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Colombia suma una nueva especie de murciélago: subespecie asciende a especie

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Bogotá, noviembre 30 de 2023

Colombia suma una nueva especie de murciélago: subespecie asciende a especie


Por: Prensa Humboldt



Gracias a una investigación que comenzó en el 2014, un tipo de murciélago que habita en Colombia y otros países de la región y que se consideraba una subespecie, ascendió a categoría de especie. Investigadores descubrieron que cuenta con características morfológicas y morfométricas distintas a las de su género. Se trata del Eptesicus miradorensis.

  • El tipo de murciélago que ahora se suma como nueva especie, se caracteriza por ser la más grande de su género, con una longitud en su antebrazo de 48 a 51 milímetros (las otras especies tienen medidas menores).
  • Pese a ser considerado un animal poco carismático, la conservación del murciélago es vital para los ecosistemas al ser un consumidor de insectos, algunos de los cuales son plagas.


Bogotá, noviembre 30 de 2023. En el 2014, un grupo de ocho reconocidos investigadores colombianos (nombres al final de la nota), liderados por el biólogo y profesor Héctor Ramírez Chávez, decidieron unirse para analizar ejemplares de murciélagos conservados en diferentes colecciones biológicas, además de hacer nuevas colectas con el objetivo de continuar los estudios existentes sobre este grupo animal.

Para esto, usaron parte del material que reposa en la Colección de Mamíferos del Instituto Humboldt , el Museo de Historia Natural de América, el Museo Británico, la Universidad del Tolima, la Colección Entomológica de la Universidad de Antioquia, la Colección Nacional de Mamíferos de México y la Colección de Mamíferos de la Universidad Nacional; entre otros.

Los investigadores se enfocaron en el género Eptesicus, para el cual estaban descritas 11 especies en Sudamérica; poniendo especial énfasis en la especie Eptesicus fuscus o murciélago pardo (especie que, a su vez, estaba dividida en 10 subespecies). Allí, los científicos notaron que entre las subespecies del murciélago pardo existían varias diferencias.

“Empezamos a notar que entre las 10 subespecies del Eptesicus fuscus existía una alta variabilidad morfológica (estructura) y morfométrica (forma), es decir, que de unos individuos a otros se presentaban diferencias importantes en características como el tamaño y el color; lo que nos llevó a considerar que alguna subespecie podría tratarse de una especie” explica Elkin Noguera Urbano, investigador de la Gerencia de Información Científica del Instituto Humboldt, uno de los autores de la investigación.

De estas 10 subespecies, la Eptesicus fuscus miradorensis (la única que habita en el área continental de la región neotropical de Centro y Sudamérica), era la que presentaba mayor variabilidad (diferencias morfológicas y morfométricas); por lo que existía una alta probabilidad que se tratara de una especie y no de una subespecie.

Oficialmente ascendida

A partir de estas observaciones, se empezaron a revisar muestras genéticas, se tomaron medidas morfológicas y se evaluaron partes como el cráneo y la piel, comparándolas hasta con 14 medidas externas y craneales de ejemplares distribuidos a lo largo de América.

“Luego de sumar toda la evidencia, obtener la secuencia genética de la subespecie analizada y compararla con otras secuencias, comprobamos que era un taxón diferente, es decir, que sí se trataba de una especie y no de una subespecie.

cráneo miradorensis Detalles del cráneo y la morfología exterior de la ahora llamada especie Eptesicus miradorensis / Imagen: archivo particular del estudio


Dentro de las diferencias encontradas, se determinó que la ahora considerada especie Eptesicus miradorensis se destaca por ser la más grande de las que conforman el género, con una longitud de su antebrazo de 48 a 51 milímetros (los otras especies tienen medidas menores) y un cráneo con una longitud de 19 a 20 milímetros (cráneo robusto en comparación con las demás especies que tienen estructuras más pequeñas).

También presenta una cresta sagital (parte posterior del cráneo) y otra lambdoidea (cresta extendida en la parte posterior del cráneo) muy desarrolladas, aspectos que no son tan destacados en otras especies.

Esta especie se distribuye en México, Colombia y Venezuela; pero también tiene poblaciones intermitentes en otros países de la región. Su presencia se asocia a zonas de alta montaña (más de mil metros de altura) y de bosque seco. En Colombia, se le puede encontrar en el Valle del Cauca, el macizo colombiano y el suroccidente del país.

Eptesicus miradorensis Espécimen del Eptesicus miradorensis conservado en la Colección de Mamíferos del Instituto Humboldt


Es así como, a partir de este resultado, la subespecie Eptesicus fuscus miradorensis pasó a convertirse en la especie Eptesicus miradorensis, la número 12 del género Eptesicus en Sudamérica y una nueva especie para Colombia. Este hallazgo quedó descrito en el estudio: “Sistemática, morfometría y distribución de Eptesicus fuscus miradorensis, con notas sobre morfología e historia natural”.

El artículo fue publicado en la revista Therya, de la Asociación Mexicana de Mastología A.C., que difunde conocimiento sobre mamíferos, especialmente en Latinoamérica. “Uno de los aspectos para tener en cuenta -dice Noguera- es que, al pasar de ser una subespecie a especie, se aumenta la riqueza de este grupo y también se constituye en un llamado de atención sobre el cuidado y preservación de estos animales”.

Murciélagos: cuando la belleza es lo de menos

Alrededor del mundo existen más de 1.400 especies de murciélagos y en Colombia alrededor de 200. Estos animales, que son considerados poco carismáticos debido a su estética y por ser comparados con los roedores; en realidad son vitales para los ecosistemas, por tanto, se debe velar por su protección.

“Sobre ellos, detalla el investigador del Humboldt, existe una leyenda urbana. Se dice que cuando los ratones mueren, les salen alas y se convierten en murciélagos y, luego, en vampiros. Esto ha llevado a que los murciélagos sean poco apreciados. Pero, lo cierto es que estos animales no forman parte del grupo de roedores (orden rodentia), sino que son del orden quiróptera, que se traduce como membranas en los dedos y tampoco representan un riesgo para las personas”.

También son muy estigmatizados por el consumo de sangre; pero, en Colombia, por ejemplo, solo tres especies la consumen de otros grandes mamíferos como las vacas; mientras los demás consumen insectos y frutas, lo que los convierte en controladores de plagas para los cultivos. Hay otros que toman la pulpa de la fruta y dejan caer la semilla, ayudando a sembrar el bosque; mientras que los demás toman néctar y miel y ayudan a polinizar.

“A esta especie hay que respetarla como a las demás. Los murciélagos no deben ser quemados, golpeados, ni maltratados. La recomendación para las personas que se topan con ellos (es común verlos en fincas o casas abandonadas) es llamar a las autoridades para que los retiren, sin afectarlos”, concluye Noguera.

Dato clave:

El grupo de investigadores estuvo conformado por: Héctor E. Ramírez Chaves, Mallerly Alarcón Cifuentes, Elkin A. Noguera Urbano, Pérez Weimar A., María M. Torres Martínez, Paula Andrea Ossa López, Fredy Arvey Rivera Páez y Darwin Manuel Morales Martinez.

Para mayor información:
Oficina de prensa Instituto Humboldt
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Colecciones biológicas más fuertes y mejor preparadas

Nota de actualidad | Por: Erika Nathalia Salazar | 2/11/2023

Colecciones biológicas más fuertes y mejor preparadas




4º taller de fortalecimiento de capacidades en el manejo de colecciones biológicas, Villa de Leyva, 4 al 8 de septiembre de 2023.
El 4º taller de fortalecimiento de capacidades en el manejo de colecciones biológicas, convocado por el Registro Nacional de Colecciones Biológicas (RNC), se llevó a cabo del 4 al 8 de septiembre de 2023, estas son las conclusiones.


El 4º taller de fortalecimiento de capacidades en el manejo de colecciones biológicas, convocado por el Registro Nacional de Colecciones Biológicas (RNC), se llevó a cabo del 4 al 8 de septiembre de 2023, estas son las conclusiones.

Como su nombre lo indica, el objetivo del taller fue fortalecer a las colecciones biológicas inscritas en el RNC; específicamente en aspectos técnicos, científicos y administrativos orientados a un manejo e implementación de buenas prácticas.

El llamado que surge de este espacio es la necesidad de trabajar en red, de manera articulada y conjunta, para posicionar la tarea que desempeñan las colecciones, dado que estas custodian el patrimonio biológico, testimonio de la biodiversidad pasada y presente del territorio colombiano.

Convocatoria al  4º taller de fortalecimiento de capacidades en el manejo de colecciones biológicas.


El taller contó con el apoyo del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), la Universidad Militar Nueva Granada y la Universidad CES. Asimismo, con la participación de los curadores de 24 colecciones biológicas registradas, entre herbarios, colecciones zoológicas de invertebrados y vertebrados. Estas colecciones son custodiadas por 19 instituciones, entre universidades públicas y privadas, centros o institutos de investigación y jardines botánicos.

Los curadores asistentes pudieron capacitarse y actualizar sus conocimientos en aspectos administrativos y legislativos, conceptos de curaduría y conservación preventiva, gestión y publicación de datos sobre biodiversidad, así como el uso de estos para la toma informada de decisiones; todos temas claves en el manejo de una colección biológica.

Una de las grandes conclusiones del taller fue la propuesta de creación de una “ley de colecciones” que busque protegerlas y nutrirlas presupuestalmente y de manera permanente. Tal propuesta fue el resultado del espacio final de conversación y reflexión; donde los curadores participantes identificaron, desde la realidad de las colecciones que custodian, los principales retos y dificultades a los que se enfrentan, que desembocan en otra serie de necesidades, como la capacidad para mantener y contratar personal calificado, el desabastecimiento de equipos y materiales, e incluso, problemas de infraestructura. Dicha ley permitiría subsanar algunas de las problemáticas identificadas de tipo estructural, asociadas principalmente a la insuficiencia en la asignación de presupuesto, lo que permitiría mejorar la apropiación a nivel institucional, gubernamental y social, que facilite cumplir con su misión.

