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Cristian Bueno Mejía, un líder del turismo sostenible y la conservación en la Cuchilla del San Juan

Nota de actualidad | Por: FECOMAR | 26/03/2022

Cristian Bueno Mejía, un líder del turismo sostenible y la conservación en la Cuchilla del San Juan




Descubra la historia de Cristian Bueno Mejía y cómo su trabajo ha permitido la conservación del bosque a partir del aviturismo y la guianza ambiental en la Reserva Sutú en el municipio de Mistrató en Risaralda.

Créditos: Diana Marcela Espinosa Rojas, Comunicaciones Fecomar, convenio Nature and Culture International e Instituto Humboldt

foto investigadores en villa de leyva
Observadores de aves de todos los rincones del país visitan la Reserva Sutú para conocer la biodiversidad de la región


“Este amor por la naturaleza nace desde muy niño y fue sembrado como una semilla por mis propios abuelos”, así inicia Cristian Bueno su historia al preguntarle dónde surgió la inquietud por la conservación y la observación de aves. Una historia que se remonta más de 33 años atrás en una finca ubicada en el cañón del río San Juan, que fuera propiedad de sus abuelos y despojada a causa del conflicto armado. Asimismo, cuenta que hace unos 15 años, gracias a un proceso de restitución de tierras, pudieron retornar al territorio y ahí descubrió su pasión por la observación de aves y advirtió el aviturismo como una alternativa económica sostenible.

Hoy es el propietario de la Reserva Sutú, un santuario de aves ubicado en la vereda Costa Rica del municipio de Mistrató, departamento de Risaralda; el cual hace parte del área de influencia del perímetro de ampliación del Distrito Regional de Manejo Integrado (DRMI) de la Cuchilla del San Juan. En sus propias palabras, “es un lugar privilegiado en el planeta” y no es para menos, porque está localizado en la vertiente occidental de la Cordillera Occidental y hace parte de la Ecorregión Chocó – Darién o Chocó Biogeográfico, donde confluye una amplia y exuberante biodiversidad.

Cristian ha logrado construir su proyecto de vida en torno a la conservación del bosque, ofreciendo servicios de guianza ambiental y productos de aviturismo; gracias al óptimo estado de conservación del bosque que compone la Reserva, se han identificado en el área más de 300 especies de aves de las 500 que han sido inventariadas en el municipio, también le ha permitido ser parte de un proyecto de investigación para la conservación de los árboles de Magnolia, una especie gravemente amenazada y de los que se han encontrado varios especímenes en la zona.

Este experto guía ambiental y apasionado por la conservación, asegura que la pedagogía y las alianzas interinstitucionales entre WCS, el Instituto Humboldt, la Carder y Fecomar que ha acompañado la ampliación del polígono del DRMI Cuchilla del San Juan, permite que las comunidades construyan un tejido social en torno a los procesos de conservación, involucrándolos en las estrategias y permitiéndoles ser interlocutores en el proceso.

“Para nosotros, el proyecto de ampliación ha sido una gran oportunidad porque hemos podido conocer personas, corporaciones y entidades, y hacer alianzas estratégicas para hacer crecer la conservación en nuestro municipio. No es solo el turismo, es el tejido social que va creciendo en torno a los procesos de conservación”, afirma Cristian Bueno, habitante y prestador de turismo sostenible del área de ampliación del DRMI Cuchilla del San Juan en Mistrató.

El proceso de ampliación del Distrito Cuchilla de San Juan es una tarea conjunta, en donde cada institución cumple un rol de gran importancia. La Corporación Autónoma Regional de Risaralda, Carder; por ejemplo, identifica las áreas de intervención y guía el proceso; WCS Colombia realiza la investigación científica y apoya el diseño del área protegida y Fecomar, como aliado en territorio, contribuye con el diálogo social y la gestión e implementación del proyecto.

Por su parte, el Instituto Humboldt, como uno de los formuladores y principal asesor técnico de las acciones que se implementan, trabaja para que, al igual que Cristian, los demás habitantes de la zona puedan desarrollar alternativas sostenibles que permitan el mantenimiento del territorio; en donde se gestionen también convenios que garanticen no solo la implementación sino la permanencia de las acciones de conservación y mantenimiento para el Distrito.

Escuchar para resguardar los bosques

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Por: Prensa Instituto Humboldt | Bogotá D.C., 23 de febrero de 2023

Escuchar para resguardar los bosques



El monitoreo de los bosques se ha convertido en una herramienta estratégica para detectar algunas de las actividades ilegales que más afectan los bosques como: la tala de árboles y la caza furtiva. Con la información obtenida se pueden realizar estrategias de recuperación de estos ecosistemas. ¿Qué se está haciendo en Colombia?

Según la Organización de las Naciones Unidas, el 90 por ciento de la tala de bosques se realiza de manera ilegal y esta es una de las actividades que mayor amenaza genera para los bosques. Por esta razón, expertos se han dado a la labor de monitorearlos para salvaguardarlos.

Como lo explica Susana Rodríguez Buriticá, doctora en Ecología y Evolución; investigadora titular del Centro de Socioecosistemas del Instituto Humboldt, estas grabadoras “nos permiten desarrollar indicadores de restauración -basados en paisajes sonoros- que puedan ser usados en proyectos de compensación y recuperación de ecosistemas, además de mejorar la detección de fauna con el objetivo de seguir llenando vacíos en zonas de difícil acceso. Estos equipos también nos ayudan a tener un sistema de monitoreo permanente de los bosques del país”.

Más guardianes

Con el objetivo de seguir fortaleciendo el trabajo de monitoreo y de incorporar tecnología cada vez más avanzada, al país llegaron nuevos equipos conocidos como “Guardianes de la selva”.

Se trata de pequeños dispositivos de grabación acústica, que funcionan con paneles solares y que, gracias a la inteligencia artificial, logran detectar actividades ajenas al medio ambiente como: camiones, disparos o motosierras.

