Instituto de Investigación de Recursos Biológicos
Alexander von Humboldt

Investigación en biodiversidad y servicios ecosistémicos para la toma de decisiones

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Cámaras trampa, efectiva herramienta para el estudio y monitoreo de ecosistemas

Alguna vez te has preguntado ¿cómo hacen los investigadores del Instituto Humboldt para estudiar y monitorear los diferentes ecosistemas y bosques de nuestro país? En el caso de los mamíferos terrestres, las cámaras trampa son tal vez una de las herramientas más efectivas para llevar a cabo este proceso de estudio y monitoreo y aquí te contamos, en términos sencillos, cómo funcionan y de qué se trata.  

 
Estas cámaras, que se instalan en lugares estratégicos de tránsito de animales, se activan automáticamente permitiendo tomar fotografías o videos que se convierten en los insumos que los investigadores utilizan para estudiar la fauna terrestre local. Esta herramienta es ideal para colectar datos de forma automática, sin tener que interferir con la fauna y, en algunos casos, es posible identificar a los animales individualmente pues al cotejar varias fotografías se pueden encontrar características específicas de cada individuo (manchas, cicatrices, etc.) 
 
En esta entrega de Notas Humboldt, los invitamos a disfrutar de una selección de las mejores fotografías que tenemos hasta el momento y de un video realizado a partir de una serie de fotos donde el protagonista es un ocelote juvenil. 
 
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Para tener en cuenta…
Estas fotografías son resultado del proyecto "Monitoreo de Biodiversidad en las Parcelas Permanentes de los Proyectos REDD+ establecidas en el marco del Programa BIOREDD+ de USAID”, proceso que tiene por objetivo apoyar el establecimiento de parcelas permanentes para definir la línea base de carbono de proyectos REDD+ en el pacífico colombiano, a través de actividades de monitoreo de biodiversidad taxonómica, funcional, filogenética y bioacústica. Esto permitiría establecer una relación causa-efecto entre el estado del bosque y la biodiversidad asociada, adicionalmente permitirá establecer la resiliencia de la biodiversidad en las zonas estudiadas a los cambios de carbono.
 
En los próximos días estaremos compartiendo con ustedes mayores resultados del proyecto. No le pierdas la pista a nuestras siguientes entregas. 
 
 
 

Un animal titánico llega a Villa de Leyva, ¡no te lo puedes perder!

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Caminar por horas bajo el sol mirando al piso, agacharse y desenterrar los restos de animales y plantas que vivían hace 60 millones de años, descubrir una serpiente gigante y el bosque tropical más antiguo. El crédito se lo llevan biólogos y geólogos colombianos, los afortunados investigadores que han hecho parte de uno de los más importantes descubrimientos fósiles en Colombia y el mundo: Titanoboa, una serpiente de 14 metros de largo y una tonelada de peso, es la más grande que se ha encontrado hasta ahora. Un modelo de este gigante llega al Claustro de San Agustín en Villa de Leyva para llevarnos al Paleoceno.
 
Y es que hace 145 a 60 millones de años el mar cubría gran parte de lo que hoy es Colombia. El desierto de La Guajira, donde se encontraron los fósiles de la Titanoboa, antes era un bosque húmedo tropical, muy similar a los bosques actuales. Descubrimientos de este tipo nos permiten saber que la vida en Colombia se ha transformado de una manera extraordinaria desde el momento en que grandes reptiles la habitaban hasta hoy, más aún cuando las personas seguimos buscando formas para adaptarnos a estos tiempos de cambio de la biodiversidad. La “Titanoboa, del bosque al desierto” nos hablará del mundo en el que vivía esta serpiente y de otras historias de la biodiversidad y sus cambios
Esta exhibición llega a Colombia con el patrocinio del Instituto Humboldt, el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, la Universidad del Norte, la Universidad de la Florida, la Corporación Geológica Ares y DesQbra Guajira, y estará en el Claustro de San Agustín a partir de noviembre. 
 
El guion y piezas gráficas de la exhibición fueron adaptadas por el equipo de Comunicaciones del Instituto Humboldt y a esta importante aventura de puesta en escena se sumaron la Alcandía de Villa de Leyva y el Centro de Investigaciones Paleontológicas.
 
