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Alexander von Humboldt

Investigación en biodiversidad y servicios ecosistémicos para la toma de decisiones

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Inteligencia artificial al servicio de la biodiversidad

Nota de actualidad | Por: Prensa Humboldt | 26/05/2022

Inteligencia artificial al servicio de la biodiversidad




foto de paisaje
Bosques del Quindío. Foto: F. Pardo


  • El primer mapa de la vegetación natural de Colombia permitirá establecer límites que definen hasta dónde va determinado tipo de vegetación, de acuerdo con la información eco-geográfica recogida en campo.
  • Entre los hallazgos más importantes, se destaca que el modelo ha clasificado el 46% de la región Andina y el 73 % de la Orinoquía como porciones del territorio cubiertas por vegetación natural.


Conocer el estado actual de la vegetación del país y precisar cuáles especies plantar en proyectos de restauración, rehabilitación o recuperación de los ecosistemas, es la apuesta del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la mano de la Universidad Nacional y los institutos de investigación del SINA - incluído el Instituto Humboldt - a través del primer mapa de la vegetación natural de Colombia.

Desde 2021 se vienen sumando esfuerzos técnicos y consolidando información en un sistema robusto de bases de datos que será administrado por el Sistema de Información sobre Biodiversidad de Colombia (SiB Colombia) y que estarán disponibles para consulta, con el propósito de conocer la descripción detallada de la vegetación en determinada zona del país antes de realizar cualquier proyecto o intervención sobre estos recursos.

“Con este mapa, aportaremos en la orientación de acciones para la protección de los suelos, restauración, conservación y demás estrategias encaminadas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Con este proyecto, Colombia se convierte en líder en Latinoamérica en la consolidación y divulgación de información científica sobre sus bosques y demás tipos de vegetación”, dijo el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Carlos Eduardo Correa.

El desafío temático de esta nueva herramienta tecnológica con la que contará el país es presentar en tablas la información acerca de la vegetación caracterizada especialmente por los biólogos, ingenieros forestales, geógrafos, ecólogos sobre las especies de plantas que prevalecen en los diferentes tipos de vegetación y su área de distribución.

Para consolidar toda esta información, un equipo investigativo del Instituto de Ciencias Naturales (ICN), liderado por el doctor Orlando Rangel-Ch., profesor y director del grupo Biodiversidad y Conservación del Instituto de Ciencias Naturales (ICN) de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), se dio a la tarea de recopilar los registros documentados sobre la vegetación natural del país y los realizados en numerosas salidas de campo.

A la fecha, el equipo investigador ya cuenta con toda la información de la vegetación de Colombia y se tiene sistematizada y “especializada” las de la Orinoquia y la zona Andina (cordillerana). Entre los hallazgos más importantes, se destaca que el modelo ha clasificado el 46 % de la región Andina y el 73 % de la Orinoquía como porciones del territorio cubiertas por vegetación natural.

Para el profesor Rangel, el mapa de vegetación tendrá aplicación en diferentes escenarios, particularmente en lo relativo a la toma de decisiones para la utilización sostenible de la biodiversidad, la conservación y la preservación de la enorme riqueza que representan nuestros bosques, selvas y diversos tipos de vegetación.

“Varios de los productos serán insumos fundamentales para un correcto monitoreo en el avance de la frontera agrícola al igual que identificar y documentar efectos transformadores del medio natural y ayudar en la planeación de medidas de recuperación y restauración”, destaca el investigador del ICN y director del proyecto.

Los institutos de investigación vinculados al proyecto, tales como el Instituto Amazónico de Investigaciones de la Amazonia SINCHI, y el Instituto de Investigaciones Ambientales del Pacífico John Von Neumann, vienen adelantando el trabajo correspondiente a las zonas de la Amazonia y Pacífico, respectivamente.

foto de paisaje bosque
Bosques de La Guajira. Foto: Felipe Villegas.


La tecnología el servicio de la biodiversidad del país

Con una metodología novedosa que aprovecha las últimas tecnologías de información satelital, este mapa ofrece toda la información sobre los distintos tipos de bosques, pastizales, matorrales y vegetación de páramo, desde los primeros registros realizados por los científicos Alexander Von Humboldt y Francisco José de Caldas, hasta lo que se tiene en la actualidad.

El biólogo, y magíster en Geografía, Larry Niño, autor de la metodología desarrollada para establecer la distribución geográfica de la vegetación del país, explica que es una aproximación tecnológica, desde Google Earth Engine, una plataforma abierta que utilizan los científicos y académicos, para estudiar y visualizar conjuntos de datos geoespaciales y que ha cambiado paradigmas en la forma como se acceden, procesan y analizan los datos provenientes de miles de imágenes satelitales.