Si la máquina identifica un sonido extraño al natural, su sistema, de manera inmediata, emite una señal de alerta y la manda, vía satélite, a una plataforma digital que funciona con tecnología en la nube para que las autoridades ambientales y los actores locales validen si el evento corresponde a una actividad ilegal como la tala de árboles o caza furtiva.

Instalación equipo en copa de árbol
Experto instalando un equipo de guardianes de la selva en el dosel de un árbol / Foto: Felipe Villegas


Para este proyecto unieron sus esfuerzos el Instituto Humboldt, la Fundación Biodiversa Colombia, Rainforest Connection, Corantioquia y Huawei.

Este trabajo comenzó en agosto de 2022 y finalizará en enero de 2024. “Se instalaron 10 equipos de monitoreo en el dosel de árboles emergentes (copas de los árboles) en la región de bosques y humedales del Magdalena Medio; una zona de protección estratégica por ser un corredor de biodiversidad y uno de los ecosistemas más amenazados del país. Y, desde entonces, se están capturando datos que, al final, permitirán generar indicadores sobre deforestación”, explica la investigadora.

Sumado a ello, el Instituto Humboldt también instalará 100 nuevas grabadoras de sonido pasivas. Con todos estos equipos, el objetivo es grabar sonidos durante 18 meses y monitorear, aproximadamente, 210 kilómetros cuadrados de bosques, entre bosque denso, bosque fragmentado, bosque abierto y bosque de galería y ripario.

¿Qué se espera?

Con todo este esfuerzo instalado, tanto en recurso humano como en tecnología, se espera:

  • Generar alertas en tiempo real para crear soluciones más eficientes.
  • Convertirse en una herramienta de apoyo para defensores ambientales a nivel local, fomentando el control participativo y la sensibilización de la población en torno a la problemática de la deforestación.
  • Establecer una presencia estatal en zonas alejadas, en apoyo a la acción de las autoridades ambientales.
  • Ejecutar planes de manejo de conservación con las propias comunidades, gracias a la obtención de datos específicos y locales.
  • Emplear esta misma tecnología en fenómenos de caza furtiva, como ya se hace en otros países.
  • Crear indicadores de recuperación efectiva de los bosques y llenar vacíos en el conocimiento de la biodiversidad en el Magdalena Medio.
  • Toda estrategia encaminada a la preservación de los bosques, como lo es el monitoreo, se convierte en una aliada de la biodiversidad y los ecosistemas; especialmente en un país como Colombia, que ocupa el segundo puesto a nivel mundial como país megadiverso y el primero por metro cuadrado y tiene, además, una vasta extensión de bosques, con alrededor de 60 millones de hectáreas, es decir, el 52 por ciento del territorio nacional.

Día Internacional para la Protección de los Osos del Mundo

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Por: Prensa Instituto Humboldt | Bogotá D.C., 21 de febrero de 2023

Día Internacional para la Protección de los Osos del Mundo



Cada año, el 21 de febrero se celebra el Día Internacional para la Protección de los Osos del Mundo; una fecha que nos recuerda la importancia de proteger estos animales que, además de prestar importantes servicios ecosistémicos; son un baluarte de la humanidad.

Alrededor del mundo coexisten ocho especies de osos: Panda gigante (Ailuropoda melanoleuca); Oso malayo (Helarctos malayanus); Oso pardo (Ursus arctos); Oso perezoso (Melursus ursinus); Oso negro asiático (Ursus thibetanus); Oso polar (Ursus maritimus); Oso negro americano (Ursus americanus) y el Oso andino (Tremarctos ornatus).

Especies que, en algunos casos, han sido declaradas en estado vulnerable de extinción, como sucede con el Oso andino, el único que habita en Suramérica y en Colombia. Dado su valor para nuestro ecosistema, hoy recordamos esta especie que es un tesoro nacional.

Para conocer un poco más sobre este majestuoso animal conversamos con Nicolás Reyes Amaya, investigador y curador de la colección de mamíferos del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt y miembro del grupo de especialistas de Oso andino de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Anolis de rivalis
Foto: Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt


El rey de los Andes

El Oso andino es considerado una especie endémica (perteneciente a un solo lugar) de los Andes tropicales, la cual está asociada a las zonas de bosques andinos, bosques de niebla y páramos. Son de pelaje negro, tienen machas en el cuerpo y, en algunos individuos, estas se extienden a la cara, especialmente al hocico y a los ojos.

Entre los machos y las hembras se presenta un dimorfismo sexual, es decir, sus características varían. Por ejemplo, un macho adulto robusto puede alcanzar el 1,90 m o los 2.22 metros de alto (parados en sus patas traseras); mientras que la hembra puede medir de 1,12 m a 1,70 m. Los machos pueden llegar a los 175 kg y las hembras suelen pesar unos 60 kg.

Es uno de los osos más pequeño del mundo, junto con el Oso malayo; esto en comparación con especies como el Oso Pardo, que habita en los bosques de Europa, Asia y América del Norte; para el cual su peso puede alcanzar hasta los 500 kg y, estando parado en sus patas, llegar a los 2,95 m.

Aunque su dieta no es totalmente herbívora; este mamífero se alimenta principalmente de plantas como puyas y bromelias y de frutos dulces; aunque puede cazar y comer venados y, ocasionalmente, animales de rebaño como vacas y ovejas.

Jardinero de los bosques

“El Oso andino es un animal que altera positivamente la estructura del bosque; por ejemplo, para hacer sus camaretas (donde duermen), arrancan las ramas de los árboles y así abren claros de luz en el dosel del bosque, lo cual ayuda a la renovación de las plántulas existentes, haciendo que estas reciban la luz necesaria para crecer, garantizando un proceso de renovación de los bosques”, explica Reyes.