La entrada a la exhibición es gratuita como un regalo que el Instituto hace a los ciudadanos en el marco de la celebración de sus 20 años, y estará acompañada de charlas y talleres que más adelante les estaremos anunciando con mayor detalle.
 
Los esperamos, y recuerden no alimentar a la Titanoboa. Es un plan para toda la familia, niños y grandes lo van a disfrutar.
 
Para recordar…
 
Exhibición: “Titanoboa, del bosque al desierto”
Lugar: Claustro de San Agustín, Villa de Leyva
Horario: Martes a viernes de 9 am a 5 pm
Sábados, domingos y festivos: 10 am a 5:30 pm
 
Entrada libre
 
 

Notas Humboldt Noviembre 2014

 

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La Guajira es ahora un desierto, hace 60 millones de años era un bosque húmedo tropical, de hecho, el bosque húmedo más antiguo del que se tenga referencia. En este bosque vivían grandes cocodrilos, tortugas y la Titanoboa, una serpiente tan larga como un bus. Todo esto para anunciar que “Titanoboa, del bosque al desierto” es la exhibición que trae el Instituto Humboldt para contar algunos cambios de la vida en Colombia a lo largo del tiempo. Esta exhibición es un regalo a los habitantes y visitantes de Villa de Leyva, para continuar celebrando en este municipio, que nos ha acogido desde el inicio, los 20 años del Instituto. 

Con esta exhibición, propiciamos conversaciones alrededor de la biodiversidad como el resultado de la historia y sus constantes cambios. Queremos que el mundo de la Titanoboa, más caliente y con mayor concentración de dióxido de carbono, sea una excusa para hablar del cambio climático al que hoy nos enfrentamos y para pensar en las posibilidades de nuevos mundos más acordes con esos cambios. 

 

Los hallazgos fósiles de El Cerrejón, lugar donde se encontró el fósil, han sido fruto del esfuerzo de científicos colombianos, geólogos y biólogos comprometidos con develar el pasado de la vida en Colombia, que nos permite entender cómo esa vida se comportará en el futuro.

 

El Instituto se hace partícipe de esta exhibición de la mano del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, la Universidad de la Florida, la Universidad del Norte, DesQubra Guajira, el Jardín Botánico de Bogotá, la Corporación Geológica Ares, la Alcaldía de Villa de Leyva y el Centro de Investigaciones Paleontológicas, al cual también invito a que visiten con sus fósiles marinos de la época en que casi todo Colombia estaba cubierto por mar. Les extiendo la invitación para que nos visiten y conozcan todas las sorpresas que tenemos preparadas.

 

Por otra parte, el fin de año se acerca apresuradamente y estos últimos meses serán escenario de algunos eventos de gran relevancia y en los vamos a participar. Uno de esos espacios es el Congreso Colombiano de Zoología, evento que cuenta con el apoyo del Ministerio del Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, el Instituto Sinchi, la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, la Asociación Colombiana de Zoología, del Instituto Humboldt y varias corporaciones regionales como la CAR y Cardique. 

 

Así, Cartagena recibirá en diciembre a más de 3000 personas interesadas en el tema, que durante una semana de encuentro tendrán la oportunidad de compartir, entre otros, con los investigadores del Instituto que participan activamente en la organización de charlas, talleres y simposios. Estaremos presentes liderando el “II Simposio sobre invasiones biológicas en Colombia”, el “II Simposio escarabajos coprófagos” y el “III Simposio colombiano de informática de la biodiversidad”, así como los talleres “Fototrampeo en Colombia: avances, dificultades y retos”, “Evaluación del riesgo de extinción de fauna silvestre en Colombia” e “Informática de la biodiversidad: hacia la publicación y uso de datos primarios sobre biodiversidad”. Invitamos a los asistentes al congreso a visitar el sitio web del congreso (congresocolombianozoologia.org) para que programen su agenda desde ya.  

 

Los mantendremos informados en nuestras redes sociales de los avances de estos eventos, y recuerden que la Titanoboa los espera en Villa de Leyva. 