Estas nuevas tecnologías tienen evidentes ventajas sobre los métodos tradicionales, en los que se debían descargar las imágenes y luego sí procesarlas. Ahora, con el Cloud Computing, se puede acceder a las imágenes requeridas sin necesidad de descargarlas y trabajar con ellas casi en tiempo real.
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Investigación y experiencia: claves para el enriquecimiento de los bosques del Caribe colombiano

Nota de actualidad | Por: Julián Sáenz

Investigación y experiencia: claves para el enriquecimiento de los bosques del Caribe colombiano





El enriquecimiento de los bosques y el cuidado de las fuentes hídricas fue la meta propuesta desde el Jardín Botánico de Cartagena. Foto por: Julián Sáenz


El Jardín Botánico de Cartagena en convenio con el Instituto Humboldt sembró 10.000 árboles para el enriquecimiento de los bosques en la región. Descubra cómo se realizó este proceso.

En momentos en el que el país se plantea metas exigentes en cuanto a la restauración de sus bosques y se enfrenta a grandes desafíos para mitigar el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, el conocimiento, la experiencia y la investigación de instituciones como el Jardín Botánico de Cartagena son cada vez más necesarios.

El jardín está al servicio de la conservación de la biodiversidad del Caribe colombiano a través de la investigación y de la educación desde 1978. Desde hace varios años, además, trabaja en diferentes proyectos de restauración en los bosques secos tropicales en la región, ecosistema del que tiene un amplio conocimiento.

Por está razón, el Instituto Humboldt realizó un convenio con el Jardín Botánico de Cartagena para la siembra de 10.000 árboles en el marco del programa de siembra de 180 millones de árboles “sembrar nos une”, liderado por el Ministerio de Ambiente.


El vivero del Jardín Botánico de Cartagena investiga los árboles nativos del bosque seco tropical. Además tiene protocolos para la búsqueda y el almacenamiento de semillas. Foto por: Julián Sáenz


Los árboles fueron sembrados en los municipios de Turbaco, Arjona y la zona norte de Cartagena, en el departamento de Bolívar, en un total de siete predios: El Fortich, El Palomar, HGP Matute, No hay como Dios, El Socorro, Las Cangrejeras y Altos de Guayacanes.

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La producción de los 10.000 árboles se realizó en el vivero de plantas nativas del Jardín Botánico de Cartagena, ubicado en el sector Matute en el municipio de Turbaco. Su director, Santiago Madriñan, destaca que: “nosotros tenemos un vivero de investigación de árboles nativos del bosque seco tropical. Tenemos protocolos de búsqueda y almacenamiento de semillas, contamos con un banco de semillas e investigamos procesos de germinación y procesos de crecimiento en bolsa. Estudiamos tasas de crecimiento, mortalidad, requerimientos, entre otras variables, para producir fichas técnicas o protocolos de al menos 80 especies nativas”.


El vivero del Jardín Botánico de Cartagena tiene la trazabilidad y estudia las tasas de crecimiento, mortalidad, requerimientos, entre otras variables de al menos 80 especies nativas del bosque seco tropical. Foto por: Julián Sáenz


Debido a que la estación seca es muy marcada en la región, los árboles solo fueron plantados cuando estos alcanzaron una altura adecuada con el fin de garantizar la sobrevivencia de las plantas. “Si los árboles no se han establecido y no tienen un buen sistema radicular van a morir durante la estación seca que va de diciembre a mayo. Sufrirán un estrés hídrico muy alto, entonces se plantaron árboles con la talla y la longevidad que nosotros por nuestra experiencia conocemos para la gran mayoría de especies y que garantizan su sobrevivencia. Además, sabemos que no podemos ni debemos sembrar en época de verano”, resaltó el director.

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En general las técnicas de siembra realizadas en los predios estuvieron orientadas al enriquecimiento de los bosques y al cuidado de las fuentes hídricas. En el sector Matute, por ejemplo, los trabajos realizados por el Jardín Botánico de Cartagena estuvieron orientados a fortalecer la estructura ecológica de la región, en especial, los nacederos de agua del arroyo Matute, como sucedió en la finca El Palomar.


José Ángel Tapias (izq), viverista del Jardín Botánico de Cartagena, lideró los procesos de siembra en algunos de los predios. Para él, el mayor reto fue garantizar el bienestar de las plantas y hasta 12 personas trabajaron en este proceso. Foto por: Julián Sáenz


“El Palomar es un predio familiar. Esta tierra viene de nuestros abuelos y toda la vida crecimos al lado del bosque, amando al bosque y queriendo al bosque; es un regalo y para nosotros mantenerlo es fundamental. Mi papá se dedicaba a sembrar, sembrar y sembrar y nosotros le decíamos que para qué tanta sembradera. Él nos decía que los resultados los íbamos a ver después y, uno ahora entiende al ver este paraíso. Esperamos que con el apoyo científico el bosque se siga restaurando de una forma diferente con árboles nativos y potenciando los acuíferos”, manifestó María Clara Faciolince, una de las propietarias del predio El Palomar.