También juegan un papel importante en la dispersión de semillas. Debido a que recorren grandes distancias y a que consumen gran cantidad de frutos van dispersando esas semillas por el camino e, incluso, cuando expulsan su materia fecal llena de semillas, estas quedan en la tierra esparcidas como plántulas que van a germinar.

De igual manera, el Oso andino es un animal carroñero que ayuda con la disposición de animales muertos en los hábitats naturales. “Este oso es majestuoso, es un gran superviviente de la naturaleza, es conspicuo. Es el hermano mayor, el sabio del bosque”, concluye el experto del Humboldt.

Para Mayor información:
Paola Martínez
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Por: Prensa Instituto Humboldt | Bogotá D.C., 2023

Humboldt en medios



En la Colombia BirdFair toma vuelo la Estrategia Nacional para la Conservación de las Aves ENCA 2030

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Por: Prensa Instituto Humboldt | Bogotá D.C., 16 de febrero de 2023

En la Colombia BirdFair toma vuelo la Estrategia Nacional para la Conservación de las Aves ENCA 2030



Cali, febrero 17 de 2023Colombia, el país de las aves cuenta hoy con la Estrategia Nacional para la Conservación de las Aves- ENCA 2030, documento que fue presentado anoche durante la inauguración de la Colombia BirdFair 2023.

La ENCA 2030 es resultado de un año y medio de un amplio proceso participativo que, a lo largo y ancho del país, consultó a una multiplicidad de actores para que aportaran desde su experiencia y conocimiento. El propósito, que Colombia integre efectivamente el modelo económico, social y cultural del país con la conservación, manejo y uso sostenible de las aves.

Más de 2000 personas en representación de las comunidades científicas, étnicas, urbanas y rurales, organizaciones ambientales y sociales, de jóvenes y mujeres, la academia, autoridades y entidades territoriales del orden local y nacional, de la industria y agroindustria, el turismo, la educación y la cultura, entre otros, aportaron a esta Estrategia que estructura los ejes temáticos y las líneas de acción requeridas para conservar el invaluable patrimonio que tiene Colombia al ser el país con el mayor número de aves en el planeta, lo que le representa grandes beneficios ecosistémicos y económicos, además de estar en el corazón de valores culturales y sociales que nos convocan y enorgullecen.

El proceso, liderado por el Instituto Humboldt, la Red Nacional de Observadores de Aves y la National Audubon Society, definió el alcance temático de la ENCA, enfocado a conservar y manejar sosteniblemente la diversidad de avifauna de Colombia, los hábitats de los cuales depende y los servicios ecosistémicos que provee a través de la generación de conocimiento, la investigación científica y su aplicación, la participación de distintos sectores e instrumentos de política y planificación.

¿De qué se trata?

Esta nueva Estrategia actualiza y amplía la del año 2000 que hizo un grupo de científicos y expertos en avifauna, la cual, además de aproximarse por primera vez a formular lineamientos y derroteros de conservación, permitió establecer una línea base sobre la cual, ahora de manera amplia y soportada en la metodología de Estándares Abiertos, la ENCA 2030 avanza las metas de inicio de siglo y plantea nuevos desafíos para los próximos años.

Así, el documento de 122 páginas y de alcance nacional abarca el territorio continental terrestre, los cuerpos de agua, elementos esenciales para la avifauna, así como el territorio insular, las costas y aguas marinas. Y para su desarrollo e implementación contempla cinco ejes, a saber:

  1. La sensibilización y conciencia pública con respecto a la conservación de las aves.
  2. La incidencia en sectores productivos y proveedores de servicios para el mejoramiento de prácticas en pro de las aves.
  3. El fortalecimiento del poder local y la incidencia en el ordenamiento territorial, así como un enfoque más plural de la ciencia, tanto en su generación, como en su uso y difusión.
  4. La priorización del aviturismo, entendido como objeto focal de conservación.
  5. Un proceso de implementación que convoque a todos los sectores del país a partir de acciones concretas, una ruta clara y comprensiva tanto de las oportunidades y fortalezas que nos ofrece nuestra avifauna, como también sobre sus vulnerabilidades y desafíos de conservación.


El propósito es que tanto la sociedad civil, que ha liderado el proceso, como las autoridades locales, regionales y nacionales que en diversas fases acompañaron la construcción de la Estrategia, se unan en torno a la conservación de este patrimonio nacional que hace de Colombia un país privilegiado e incorporen en sus actividades y políticas públicas los elementos que el documento ofrece y que las instituciones que impulsaron este trabajo, así como el Comité de Implementación acompañarán a lo largo de los próximos años.

La nueva Estrategia de Conservación de Aves para Colombia no sería posible ni estaríamos celebrándola hoy sin las voces, experiencias y conocimiento recibidos de todas las regiones del país; desde nuestras islas hasta los glaciares.

Por eso, la ENCA 2030 invitó anoche a todos los colombianos y colombianas a integrarse a la implementación de la Estrategia, proceso de alcance nacional para conocer, disfrutar y conservar una fuente de vida, inspiración, cultura y educación que además da respuesta a los desafíos del cambio climático y es elemento de orgullo e identidad nacional gracias a la riquísima y muy variada avifauna con la que cuenta Colombia, el país de las aves.

Para mayor detalle, consultar el documento aquí: Descargar

Para más información: Noemí Moreno 3042032033
Patricia Falk 3104713134
Karolina Fierro 3012307554

Prensa:
Poly Martínez,
Directora de comunicaciones
Audubon Américas, National Audubon Society
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Laura Marcela Mora
Comunicaciones
Instituto Alexander Von Humboldt
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Canangucha: una oportunidad de crecimiento económico para las mujeres de Puerto Rico, Caquetá

Nota de actualidad | Por: Julián Sáenz | 05/02/2023

Canangucha: una oportunidad de crecimiento económico para las mujeres de Puerto Rico, Caquetá




arboles
Las mujeres de Amazur recogen los frutos de la canangucha al interior de los bosques inundables. Foto: Julián Sáenz.