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Un animal titánico llega a Villa de Leyva, ¡no te lo puedes perder!
 
Caminar por horas bajo el sol mirando al piso, agacharse y desenterrar los restos de animales y plantas que vivían hace 60 millones de años, descubrir una serpiente gigante y el bosque tropical más antiguo. El crédito se lo llevan biólogos y geólogos colombianos, los afortunados investigadores que han hecho parte de uno de los más importantes descubrimientos fósiles en Colombia y el mundo: Titanoboa, una serpiente de 14 metros de largo y una tonelada de peso, es la más grande que se ha encontrado hasta ahora. Un modelo de este gigante llega al Claustro de San Agustín en Villa de Leyva para llevarnos al Paleoceno.(…)

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Camaras trampa, efectiva herramienta para el estudio y monitoreo de ecosistemas.
Alguna vez te has preguntado ¿cómo hacen los investigadores del Instituto Humboldt para estudiar y monitorear los diferentes ecosistemas y bosques de nuestro país? En el caso de los mamíferos terrestres, las cámaras trampa son tal vez una de las herramientas más efectivas para llevar a cabo este proceso de estudio y monitoreo y aquí te contamos, en términos sencillos, cómo funcionan y de qué se trata (…)  

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Se llevo a cabo la X reunión Latinoamericana de Scarabaeoidología.
 
Del 1 al 5 de septiembre la sede del Instituto Humboldt en Villa de Leyva abrió sus puertas para recibir a los participantes de la X Reunión Latinoamericana de Scarabaeoidología (RELAS), que en esta ocasión agrupó, entre presentaciones orales y posters, un total de 100 trabajos que fueron presentados durante el desarrollo del encuentro (…)

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En Medellín se desarrolló el XVI Simposio Internacional SELPER2014
 
Investigadores del Laboratorio de Análisis Espaciales del Programa para la Gestión de la Información y el Conocimiento (GIC) del Instituto Humboldt, participaron en el XVI Simposio Internacional en SIG y Percepción Remota “La Geoinformación al Servicio de la Sociedad”; encuentro organizado por la Sociedad Latinoamericana de (…)

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¿Cuál es el alcance de la naturaleza en las ciudades? Participamos en edición especial del magazine Current Conservation

Como parte de una invitación que fue extendida a finales del año pasado, la línea de investigación urbana del Instituto tuvo la oportunidad de participar en la edición especial rol de la naturaleza en las ciudades en el magazine Current Conservation con el texto (…)

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La expedición Humboldt se tomó los páramos azonales del sur de Colombia.

¿Sabías que los páramos azonales que se están estudiando se encuentran entre los 2500 y los 2800 metros sobre el nivel del mar y están rodeados de remanentes de bosques de niebla y altoandinos que al desaparecer, cedieron su lugar a la vegetación de páramo? Este tipo de páramo tiene vegetación característica pero se encuentra a una altura menor a la que comúnmente se ubica este ecosistema. (…) 

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El Instituto Humboldt estuvo con ICLEI (International Council for Local Environmental Initiatives), los representantes de las ciudades en la Convención de Diversidad Biológica.
 
El pasado 12 de agosto, en el marco del Evento RIO+20 en Bogotá, el Instituto tuvo la oportunidad de reunirse con Gino van Begin, Secretario General de ICLEI y Jussura L. Carvalho, Directora ICLEI de Latinoamérica. La primera recomendación de ICLEI para la línea urbana fue incluir los casos de estudio de esta línea dentro del portafolio del Local Action for Biodiversity (LAB), (…) 

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Invitaciones desde Medellín, Popayán y Manizales para la línea urbana.

Entre agosto y octubre tuvimos la oportunidad de participar como conferencistas en diversos espacios, promoviendo la gestión de la biodiversidad como oportunidad para consolidar territorios urbanos más adaptativos, justos e incluyentes. Estos escenarios también nos permitieron presentar los procesos en marcha a cargo de la línea de investigación (…)

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Intercambio de conocimientos con el IGAC y el DNP ¿Qué es lo 'urbano-regional' en Colombia?
 