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Para José Ángel Tapias, viverista del Jardín Botánico, el mayor reto del proyecto fue: “que los árboles estuvieran y se sintieran bien. Tratar de enriquecer el bosque es un trabajo duro, las enredaderas tratan de consumir las plantas y hay que estar atentos. Un bosque no se realiza solo con la siembra de las plantas, después hay que hacerle mantenimientos. Nosotros llegamos a tener 12 personas trabajando en simultáneo en el proceso de siembra para rendir en cada área”.


Las siembras en el predio El Palomar estuvieron orientadas a fortalecer la estructura ecológica de los bosques y los nacederos de agua del arroyo Matute. Foto por: Julián Sáenz


Por los diferentes predios se vieron desfilar y sembrar: caracolí (Anacardium excelsum), macondos (Cavanillesia platanifolia), cedros cebolla (Cedrela odorata) y ceibas bonga (Ceiba pentandra), todas nativas de la región. En total se plantaron árboles de 92 especies.

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Sin dudas, la experiencia, el conocimiento y la rigurosidad del trabajo del Jardín Botánico de Cartagena fueron claves para el enriquecimiento de los bosques en la región. Además, con su trabajo y los procesos educativos mostraron que la conservación de los bosques no necesariamente significa el abandono de las formas de vida tradicionales, de los cultivos y, en algunas zonas, del urbanismo.
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Árboles y educación: la fórmula para enriquecer los bosques secos tropicales en Honda, Tolima

Nota de actualidad | Por: Julián Sáenz

Árboles y educación: la fórmula para enriquecer los bosques secos tropicales en Honda, Tolima




siembra de 20000 árboles
En el convenio entre Coreducación y el Instituto Humboldt se sembraron 20.000 árboles para el enriquecimiento de los bosques secos tropicales. Cortesía: Coreducación


Son 20.000 los árboles sembrados en el convenio entre Coreducación y el Instituto Humboldt para el enriquecimiento de los bosques en la región. Además, la educación jugará un papel importante para el proceso de restauración y conservación de los ecosistemas.

Durante siete días en Honda (Tolima) se perdieron más de 2.000 hectáreas de bosque por causa de un incendio forestal en 2019. El municipio declaró la calamidad pública y la conflagración solo pudo ser controlada gracias al trabajo que en su momento realizaron el cuerpo de Bomberos, el Ejército, la Defensa Civil, la Cruz Roja, la Brigada Forestal de Cortolima, entre otras instituciones.

Durante ese agosto todo parecía ser fuego y nubes de cenizas. Tanto así, que muchos de los habitantes de Honda aseguran que ese fue el incendio más grande en la historia del pueblo. En su memoria todavía mantienen vivos los recuerdos de los bosques que desaparecieron en medio de las llamas y de la fauna que junto con las plantas también se perdió.

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Dos años después, este municipio ribereño busca renacer de las cenizas y lo hace a través del enriquecimiento de sus bosques, de las zonas afectadas por los incendios y de la educación de sus habitantes.

Para ello, la Universidad Distrital comenzó a estudiar la extensión, severidad y los efectos del incendio forestal y además estableció un acuerdo de apoyo científico con Coreducación. Posteriormente, Coreducación y el Instituto Humboldt firmaron un convenio para la siembra de 20.000 árboles nativos en el marco del programa de siembra de 180 millones de árboles “sembrar nos une”, liderado por el Ministerio de Ambiente. Convenio que, también, contó con componente educativo.

El equipo de trabajo en este proceso estuvo integrado por los docentes de la Universidad Distrital Angela Parrado, Andrés Avella y Wilmar Fernández. Por parte de Coreducación participaron Giovanni Vargas, Angie Montañez, Soraya Rodríguez, Julián Cuellar, Ana María González y Daniela Giraldo. Además, se contó con el apoyo de los pasantes de la Universidad Distrital María Fernanda Alonso y Manuel Montealegre en el proceso de zonificación de sitios para la restauración.

Para la priorización de los lugares de siembra desde Coreducación se tuvo en cuenta los sitios afectados por el incendio. Una vez identificados esos lugares, la institución educativa dialogó con los propietarios de los predios para contar con el permiso que les permitió la siembra de las plantas, un proceso nada fácil.

seleccion de lugares de siembra
Para seleccionar los sitios de siembra se tuvieron en cuenta los sitios afectados por el incendio de 2019 y el interés de las comunidades. Foto: Coreducación


“Para la selección de especies tuvimos en cuenta estudios previos que se han realizado sobre la composición y estructura del bosque seco tropical y criterios ecológicos como el gremio ecológico, mecanismo de dispersión de semillas, la tolerancia, la sensibilidad o la respuesta post fuego y el interés social de las comunidades en algunas plantas. En suelos degradados por el pisoteo del ganado incluimos especies con capacidad de adaptación a suelos pobres y que tengan un valor de uso importante para las comunidades y los propietarios”, manifestó Angie Montañez, coordinadora técnica de campo por parte de Coreducación.