La Asociación de Mujeres Amazónicas Agroindustriales (Amazur) desarrolla varios productos a partir de la canangucha. En la actualidad buscan realizar un aprovechamiento sostenible del fruto a través de un monitoreo comunitario. Conozca su historia.

A un costado del río Guayas en Caquetá, un bosque inundable dominado por palmas gigantes alberga una gran diversidad de formas de vida como tesoro. Allí, entre la riqueza de fauna y flora hay un fruto pardo-rojizo, casi redondo y de pulpa amarilla que es la esperanza de crecimiento económico para un grupo de mujeres amazónicas que ve en la canangucha o el moriche, como también se conoce, un producto con múltiples beneficios que puede aprovecharse de manera sostenible.

Ese fruto proviene de los cananguchales, de esas palmas gigantes (Mauritia flexuosa) que se erigen como reinas del bosque con sus frondosas hojas como coronas y sus frutos rojos como collares. Estos espacios de vida naturales resisten a la transformación del territorio por el agua que los rodea. De hecho, para algunos pobladores del corregimiento de Rionegro, jurisdicción del municipio de Puerto Rico en Caquetá, han sido varios los intentos de los colonos por secar o talar las orillas de estos ecosistemas, pero el agua no lo ha permitido y en tiempos de invierno es común que los cananguchales se conecten con el río. Por eso, ese refugio de vida sobrevive con sus serpientes, guacamayas, chigüiros, loros, tortugas, monos y por supuesto la canangucha.
Una oportunidad de crecimiento para las mujeres de Amazur


“Es un producto que para nosotras representa la vida. La canangucha tiene provitamina A, vitamina E y betacarotenos. El aceite se usa para restaurar la piel y para protegerse del sol. Pero también es común verla en harina para coladas, en mermeladas e incluso jabones y otros productos”, comenta Diana Silva, representante legal de la Asociación de Mujeres Amazónicas Agroindustriales (Amazur), quien además forma parte del pueblo indígena Nasa.

fotos canaguchales
Cruzando el río Guayas desde el corregimiento de Rionegro en Caquetá se encuentra uno de los bosques más conservados de cananguchales de la región. Foto: Julián Sáenz.


Aunque las mujeres de Amazur comenzaron a trabajar con la canangucha artesanalmente hace 15 años atrás, la formalización de su emprendimiento comenzó hace dos. En la actualidad son nueve mujeres quienes trabajan con este fruto amazónico y su aceite, y sueñan con que su producto pueda ser reconocido en el país y en un futuro ser exportado.

Según Silva, Amazur nace con la intención de empoderar a las mujeres de la región y crear nuevos espacios económicos en donde los saberes de la mujer no queden relegados. “Durante mucho tiempo las economías que tradicionalmente se manejan en la región como lo es la ganadería en la actualidad y anteriormente lo que era la coca siempre estaban relacionadas al rol de los hombres en ese trabajo, las mujeres no teníamos un papel en estas actividades, nos asociaban sólo al hogar. Nosotros cosechamos, transformamos y comenzamos un proceso de monitoreo de la canangucha”, afirmó.

En busca de la canangucha

Las jornadas de trabajo en Ríonegro comienzan bien temprano con los primeros rayos de sol, aunque, tal vez, podría ser más preciso decirse que empiezan con el revolotear de las guacamayas en el cielo y con su canto que irrumpe el silencio de los cananguchales. Diana Silva, Yina Quiceno, Leidy Palma salen acompañadas de Yuber Balanta, líder social de la zona, quien conoce como pocos el interior de los cananguchales. Saben que el trabajo es extenuante y deben aprovechar el tiempo. Cruzan el río Guayas en una pequeña embarcación con machetes, costales, balanzas, metros y, por supuesto, un buen mecato, pues al casco urbano regresaran solo hasta al finalizar la tarde cuando se escuche de nuevo en el cielo el sonido de las aves coloridas. Parece que en los bosques inundables de canangucha el tiempo de trabajo está marcado por las guacamayas.

Una vez cruzan el río avanzan hacia los cananguchales por los pastizales llanos de las fincas que limitan con el bosque. El calor es intenso, pero contrasta con el agua que empieza a colarse entre los cuerpos a medida que se acercan a las gigantes palmas. Una vez allí, el agua como mínimo siempre estará a la altura de la cintura, los pasos serán pesados, las botas se estancarán entre el barro y la noción de las 904 hectáreas de cananguchales pasarán a ser las de un lugar sin inicio ni fin.

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La jornada de trabajo no termina solo con la consecución de la canangucha al interior del bosque. Esta debe ser pesada, examinada, lavada y puesta a secar durante dos o tres días. Foto: Julián Sáenz.


Entre los caminos de agua y las palmas, cada tanto el grupo de Amazur se detiene para estudiar los frutos de las palmas. Si son lo suficientemente maduras, dos de los acompañantes del grupo trepan estas plantas y cortan los racimos que pueden llegar a pesar hasta 60 kilos y luego los frutos son empacados en costales. “La canangucha es una palma que tiene hembras y machos. La hembra tiene una cosecha grande una vez al año que en esta zona termina más o menos a finales de noviembre, aunque en marzo se recolecta una cosecha restante que llamamos traviesa, un remanente que queda. Después, la misma palma no vuelve a cargar sino hasta dentro de dos años”, señala Silva.

Costales y costales comienzan a llenarse del espléndido fruto, para cuando las guacamayas vuelvan a cantar este grupo tiene que estar saliendo de los bosques inundables con los costales sobre sus hombros y tomar de nuevo la embarcación que los llevará a Rionegro. Sin embargo, la jornada no termina ahí, para obtener el mejor aceite deben hacer un proceso riguroso de selección de la canangucha una vez lleguen al depósito.