Durante las charlas también se abordó el índice de salud de colecciones biológicas como herramienta para evaluar y monitorear el estado de conservación de estas y su gestión en el tiempo. Como parte de las actividades prácticas, se dio un espacio de relacionamiento, articulación e intercambio de conocimiento entre el equipo de capacitadores y los asistentes, provenientes de múltiples zonas del país, como Arauca, Bogotá, Bucaramanga, Calarcá, Cali, Manizales, Medellín, Ocaña, Santa Marta, Tunja, Turbaco y Villavicencio.

Galería fotográfica


Herbarios participantes en el taller. Instituciones: Jardín Botánico de Cartagena, Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, Universidad Nacional de Colombia Sede Orinoquia, Universidad de Caldas, Instituto Sinchi, Universidad del Valle, Universidad Francisco de Paula Santander Seccional Ocaña y Jardín Botánico de Medellín.

Las colecciones entomológicas que participaron en el taller son custodiadas por instituciones como la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, Universidad Nacional de Colombia, Universidad El Bosque, Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales U.D.C.A., Corporación Universitaria Minuto de Dios - UNIMINUTO, Jardín Botánico del Quindío, Universidad Pedagógica Nacional y Universidad de Antioquia.

Colecciones de vertebrados participantes en el taller. Instituciones: Universidad del Valle, Instituto Nacional de Salud, Universidad de los Llanos, Universidad del Magdalena, Universidad de los Andes, Universidad de Antioquia y Universidad Industrial de Santander.

Curadores invitados y equipo de capacitadores del taller.


Si tienes dudas o estás interesado en conocer más, puedes escribirle a Erika Salazar, al correo Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., investigadora de la Gerencia de Información Científica, quien coordina el RNC desde hace 4 años.
Contexto sobre el taller y el RNC

Con la finalidad de contribuir para mejorar el quehacer y la gestión realizadas por las colecciones biológicas nacionales, como custodias del patrimonio biológico del país, desde el año 2020, el RNC ha liderado, en alianza con el Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia y el equipo de colecciones biológicas del Centro de Colecciones y Gestión de Especies, una serie de talleres anuales dirigidos a las colecciones registradas en el sistema.

El Registro Nacional de Colecciones Biológicas (RNC) es una herramienta administrada por el Instituto Humboldt a partir de la expedición de los Decretos 309 de 2000 y 1375 de 2013. Además de ser una herramienta que ampara la tenencia legal de los especímenes de las colecciones biológicas que existen en el país, también cumple varios propósitos como consolidar el inventario de las colecciones biológicas existentes a nivel nacional, servir como espacio para divulgar su información general, visibilizar y promover su uso, y a su vez, darles un carácter de legalidad a las colecciones para que les sean reconocidos sus derechos y deberes.
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RNC abre inscripciones al 4º taller de fortalecimiento de colecciones biológicas

Nota de actualidad | Por: Comunicaciones Humboldt | 05/07/2023

RNC abre inscripciones al 4º taller de fortalecimiento de colecciones biológicas




aliados capacitacion


  • El taller está dirigido a colecciones biológicas colombianas, registradas y actualizadas en el RNC.
  • El taller será presencial, del 4 al 8 de septiembre de 2023, en Bogotá y Villa de Leyva.
  • 28 de julio de 2023 es la fecha límite de recepción de postulaciones.


El Registro Único Nacional de Colecciones Biológicas (RNC), el Instituto Humboldt y el Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia (ICN) aúnan esfuerzos para ofrecer, en su cuarta versión, el taller de fortalecimiento de capacidades en el manejo de colecciones biológicas.

herpetología
Colecciones Biológicas / Foto: Instituto Humboldt


Este espacio se realizará de manera presencial, del 4 al 8 de septiembre del 2023, y tendrá su apertura en la ciudad de Bogotá y, posteriormente, se continuará en el Claustro San Agustín (Sede del Instituto Humboldt) en Villa de Leyva, Boyacá.

Durante los cinco días del taller —que tiene como objetivo fortalecer a las colecciones biológicas inscritas en el RNC en aspectos técnicos, científicos y administrativos que contribuyan a su manejo e implementación de buenas prácticas— se llevarán a cabo sesiones teóricas y prácticas para abordar múltiples temáticas, entre las cuales se encuentran:
  • Generalidades sobre normatividad asociada al manejo y administración de colecciones biológicas nacionales.
  • Aspectos generales sobre curaduría de las colecciones biológicas (conceptos clave, conservación preventiva, materiales, almacenamiento, entre otros).
  • Manejo de datos de colecciones, procesos de sistematización, digitalización y cómo facilitar su acceso y uso.
  • Colecciones extendidas: colecciones de tejidos y sonidos.
  • Aspectos generales para la recolección, preservación de ejemplares y su organización en las colecciones.
  • Índice de salud de colecciones biológicas.


Postulación y elegibilidad

La fecha límite de recepción de postulaciones es el 28 de julio de 2023. El taller está dirigido a colecciones biológicas colombianas, ubicadas en cualquier parte del país, que cumplan con los siguientes criterios:

  • Que sean colecciones biológicas colombianas registradas en el RNC.
  • Que sean colecciones cuyo titular sea una persona jurídica de carácter público o privado.
  • Que sean colecciones biológicas de referencia en donde estén depositados especímenes preservados. Dado el enfoque del taller, en esta versión no se trabajará con colecciones de museos con fines de exhibición.
  • Que sean colecciones zoológicas de vertebrados, invertebrados (solo entomológicas) o botánicas (herbarios).
  • Que su fecha de registro o última actualización en el RNC sea desde enero de 2021 o posterior.
  • Que no haya participado en alguna de las tres versiones anteriores del taller, realizadas en 2020, 2021 y 2022.


herbario
Colecciones Biológicas / Foto: Instituto Humboldt


Atendiendo al número de colecciones biológicas que actualmente se encuentran registradas en el país, sólo se podrá otorgar cupo para la participación de una persona en representación de la colección biológica, la cual debe tener el cargo de curador . Esto con la finalidad de que se asegure que el conocimiento que será impartido en el espacio pueda ser efectivamente transferido y puesto en práctica en la institución y por supuesto en la colección biológica que se representará.

Los curadores de las colecciones biológicas, interesados en participar en el taller, deberán enviar completamente diligenciado el siguiente formulario hasta el 28 de julio de 2023: FORMULARIO

Las aplicaciones serán evaluadas por parte de un comité conformado por las instituciones organizadoras y, aquellas seleccionadas, serán contactadas posteriormente por el RNC para entregarles la información sobre la agenda, pormenores y logística del taller.

Financiación

Con la finalidad de apoyar y procurar la participación en este espacio, se cubrirán los gastos correspondientes al desplazamiento terrestre Bogotá-Villa de Leyva-Bogotá, alojamiento y alimentación completa durante el desarrollo del taller (4 al 8 de septiembre de 2023). También se dará a los participantes todos los materiales necesarios para el desarrollo de las actividades. No obstante, los gastos de desplazamiento hasta la ciudad de Bogotá (en caso de que aplique) deberán ser cubiertos por los participantes o la institución titular de la colección.

Ante cualquier inquietud por favor escribir directamente al correo Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..
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Colombia se ratifica como el país más diverso en mariposas con 3.877 especies: según nueva lista de chequeo de estos insectos

Prensa Instituto Humboldt | Bogotá D.C., 22 de diciembre de 2022

Colombia se ratifica como el país más diverso en mariposas con 3.877 especies: según nueva lista de chequeo de estos insectos




La lista sirve de insumo para futuros planes de conservación de la biodiversidad colombiana. Foto: Indiana Cristo


  • •   A finales de noviembre se publicó una nueva versión de la Lista de chequeo de mariposas de Colombia en la que se ratifica la presencia de al menos 3.877 especies.
  • •   El país es considerado el más biodiverso en este grupo biológico en el mundo.
  • •   La lista contribuye a fortalecer e incentivar los estudios de lepidopterología en el país y, además, sirve de insumo para futuros planes de manejo integral o conservación de la biodiversidad.


La nueva versión de la Lista de chequeo de mariposas de Colombia confirmó la presencia de al menos 3.877 especies en el país de las cuales 218 son consideradas endémicas, ratificando el carácter megadiverso del país.

El proyecto de la nueva versión de la lista de chequeo fue una iniciativa liderada por los naturalistas y fotógrafos Kim Garwood (Estados Unidos) y Juan Guillermo Jaramillo (Colombia), con el apoyo de los biólogos Blanca Cecilia Huertas Hernández (Reino Unido) e Indiana Cristóbal Ríos-Málaver (Colombia) quienes desde 2019 se dieron a la tarea de construir esta publicación por medio de la revisión de literatura científica, el análisis en diferentes colecciones biológicas nacionales e internacionales, sus observaciones de campo y el registro fotográfico y georreferenciado de los usuarios de plataformas digitales de ciencia participativa como iNaturalist.

“La lista de chequeo, es una construcción colectiva que no viene solo del trabajo voluntario de cuatro personas, de sus observaciones en campo y trabajo en colecciones biológicas. Ha sido un proceso riguroso, que requirió la revisión minuciosa de las revisiones taxonómicas más recientes con el apoyo de muchos especialistas de diferentes partes del mundo que han hecho aportes y correcciones a la misma. Las mariposas constituyen un grupo muy diverso y de alto valor ecológico y cultural y actualmente en Colombia logran una extraordinaria riqueza”, manifestó Indiana Cristóbal Ríos-Malaver, investigador del Instituto Humboldt especialista en este grupo biológico.

coleccion mariposas
Colección mariposas. Foto: Indiana Cristo


Las mariposas pertenecen al orden Lepidoptera que en latín significa alas cubiertas por escamas, haciendo referencia a las micro escamas que cubren su cuerpo y dan forma a los diversos colores y diseños en sus alas. En Colombia, las regiones más diversas en mariposas corresponden a los bosques de los Andes orientales en el piedemonte Andino-Amazónico y en la región del Chocó biogeográfico, mientras que las zonas de bosque alto andino y páramo, resultan ser las que contienen más especies endémicas y potencialmente vulnerables al cambio climático.