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Los 20.000 árboles de las 38 especies seleccionadas fueron producidos por el vivero Tierra Negra y se sembraron en 13 predios, de los cuales 12 son de propiedad privada. Estos terrenos están localizados en las veredas de: Caimital (una de las más afectadas por los incendios), El Tambor, Guacimal; kilómetro 42 del municipio de Honda y la vereda El Hato en el sector entre Armero-Guayabal.

“Empleamos diferentes estrategias de restauración como enriquecimiento bajo dosel y enriquecimiento en claros, en donde combinamos especies de rápido y medio crecimiento y atrayentes de fauna para recuperar la estructura del bosque. Además, realizamos ampliación de borde en algunos lugares para ampliar bosques, recuperar rondas hídricas y favorecer la conservación del agua. También, desarrollamos nucleación pensando en términos de paisaje y en la formación de corredores y, por último, cercas vivas y franjas forrajeras”, agregó Montañez.

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El invierno vivido entre octubre y noviembre de este año fue el desafío a vencer en las siembras realizadas. Las fuertes lluvias hicieron que crecieran las quebradas y estas, a su vez, en varias ocasiones hicieron imposible el paso de los operarios y las plántulas hacia los terrenos seleccionados.

enriquecimiento bajo dosel
En las plantaciones se realizaron estrategias de enriquecimiento bajo dosel y en claros. Además de ampliar los bosques de las rondas hídricas. Foto: Julián Sáenz


Bajo el agua quedaron muchas veces los esfuerzos de los operarios que veían con asombro como los huecos donde se iban a sembrar las plantas pronto se inundaban. Y en más de una ocasión llegaban las noticias de camionetas e incluso volquetas quedaban enterradas en medio del barro de algunos de los caminos. Sin embargo, la determinación de estas personas fue más fuerte y a pesar de las dificultades los 20.000 árboles fueron sembrados.

Educación, la otra clave para el renacer de los bosques en Honda

Así como se enriquecen los bosques, se enriquecen las personas y la forma como lo hace Coreducación es por medio de la enseñanza y la transferencia de conocimiento.

cursos a la comunidad
Desde Coreducación realizaron tres cursos abiertos a la comunidad sobre viverismo y propagación de especies de bosque seco, conservación de bosque seco y fuego como amenaza y educación ambiental. Foto: Coreducación


Por eso desde la institución educativa realizaron tres cursos teórico prácticos abiertos a la comunidad, en los que enseñó sobre: viverismo y propagación de especies del bosque seco; conservación del bosque seco y; exposición itinerante:el baúl del bosque seco con estudiantes de varios colegios de Honda. Estos fueron liderados por investigadores de la Universidad Distrital Ángela Parrado, Andrés Avella y Armando Villota.

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“Las inscripciones eran abiertas para cualquier persona, también se invitaron a los propietarios de las fincas donde se desarrollaron las siembras y estudiantes de Coreducación que estuvieran interesados en el bosque seco. Los cursos duraron entre 3 y 4 días y tuvieron un componente práctico. Por ejemplo, en la clase de fuego se aprendió sobre las consecuencias que dejó el incendio y la forma de restaurar los bosques”, explicó Ana González, tecnóloga de Gestión Ambiental.

Para Nohora Rojas, quien participó de todos los cursos dictados está experiencia fue: “magnífica, aprendí muchas cosas y también afiance otros conocimientos. Es darse cuenta que las personas que son ganaderas también deben ser vigías del bosque y de las especies. Que tiene que haber una relación amigable entre nuestros proyectos y el ambiente, no debemos acabar con los suelos ni con los árboles nodriza. Yo no conocía la importancia de los árboles nodriza y que alrededor de esos grandes árboles se formaban otros. Todo fue muy bueno”.

cursos a la comunidad, estudiantes
Nohora Rojas (Izquierda) participó de todos los cursos dictados. El profesor Oscar Zuluaga y su estudiante Silvia Preciado (derecha) estuvieron presentes en los curso de educación ambiental que se realizaron en colegios de Honda. Foto: Julián Sáenz


Por otra parte, los estudiantes de los colegios General Santander, Alfonso Palacio Rudas, Comfenalco y Técnico Bilingüe participaron del curso baúl del bosque seco. “En este curso, la intención era que tanto docentes como estudiantes de los diferentes cursos entendieran la importancia de los bosques secos y reconocieran los servicios ecosistémicos que ellos nos brindan”, agregó González.

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“Nos explicaron sobre los bosques secos y sobre lo que sucede con la contaminación. Después fuimos al aula vivero donde nos explicaron el crecimiento de las plantas y nos obsequiaron una. No conocía todas las plantas y animales que estaban en el bosque y eso me pareció interesante”, dijo Silvia Preciado, estudiante del Colegio Bilingüe, quien cursa octavo grado.