“Hay que analizar bien la calidad del fruto. Por ejemplo, hay unas más ovaladas y otras más redondas, estas últimas se demoran un poco más en madurar. Nosotras buscamos frutos que tengan un color intenso en su interior la que llamamos tipo Amazur porque es la que más aceite da”, explica Silva mientras ella y su grupo de trabajo lavan y extienden la canangucha recolectada sobre costales con el fin de que se sequen. Allí, se dejan durante dos o tres días bajo la sombra con el fin de que terminen su proceso de maduración.

recolección de fruta
Los racimos son pesados al interior de los cananguchales y los frutos puestos a secar bajo la sombra. El proceso de despulpado se realiza en el municipio de Puerto Rico y el transporte por trocha es otro de los desafíos por sortear. Foto: Julián Sáenz.


Una vez los frutos están maduros, ya en el municipio de Puerto Rico, comienza el proceso de despulpado que consiste en la remoción de la cáscara y de la pulpa amarilla, pulpa que posteriormente pasará por un proceso de deshidratación. Artesanalmente es común observar que el despulpado se realice con cucharas, raspando el fruto ya blandito. Sin embargo, el grupo de mujeres de Amazur el año pasado recibió maquinaria que les ayudará en el proceso. “Nosotros tuvimos el apoyo de Campo Emprende el año pasado y eso nos permitió adquirir unas máquinas. Tenemos una despulpadora, una descascarilladora y una prensa para ayudarnos en el proceso de transformación y poder sacar el aceite más fácil y de forma más abundante”, contó Silva.

El monitoreo comunitario y el aprovechamiento sostenible

Rionegro en Caquetá durante algunos años fue la despensa agrícola del departamento, un corregimiento próspero en los tiempos en los que las vías de conexión entre poblaciones eran los ríos en lugar de las carreteras. Aunque aún hoy más que vías hay trochas y en muy mal estado. Así lo explica Yuber Balanta, líder social de la zona, caucano que llegó en 1970 a la región y que como pocos conoce la historia de la población y el interior de los cananguchales.

“La economía de Rionegro no es muy diferente a la del Caquetá. Acá se sembraba mucho maíz y arroz, cosechas que se realizaban cada año en los meses de junio, julio y agosto y que duró más o menos hasta inicios de los ochenta. Ya a mediados de los ochenta surgió la coca, en ese tiempo se le llamaba la Pajarita y su cultivo se extendió y tomó fuerza durante los noventa y los años dos mil. La coca dejó desolación, desplazamiento, prostitución y una juventud que no estudió porque tenían una fuente de ingreso. Ahora después del 2016, de los Acuerdos de Paz, se comenzó en la región un proceso de erradicación voluntaria, la ganadería y la agricultura son la base de la economía, pero procesos como los de la canangucha y el turismo son importantes”, manifestó Balanta.

fruta
El proceso de despulpado de la canangucha se realiza en el municipio de Puerto Rico en Caquetá. Foto: Julián Sáenz.


Sin dudas, las iniciativas sobre los productos no maderables del bosque son importantes para el crecimiento económico y para la competitividad de la región. Por eso, el grupo de mujeres de Amazur comenzó junto con el Instituto Humboldt el proceso del monitoreo comunitario con el que buscan realizar un aprovechamiento sostenible de la canangucha. Este apoyo a las actividades de monitoreo hace parte del proyecto Promoviendo los Productos Forestales no Maderables en Colombia enmarcado en el Programa Partnerships for Forest, financiado por el gobierno británico. Se espera que este proceso les ayude en su deseo de acogerse al Decreto 690 de 2021, que establece los requisitos para el uso, manejo y aprovechamiento sostenible de la flora silvestre y los productos no maderables del bosque con fines comerciales.

El monitoreo se divide en tres grandes acciones que permitirán responder varias preguntas en torno a la canangucha. La primera es hacer un seguimiento a la fenología del fruto para entender en qué momento florecen los individuos masculinos y los femeninos, comprender cuánto dura este proceso, en qué momento se abre la flor y en general todo el ciclo de cosecha. La segunda acción que responde el monitoreo es conocer qué tanta fruta pueden recoger del bosque. Y por último, también permitirá conocer qué tanto de lo que se cosecha se aprovecha y cuál es la demanda necesaria respecto al bosque. Con estos datos las mujeres de Amazur podrán tener mayor información para realizar un aprovechamiento sostenible.

“El monitoreo se realiza en dos temporadas de cosecha que las comunidades han identificado. Lo que nosotros hacemos es brindar algunas herramientas para que con el conocimiento que ellas ya tienen puedan resolver sus preguntas en torno al manejo de la canangucha. En este caso la pregunta más importante es cómo aprovechar la canangucha sin que afecte de forma negativa la población de palmas en el tiempo. Esperamos que con el monitoreo comunitario ellas puedan realizar un uso eficiente de la especie, es decir, que las prácticas de cosecha garanticen que esta especie pueda reproducirse en el tiempo y mantener sus funciones ecosistémicas para todos los consumidores, aves, mamíferos y otros animales que se alimentan de este fruto”, aseguró Ángela Celis, investigadora de Ciencias Sociales y Saberes de la Biodiversidad del Instituto Humboldt.

toma de datos en campo
El monitoreo comunitario realizado por Amazur servirá para aprovechar el fruto de forma sostenible y garantizar las funciones ecosistémicas del bosque. Foto: Julián Sáenz.


En la actualidad, las mujeres de Amazur en sus recorridos por los cananguchales además de recoger el fruto incorporaron en su trabajo la toma de datos que les ayudará a responder sus preguntas de investigación y tener mayor conocimiento sobre el fruto. Para Diana Silva, este es un proceso importante porque: “es un trabajo vinculado no solo a nosotras sino a nuestras familias y a la gente de la zona. Somos personas que conocemos el territorio y nacimos en los cananguchales. Sin embargo, hay cosas que uno no tiene tan presente como, por ejemplo, mirar cuál es el promedio de racimos de una palma. La disciplina de la observación permite que podamos conocer mejor los tiempos de cosecha”.