En el marco de la elaboración del capítulo urbano del NBSAP, el pasado 9 de septiembre la línea urbana del Instituto Humboldt convocó a laSubdirección de Geografía y Cartografía del Grupo Interno de Trabajo en Ordenamiento Territorial del Igac, a la Subdirección de Desarrollo Urbano del DNP y al Laboratorio de Análisis Espaciales del Instituto, con el fin de conocer el enfoque conceptual y metodológico (…) 

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Instituto Humboldt hace parte del comité organizador del "Primer Simposio Internacional de Restauración Ecológica"
 
Con el fin de darle continuidad a la promoción de la restauración ecológica en el país, fortalecer nacionalmente a la Red Colombiana de Restauración Ecológica y empoderar regional y localmente a los investigadores, instituciones y personas interesadas en la restauración ecológica, el Instituto Humboldt, la Red Colombiana de Restauración Ecológica, la Universidad Católica de Oriente, la (…)  

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Instituto Humbolt participó en la VII conferencia del Ecosystem Services Partnership (ESP)
 
Del 8 al 12 de septiembre, el Laboratorio de Análisis Espaciales, perteneciente al Programa para la Gestión de la Información y el Conocimiento (GIC), participó en la VII Conferencia del Ecosystem Services Partnership ,denominada "Acción Local para el Bien Común". Este escenario, que se convirtió  (…)  
 

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Taller Regional de Expertos en Rayas de Agua Dulce

 

 

 Taller Regional de Expertos en Rayas de Agua Dulce

 

En Suramérica hay 28 especies de rayas de agua dulce de las cuales 11 se encuentran en los ríos de Colombia. Estas especies son un recurso pesquero con demanda comercial internacional en el mercado de especies ornamentales pero algunas de sus características biológicas, como la baja fecundidad, crecimiento lento y tamaño poblacional bajo, las hacen más vulnerables que otras  especies.

 
Un grupo de expertos y autoridades se reunirán el 28 y 29 de octubre en el “TALLER REGIONAL DE EXPERTOS EN RAYAS DE AGUA DULCE” para evaluar y priorizar la pertinencia de incluir las especies de rayas de agua dulce en el Apéndice II de la CITES.
 
CITES, Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre tiene por finalidad velar para que el comercio internacional de especies de fauna y flora no vaya en detrimento de la supervivencia de sus poblaciones. 
 
La metodología del taller estará enfocada hacia la obtención de información necesaria para llenar los vacíos de información sobre el estado de conservación, gestión y comercio nacional e internacional de las especies y definir prioridades sobre las mismas. La priorización deberá identificar las especies de mayor preocupación y formular recomendaciones específicas a los países de distribución de las rayas de agua dulce.
 
El taller contará con la participación de representantes de Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay, Venezuela y Colombia. El Instituto Humboldt y el Ministerio del Medio Ambiente organizan este taller junto con la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica-OTCA, la Cooperación Alemana, Ministerio de Asuntos Exteriores de Holanda, Defenders of Wildlife y la Human Society International.

 

 

Gratificación diferida (Columna de Brigitte Baptiste)

Brigitte Baptiste, directora del Instituto Humboldt

brigitte baptiste credito juan jose carrilloips

27/10/2014
 
The Economist de la semana pasada reporta el 50 aniversario de uno de los experimentos epicúreos más interesantes de la psicología, el “test de los masmelos”, desarrollado por Walter Mischel, austriaco, afiliado por entonces a la Universidad de Stanford.  Escuché de él por el profesor de economía Juan Camilo Cárdenas hace años, y lo reencuentro cada vez que hablamos de sostenibilidad, pues el experimento ha demostrado que el autocontrol, como la inteligencia, puede tener bases genéticas, pero no está determinado por ellas. El consumo desbordado e irreflexivo, por tanto, es efecto de la cultura y no está inscrito en nuestra sangre, aunque la epidemia de obesidad parezca demostrar lo contrario.
 