El profesor de español y lectura crítica, Oscar Zuluaga, del Colegio Bilingüe y quien también participó de los cursos, por su parte, resaltó que: “es importante mostrar las consecuencias de la tala o la contaminación, de que nos pongamos a pensar qué pasa si se siguen haciendo estas cosas. Y además, reflexionar de qué manera podemos contribuir a la conservación de los bosques desde los cambios de algunos hábitos o desde algunas acciones como la siembra de árboles”.

Al finalizar el curso, los 200 estudiantes que participaron de las actividades recibieron un árbol donado por el vivero Tierra Negra con el fin de que cada uno, de forma autónoma, lo sembrara. Para Coreducación es tan importante enriquecer los bosques como enriquecer las personas, por eso su fórmula es: árboles y educación.

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Cerca de 200 estudiantes de los colegios General Santander, Alfonso Palacio Rudas, Comfenalco y Técnico Bilingüe participaron del curso de educación ambiental impulsado desde Coreducación. Foto: Coreducación.

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El reto de devolverle espacio a los bosques en Ibagué

Nota de actualidad | Por: Julián Sáenz

El reto de devolverle espacio a los bosques en Ibagué





Los bosques de Ibagué y sus alrededores se encuentran arrinconados por la intervención humana y los incendios. Foto: Julián Sáenz


Son 10.000 árboles los que se sembraron en el convenio entre el Instituto Humboldt y el Jardín Botánico San Jorge de Ibagué. Con estas plantas nativas se espera enriquecer los bosques en la región.

En Ibagué y sus alrededores se volvió común recibir noticias que alertan sobre los incendios forestales. Las temporadas secas y las intervenciones humanas han puesto a correr a los bomberos de la ciudad y las conflagraciones año a año parecen aumentar.

Algunos medios locales reportaron que en julio de este año se presentaron 16 incendios y agregaron que en 2019 los bomberos atendieron casi 400. Los bosques de la región están arrinconados y con ellos los animales que allí habitan.

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Por está razón, el Jardín Botánico San Jorge de Ibagué se dio a la tarea de tratar de devolverle espacio a los bosques secos de la región y de enriquecerlos. Para ello, el jardín firmó un convenio con el Instituto Humboldt para la siembra de 10.000 árboles nativos en el marco del programa de siembra de 180 millones de árboles “sembrar nos une”, liderado por el Ministerio de Ambiente.

Los árboles fueron plantados en dos predios. Uno de ellos es el de la granja San Jorge, un terreno de 120 hectáreas de la comunidad salesiana con grandes bosques aledaños al Jardín Botánico. Allí, se espera que las 5.000 plantas sembradas contribuyan a la rehabilitación de los senderos del jardín en una parte y en otra permitan el aumento de la frontera del bosque.


Varias de las siembras estuvieron orientadas en el aumento de la diversidad de especies del bosque y ampliar la frontera del bosque. Foto: Julián Sáenz


“El jardín tiene 60 hectáreas de las cuales 47.9 son de reserva, además alrededor tenemos un predio con 120 hectáreas, la granja San Jorge. Allí hay algunos espacios con afectaciones en los senderos y es importante trabajar en un proceso de recuperación. Además de cierta manera se contribuye con la presión que ejercemos en las zonas que son del jardín Botánico”, manifestó Germán Oyuela director del Jardín Botánico San Jorge de Ibagué.

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Las otras 5.000 plantas quedaron en la finca El Neme ubicada en el municipio de Coello, un lugar que todavía tiene parches de bosque, pero con zonas que se vieron afectadas por los incendios en la región. En este predio las plantaciones estuvieron orientadas hacia el aumento de la diversidad de especies en las zonas de bosque seco, en la rehabilitación de las zonas afectadas por las conflagraciones e igualmente en la ampliación de la frontera del bosque.

“En Coello es importante destacar que las plantaciones se hicieron en un predio privado. Allí se trabaja la ganadería, pero le dan gran importancia a la conservación de los bosques y eso se debe valorar. Tiene grandes zonas de bosque en las que se puede ampliar la oferta de diversidad de plantas y además tratar de rehabilitar algunas zonas identificadas que tuvieron problemas de incendios hace algunos años”, agregó Oyuela.


El indio desnudo fue uno de los árboles que mejor respuesta tuvo en las zonas afectadas por los incendios. Foto: Julián Sáenz


El Jardín Botánico San Jorge está dividido en tres grandes espacios: una área de reserva, la zona de las colecciones de plantas vivas y la del arboretum, en donde además se encuentra el vivero de una hectárea que fue el centro de producción de las plantas que se usaron para enriquecer los bosques de la región.

Cuenta su director que el transporte de las plantas fue uno de los desafíos a superar ya que los senderos del Jardín Botánico no permiten el paso de carros o mulas, por lo que las plantas tuvieron que ser cargadas por los diferentes operarios que participaron del proceso. “Este trabajo, además nos deja muchas enseñanzas, ya que para cumplir con la meta de producción nosotros hicimos recolección de semillas y rescate de plántulas. Pero vimos que no todas las plantas crecieron de la manera en la que esperábamos o algunas germinaban rápido, pero después su crecimiento era más lento y fuimos descubriendo cosas interesantes. Además, en árboles como el indio pelado vimos que tuvieron buena respuesta en las zonas que fueron quemadas en Coello”, agregó Oyuela.