De acuerdo con investigadores como Daniel H. Janzen quien se ha dedicado a estudiar las poblaciones de insectos desde hace varias décadas en el Área de Conservación de Guanacaste en Costa Rica, las mariposas junto a muchos otros grupos de insectos han sufrido un declive importante debido a la deforestación, el uso indiscriminado de agroquímicos y el cambio climático. En Colombia, hay mucho interés para conocer el grado de vulnerabilidad de las especies de mariposas, especialmente por aquellas consideradas como endémicas, en los paisajes de alta montaña.

Más recientemente, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) catalogó a la mariposa monarca migratoria de Norteamérica (Danaus plexippus) como una especie En Peligro, debido a que durante la década reciente sus poblaciones han disminuido en forma drástica entre un 22 y 72%.

Según el investigador Ríos-Malaver la Lista de chequeo de mariposas de Colombia es importante porque: “Confirma que somos un país rico en mariposas y somos el primer país que tuvo la posibilidad de generar un listado con las especies conocidas, que muy seguramente en los próximos años sobrepasará los 4.000 registros. Además, en un momento donde las poblaciones de insectos están disminuyendo poder documentar cuáles y cuántas especies hay en nuestro país y en qué zonas es clave para fomentar estudios sobre la variación de sus comunidades y poblaciones como el primer paso para la generación de estrategias para la conservación de sus hábitats. Aunque actualmente seamos un país muy rico en especies de mariposas, esto no significa que ya todo esté hecho en términos de estudios de estos fascinantes insectos, necesitamos más apoyo de las instituciones académicas, científicas, gubernamentales y privadas para que los insectos e invertebrados en Colombia estén en la agenda nacional de investigación y tambíen puedan ser incluidos como objetos de alta valor para la conservación”.

Esta lista de chequeo se suma a los esfuerzos de investigación científica para inventariar este singular grupo de insectos. En la actualidad, el Instituto Humboldt lidera varios proyectos que incluyen estudiar la diversidad taxonómica y genética de especies de mariposas en diferentes regiones de Colombia.

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Colección de Sonidos Ambientales del Instituto Humboldt presente en el simposio de Bioacústica en Bosques Tropicales en Costa Rica

Nota de actualidad | Por: Julián Sáenz | 26/07/2022

Colección de Sonidos Ambientales del Instituto Humboldt presente en el simposio de Bioacústica en Bosques Tropicales en Costa Rica




foto reunión
El evento reunió a investigadores de todo el mundo para compartir sus experiencias con el uso de la acústica para investigar el comportamiento de insectos, anfibios, mamíferos y aves.


El equipo de la Colección de Sonidos Ambientales del Instituto Humboldt y el Laboratorio de Bioacústica de la Conservación de la Universidad de Cornell (NY, EE.UU.), lideraron el simposio: "Bioacústica en Bosques Tropicales", en el marco de la conferencia de la Sociedad de Comportamiento Animal que ocurrió en Costa Rica la semana pasada.

Las señales acústicas son un gran fuente de información a la hora de estudiar sobre el comportamiento animal, además, ayudan a entender las interacciones ecológicas entre especies y dan insumos para comprender los desafíos en conservación.

Entre la espesa selva hay muchos animales que son difíciles de ver, pero que emiten sonidos para interactuar entre sí y con el entorno que los rodea, estos sonidos tienen cada vez más relevancia para estudiar la biodiversidad y la salud de los ecosistemas.

La bioacústica y la ecoacústica son disciplinas poderosas para abordar preguntas relevantes sobre el comportamiento animal en los bosques tropicales. Los nuevos enfoques de aprendizaje automático y la aparición de sensores acústicos pequeños, de bajo costo, energéticamente eficientes y de código abierto han permitido a la comunidad científica realizar una variedad de experimentos que están ampliando el límite de lo que se puede hacer.

La semana pasada el equipo de la Colección de Sonidos Ambientales del Instituto Humboldt y el Laboratorio de Bioacústica de la Conservación de la Universidad de Cornell (NY, EE.UU.), lideraron el simposio: "Bioacústica en Bosques Tropicales", en el marco de la conferencia de la Sociedad de Comportamiento Animal en Costa Rica.

El evento reunió a investigadores de todo el mundo para compartir sus experiencias con el uso de la acústica para investigar el comportamiento de insectos, anfibios, mamíferos y aves. Además, se destacó la relevancia de los archivos de sonido de la vida silvestre y se mostraron ejemplos de técnicas de aprendizaje automático que brindan a los científicos herramientas para explorar preguntas de investigación innovadoras.Por último, el simposio permitió la generación de nuevos vínculos colaborativos en búsqueda de estrategias bioacústicas de conservación de la biodiversidad y el estudio del comportamiento animal.

“Este encuentro sirvió para dar a conocer el trabajo de vanguardia que viene realizado el equipo de sonidos del Instituto y para generar lazos de colaboración que nos permitan consolidar la bioacústica y la ecoacústica como disciplinas fundamentales para la implementación de estrategias de monitoreo y conservación”, manifestó Hoover Pantoja, curador de la Colección de Sonidos del Instituto Humboldt.

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El evento destacó la relevancia de los archivos de sonido de la vida silvestre y se mostraron ejemplos de técnicas de aprendizaje automático que brindan a los científicos herramientas para explorar preguntas de investigación innovadoras.
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Registro Nacional de Colecciones Biológicas lanza convocatoria abierta para el fortalecimiento de capacidades

Nota de actualidad | Por: Instituto Humboldt | 21/07/2022

Registro Nacional de Colecciones Biológicas lanza convocatoria abierta para el fortalecimiento de capacidades




Del 19 al 23 de septiembre se llevará a cabo el tercer taller de fortalecimiento de capacidades en el manejo de colecciones biológicas en Bogotá y Villa de Leyva.
foto colección de escarabajos
Foto: Felipe Villegas/Instituto Humboldt


A partir de los Decretos 309 de 2000 y 1375 de 2013, actualmente recopilados en el Decreto 1076 de 2015, el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt administra el Registro Único Nacional de Colecciones Biológicas (RNC). La existencia de esta herramienta sirve como un espacio que tiene varias finalidades:

  1. Ayudar a consolidar el inventario de las colecciones biológicas existentes a nivel nacional.
  2. Servir de espacio para divulgar las cifras generales de los grupos biológicos y ejemplares que custodian estas colecciones.
  3. Visibilizar y promover el uso de las colecciones biológicas.
  4. Amparar la tenencia permanente de ejemplares o especímenes de la diversidad biológica por parte de las colecciones registradas.
  5. Darle un carácter de legalidad a las colecciones biológicas en el país, garantizando así que les sean reconocidos sus derechos y deberes, así como el aporte que hacen para el conocimiento de la biodiversidad del territorio nacional.


Dado lo anterior, el registro es un instrumento útil para realizar procesos de fortalecimiento para las colecciones biológicas que custodian el invaluable patrimonio de la Nación. Con este propósito el Registro Único Nacional de Colecciones Biológicas (RNC), el Instituto Humboldt y el Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia (ICN) se han unido para llevar a cabo el Tercer taller de fortalecimiento de capacidades en el manejo de colecciones biológicas. Este importante espacio se realizará de manera presencial del 19 al 23 de septiembre del 2022 inicialmente en el Instituto de Ciencias Naturales, Bogotá y se continuará en el Claustro San Agustín (Sede del Instituto Humboldt) en Villa de Leyva, Boyacá.

El taller tiene como objetivo principal fortalecer a las colecciones biológicas inscritas en el Registro Único Nacional de Colecciones Biológicas (RNC) en aspectos técnicos, científicos y administrativos orientados a un manejo e implementación de buenas prácticas. Éste tendrá una duración de 5 días, durante los cuales se harán sesiones teórico-prácticas para abordar las diferentes temáticas, entre las cuales se encuentran:

  • Generalidades sobre normatividad asociada al manejo y administración de colecciones biológicas nacionales.
  • Aspectos generales sobre curaduría de las colecciones biológicas (conceptos clave, conservación preventiva, materiales, almacenamientos, entre otros).
  • Manejo de la información desde los especímenes recolectados hasta las bases de datos: procesos de etiquetado, catalogación, sistematización y digitalización de las colecciones biológicas.
  • Colecciones extendidas: colecciones de tejidos y sonidos
  • Aspectos generales para la recolección, preservación de ejemplares y organización en las colecciones.
  • Índices de salud de colecciones biológicas.


Elegibilidad

En esta tercera versión del taller (la primera y segunda fueron realizadas en 2020 y 2021, respectivamente) el taller estará dirigido a colecciones biológicas del país que cumplan con los siguientes criterios:

  • Que sean colecciones biológicas colombianas debidamente registradas en el RNC.
  • Que sean colecciones cuyo titular sea una persona natural o jurídica de carácter público o privado. Por decisión de las instituciones organizadoras del evento, esta tercera versión del taller no está dirigida a colecciones biológicas administradas por el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt y la Universidad Nacional de Colombia.
  • Que sean colecciones biológicas de referencia (i.e. no museos con fines de exhibición) en donde estén depositados especímenes preservados.
  • Que sean colecciones zoológicas (vertebrados y/o invertebrados) o herbarios.
  • Que su fecha de registro o última actualización en el RNC se haya realizado desde enero de 2020 en adelante.
  • El taller está dirigido a colecciones biológicas ubicadas en cualquier parte del país. Sin embargo, no se aceptará la postulación de colecciones que hayan participado en el primer y segundo taller de fortalecimiento de capacidades en el manejo de colecciones realizados en 2020 y 2021, respectivamente.


Financiación

Con la finalidad de apoyar y procurar la participación en este importante espacio, se cubrirán los gastos correspondientes al desplazamiento terrestre Bogotá-Villa de Leyva-Bogotá, alojamiento y alimentación completa durante el desarrollo del taller (19 al 23 de septiembre de 2022). También se dará a los participantes todos los materiales necesarios para el desarrollo de las actividades. No obstante, los gastos de desplazamiento hasta la ciudad de Bogotá y de regreso a la ciudad de origen (en caso de que aplique) no podrán ser cubiertos, razón por la cual deberán ser asumidos por el titular.

