponible para otros miles de pescadores.

Se requerirían billones de pesos para sustituir el aporte espontáneo de la naturaleza a estos colombianos así en muchos casos venga con mercurio y diversidad de parásitos y patógenos provenientes de la ausencia de tratamiento de los vertimientos urbanos. Pesquerías en crisis también por la interrupción hidroeléctrica de las subiendas (y bajanzas), migraciones típicas de los peces que requieren nadar arriba y debajo de los ríos para completar sus ciclos de vida, cada vez más ajenos al conocimiento urbano de quienes compran filetes congelados y no tienen cómo reconocer qué están comiendo, de donde viene, qué significa. Proteína globalizada en salsa, respuesta industrial a una demanda cada vez menos educada, a la que le venden basa por mero, caimán negro por bagre pintado. 

La simplificación deliberada de nuestra dieta, la destrucción de las tradiciones culturales que identifican el territorio como fuente de vida, entendida no como una pradera o un lago interminable que suministra materias primas sin nombre ni cualidades es otro signo de empobrecimiento, encubierto por los espejos de la publicidad que siempre parece ofrecer cosas nuevas. Incapaces de ver nuestro país como un territorio lleno de sorpresas estimulantes, de retos y oportunidades gozosos de crecer y disfrutar algo más que la “alimentación” con productos concentrados que nos convierte en mascotas, hemos pasado de tener en la mesa un pez distinto para cada día del año, a conformarnos con tres o cuatro, importados, naturalizados, e insistimos en convertir la riqueza biológica nacional en un paisaje de gallineros industriales de peces, algunos de los cuales inevitablemente escapan y, como buenos comedores de todo (condición para asegurar la rentabilidad al menor costo de alimentación), se comen todo: ranas, peces nativos, insectos que cuando adultos emergerán para mantener el mundo andando, toda la fauna.

Ocasionalmente también como trucha y tilapia. Pero conozco y disfruto el pintadillo, la curbinata, el bocachico y decenas de peces que comen frutos y hormigas en las selvas inundadas, trayéndonos la variedad de sabores más exquisita que cualquiera pudiese desear: la dieta ecuatorial tiene peces para todo el año, al decir de María Clara van der Hammen y Carlos Rodríguez, de la Fundación Tropenbos (Revista Cespedesia, 1996).

Cuentan que algunos viejos sabedores de la selva viajaron hace poco al medio oriente, invitados por un emir. A su regreso del arenal,  exclamaron, impresionados: “es una pena, esa gente es tan pobre, que sólo tiene petróleo”.

Editorial de Brigitte Baptiste para la República: http://www.larepublica.co/

Atlas 2007 de los páramos de Colombia

Versión 2013 del Atlas de los páramos de Colombia. 

Este atlas presenta una recopilación y exposición de la información disponible sobre páramos en Colombia, con el propósito de contribuir a la elaboración a corto plazo de una línea base completa sobre estos ecosistemas para avanzar en los planes de manejo de páramos. La información correspondiente a las zonas de páramos en Colombia que conforman este atlas, se expone en fichas descriptivas, cada una de ellas acompañada de un mapa y fotografías. De esta manera las fichas ilustran la ubicación, las características y las acciones relacionadas con la conservación en cada una de las zonas de páramo que se incluyeron. El atlas también contiene consideraciones acerca de las problemáticas generales que se relacionan con el estudio y las condiciones actuales de los páramos en el territorio nacional, así como datos sobre las medidas y la normatividad que se vincula con las zonas donde se presentan estos ecosistemas.

 

Evaluación del estado de los bosques de niebla y de la meta 2010 en Colombia

Esta publicación presenta los resultados del “Proyecto ARK 2010, con Microsoft Research y el Centro de Conservación y Monitoreo Mundial (WCMC)”, el cual busca dar cumplimiento a las metas 2010 de conservación y uso sostenible de la biodiversidad. Estos resultados contribuyen a la validación internacional de indicadores de aplicación nacional. Como proyecto piloto, es un aporte  al desarrollo e implementación de indicadores comparables para estos u otros  ecosistemas en el planeta y apoya el asesoramiento con bases científicas que requieren los países para cumplir de manera concreta con los compromisos asumidos en función del reto global en la conservación y uso sostenible de la diversidad biológica.

Consulte aquí la publicación.

Informe anual 2006.

El presente documento presenta entonces los resultados de los diferentes programas institucionales, dentro de los cuales los más representativos están referidos a los avances en la implementación del Plan Estratégico 2006-2010, a la gestión en temas como la participación en el Plan Nacional de Desarrollo  2006-2010, la Visión 2019, el documento Conpes para la laguna de Fúquene, la presentación de propuestas para la incorporación del tema de biodiversidad en los planes trianuales de las CAR 2006-2009, y la representación en asuntos de relevancia internacional.

Libro Rojo de Plantas de Colombia. Vol. 5: Las magnoliáceas, las miristicáceas y las podocarpáceas. Serie Libros rojos de especies amenazadas.

En este quinto volumen de las plantas amenazadas de Colombia, realizado en el marco de la serie “Libros Rojos de Especies Amenazadas de Colombia”, los investigadores asumieron el reto de evaluar el estado de conservación de tres importantes familias primitivas: dos de amplia distribución en los Andes, tal es el caso de Magnoliaceae y Podocarpaceae y la otra distribuida en todo el territorio nacional, pero preferiblemente en los bosques de  tierras bajas, con una particular presencia en la Amazonia colombiana, donde alcanza significativa representatividad en lo referente a la densidad de individuos por unidad de área, es este el caso de Myristicaeae.

Consulte aquí la publicación.

Resumen Ejecutivo Plan de Manejo Santuario de Fauna y Flora Iguaque 2005-2009

El Plan de Manejo Básico para el Santuario de Fauna y Flora Iguaque, a cinco años se constituye como la guía y herramienta para el manejo y apertura de un proceso participativo para garantizar la conservación  de este patrimonio natural. El documento del Plan de Manejo Básico, expresa y refleja las líneas generales de manejo que el Santuario ha definido para los próximos cinco años de administración y manejo del área.

Consulte aquí la publicación.

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