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Para Edwin Bello, ingeniero forestal y coordinador de siembra de los 10 convenios que tiene el Instituto Humboldt en la iniciativa de 180 millones de árboles en Colombia, este proyecto es importante porque: “todo el trabajo realizado en la siembra fue ejecutado con 36 especies todas forestales, de las cuales había cuatro especies endémicas: Banara ibaguensis, Passiflora emarginata, Ormosia colombiana y Quararibea villanuevae que dan una importancia a este tipo de restauración. Las demás especies nativas tienen una amplia distribución en el país. Una parte del trabajó se realizó en un bosque subandino en la zona del Jardín Botánico San Jorge y la otra es bosque seco tropical en el municipio de Coello”.


El vivero del Jardín Botánico San Jorge es de una hectárea. Desde allí se produjeron los 10.000 árboles del convenio. Foto: Jhon Barros


Educación, la otra clave para restaurar los bosques

Además, de la siembra de 10.000 árboles el Jardín Botánico San Jorge desde su fundación en el año 2000 viene adelantando procesos de extensión no solo con estudiantes de la región sino con la comunidad en general.

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Es así como por ejemplo, una de las iniciativas educativas impulsadas desde el jardín permite que un estudiante pueda asistir una vez al año durante 12 años al jardín y aprender cosas diferentes relacionadas con la biodiversidad y los ecosistemas. “Está es una actividad de guianza dentro del jardín en donde complementamos lo que explican los profesores y de manera vivencial se refuerzan conceptos. Por ejemplo, en el tema del agua yo puedo llevar a un estudiante a la quebrada y allá él verá que es el cauce, el caudal, la vegetación de ribera, las aguas lénticas y lóticas, lo aprenderá en una mañana en el jardín. Otro ejemplo, los estudiantes más pequeños podrán aprender en el jardín las partes de una planta y su funcionamiento. El programa está diseñado para que por el jardín una persona pueda pasar hasta 12 veces en su etapa de estudiante”, explicó Oyuela.


Las publicaciones del Jardín Botánico San Jorge contribuyen con los programas de educación que se realizan tanto para estudiantes como para la comunidad en general. Foto: Julián Sáenz.


Asimismo, desde el Jardín Botánico San Jorge de Ibagué se han desarrollado diferentes productos que le ayudan a entender a la comunidad la importancia de la biodiversidad y los ecosistemas en su entorno. Dentro de las publicaciones realizadas por el jardín se destacan Aves del Jardín Botánico San Jorge y Aula Viva.

El Jardín Botánico San Jorge ve en la educación un eje fundamental para la conservación de los bosques de la región.
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Bosques del occidente de Antioquia, un refugio esperanzador para el oso andino

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Por: Prensa Instituto Humboldt | Bogotá D.C., 2 de diciembre de 2021

Bosques del occidente de Antioquia,
un refugio esperanzador para el oso andino



foto oso andino
Oso andino (Tremarctos ornatus) registrado por cámara trampa en el Parque Nacional Natural PNN Paramillo. Foto: Instituto Humboldt.


  • •   Por primera vez se capturó en video un ejemplar adulto de oso andino (Tremarctos ornatus) en el Parque Nacional Natural Paramillo. Este hallazgo es importante para la construcción de estrategias de manejo y conservación de esta especie, ya que actualmente hay muy poca información sobre estos mamíferos en la región.
  • •   Este registro se dio en el marco del desarrollo del proyecto “Preservando, gestionando y restaurando la biodiversidad colombiana a través de la innovación responsableGROW-Colombia, liderado por el Instituto Humboldt en colaboración con Parques Nacionales Naturales.


La captura en video de un oso andino (Tremarctos ornatus) fue posible gracias a las investigaciones del genómica poblacional de la especie en el Parque Nacional Natural Paramillo, con el fin de generar información relevante para asesorar las decisiones de gestión de la especie.

Durante esta investigación, realizada en alianza con Parques Nacionales Naturales y que contó con la participación de la Alcaldía Municipal de Peque y la Unidad Municipal de Asistencia Técnica Agropecuaria, se recolectaron muestras de pelos y excrementos para hacer análisis genéticos y se instalaron dos cámaras trampas para desarrollar estudios ecológicos sobre la presencia de esta especie. Las cámaras fueron ubicadas en dos sectores del área de amortiguación del PNN Paramillo en donde se encuentran los parches más grandes de bosque altoandino y páramo que sirven de refugio para los osos.

Las cámaras trampa se instalaron en senderos que comunican las zonas de páramo del PNN Paramillo, al occidente del departamento Antioquia, siguiendo las observaciones de los rastros de alimentación y la presencia y uso de estos ecosistemas por parte del oso andino. Los dispositivos permanecieron activos aproximadamente durante dos meses y fueron configurados para tomar 3 videos por captura, cada 15 segundos, a unos 50 centímetros del suelo y estuvieron activos las 24 horas, con el sensor de movimiento en automático. El resultado fue la captura en video por primera vez de un ejemplar adulto de oso andino en el parque.