Atendiendo al número de colecciones biológicas que actualmente se encuentran registradas en el país, así como las restricciones y manejo de medidas de bioseguridad que se deben implementar y acatar respecto a la conducción de grupos en el marco de la pandemia causada por el virus SARS-COV-2, en esta oportunidad podremos otorgar un número limitado de cupos para participar en el taller. Dado lo anterior, sólo se podrá otorgar cupo para la participación de una persona en representación de la colección biológica, la cual debe tener el cargo de curador. Esto con la finalidad de que se asegure que el conocimiento que será impartido en el espacio pueda ser efectivamente transferido y puesto en práctica en la institución y por supuesto en la colección biológica que se representará.

Fecha límite de recepción de postulaciones: 12 de agosto de 2022.

Los curadores de las colecciones biológicas interesadas en participar en el taller, deberán enviar completamente diligenciado el siguiente formulario a más tardar en la fecha límite de recepción de postulaciones.

Teniendo en cuenta que el número de cupos es limitado, las aplicaciones que se reciban hasta esta fecha serán evaluadas por parte de un comité conformado por las instituciones organizadoras. De esta forma, las colecciones biológicas que sean seleccionadas serán contactadas posteriormente por el Registro Único Nacional de Colecciones Biológicas para recibir la respectiva información sobre la agenda, pormenores y logística del taller. Ante cualquier inquietud por favor escribir directamente al correo Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..
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Las obras de arte que resguardan los mayores secretos de las plantas de Colombia

Nota de actualidad | Por: Jhon Barros | 08 /05/2022

Las obras de arte que resguardan los mayores secretos de las plantas de Colombia




investigadora entre muebles con las colecciones de plantas y foto de planta
En el herbario Federico Medem Bogotá del Instituto Humboldt hay más de 114.000 ejemplares de plantas colombianas.


  • El Herbario Federico Medem Bogotá del Instituto Humboldt, ubicado en el claustro de San Agustín en Villa de Leyva, es el tercero más grande del país. Allí reposan más de 114.000 ejemplares de las plantas colombianas.


El verde se impone con fuerza en el territorio colombiano. Las más de 26.200 especies de plantas que han sido identificadas por los científicos y ciudadanos amantes de la naturaleza, lo convierten en el segundo país con mayor riqueza vegetal en todo el mundo, un tesoro natural que alberga 6.206 especies únicas o endémicas.

Helechos, musgos, palmas, orquídeas, magnolias, frailejones, cactus, mangles, zamias y otras gimnospermas, están distribuidos por todos los ecosistemas del país, que van desde las densas selvas húmedas tropicales de la Amazonia y el Chocó biogeográfico, los desiertos de la alta Guajira, las sabanas de la Orinoquia y las zonas paramunas.



De las más de 58.312 especies de flora y fauna registradas en Colombia, cifra que va en ascenso, cerca del 45 por ciento corresponde a plantas. “Esta megadiversidad tiene su raíz en una ubicación geográfica privilegiada, que le permite contar con varios climas, un relieve único y un abanico de ecosistemas. Somos líderes en orquídeas y el tercer país en palmas”, asegura Amalia Díaz Peña, investigadora del Instituto Humboldt.

Los herbarios, sitios que resguardan las principales muestras de la biodiversidad vegetal, han sido los protagonistas indiscutibles para poder conocer la riqueza verde del territorio nacional, una práctica que, según Díaz, nació hace varios siglos en Europa cuando los botánicos empezaron a tomar muestras de las plantas medicinales para estudiarlas.

También puede leer: El pez bigotón descubierto por Humboldt que peligra en Colombia

“En esa época, las partes y dibujos de las plantas eran dispuestas en cuadernos, una técnica que fue cambiando hacia 1750, cuando el científico y botánico sueco Carl Linneus​, considerado como el creador de la clasificación de los seres vivos, evidenció que era mejor tener el material vegetal en hojas separadas y no en libros pequeños, para así poderlas organizar en familias”.

Colombia cuenta con al menos 51 herbarios que resguardan millones de ejemplares de plantas organizadas y pegadas meticulosamente en cartulinas blancas de 30 por 40 centímetros, enciclopedias de biodiversidad que Díaz cataloga como pequeñas obras de arte.

Colección de mamíferos: una forma de ver y entender la naturaleza

“Cada uno de los tallos, hojas, flores, frutos y semillas de las plantas que son montados en estas cartulinas representa una obra de arte con información científica indispensable para la identificación taxonómica de las especies. Todas estas muestras se almacenan en carpetas dentro de compactadores metálicos, organizados de acuerdo con su familia”.

El museo vegetal de Villa de Leyva

El claustro de San Agustín de Villa de Leyva, un antiguo convento que mantiene intacta su fachada colonial, alberga el tercer museo de plantas más grande de Colombia: el Herbario Federico Medem Bogotá (FMB).

“Este herbario fue creado en 1971 por el Inderena, una vasta colección de plantas que fue transferida al Instituto Humboldt en 1995 y la cual contaba con una gran representación de las especies de flora de los Parques Nacionales Naturales del país”, afirma Díaz, líder de las colecciones botánicas del Humboldt.

Por medio de las expediciones y proyectos de la biodiversidad del Instituto Humboldt por todo el país, este herbario empezó a nutrir su representación verde a pasos agigantados. De los cerca de 15.000 ejemplares heredados por el Inderena, pasó a más de 114.000 de 10.570 especies, es decir un crecimiento superior al 86 por ciento.

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“Tenemos la más completa colección de plantas de los Parques Nacionales, con el 38 por ciento de los ejemplares, y una buena representación de la flora de todo el país. En cobertura solo nos superan el Herbario Nacional Colombiano de la Universidad Nacional (COL) y el de la Universidad de Antioquia (HUA)”, apunta la investigadora.

foto de archivadores con las colecciones de plantas y dos especimenes de la colección
Todas las muestras se almacenan en carpetas dentro de contenedores metálicos organizados de acuerdo con sus familias.


Aunque hay hallazgos de todos los departamentos del país, el bosque seco tropical, catalogado como uno de los más amenazados, y los páramos, son los ecosistemas mejor representados, al igual que las regiones de la Orinoquia, el Escudo Guayanés y la vertiente oriental de la cordillera oriental.

“Por ejemplo, contamos con más de 7000 ejemplares de plantas del Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete, más de 5000 de Amacayacu, 2.298 de Tinigua y 1.892 de El Tuparro. Las familias mejor representadas son las fabáceas o leguminosas, Melastomataceae (especies herbáceas, arbustos y pequeños árboles) y rubiáceas (Rubiaceae)”, precisa Díaz.

La botánica del Humboldt cuida con lujo de detalles más de 250 ejemplares de plantas, muestras que describe como los Picassos originales de todas las obras de arte del herbario del Humboldt.

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“Se trata de los ejemplares tipo, es decir la muestra a partir de la cual se realizó la primera descripción científica de una especie. Están guardados en gabinetes propios porque son referentes a nivel mundial”.

Los botánicos y científicos no son los únicos que visitan este herbario para dar marcha a sus investigaciones o identificar la taxonomía de las especies. Según la experta, es una biblioteca de puertas abiertas para cualquier persona que quiera conocer y aprender sobre plantas desde diferentes puntos de vista.

“Vienen muchas personas que trabajan en plantas útiles, conservación o incluso artistas plásticos que encuentran en la flora nacional una inspiración para sus trabajos. No es un sitio exclusivo para los científicos, sino un espacio transversal para diferentes disciplinas”.

Los niños y adolescentes también tienen en este herbario un espacio para sumergirse en el mundo de las plantas. “Antes de que conozcan las obras de arte, hacemos actividades de sensibilización para que comprendan que el aire que respiramos proviene de las plantas y así entender el papel crucial de las plantas para la vida en la tierra. También hablamos de los platos típicos de Colombia, que en sí son una representación de nuestra biodiversidad”.

Un viaje por Colombia

Más de 10 compactadores metálicos resguardan las obras de arte con las plantas del país del Instituto Humboldt. Cada uno contiene representantes de varias familias taxonómicas, una organización similar a la de una biblioteca: las orquídeas podrían ser los libros de ciencia ficción, los frailejones las novelas de amor y las palmas las crónicas de antaño.

“Cada cartulina cuenta con una etiqueta en el lado inferior derecho que incluye la información científica de la planta, además de un número único de catálogo. Los frutos están guardados en pequeños sobrecitos de papel que están pegados en la misma cartulina y cuando son muy grandes, van en cajitas de cartón aparte. Los ejemplares se organizan alfabéticamente por género y dentro de estos por especies”, asegura Díaz.

Los investigadores del herbario manipulan las obras de arte con una delicada sutileza. Las cogen con suavidad de las puntas para luego disponerlas con calma en un extenso mesón, donde inicia un viaje por la riqueza florística de Colombia.

foto de especimenes agregados al herbario
De los cerca de 15.000 ejemplares heredados por el Inderena, pasó a más de 114.000 de 10.570 especies.


“Tenemos ejemplares que van desde partes de una palma de cera, especie que en su hábitat natural pueden llegar a los 60 metros de altura, hasta una hierba o pasto diminuto. Todas las plantas están dispuestas en el mismo formato, es decir la cartulina de 30 por 40 centímetros. Explorar el herbario es hacer un viaje por la riqueza vegetal del país”.

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De una sola palma de cera pueden salir más de 10 obras de arte. “Por su gran tamaño, sería imposible incluir toda la información en una sola cartulina. Por eso organizamos sus partes, como hojas y partes del tallo y fruto, en varias muestras”, apunta la experta.

Un helecho colectado en el municipio de Santuario (Antioquia) en 1934 es la planta más antigua del herbario del Instituto Humboldt. “Es una de las piezas más bonitas de la colección, ya que aunque está perfectamente montada y en buen estado, aún tiene la etiqueta de antaño de colores ocres”.