Son muchos los retos o desafíos que Amazur enfrenta a la hora de trabajar con la canangucha, las largas jornadas de trabajo pueden parecer fáciles si se compara con las necesidades de transporte o con el sueño de la formalización, así lo explica Diana Silva. “Todo lo hemos hecho con las uñas y con recursos propios, queremos conseguir un permiso sanitario, pero para eso nos toca tener una planta de transformación, tener equipos para garantizar una capacidad productiva y otras cosas más, estamos luchando por ese sueño, pero requiere de recursos y de apoyo”, y además concluye que: “la mujer caqueteña es berraca, echada para adelante, se le mete a lo que sea. Pero desafortunadamente, en los procesos económicos la mujer ha sido relegada, no tiene voz dentro de las políticas públicas, siempre es el hombre marcando el paso. Amazur además de ser una empresa es una estrategia de empoderamiento de la mujer para que todos reconozcan las capacidades y sabiduría del territorio que tenemos”.

Expansión de la huella humana: una amenaza latente para el hábitat de las aves en Colombia

Prensa Instituto Humboldt | Bogotá D.C., 27 de enero de 2023

Expansión de la huella humana: una amenaza latente para el hábitat de las aves en Colombia



aves en riesgo
El turpial venezolano (Icterus icterus) es una de las especies en las que su hábitat sufre un gran deterioro. Foto: Natalia Ocampo.


  •    Un estudio caracterizó los cambios de la huella humana en los hábitats de las aves entre 1970 y 2018, y su proyección a 2030. Se alertan futuros impactos por actividades humanas sobre las aves y sus áreas de distribución, incluso en zonas con alta diversidad que no han sufrido gran presión en el pasado.


Un nuevo estudio publicado en la revista Environmental Research Letters, evaluó los cambios espaciales y temporales en la huella humana dentro de las distribuciones de 1.469 especies de aves terrestres residentes en Colombia, desde 1970 hasta 2018, y su proyección hacia el 2030. La huella humana mide la presión antrópica sobre los ecosistemas, y para Colombia este indicador ha sido desarrollado a través de un trabajo colaborativo de investigadores del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, la Pontificia Universidad Javeriana y la Universidad del Rosario.

Al integrar el indicador de huella humana con mapas de distribución de aves refinados por variables ambientales (generados a partir de los mapas de la Guía Ilustrada de la Avifauna Colombiana de Fernando Ayerbe), este análisis permitió estimar el nivel de presión humana a través del tiempo, sobre los ecosistemas que sirven de hábitat a las aves y por lo tanto generar información clave para la toma de decisiones en conservación.

Los principales hallazgos

Con aproximadamente 2.000 especies, Colombia es el país con mayor diversidad de aves a nivel mundial. De estas, 140 están catalogadas como amenazadas a nivel nacional, y esto se debe principalmente a la pérdida y el deterioro de sus hábitats. Sin embargo, no existe suficiente información para monitorear directamente los cambios poblacionales de la mayoría de las especies y por esto se buscan metodologías que permitan evaluar la magnitud de las presiones sobre las aves de forma indirecta.

Los hallazgos del estudio “ Incremento de la exposición de las aves colombianas a la huella humana en rápida expansión” determinaron que entre 1970 y el 2018 la huella humana aumentó de forma generalizada en los hábitats de las aves terrestres, y se vieron especialmente afectadas las especies endémicas, casi-endémicas o con alguna categoría de amenaza, una tendencia que continuará en el futuro. Adicionalmente, aunque varias zonas donde residen un gran número de aves especialistas de bosque permanecieron poco intervenidas hasta el 2018, se observa que sufrirán mayores niveles de transformación hacia el 2030, por lo cual estas especies no tienen su supervivencia asegurada.

“Se encontraron 69 especies para las que la huella humana había aumentado en más de la mitad de su distribución durante el periodo estudiado. De ellas, 19 no figuran en ninguna categoría de amenaza para la conservación a nivel nacional”, explica Helena Olaya, investigadora del Instituto Humboldt y partícipe del estudio.

Lina Sánchez, coautora del estudio, destaca que “usar la huella humana en lugar de otras medidas de transformación del hábitat como la deforestación, permitió contemplar el deterioro en ecosistemas diferentes a los bosques. Por ejemplo, aunque los niveles más altos de presión humana para aves de bosque se presentan en el valle del Magdalena, el Pacífico norte y la transición Andes-Amazonas; muchas de las especies que han sufrido gran deterioro están asociadas también con hábitats más secos y abiertos en el noreste del país”. Este es el caso de especies como la piranga hormiguera (Habia gutturalis) y el turpial venezolano (Icterus icterus).

A partir de los resultados del trabajo, se plantea que para proteger los hábitats de las especies de aves en Colombia es necesario implementar estrategias diferenciales. En sitios con alta riqueza y huella baja sería ideal la preservación estricta, mientras que las estrategias mixtas son apropiadas en áreas donde tanto la riqueza de aves como la huella humana son altas. Por ejemplo, en zonas de bosque seco como los valles del Magdalena y el Cauca, se pueden considerar ejercicios de restauración, prácticas agrícolas amigables con la avifauna y turismo de observación de aves.

“Se requieren no sólo esfuerzos de conservación y restauración, sino acciones articuladas con las comunidades humanas para que estos esfuerzos tengan un impacto en la calidad de vida, el desarrollo sostenible y la vida silvestre, teniendo en cuenta la particularidad de cada uno de los territorios”, agrega Bibiana Gómez, coautora del trabajo.