Por otra parte, es también la primera vez que se recolecta material genético en esta zona. Según explica Paola Pulido-Santacruz, investigadora adjunta del Instituto Humboldt, estos nuevos hallazgos permitirán avanzar en el estudio de la estructura genómica de esta población de osos andinos y servirán para conocer la conectividad genética y el estado de conservación en relación a otras poblaciones en el país. “Hay muy poca información de la especie en esta región y estos hallazgos se vuelven de suma importancia para la construcción de estrategias de manejo y conservación”, concluyó.

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En este proyecto se priorizaron cinco Unidades Núcleo de Conservación (UNC) dentro de la “Estrategia para la Conservación del Oso Andino en los PNN de Colombia”. Cada UNC se caracteriza por tener parches de hábitat compuestos en un 80% o más por áreas protegidas del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP) y un 20% o menos de efecto antrópico. La genética sirve para el estudio y la conservación de las especies al evaluar el grado de conectividad entre las poblaciones de osos dentro y entre las UNC, además de valorar si el área establecida – igual o mayor a 3.800 km² – es suficiente para mantener poblaciones viables.

“Estos resultados permiten articular las necesidades e intereses de Parques Nacionales Naturales de Colombia y la estrategia de conservación de la especie, en donde buscamos hacer un monitoreo sistemático, en el que se incremente el número de cámaras trampa, el tiempo de muestreo (de 6 a 12 meses) y el área cubierta para obtener más información sobre el uso espacio-temporal de esta área y los recursos que demanda el oso andino. Así mismo futuras estrategias que busquen evaluar la ocupación real, así como la conectividad estructural y funcional de otras áreas, el uso de senderos y la restauración de áreas aledañas a estos será importante para asegurar la supervivencia de esta especie dentro del área protegida y de la población al norte de la cordillera occidental”, aseguró Arnold Argel, biólogo, de Parque Nacional Natural Paramillo.

Finalmente, después de dos meses de grabaciones, se registraron, además del oso andino, al menos cinco (5) especies de animales de tamaños medianos y grandes: la tayra (Eira barbara), la ardilla de cola roja (Syntheosciurus granatensis), el tigrillo lanudo (Leopardus tigrinus), el venado de montaña (Mazama temama) y dos especies de aves: la pava maraquera (Chamaepetes goudotii) y el tinamú montañero (Nothocercus bonapartei intercedens). Cabe destacar que la pava es considerada una especie endémica de la zona y el tigrillo lanudo y el oso andino se encuentran en categoría de amenaza.

De acuerdo con Carlos Cáceres, líder de campo, las cámaras trampa registraron una amplia población de tayras (Eira barbara), una especie carnívora común en este tipo de bosques y que generalmente anda en grupos de al menos dos individuos en busca de alimento.



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Tras 17 años en “remojo” descubren escarabajo del bosque del Chiribiquete

 

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Bogotá, D. C. 09 de agosto de 2017

 

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Una nueva especie de escarabajo fue hallada en las colecciones biológicas del Instituto Humboldt en Villa de Leyva, Boyacá, entre materiales líquidos con muestreos de hace aproximadamente 17 años.

Se trata de Palaeophileurus silvestris, ejemplar colectado en el Parque Nacional Natural Serranía del Chiribiquete, región amazónica colombiana, localizado en los departamentos de Caquetá y Guaviare. El nombre silvestris se refiere a "del bosque" y fue nombrado de esta manera por ser inquilino de los bosques tropicales.

Sobre el hallazgo de este nuevo escarabajo, el curador de la Colección de Entomología del Instituto Humboldt, Jhon César Neita, dijo: “Cotejé a través de dibujos la genitalia del macho, la cual permite, para el caso de los escarabajos, diferenciar y determinar la especie. Morfológicamente, el género Palaeophileurus es muy homogéneo, lo cual dificulta una correcta identificación. En el caso de las hembras, estas son mucho más complejas de reconocer, ya que se requiere recolectarlas junto a los machos para poder relacionarlas a un nombre en particular. De las diez especies descritas en el género, incluyendo a P. silvestris, solo para cinco son reconocidas sus hembras”.  

Los especímenes de Palaeophileurus son extremadamente raros, y probablemente no más de 40 o 50 existen en colecciones biológicas alrededor del mundo. Su particularidad obedece, quizá, a poblaciones genuinamente pequeñas, métodos inadecuados para atraerlos o colectarlos y vacíos de información que confirmen una localización exacta en la geografía nacional.

“Esta es una especie díscola, escurridiza, que exige estar en el momento y lugar indicado para capturarla, dado que los escarabajos tienen períodos muy puntuales de aparición”, enfatizó el investigador del Humboldt.