Con las muestras de robles que hay en el herbario, Díaz y su equipo le muestran a los niños de donde proviene la famosa bellota de la película La era del hielo. “Muchos piensan que ese fruto proviene de un árbol único de los Estados Unidos. Sin embargo, en Colombia contamos con robledales principalmente de la especie Quercus humboldtii o roble colombiano a lo largo de las tres cordilleras de los Andes”.

Para que los pequeños comprendan de dónde proviene el agua, los investigadores sacan del herbario varias cartulinas con muestras de los frailejones, las principales esponjas de agua que habitan en los páramos. “Colombia alberga más del 50 por ciento de todos los páramos del mundo, algo que pocos conocen”.

El maíz, planta que corresponde al mundo de los pastos, sirve a los expertos para sensibilizar a la ciudadanía sobre lo importante que es la biodiversidad de plantas en la seguridad alimentaria. “Un plato de comida es una muestra de nuestra biodiversidad. Muchas personas piensan que las únicas plantas que sirven para la alimentación son las lechugas”, concluyó la investigadora.
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Colección de mamíferos: una forma de entender y conservar la naturaleza

Nota de actualidad | Por: Jhon Barros | 13/03/2022

Colección de mamíferos: una forma de entender y conservar la naturaleza




foto investigadores en villa de leyva
Equipo de la colección de mamíferos del Instituto Humboldt, de izquierda a derecha: Yurani Pantoja (pasante de la Fundación Universitaria de Popayan), Nathalia Moreno, Sebastián Cifuentes, Nicole Murillo (Pasante de la Universidad del Quindío), Nicolás Reyes y Julián Lozano. Foto por: Colección de mamíferos.


  • Más de 11.000 especímenes recolectados desde los años 60 reposan en la colección de mamíferos del Instituto Humboldt, un lugar donde los científicos y la comunidad en general pueden ampliar su conocimiento sobre este grupo de la fauna nacional.


En el claustro San Agustín, en Villa de Leyva (Boyacá), se encuentran las Colecciones Biológicas del Instituto Humbolt. Allí, reposan miles de especímenes de aves, peces, insectos, mamíferos, plantas, anfibios, reptiles e incluso sonidos.

El biólogo Nicolás Reyes Amaya es el curador de la colección de mamíferos del Humboldt, catalogada como la tercera más grande en Colombia al albergar más de 11.000 especímenes de aproximadamente 410 especies, material recolectado desde 1960 y procedente de ocho países.

“Esta colección ha sido un gran referente para el estudio de mamíferos colombianos, ya que del total de especímenes que alberga, más del 90 por ciento corresponde a mamíferos presentes en el territorio nacional”, precisó Reyes.

Colección de mamíferos

Aunque los órdenes mejor representados son Chiroptera (murciélagos), Rodentia (roedores) y Primates(monos), esta colección permite hacer un viaje a toda la diversidad de mamíferos que habitan en el territorio nacional, que a la fecha está representada en 543 especies.

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“Esta cifra convierte a Colombia en el sexto país a nivel mundial en cantidad de especies de mamíferos, un tesoro que para su estudio y análisis requiere del material que conforma las colecciones biológicas. En estos lugares podemos estudiar a fondo varios aspectos de su biodiversidad e incluso de los cambios poblacionales y de los ecosistemas, lo que nos permite pensarnos la conservación de la naturaleza basada en datos reales”, indica Reyes.

Historias de mamíferos

La colección de mamíferos del Instituto Humboldt cuenta con especímenes preparados tanto en seco como en líquido, los cuales reposan en varios compactadores y están identificados por medio de etiquetas con un número único de registro, que además de contener información básica se les está incluyendo varios códigos QR que permiten ampliar la información de cada espécimen.

Para Reyes, esta colección es una biblioteca de la biodiversidad colombiana de puertas abiertas al público. “Toda la información histórica que albergamos en este lugar sobre la biodiversidad de Colombia, los especímenes representados en forma de pieles, cráneos, mandíbulas, esqueletos y animales completos, así como la información asociada a estos especímenes, puede ser estudiada por cualquier persona y es un insumo de suma importancia para entender y poder conservar la naturaleza”.

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El biólogo informa que cada uno de los especímenes revela una historia biodiversa que le hace un gran aporte a la ciencia. “Hay de todo, desde individuos llamativos por sus grandes tamaños y su majestuosidad como el armadillo gigante, los osos andinos o las dantas, hasta bastante pequeños y llamativos por su diversidad de detalles y formas como los murciélagos y roedores, que en el mundo suman aproximadamente 1.400 y 2.300 especies respectivamente”.

foto de murcielagos disecados
Las especies están identificadas por medio de etiquetas que además de tener la información básica cuentan con códigos QR que amplían la información. Foto por: Felipe Villegas


Según el curador de mamíferos del Humboldt, los murciélagos son un buen ejemplo de cómo mediante las colecciones científicas se pueden entender las diversas características de las especies y la relación con su historia natural.

“Por ejemplo, podemos encontrar cráneos delicados y diminutos, con reducción de dientes y el hocico muy prolongado que corresponden a las especies de murciélagos nectarívoros, que tienen un rol ecológico similar al de los colibríes y se alimentan de forma similar a estos. También podemos encontrar cráneos grandes y robustos, con dientes prominentes y grandes que semejan el cráneo de un carnívoro, y que corresponden a especies de murciélagos pescadores, que se alimentan de la carne de los peces que cazan sobrevolando los espejos de agua”.

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Para Reyes, acceder a esta información sobre la forma, la ecología y la evolución de las especies, permite entender mejor la naturaleza y así poder conservarla. “Estas son algunas de las historias llamativas que parten de los estudios realizados en las colecciones biológicas”.

Una comadreja que se creía extinta

El último registro que se conocía de Mustela felipei, mamífero conocido con el nombre común de comadreja colombiana, era un individuo que hace parte de las Colecciones Biológicas del Instituto Humboldt, el cual fue recolectado en 1986 en inmediaciones del Parque Nacional Natural Cueva de los Guácharos.

“Esta comadreja única del sur de Colombia se creía extinta, ya que llevaba más de 30 años sin ningún tipo de reportes directos, fotografías o videos de cámaras trampa. El último espécimen registrado estaba en nuestra colección”, complementa Reyes.

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En 2018, Juan Manuel de Roux fotografió a una comadreja cuando la vio por casualidad en la habitación de una finca del corregimiento El Carmen, en el municipio de Dagua (Valle del Cauca).

“El ciudadano publicó las imágenes del mamífero en la plataforma de ciencia ciudadana iNaturalist, pero la listó como Mustela frenata, una comadreja de cola larga que es reportada con frecuencia en el país”, informó el biólogo.

foto huesos de mamiferos
En la colección de mamíferos del Instituto Humboldt reposan más de 11.000 especímenes. Foto por: Felipe Villegas


Sin embargo, la comadreja fotografiada no correspondía con la especie listada, ya que esta era más pequeña, con la cola más corta y presentaba una mancha característica en su pecho, características propias del espécimen que reposa en la colección de mamíferos del Humboldt.

Expertos de la universidad Javeriana de Cali, la universidad de Caldas y el Instituto Humboldt confirmaron que el registro de las fotos se trataba de la comadreja colombiana, luego de analizar aspectos como su tamaño pequeño, cola corta carente de punta negra, una tonalidad más oscura y una mancha en el pecho o cuello del mismo color del dorso.

Esta comadreja se convirtió en el segundo registro validado de la especie para la cordillera occidental y cerca de áreas protegidas como los parques Cueva de los Guácharos (Huila y Caquetá) y Los Farallones de Cali.

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“Este caso es la mezcla perfecta entre la ciencia participativa y las colecciones biológicas, ya que sumando los registros de colecciones y de ciencia participativa nos hacemos a una idea más completa del estado de esta especie en el país, de su distribución”.

Además, según Reyes, sin el espécimen con el que cuenta la colección no habría sido posible la identificación correcta de la especie. “Las colecciones son testigos para la determinación correcta taxonómica de las especies, un material que permite comparar o corroborar ciertos hallazgos”.

Para el investigador, esto demuestra cómo las colecciones funcionan como ese registro histórico o biblioteca de la biodiversidad. “En todo el mundo, cualquier colección biológica lleva una narración de la naturaleza y es un testigo histórico de la biodiversidad y sus cambios en los sitios donde hay registros”.

Especímenes antiguos que dejan huella

Más de 6.000 especímenes de mamíferos fueron donados por el Inderena a la colección del Humboldt a mediados de los 90, los cuales hoy en día siguen siendo utilizados por los expertos para profundizar en el estudio de la biodiversidad nacional.

Una de esas herencias de antaño está conformada por pieles y cráneos de grandes felinos, piezas que fueron decomisadas por las autoridades en diferentes operativos contra el tráfico ilegal de fauna silvestre.

“Aunque las pieles decomisadas algunas veces no dan mayor detalle sobre la procedencia o distribución de los felinos, ya que pudo ser incautada en un camión que recorrió diferentes departamentos, este material ha servido para realizar tomas de muestras genéticas y otros estudios”, menciona Reyes.

En la colección hay varias pieles de jaguares, felinos emblemáticos de las selvas colombianas que día a día merman su población por la cacería y la deforestación. Varias personas le preguntan a Reyes la razón de tener este material decomisado, a lo que responde que sirven tanto para la ciencia como para recordar lo nefasto que es el tráfico de fauna.

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“Todos estos animales fueron cazados por los traficantes, por lo cual contar con ese material lleva ese mensaje de que ese tráfico debe parar de una vez por todas. Hay que resguardar estos hallazgos para que sea lo más útil posible para la ciencia”.

foto de piel de animal decomisado
Varias de las pieles fueron decomisadas por las autoridades en diferentes operativos contra el tráfico ilegal de fauna silvestre.


Por ejemplo, con pieles, garras, patas y cráneos de pumas que reposan en la colección, varios científicos han dado marcha a estudios de morfología craneal, evolutivos y ecológicos. “La preparación en seco nos permite ver tanto la piel y el cráneo como las vértebras y los huesos largos”.

Por medio de especímenes antiguos de osos andinos, los investigadores han mostrado que esta especie no es herbívora, como muchos aún repiten, sino omnívora, es decir que además de elementos vegetales llega incluso a alimentarse de carne que caza o carroña.