La noción de aplazar el placer, o posponer la gratificación, parece contraria a los sentidos. Habiendo comida, se come, dirían mis paisanos del Caquetá, para quienes la oferta natural de peces y frutos del bosque es suficientemente previsible como para no detenerse a guardar para el mañana. En ambientes ecuatoriales de máxima biodiversidad, sabemos que el futuro siempre tiene algo que ofrecer, por tanto, la gente confía en el ecosistema y en la capacidad humana de conversación con la naturaleza, algo más difícil de hacer si dependemos del efectivo para sobrevivir. Confiar en el futuro, dice Mischel, es un síntoma de madurez y lo comprueba cuando evalúa hoy las vidas de quienes se enfrentaron a la dura prueba de no comerse los masmelos de inmediato: resultaron personas más sanas, más autónomas y libres de adicciones.
 
Pasa lo contrario con las naciones. La adicción de los sistemas económicos planetarios a los combustibles fósiles es tal, que las proyecciones casi certeras de un aumento en la temperatura cercano a los cinco grados para final de siglo no hacen mella. Las cifras, correspondientes a ajustes empíricos de los modelos más recientes de calentamiento global, fueron reiteradas esta semana en el Congreso de Ciencias de Sostenibilidad de la Iauru (International Alliance of Research Universities), reunido en Copenhagen para discutir los avances (pocos) en la construcción de un mundo viable para nuestr@s hij@s y niet@s. La subestimación de todos los parámetros de los peores escenarios se está haciendo evidente, y, salvo que en las cumbres de Lima y París ocurra un milagro, tendremos que empezar a poner vallas en las bombas de gasolina con imágenes de inundaciones y sequías para advertir a los consumidores de las consecuencias de un modelo totalmente suicida de desarrollo. La evidencia muestra que, en la mesa de los masmelos de petróleo, nos rapamos el dulce y ya hay países atragantados. Los más chiquitos aducimos derechos preferenciales y, como un alto ejecutivo del sector mencionó en un debate radial reciente, debemos hacerlo sin avergonzarnos, porque para eso son los masmelos, para comérselos. Sin embargo, todo apunta a que la economía petrolera tradicional, ahora sustituida por las tecnologías del gas de esquisto (con mayor efecto invernadero, según la Academia de Ciencias de los Estados Unidos), opera con el afán del que llega tarde a la fiesta y, sin importar la indigestión, se “atraca” de dulces porque no sabe si mañana habrá que comer. Se dice que la sombra del futuro cercano obliga a pisar el acelerador…
 
La noción de límites planetarios comienza a hacer carrera en el mundo, y por supuesto implica no caer en la tentación de comerse todo hoy. Sabemos también que el espacio de operación segura de la humanidad ha sido superado y que nos enfrentamos, como extraterrestres, a condiciones ambientales sorpresivas, así todos los días amanezca igual el paisaje por la ventana: el Antropoceno es una realidad, y es ante todo el resultado de la acción de los países que llamamos desarrollados, glotones y obesos. 
 
Por esos motivos, si bien a pocos agrada la expresión “justicia climática”, es obvia la necesidad de un sistema global de compensaciones, que ya se ve reflejado en las nuevas políticas de cooperación que países europeos están proponiendo, bajo la perspectiva de la economía verde y la Ocde. Lo dijo la Primera Ministra de Dinamarca en la inauguración del evento: para su país, el más comprometido con las energías alternativas, vender las tecnologías de frontera es el futuro económico, además de una contribución a la seguridad planetaria. Una vez nos hayamos comido el último masmelo, con un ojo negro ganado en la pelotera con los demás niños (a Kazakhstán se lo sacaron), henchido de azúcar y colorantes artificiales, empezaremos a mirar a los lados, a ver qué sigue: con algo habrá que pagar las turbinas de viento que importemos…
 

Editorial de Brigitte Baptiste para la República: http://www.larepublica.co/

 

Ecofeminismos (Columna de Brigitte Baptiste)

brigitte baptiste credito juan jose carrilloips

Brigitte Baptiste, directora del Instituto Humboldt

20/10/2014

En algún momento creímos que afirmar que las mujeres eran más responsables con el medio ambiente porque ‘naturalmente’ estaban más cerca de la vida, por su rol en la crianza, su preocupación por el cuerpo y por el bienestar de los demás. Esta naturalización del papel de la mujer, siempre validado o impuesto por terceros, contrastaba con otra visión donde la sexualidad, independiente de la reproducción, se convertía en motor de una reflexión completamente distinta acerca de las relaciones entre los seres humanos y el resto de los seres vivos: era el placer de estar vivas y poder disfrutar de la existencia lo que nos vinculaba con el planeta y su gente. 
 