En su morfología, la genitalia del escarabajo desde una vista lateral se asemeja a la primera especie de ave no voladora que se ha documentado en el mundo, la cual ha sido relacionada con palomas que dejaron de volar para convertirse en terrestres, y que fue extinta en las islas Mauricio en el océano Índico a finales del siglo XVII por causa de acciones humanas.

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Junto a Palaeophileurus panamensis, Palaeophileurus proximus y Palaeophileurus silvestris suman siete los especímenes depositados en colecciones biológicas de Colombia. “Cada vez que nos dedicamos a revisar material de las colecciones aparecen este tipo de sorpresas, pues el Instituto tiene colectas de lugares en donde nunca nadie ha muestreado y eso la hace muy particular”, mencionó Neita.  

Al tiempo, el Curador de la Colección de Entomología del Humboldt manifestó la necesidad de que más investigadores se unan a la labor de estudiar el material disponible y en mora de examinarse: “Nosotros estamos en esa campaña, llamamos a la gente que trabaja en entomología, particularmente en sistemática de insectos a nivel nacional e internacional, para que venga y estudie todo el material disponible del cual nunca se ha examinado nada; tenemos géneros en espera de descubrirse; yo por ejemplo, aún tengo tres por revisar. Aproximadamente en seco tenemos 3 millones de especies y en líquido más o menos 17 millones”.

 

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Nuevo proyecto de investigación relacionado con uno de los ecosistemas más amenazados del país: el bosque seco tropical

Son 4 los países elegidos para el desarrollo de esta investigación encabezada por la Universidad de Minnesota

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En la fotografía podemos observar un fragmento de bosque seco tropical. Imagen: Felipe Villegas, Oficina de Comunicaciones Instituto Humboldt.

El pasado mes de octubre se inició el proyecto “DRYFOUR: procesos biogeoquímicos a través de escalas espacio temporales en bosques secos tropicales”, liderado por Jennifer Powers, investigadora de la Universidad de Minnesota. Este proyecto está financiado por el Departamento de Energía de los Estados Unidos y en su desarrollo colaboran instituciones de cuatro países: México, Costa Rica, Puerto Rico y Colombia. Desde nuestro país la representación está a cargo del Instituto Humboldt y la Universidad ICESI.


El objetivo del proyecto es describir cuantitativamente cómo los procesos bajo y sobre el suelo determinan la dinámica del carbono en los bosques secos tropicales. El área de estudio en Colombia es la reserva natural Jabirú (Tolima), donde se realizarán análisis de suelos y se medirán rasgos funcionales de plantas (sobre y bajo el suelo), productividad de los árboles, raíces y hojarasca. Esta información será levantada en los bosques secos de los cuatro países participantes, los cuales varían en la cantidad y estacionalidad de la precipitación, la composición de especies y en las características de los suelos. Los resultados obtenidos serán incorporados en modelos de simulación de cilaje de carbono y nutrientes a gran escala.


Esperamos compartir con ustedes en próximas ediciones algunos avances de este proceso.

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Caracterización de la biodiversidad de la selva de Matavén

La región conocida como la selva de Matavén es considerada una zona de transición entre las grandes selvas de la Amazonia y las extensas sabanas de la Orinoquia. Reviste un especial interés biológico, no sólo por su posición biogeográfica, sino por su buen estado de conservación, con menos del 5% de la superficie total transformada en zonas de cultivo y rastrojos. El presente estudio constituye la primera caracterización sistemática de la biodiversidad de la cuenca baja del caño Matavén y el río Orinoco (zona centro-oriental de la selva de Matavén). De otro lado, un amplio archivo sonoro de aves y de documentación fotográfica de cada grupo  biológico y de los paisajes fue conformado, con potencial de apoyar en el futuro procesos de educación de las comunidades indígenas locales, en temas de concientización y divulgación de la riqueza biológica que representa la selva de Matavén.

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Evaluación del estado de los bosques de niebla y de la meta 2010 en Colombia

Esta publicación presenta los resultados del “Proyecto ARK 2010, con Microsoft Research y el Centro de Conservación y Monitoreo Mundial (WCMC)”, el cual busca dar cumplimiento a las metas 2010 de conservación y uso sostenible de la biodiversidad. Estos resultados contribuyen a la validación internacional de indicadores de aplicación nacional. Como proyecto piloto, es un aporte  al desarrollo e implementación de indicadores comparables para estos u otros  ecosistemas en el planeta y apoya el asesoramiento con bases científicas que requieren los países para cumplir de manera concreta con los compromisos asumidos en función del reto global en la conservación y uso sostenible de la diversidad biológica.

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Hacia un uso sostenible de las materias primas silvestres utilizadas en artesanías. Metodología de evaluación de propuestas de buen uso

Este documento presenta el resultado del proceso de construcción de una propuesta metodológica para evaluar el uso sostenible de materias artesanales, combinando aspectos económicos,  ecológicos y sociales.

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