“Esto se ha podido demostrar a través de piezas como los cráneos que reposan en este tipo de colecciones. La dentadura de los molares del oso andino se asemeja más a la de los humanos que a la de los grandes carnívoros especializados, lo que indica que es una especie omnívora. No es similar a la de los herbívoros y también difiere de la de los carnívoros”.

Los cráneos de los felinos como el puma cuentan con una anatomía filosa con molares inferiores y superiores que cuando encajan actúan como una tijera, algo conocido como una muela carnicera o cuchilla carnicera.

“El oso andino no cuenta con estas características, por lo cual no es una especie netamente carnívora. El estudio de su dentadura indica que es omnívoro, es decir que come tanto plantas (por ejemplo bromelias) como animales (ganado)”.

Para Reyes, el catalogar al oso andino como un herbívoro ha causado estragos en su convivencia con los campesinos. “Cuando un oso se alimenta del ganado y la comunidad pide ayuda, muchas veces la respuesta es que no es cierto porque el oso es herbívoro, entonces la comunidad al verse sola, va y lo mata. Esa cacería directa por retaliación es un tema que aún debemos trabajar mucho en el país”.

La danta de tierras bajas también hace parte de la colección de mamíferos del Humboldt. “Los especímenes como los que tenemos en esta colección han permitido estudiar y analizar aspectos como el hueso que le da sostén a la trompa, así como la dentadura similar a la de las vacas, un indicador de que es una especie netamente herbívora”.

Reyes enfatiza que hoy en día ningún investigador recolecta en campo animales de gran porte y tan amenazados como felinos, osos o dantas. “El material que tenemos es de viejas colectas realizadas hace varias décadas, cuando era posible algo así. Hoy en día nadie recolecta estos animales, pues se trata de especies cobijadas por categorías de protección”.

El biólogo concluye que las colecciones biológicas deberían ser más apreciadas por todos los ciudadanos. “Tenemos la suerte de poder albergar esa biodiversidad para que sea estudiada por quien quiera. Las colecciones cuentan con información pública que nos permite seguir ampliando el conocimiento sobre esos tesoros que son nuestros recursos naturales”.
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La orquesta de la naturaleza colombiana que reposa en un pueblo colonial de Boyacá

Nota de actualidad | Por: Jhon Barros | 30 / 01 / 2022

La orquesta de la naturaleza colombiana que reposa en un pueblo colonial de Boyacá




recoleccion sonido de murcielagos
La Colección de Sonidos Ambientales del Instituto Humboldt tiene más de 25.000 archivos de audio. En la foto Daniela Martínez, investigadora de la Colección de Sonidos. Foto por: Alejandra Niño Reyes.


La Colección de Sonidos Ambientales Mauricio Álvarez Rebolledo almacena más de 25.000 sonidos de la fauna nacional. ¿Qué tesoros guarda?

En los años 80, Mauricio Álvarez Rebolledo, biólogo de la Universidad de los Andes y ornitólogo de vocación, empezó a conocer cómo sonaba la biodiversidad colombiana con apenas una grabadora de cassette y un micrófono unidireccional.

Su primer muestreo de sonidos fue en el río Duda, uno de los afluentes del río Guayabero en el Meta, cuando trabajaba en la estación biológica del Centro de Investigaciones Ecológicas La Macarena. Con el paso de los años, Álvarez fue agudizando su oído y recopilando información única sobre las melodías de la naturaleza, en especial de aves.



En 1993, este biólogo bogotano ingresó al Instituto Humboldt y dada su experiencia en el uso de información sonora para muestrear aves, propuso incluir la toma de datos acústicos dentro del inventario de biodiversidad del país que lideraría el Instituto Humboldt. Los primeros audios fueron el material que Mauricio recolectó en La Macarena y otros lugares de la Amazonia colombiana.

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“La colección fue fundada en 1998 con el nombre de Banco de Sonidos Animales, un hito que fue liderado por Mauricio, quien se desempeñaba en el instituto como coordinador del Grupo de Exploración y Monitoreo Ambiental (GEMA). Todos los sonidos que recopiló desde los 80 fueron la primera piedra para construir este lugar”, asegura Orlando Acevedo Charry, curador de la Colección de Sonidos Ambientales del Humboldt entre 2018 y 2021.



Este hito en el estudio de la biodiversidad nacional fue tomando forma gracias a la asesoría de la Biblioteca de Sonidos Naturales (Library of Natural Sounds) de la Universidad de Cornell, hoy llamada Macaulay Library.

sonidos naturales
La Colección de Sonidos Ambientales tiene sonidos que representan más de 1.200 especies entre aves, anfibios, mamíferos y peces. En la foto el investigador Diego Gómez. Foto por: Santiago Ruiz


La orquesta de la naturaleza de Colombia, que está dentro del claustro de San Agustín, un antiguo convento religioso en Villa de Leyva donde funcionan las Colecciones Biológicas del Instituto Humboldt, empezó a nutrirse a través de las expediciones lideradas por Álvarez y su equipo que tenían como fin estudiar las aves de varias zonas del país, como en los Andes, sus estribaciones y la Amazonia.



“Una de las obras más representativas fue la compilación de sonidos de aves de los Andes colombianos, trabajo que arrojó siete CDs repletos de cantos de la avifauna de los Andes colombianos, un insumo realizado en convenio con Macaulay Library de la Universidad de Cornell”, recuerda Acevedo.



La magia de Chiribiquete

Entre 2000 y 2002, el GEMA realizó varias expediciones en el Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete, viajes en los que Álvarez logró grabar más de 3.500 sonidos de la fauna, la mayoría de aves.

Un trabajo pionero en Colombia y en el mundo, ya que no hay otro lugar que cuente con los sonidos de Chiribiquete en esa época, antes de que la deforestación arrinconara el territorio.

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El canto de la esmeralda de Chiribiquete (Chlorostilbon olivaresi), un colibrí endémico de esta serranía, es una de las joyas más representativas de las muestras de audio de Álvarez, que también incluye sonidos de primates y de ambiente como de los ríos y los bosques.



Con el paso de los años y el desarrollo de nuevas tecnologías para captar los sonidos de la naturaleza, el Instituto Humboldt empezó a consolidar su colección de sonidos, hoy catalogada como una de las más importantes de América Latina.

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“Como homenaje al trabajo pionero en los sonidos de la naturaleza nacional de este biólogo y ornitólogo bogotano, que lleva más de 25 años estudiando las melodías de la biodiversidad, la colección del Humboldt lleva como nombre Mauricio Álvarez Rebolledo. Por ejemplo, gracias a él hoy podemos viajar a Chiribiquete a través de los sonidos que él grabó”, concluyó Acevedo.



Así se graba la naturaleza

se graba naturaleza
El equipo actual de la colección de sonidos tiene investigadoras e investigadores expertos en acústica de anfibios, aves y murciélagos. En la foto la investigadora Alexandra Buitrago. Foto por: Felipe Villegas


Las técnicas para grabar los sonidos naturales han evolucionado bastante en los últimos años. Por ejemplo, la grabadora de cassette que Álvarez llevó a todas partes desde los 80, fue reemplazada por métodos mucho más novedosos y precisos.

Cada expedición pretende grabar la huella acústica de los lugares. Para esto se usan dos metodologías: micrófonos direccionales, algunos acoplados a engorrosas parábolas, que permiten apuntar con precisión y estudiar los sonidos de un individuo en especial y grabadoras automáticas para captar cómo suenan los paisajes durante ciertos horarios.

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Las dos técnicas son complementarias y así se graba toda la orquesta de la biodiversidad colombiana.



Todos los sonidos que son captados en las expediciones luego son procesados por los investigadores para almacenarlos en la colección de sonidos, un material que puede ser consultado a través de plataformas como SIB-Colombia, GBIF y CEIBA.

Los impactos que puede ocasionar el cambio climático en los sonidos de la naturaleza, es un tema que el equipo de la colección de sonidos tiene en la mira para desarrollar a fondo. “Podemos comparar cómo han cambiado los sonidos de los animales en los últimos 20 años, tanto en sitios bastante impactados por la deforestación como en los lugares más vulnerables al cambio climático. Esto arrojaría datos de cómo esas presiones afectan la comunicación de los animales y sus interacciones”.

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Chiribiquete podría ser un proyecto piloto para este trabajo, ya que los insumos recopilados por Álvarez a principios de la década de los 2000 podrían compararse con los sonidos actuales del área protegida. “Esto nos permitiría medir si han cambiado las señales acústicas de los organismos en respuesta a presiones ambientales o humanas”, afirma el investigador Acevedo.

Melodías únicas

procesando sonidos en pc
La Colección de Sonidos Ambientales abarca el 75 por ciento de las aves endémicas. En la foto la investigadora Eliana Barona. Foto por: Daniela Martínez Medina


Además de los sonidos de la biodiversidad de Chiribiquete, los más de 25.000 audios de la colección del Humboldt albergan tesoros ocultos que son de suma importancia para el estudio de la naturaleza.

En la colección reposa el primer sonido grabado del tororoi de Cundinamarca (Grallaria kaestneri), canto que fue grabado en Guayabetal por un ciudadano que trabajaba en la Embajada de los Estados Unidos y el cual permitió concluir que se trataba de un ave no solo endémica de Colombia, sino con una distribución muy restringida, de tan solo unos pocos kilómetros en las estribaciones orientales de la cordillera Oriental.



Este tororoi, ave con un tamaño de 10 centímetros, cola corta y patas largas, es una de las especies más difíciles de observar, ya que permanece camuflada en lo más profundo de los bosques. Por medio de sus sonidos, también se pudo determinar nuevos registros en una zona del departamento del Meta, en San Juanito.

Otro ejemplo es el del canto del tapaculo de Alto Pisones (Scytalopus alvarezlopezi), que también está en la biblioteca de sonidos del Humboldt, un ave que según Acevedo estuvo más de 20 años sin nombre propio. “Hace unos años, unos científicos unieron esfuerzos y lograron colectar algunos especímenes y grabar más sonidos, insumos que culminaron en el bautizo taxonómico con un nombre para esta ave endémica de la cordillera Occidental de los Andes de Colombia”.