La visión contemporánea de la madre tierra, acogedora, generosa con todos, fértil pero no promiscua, no es necesariamente compartida por todos los ecologismos, así como no lo eran las figuras predominantes del panteón femenino greco-romano, que separaba las diosas de la agricultura de las de la vida, más afines con el erotismo y el goce sensual. Ceres, Artemisia o Deméter no son Venus, Afrodita ni Diana cazadora. La feminidad hoy día es un campo complejo de expresiones y búsquedas múltiples que confronta escencialismos biológicos con construcciones sociales, y de paso, expone las distancias conceptuales y éticas entre quienes creen a rajatabla en la existencia de la naturaleza’ como algo concebible sin lenguaje o modelos mentales, una condición cultural.
 
La semana pasada se llevó a cabo la 38ava conferencia anual de estudios de género de la U de Wisconsin, que reúne académic@s de todo el mundo para discutir, entre otros temas, precisamente, el uso de la @ que algunos odian como expresión de la búsqueda de equidad lingüística al referirse al género. El tema central de la conferencia eran los atributos éticos, ecológicos y la equidad en un planeta marcado por el género como un aspecto central de la definición de los derechos y deberes de los humanos con el resto de los seres vivos. Además de combatir activamente la visión binaria que diluye la diversidad humana generalmente a favor de estructuras de poder que se sostienen con discursos autoritarios y convenientemente dogmáticos (tanto de izquierda como de derecha), el evento se concentró en temas muy prácticos, como la distribución de derechos entre miembros de sociedades agrarias, un tema crítico para la construcción de paz en Colombia: ¿estamos oyendo a indígenas, campesinas, negras, pescadoras, desplazadas con el mismo compromiso que debemos escuchar a todos? Más aún: ¿Somos capaces de escuchar, independientemente de la anatomía que habla, las ideas de equidad, emprendimiento o solidaridad de todas las personas?
 
A menudo escuchamos defensas de la mujer como mejor administradora, mejor organizadora, mejor ‘perdonadora’, mejor algo, como si de su condición innata hormonal o anatómica se derivara automáticamente una capacidad peculiar al respecto. Sentimos que al estar de acuerdo con ellas, estamos siendo “feministas”, algo que se refrendaría con las leyes de cuotas, por ejemplo. Sin embargo, los feminismos contemporáneos no solo se apartan de esta idea, sino que la critican abiertamente, pues la participación de cualquier minoría se convierte en equitativa sólo si se es capaz de articular un discurso político que surja de la previa condición de sometimiento a un esquema de poder, es decir, si tiene contenido cultural. El maquillaje ni la silicona, ni las preferencias sexuales quitan ni ponen esa capacidad: son las expresiones de independencia de criterio las que acompañan el derecho, para ofensa de quienes insisten en que las mujeres que alcanzan cargos de responsabilidad pública lo hacen como mascotas del sistema, por lo cual algunas son más (estéticamente) más “toleradas” que otras; añadiendo agravio a la ofensa. El clasismo y racismo con que aún gobernamos un territorio particularmente diverso se expresa en el acceso limitado que tienen ciertos grupos sociales a la justicia, la propiedad o el disfrute de sus cuerpos y vidas, y ello tiene profundas repercusiones en el manejo del territorio y obviamente, de la biodiversidad con la que conviven. A menudo las mujeres son propietarias de tierra, pero no participan en las decisiones acerca de su uso, o son víctimas de violencia doméstica sólo por el hecho de pretender participar más activamente en la gestión de su patrimonio familiar. 
 
Los ecofeminismos son valiosos no por ratificar la simplicidad con que tratamos el género, sino porque promueven una reflexión desde la diferencia, que es desde donde debemos reconocer la variabilidad ecológica y social del territorio y las alternativas más legítimas para protegerlo y desarrollarlo de una manera sostenible.