El estudio fue desarrollado por un equipo de investigadores liderados por Natalia Ocampo Peñuela, profesora de la Universidad de California en Santa Cruz, Estados Unidos; y Andrés Felipe Suárez Castro, investigador de la Universidad Griffith, Australia. Además, contó con la participación de Bibiana Gómez Valencia, María Helena Olaya Rodríguez y Lina María Sánchez Clavijo, del Instituto Humboldt; Julian Díaz, de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad del Rosario; y Camilo Correa Ayram, de la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales de la Pontificia Universidad Javeriana.

Más información:
Natalia Ocampo-Peñuela & Suarez-Castro et al 2022 Environ. Res. Lett. 17 114050

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¿Por qué es importante para el país identificar y actualizar las Áreas Clave para la Biodiversidad?

Nota de actualidad | Por: Prensa Humboldt | 19/01/2023

¿Por qué es importante para el país identificar y actualizar las Áreas Clave para la Biodiversidad?




Establecer las Áreas Claves para la Biodiversidad permitirá conocer los lugares de mayor importancia para la conservación de especies y ecosistemas. Foto: Felipe Villegas.


  • •   Desde el año pasado comenzó el proyecto de actualización e identificación de las Áreas Clave para la Biodiversidad (KBA, por sus siglas en inglés) en dos de las regiones más biodiversas del mundo, los Andes tropicales y la cuenca del Congo. En Colombia, este trabajo es liderado por el Instituto Humboldt, BirdLife International y la Asociación Calidris.
  • •   Como resultado del proyecto, en octubre de 2022, se creó un Grupo de Coordinación Nacional conformado por diferentes instituciones y expertos, quiénes llevarán un registro de estás áreas en el país. Además, a futuro, validará las nuevas nominaciones de Áreas Clave para la Biodiversidad.
  • •   El proyecto financiado por Bezos Earth Fund mostrará los lugares con mayor importancia para la conservación de especies y ecosistemas en el país. Los resultados obtenidos en el proyecto y la información actualmente disponible podrán servir de insumo para la toma de decisiones de nuevas áreas protegidas o para la generación de Otras Medidas Efectivas de Conservación basadas en áreas (OMEC).


Las Áreas Clave para la Biodiversidad (KBA, por sus siglas en inglés) son lugares de gran importancia para la protección de especies y ecosistemas. Por está razón, el Programa KBA fue adoptado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en 2016, como una de las herramientas para la conservación y se generó un conjunto global de criterios para establecer e identificar estos sitios entre los que se considera la distribución geográfica de las especies amenazadas y las que tienen distribuciones restringidas a nivel global, entre otros aspectos.

Desde 2016, la Asociación KBA, que incluye 13 organizaciones internacionales de conservación, se dio a la tarea de identificar y promover la protección de estás áreas y, en la actualidad, con la financiación del Bezos Earth Fund, la asociación busca actualizar la lista de KBA en dos de las regiones más megadiversas del mundo, los Andes tropicales y la cuenca del Congo.

Los países participantes en los Andes tropicales son Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú. En nuestro país, el desarrollo de este proyecto es liderado por el Instituto Humboldt que trabaja de manera articulada con BirdLife International y la Asociación Calidris.

“El proyecto tiene cuatro objetivos principales. El primero, es el de establecer un Grupo de Coordinación Nacional que se encargará de hacer seguimiento a los sitios KBA. El segundo, es el de realizar actividades de capacitación o fortalecimiento del conocimiento alrededor de las KBA en el país. Un tercer objetivo es el de actualizar la información de especies y ecosistemas para los sitios KBA, lo que implica cubrir una mayor biodiversidad de la que hasta el momento está reportada. Y por último, está el objetivo de promover la importancia de las Áreas Clave para la Biodiversidad en el país”, manifestó Karolina Fierro, investigadora de Ciencias Básicas del Instituto Humboldt.

En Colombia, el proyecto inició en mayo del 2022 y avanzó en la conformación del Grupo de Coordinación Nacional. Este es un grupo de instituciones gubernamentales, científicas y de conservación encargadas de coordinar el proceso de identificación, nominación y actualización de las KBA a nivel nacional y articular sus actividades con otros procesos e iniciativas nacionales, por ejemplo, la Mesa Nacional de Prioridades.

“El año pasado realizamos un taller de capacitación sobre las Áreas Clave para la Biodiversidad, en donde participaron las organizaciones y personas que hacen parte del Grupo de Coordinación Nacional. En los tres días del taller revisamos los diferentes criterios y el proceso para nominar una KBA. Por ejemplo, el criterio de especies detonantes, qué considera las especies amenazadas en diferentes categorías, de rango de restringido o congregatorias que pueden ser conservadas en las KBA. También se analizaron los criterios de ecosistemas, cómo se pueden involucrar ecosistemas amenazados o los lugares donde se conserva la integridad biológica, es decir, espacios donde la intervención humana ha sido mínima. Además, se trataron temas sobre cómo estás áreas deben tener límites bien definidos en términos ecológicos y de manejabilidad y cómo las personas en el territorio con intereses de conservación pueden contribuir a las KBA”, agregó la investigadora Fierro.

En el país ya existen 163 Áreas Clave para la Biodiversidad, pero generalmente buscaban la conservación de aves y algunas plantas y anfibios. La actualización que se realiza con este proyecto busca identificar otras especies detonantes de KBA, como insectos, reptiles, peces, etc, que se protegen en estos sitios, así como ecosistemas. Pero la actualización de información en estos lugares ricos en diversidad biológica no es una tarea fácil.

Para realizar la actualización o nominación de una KBA se tienen que recopilar y analizar los mapas de distribución de las especies amenazadas y endémicas del país (que también llamamos de rango restringido). Luego, se trabaja de la mano de expertos en diferentes grupos taxonómicos para validar cuáles son los lugares más importantes para la conservación de una especie determinada. Ellos también ayudan a determinar si la especie está realmente presente en una localidad y cuántos individuos hay allí aproximadamente. Estos análisis también permiten identificar los puntos más calientes en biodiversidad o que albergan una mayor cantidad de especies amenazadas y restringidas que requieren acciones para su conservación.