Otra joya sonora por parte de las aves es el cucarachero de pantano, el cual cuenta con dos subespecies únicas en el país: uno de los humedales de la sabana de Bogotá y otro de las zonas de páramo del altiplano cundiboyacense.

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La colección cuenta con audios recientes de este cucarachero de los páramos de los Parques Nacionales Naturales Pisba en Socota y Sumapaz al sur de Bogotá, una especie muy amenazada por la pérdida de hábitat. De la otra subespecie no hay registros recientes en la colección.



Los sonidos no son exclusivos de la avifauna. En la colección del Humboldt hay varias muestras sonoras de mamíferos, de hecho, se tienen las huellas acústicas de dos de cada tres primates de Colombia. También, se salvaguardan sonidos de anfibios, como ranas de cristal, ranas dardo y ranas de lluvia, o insectos como grillos, cigarras, escarabajos y hormigas e incluso hay sonidos emitidos por peces.



En cuanto a estos últimos, uno de los hallazgos sonoros más recientes vino por parte de dos científicos, Silvia López y Sebastián Muñoz, quienes estudiaron los sonidos que emiten los bocachicos en las cuencas del Magdalena y Cauca.

“Lo curioso es que los pescadores de la zona ya conocían muy bien estos sonidos y los usaban para pescar. Cuando hay mucha subienda, estos peces emiten un sonido similar a un ronquido para reproducirse. También hay otros peces que usan señales eléctricas que se pueden identificar con sonidos, un tema en el que trabajamos hace algunos años con Colciencias”.



“Escuchando” el futuro

futuro
En la actualidad se usan micrófonos direccionales y grabadoras automáticas para el registro de los sonidos. En la foto el investigador Orlando Acevedo. Foto por: Felipe Villegas


Contar con la colección de sonidos más grande de Colombia y una de las más importantes de Latinoamérica es un título de suma importancia. Sin embargo, el estudio en acústica de la biota colombiana es una ciencia que aún tiene mucho que explorar, escuchar y contar.

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De hecho, el equipo actual de la colección de sonidos ha crecido y hoy en día tiene investigadoras e investigadores expertos en acústica de anfibios, aves y murciélagos, quienes junto con el actual curador, Hoover Pantoja, han hecho una revisión muy cuidadosa de la cobertura de la Colección de Sonidos en términos de biodiversidad.

“Tenemos más de 25.000 archivos de audio de la biodiversidad de las regiones de Orinoquia, Amazonia, Andes y cada vez más registros del Caribe y del Pacífico. Esto representa más de 1.200 especies entre aves, anfibios y mamíferos, abarcando cerca del 75 por ciento de las aves endémicas”, asegura el equipo actual de la Colección de Sonidos Ambientales del Humboldt.

Además, este equipo viene trabajando en diferentes proyectos que involucran la caracterización acústica como línea base de investigación, con gran potencial en temas de conservación, ecología y taxonomía. A su vez, buscan aumentar la representatividad taxonómica y geográfica de la Colección.

Para este equipo es muy importante integrar esta labor con diferentes sectores de la comunidad. “Un proyecto a futuro es que los ciudadanos puedan registrar estos sonidos en la colección del Humboldt, un trabajo que requiere de mucha dedicación porque los audios deben estar preparados y procesados para ingresar con toda la rigurosidad posible en la colección. Tenemos el sueño de crear una aplicación que se pueda conectar con nuestro repositorio y así ayudar a identificar las especies en campo para los usuarios mientras ellos proveen sonidos desde diferentes rincones de Colombia, una forma de quid-pro-cuo con nuestros usuarios y donantes de audios”, concluyó el equipo de la Colección.

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Huevos de las aves: un tesoro oculto que puede ampliar el conocimiento

Nota de actualidad | Por: Jhon Barros

Huevos de las aves: un tesoro oculto que puede ampliar el conocimiento





En la colección de huevos del Instituto Humboldt hay recolectas que datan de finales de 1800. Foto: Jhon Barros


Más de 17.000 huevos de alrededor de 2.000 especies de aves de todo el mundo, reposan en la colección biológica del Instituto Humboldt, un sitio único en el país que guarda información sobre otra faceta de la diversidad de estos representantes de la fauna.

Villa de Leyva es un municipio boyacense que huele a historia y luce detenido en el tiempo. Sus grandes casas y callejones empedrados conservan detalles coloniales y de antaño que atraen a turistas nacionales y extranjeros durante todo el año. El claustro de San Agustín, una imponente casona blanca de ventanas y puertas de color azul con más de 400 años de vida, es una de las joyas aquitectónicas más observadas.

Sin embargo, lo que muchos ignoran es que el interior de este antiguo convento esconde las principales huellas de la biodiversidad colombiana, ya que allí están resguardados miles de hallazgos de plantas y animales encontrados por los científicos.

“Desde mediados de los años 90, el claustro de San Agustín alberga la Colección Biológica del Instituto Humboldt, la cual heredó los especímenes recolectados principalmente por los investigadores del Inderena durante décadas”, cuenta David Ocampo Rincón, quien fue curador de la colección de aves del Humboldt.

Este lugar de biodiversidad empezó a nutrirse con los hallazgos realizados por los expertos en las diversas expediciones por el territorio nacional, un trabajo de campo que ya suma más de 371.000 especímenes de aves, mamíferos, anfibios, reptiles, insectos, plantas y peces, además de sonidos de la naturaleza.

“Esta colección es un lugar lleno de historias de la biodiversidad, un lugar que esconde joyas que para muchos han pasado desapercibidas. Tal es el caso de la colección de huevos de aves, piezas que también nos permiten ampliar el conocimiento sobre uno de los grupos de la fauna más exuberantes del país”, precisa Ocampo.

Una colección insignia de Latinoamérica


La colección de huevos del Instituto Humboldt está conformada por casi 18.000 huevos de cerca de 2.000 especies de todo el mundo. Foto: Jhon Barros


La colección de huevos del Instituto Humboldt nació hace dos décadas como una donación del profesor Cornelius J. Marinkelle, razón por la cual lleva su nombre. Según Ocampo, el científico, junto a su padre y abuelo se encargó de recolectarlos e intercambiarlos en países como Canadá, Chile, Francia, Holanda, Indonesia, Inglaterra, Italia, Japón y Sudáfrica.

El biólogo Ocampo cuenta que hace unas décadas eran más comunes los recolectores de huevos por todo el mundo con motivaciones coleccionistas que académicas, como ha sucedido con las mariposas o las estampillas.

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“El profesor Marinkelle, junto con su familia, recorrió varias partes del mundo recolectando huevos. Al tiempo de estar radicado en Colombia decidió donar todo ese legado de especímenes, asegurándose de que estuvieran en un sitio adecuado”.

Ocampo, quien fue el curador de aves del Instituto Humboldt junto con un equipo de investigadores se dieron a la tarea de organizar todos los huevos en diferentes gabinetes de madera con bandejas donados por el docente, además de actualizar las etiquetas que acompañan a cada uno de los huevos.

Ciencia detrás de los huevos de aves


Todos los huevos están acomodados en 4.700 nidadas dentro de cajones de madera. Foto: Jhon Barros


La investigación sobre huevos de las aves es un campo que todavía está en exploración, ya que son pocos los investigadores en el área y, en general, han sido concebidos más como piezas de colección debido a su belleza.

“Los huevos de las aves pueden ser un modelo muy interesante de estudio. Teníamos este gran tesoro, pero a la fecha no se contaba con un inventario detallado para saber que habíamos heredado”, relata Ocampo.

Por eso, el Instituto Humboldt justificó destinar recursos para elaborar un inventario de los huevos de la colección, un trabajo que contó con el apoyo de varios investigadores y pasantes y el cual confirmó que cuentan con especímenes de prácticamente todo el mundo.

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En la colección del Humboldt hay huevos de aves provenientes incluso de islas que ya no existen en el Indo-Pacífico. En cuanto a Colombia, este lugar alberga cerca de 500 huevos de 150 especies de aves, “una cifra bastante baja porque representa menos del 10 por ciento de la biodiversidad de aves en el país”, comenta Ocampo.

Según el experto, el inventario de huevos les permitió incluir toda la información de las etiquetas en una base de datos, un insumo que dará marcha a futuras investigaciones sobre los aspectos básicos de la historia natural de las especies. “Este es un gran reto para Colombia, ya que aún se desconocen como son los huevos de varias aves”.


En la colección del Instituto Humboldt hay de todo tipo de huevos de aves, incluso, algunos provenientes incluso de islas que ya no existen en el Indo-Pacífico. Foto: Jhon Barros


Las especies tienen estrategias distintas para reproducirse y sobrevivir, algo que los científicos llaman historias de vida. Esto incluye todos los elementos que hacen parte del desarrollo de las especies, como las formas de reproducción, tiempo y periodos de gestación. En el caso de las aves, los huevos son piezas fundamentales.

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Ocampo recalca que los huevos permiten tener información sobre la ecología y evolución de cada una de las especies. “Aunque son cascaritas de carbonato de calcio, un material inerte, son producidas por el oviducto de las hembras, que deben construir las cáscaras adecuadas para determinadas condiciones ambientales y que pueden variar, por ejemplo, en términos de presión barométrica, humedad y temperatura”.

Los cascarones son estructuras sumamente adaptadas a las condiciones del medio, una membrana diseñada perfectamente para el sitio donde se va a colocar el huevo y para que así se pueda desarrollar el embrión.

“Esto se complementa con su comportamiento de incubación para calentar los huevos. A través de las formas, colores y estructuras de los huevos, podemos entender la diversidad de estrategias reproductivas de las aves”, precisa el investigador.

Esta línea de investigación sobre las formas y características de los huevos se empezaron a desarrollar en estudios de las cáscaras de huevo de las gallinas, análisis que han permitido entender los mecanismos de desarrollo de los embriones.

Pero la gallina es tan solo una de las más de 10.000 especies de aves que hay en el mundo, lo que indica que esta ciencia apenas está empezando. Por ejemplo, a diferencia de los huevos de las iguanas, lagartijas y serpientes, que son blancos, alargados y prácticamente idénticos, los de las aves son de muchas formas y han evolucionado a lo largo del tiempo.

“Esto ha inspirado a que una serie de científicos comenzara a entender las diferentes dimensiones de la diversidad de los huevos de las aves”.

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Ocampo expresa que analizar los huevos de las aves es un gran complemento al estudio de los comportamientos de anidación y permite entender las características y comportamientos de anidación y cómo varían en el tiempo y espacio.

“Es una ciencia que nos podría permitir explorar adaptaciones de una especie a diferentes condiciones ambientales o incluso efectos de fenómenos como el cambio climático”.

Los huevos que salvaron águilas y halcones


El contar con diferentes muestras de diferentes años permite estudiar los posibles cambios a través del tiempo. Foto: Jhon Barros


Los más de 17.000 huevos de aves de la colección del Instituto Humboldt esconden secretos que pueden ser de gran utilidad para ampliar el estudio de la biodiversidad en el mundo, si se continúa activamente colectándolos y estudiándolos.

Por ejemplo, en los años 70 se presentó una drástica pérdida poblacional de halcones y águilas en los Estados Unidos. Sin ninguna presión visible como la cacería o pérdida de hábitat, no era muy clara la razón de la hecatombe de estas aves.

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“Los componentes del insecticida que, al parecer tenían un efecto en la formación de la cáscara, seguían la ruta trófica hasta acumularse en las presas de estas águilas y halcones. Estos hallazgos, que se dieron en una colección de huevos, permitieron determinar el efecto negativo del uso del DDT y posteriormente su prohibición, con el fin de apoyar la conservación de estas aves rapaces”, informa el experto.

De hecho, en la colección del Humboldt hay huevos de varias de esas especies de halcones y águilas de los Estados Unidos, algunos que datan desde 1931. "Esta historia demuestra el rol importante de las colecciones en la conservación de las especies, pues si no se contaran con estas muestras de diferentes años, no hubiera sido posible detectar los impactos generados por el insecticida”.

El espesor y otras características de la cáscara de los huevos de las aves pueden contar historias sobre el estado de las aves y sus hábitats. Por ejemplo, el consumo de calcio de la hembra en su dieta es el que ayuda a construir los huevos en su fase de formación.

La diversidad de los huevos de las aves


Gracias a las diversas formas, colores y estructuras de los huevos se puede entender la diversidad de estrategias reproductivas de las aves. Foto: Jhon Barros


Muchas personas no saben la gran diversidad que se encuentra en los huevos de las aves, tanto en sus formas, tamaños y colores. El gran referente han sido los de las gallinas, ovalados y con variaciones de color crema, pero los de las demás aves son tan diversos como sus plumas, cantos, picos y colores.

Las muestras que hay en la colección de Villa de Leyva revelan esa gran amalgama de las formas, tamaños y coloraciones de los huevos de las aves, aspectos que según Ocampo no son ningún capricho: cada uno responde a factores de la naturaleza.

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“Los colores de los huevos ocultan historias sobre la vida de las aves. Por ejemplo, muchas de las que ponen huevos de color blanco anidan en cavidades ocultas o en sitios ocultos en la vegetación, para que así no estén tan expuestos a los depredadores”.

Por su parte, los huevos con pigmentos y manchas, algunos de los cuales pueden estar bastante expuestos, se camuflan con colores similares al ambiente. “Su color se mimetiza con las plantas para despistar a sus depredadores; es una estrategia íntimamente ligada a el tipo de sitio de anidación y a la historia evolutiva de cada especie”.

La mayoría de tángaras y semilleros ponen huevos con tonos azules y cremas y manchas rufas, al igual que las patisecas (Grallaridae). “Los tinamúes cuentan con huevos de diversos colores, una característica inusual pues anidan en el suelo pero usan otras estrategias comportamentales para protegerlos de depredadores”.

Tinamúes: los huevos de Pascua

Los huevos de tinamúes presentan diversas coloraciones como azules, púrpuras o de color chocolate. Foto: Jhon Barros


Estas aves de tamaño grande, alas cortas, cabeza pequeña y patas gruesas, se caracterizan por ser excelentes corredoras y realizar vuelos cortos. Habitan en diversos hábitats en Sudamérica y son principalmente de colores café, ocre o gris para camuflarse.

“Al igual que las avestruces, los tinamúes construyen sus nidos en el suelo y los machos son los encargados de incubar los huevos, los cuales presentan diversas coloraciones intensas y perladas, como azules, púrpuras o color chocolate, que los hacen bastante llamativos”, precisa Ocampo.

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Una pregunta que interesó a varios investigadores fue la razón de los pigmentos llamativos en huevos que eran incubados en el suelo, en donde pueden ser identificados fácilmente. “Así, una de las hipótesis que se ha puesto a prueba es que las hembras ponen huevos coloridos para “chantajear” al macho e intensificar el comportamiento de protección e incubación de los huevos”.

Otros estudios han encontrado que algunas de estas cáscaras de colores llamativos pueden reflejar los rayos UV, lo cual podría sugerir un rol en comunicación visual.

Los huevos de aves también respiran


Los cascarones de los huevos de aves son estructuras que se adaptan a las condiciones del medio. Foto: Jhon Barros


Las crías de los mamíferos se desarrollan en el útero, sitio donde hay intercambio de nutrientes y gases a través del cordón umbilical y en el cual el embrión se mantiene hidratado con la placenta y el líquido que alberga.

Ocampo manifestó que algo similar ocurre con los huevos de las aves. “La yema es donde están todos los nutrientes. A través de las membranas interna y externa del huevo (la cáscara), se presenta un intercambio gaseoso en dos vías”.

La primera es un intercambio en el que entra oxígeno y sale CO2 del huevo, actividad que le permite respirar al embrión. La segunda consiste en la evaporación de agua de la clara del huevo, lo que le va dando espacio al polluelo para crecer y dejando un espacio de aire.

“Esta pérdida de peso por disminución en la cantidad de líquido interior se puede apreciar en los huevos que compramos para el desayuno. Si el huevo está pesado, lo metemos en un vaso con agua y se va directo al fondo, esto indica que está fresco; pero si flota probablemente lleva mucho tiempo puesto y se ha evaporado parte de su contenido”.

El transporte de gases se da a través de poros nanoscópicos en las cáscaras de los huevos de las aves, que pueden cambiar en tamaños, formas y número dependiendo de las especies y ambiente de anidación.

El biólogo Ocampo ha venido desarrollando este campo de investigación desde hace varios años. “En un estudio que pretendo continuar explorando, así como otras características de las estructuras de las cáscaras”.

Antiguos y raros: casos especiales en los huevos de aves


La colección de huevos del Instituto Humboldt nació hace dos décadas como una donación del profesor Cornelius J. Marinkelle. Foto: Jhon Barros


Daniela Murillo, bióloga e investigadora del Humboldt y que fue la encargada de liderar la organización del inventario, aseguró que en la biblioteca de huevos del instituto hay muestras sumamente antiguas que posiblemente no se encuentran en ninguna otra parte del mundo.

“El huevo más antiguo que tenemos fue colectado en Carolina del Sur (Estados Unidos) el 13 de abril de 1876, y corresponde a la especie Tyrannus dominicensis, un ave migratoria que es primo del sirirí y que se registra en Colombia”, dice Murillo.

También hay varios huevos recolectados desde finales de 1890 y procedentes de África. “Hay un huevo de una subespecie de ave extinta en los Estados Unidos: Ammodramus maritimus nigriscens, más conocida como chingolo costero”.

La colección de huevos donada por el profesor Cornelius J. Marinkelle cuenta con huevos de formas y tamaños bastante inusuales, material que fue organizado por Murillo para ampliar el conocimiento de la biodiversidad.

“Estos son huevos con formas y coloraciones anormales de Vanellus vanellus, un ave europea. Marinkelle logró recolectarlos en diversas partes de Holanda entre los años 1930 y 1960, cuando al parecer eran comercializados por su rareza”.

Los huevos de las aves colombianas


La investigación sobre huevos de las aves es un campo que tiene mucho por explorarse. Foto: Jhon Barros


Aunque el inventario colombiano de huevos en la colección no es muy representativo en comparación con la gran diversidad de aves, los investigadores del Humboldt precisan que sí hay varias muestras importantes de la biodiversidad de la avifauna nacional.

Este abanico nacional incluye huevos de aves como el águila arpía, cóndor de Andes, tinamúes, guacharacas, guácharo de las cuevas, guardacaminos, garzas bueyeras, águilas sabaneras, alcaravanes, búhos y muchos más.

“Hay unos bucos y loros que construyen sus nidos en termiteros, aves que raspan y esperan a que las termitas reparen la superficie. De esta forma construyen un túnel con una cámara en donde ponen sus huevos. Lo magnífico es que los huevos nunca tienen contacto con las termitas porque podrían afectar la incubación”, mencionan Ocampo y Murillo.

El garrapatero común, un ave con un pico ancho que abunda en las carreteras del país, también cuenta con una peculiaridad: realiza una anidación comunal que no se ve en otras especies de aves. “Las hembras ponen sus huevos en un nido comunal y el grupo completo se encarga del cuidado paternal”.

Los colibríes, que tienen un pico de diversidad de especies en Colombia, se caracterizan por contar con los huevos más pequeños en el reino de las aves, los cuales son alargados y completamente blancos. Ocampo menciona que aún hay mucho por estudiar sobre esta familia de aves y muchas otras en las regiones tropicales.

“Un fenómeno general en este tipo de colecciones es que actualmente no hay muchos científicos dedicados a recolectarlos en campo, por lo cual desconocemos aún aspectos básicos de la historia natural para muchas especies”.

Para los investigadores, esto puede ser porque, para empezar, es bastante difícil encontrar los nidos. “En esta materia aún hay mucha tela por cortar, pero el tener esta colección organizada en el país ya es un avance enorme”.
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