Este trabajo de identificación de nuevos sitios KBA y actualización de los ya existentes, contribuye a la conservación de especies y ecosistemas en peligro de extinción. A finales de 2023, se espera que Colombia tenga actualizado su lista de Áreas Clave para Biodiversidad y que esta información pueda ser usada para el establecimiento de nuevas áreas protegidas o para la generación de Otras Medidas Efectivas de Conservación basadas en Áreas (OMEC). Además, tendremos el conocimiento de los lugares de mayor importancia para la conservación de especies y ecosistemas en el país.



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El año pasado se realizó un taller de capacitación sobre las KBA en donde participaron las organizaciones y personas que hacen parte del Grupo de Coordinación Nacional. Foto: Felipe Villegas.

Colombia se ratifica como el país más diverso en mariposas con 3.877 especies: según nueva lista de chequeo de estos insectos

Prensa Instituto Humboldt | Bogotá D.C., 22 de diciembre de 2022

Colombia se ratifica como el país más diverso en mariposas con 3.877 especies: según nueva lista de chequeo de estos insectos




La lista sirve de insumo para futuros planes de conservación de la biodiversidad colombiana. Foto: Indiana Cristo


  • •   A finales de noviembre se publicó una nueva versión de la Lista de chequeo de mariposas de Colombia en la que se ratifica la presencia de al menos 3.877 especies.
  • •   El país es considerado el más biodiverso en este grupo biológico en el mundo.
  • •   La lista contribuye a fortalecer e incentivar los estudios de lepidopterología en el país y, además, sirve de insumo para futuros planes de manejo integral o conservación de la biodiversidad.


La nueva versión de la Lista de chequeo de mariposas de Colombia confirmó la presencia de al menos 3.877 especies en el país de las cuales 218 son consideradas endémicas, ratificando el carácter megadiverso del país.

El proyecto de la nueva versión de la lista de chequeo fue una iniciativa liderada por los naturalistas y fotógrafos Kim Garwood (Estados Unidos) y Juan Guillermo Jaramillo (Colombia), con el apoyo de los biólogos Blanca Cecilia Huertas Hernández (Reino Unido) e Indiana Cristóbal Ríos-Málaver (Colombia) quienes desde 2019 se dieron a la tarea de construir esta publicación por medio de la revisión de literatura científica, el análisis en diferentes colecciones biológicas nacionales e internacionales, sus observaciones de campo y el registro fotográfico y georreferenciado de los usuarios de plataformas digitales de ciencia participativa como iNaturalist.

“La lista de chequeo, es una construcción colectiva que no viene solo del trabajo voluntario de cuatro personas, de sus observaciones en campo y trabajo en colecciones biológicas. Ha sido un proceso riguroso, que requirió la revisión minuciosa de las revisiones taxonómicas más recientes con el apoyo de muchos especialistas de diferentes partes del mundo que han hecho aportes y correcciones a la misma. Las mariposas constituyen un grupo muy diverso y de alto valor ecológico y cultural y actualmente en Colombia logran una extraordinaria riqueza”, manifestó Indiana Cristóbal Ríos-Malaver, investigador del Instituto Humboldt especialista en este grupo biológico.

coleccion mariposas
Colección mariposas. Foto: Indiana Cristo


Las mariposas pertenecen al orden Lepidoptera que en latín significa alas cubiertas por escamas, haciendo referencia a las micro escamas que cubren su cuerpo y dan forma a los diversos colores y diseños en sus alas. En Colombia, las regiones más diversas en mariposas corresponden a los bosques de los Andes orientales en el piedemonte Andino-Amazónico y en la región del Chocó biogeográfico, mientras que las zonas de bosque alto andino y páramo, resultan ser las que contienen más especies endémicas y potencialmente vulnerables al cambio climático.

De acuerdo con investigadores como Daniel H. Janzen quien se ha dedicado a estudiar las poblaciones de insectos desde hace varias décadas en el Área de Conservación de Guanacaste en Costa Rica, las mariposas junto a muchos otros grupos de insectos han sufrido un declive importante debido a la deforestación, el uso indiscriminado de agroquímicos y el cambio climático. En Colombia, hay mucho interés para conocer el grado de vulnerabilidad de las especies de mariposas, especialmente por aquellas consideradas como endémicas, en los paisajes de alta montaña.

Más recientemente, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) catalogó a la mariposa monarca migratoria de Norteamérica (Danaus plexippus) como una especie En Peligro, debido a que durante la década reciente sus poblaciones han disminuido en forma drástica entre un 22 y 72%.

Según el investigador Ríos-Malaver la Lista de chequeo de mariposas de Colombia es importante porque: “Confirma que somos un país rico en mariposas y somos el primer país que tuvo la posibilidad de generar un listado con las especies conocidas, que muy seguramente en los próximos años sobrepasará los 4.000 registros. Además, en un momento donde las poblaciones de insectos están disminuyendo poder documentar cuáles y cuántas especies hay en nuestro país y en qué zonas es clave para fomentar estudios sobre la variación de sus comunidades y poblaciones como el primer paso para la generación de estrategias para la conservación de sus hábitats. Aunque actualmente seamos un país muy rico en especies de mariposas, esto no significa que ya todo esté hecho en términos de estudios de estos fascinantes insectos, necesitamos más apoyo de las instituciones académicas, científicas, gubernamentales y privadas para que los insectos e invertebrados en Colombia estén en la agenda nacional de investigación y tambíen puedan ser incluidos como objetos de alta valor para la conservación”.

Esta lista de chequeo se suma a los esfuerzos de investigación científica para inventariar este singular grupo de insectos. En la actualidad, el Instituto Humboldt lidera varios proyectos que incluyen estudiar la diversidad taxonómica y genética de especies de mariposas en diferentes regiones de Colombia.

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