 

Editorial de Brigitte Baptiste para la República: http://www.larepublica.co/

 

El Instituto Humboldt avanza en la gestión de los humedales

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EL INSTITUTO HUMBOLDT AVANZA EN LA GESTIÓN DE LOS HUMEDALES

Lanzamiento de dos publicaciones claves para entender estos ecosistemas, identificarlos y facilitar su gestión.

A través de estos documentos, el Instituto Humboldt presentaelementos estratégicos para facilitar la gestión sostenible de los humedales, en los que se reconocen las dinámicas ecológicas y sociales que los han transformado.

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En el libro Los humedales de Cantagallo, San Pablo y Simití: una propuesta para su delimitación desde el enfoque de los sistemas socioecológicos, realizada conjuntamente entre el Instituto Humboldt y la Fundación Alma, con el apoyo del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS),se presentan los resultados de un proyecto piloto en el que se pusieron en práctica principios y criterios para la delimitación de humedales, aplicando el marco conceptual formulado paralelamente en el proceso con el Fondo Adaptación, de generación de insumos para la delimitación de ecosistemas estratégicos. Este ejercicio, de los primeros de su tipo en el país, ha permitido reconocer los retos que supone la aplicación en campo de criterios de delimitación, que reflejen apropiadamente las características de cada humedal y de las dinámicas de sus habitantes. 

La aproximación detallada en aspectos físicos y sociales se convirtió en la base para que investigadores de la Fundación Alma y del grupo de humedales del Instituto Humboldt, desarrollaran un modelo socioecosistémico espacial dedelimitación, que permitió representar en un mapa los aspectos más relevantes que se deben tener en cuenta para delimitar un humedal: caracterización física, funcionalidad ecosistémica, y soporte socioeconómico y cultural. Se obtuvo así, una herramienta cartográfica útil para la toma de decisiones en cuanto al ordenamiento, gestión y manejo integral de los humedales en el gran complejo cenagoso del río Magdalena.

El libro Principios y criterios para la delimitación de humedales continentales, una herramienta para fortalecer la resiliencia y la adaptación al cambio climático en Colombia recoge las conclusiones del proceso en el que el Instituto Humboldt ha trabajado por más de un año, es una propuesta conceptual que establece los lineamientos para la delimitación de humedales de Colombia, entendiéndolo como un proceso que hace parte de la gestión de estos ecosistemas, en un momento crucial en el que el cambio climático aumenta los escenarios de riesgo para la población y sus actividades productivas.

Este trabajo, elaborado en el marco del convenio con el Fondo Adaptación y el apoyo del MADS, reconoce desde su planteamiento, las particularidades biológicas, geográficas y sociales de estos 
ecosistemas. La publicación es el resultado de la labor conjunta entre el grupo de Humedales del Instituto Humboldt y más de 150 investigadores y funcionarios de las principales instituciones del orden académico, científico y ambiental del país.

Las obras completas se pueden encontrar en:Estos dos libros constituyen un punto de partida para desarrollar acciones encaminadas a la conservación y al uso sostenible de la biodiversidad, y los servicios que presta este ecosistema; con un enfoque diferencial en el que se reconocen las particularidades de cada tipo de humedal (lagunas de alta montaña, ciénagas, salitrales, morichales, etc.) y las clases de intervenciones a las que están sometidos, lo que contribuye a la toma de decisiones para su protección en el país.

* Principios y criterios para la delimitación de humedales continentales, una herramienta para fortalecer la resiliencia y la adaptación al cambio climático en Colombia

http://humboldt.org.co/component/k2/item/544-delimitacion-de-humedales-continentales

http://issuu.com/inst_humboldt/docs/cartilla_humedales_14-10-2014_final

* Los humedales de Cantagallo, San Pablo y Simití: una propuesta para su delimitación desde el enfoque de los sistemas socioecológicos

http://www.humboldt.org.co/component/k2/item/546-humedales-cantagallo

http://issuu.com/inst_humboldt/docs/libro_humedales_baja

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Ordenamiento agroecoindustrial (Columna de Brigitte Baptiste)

Brigitte Baptiste, directora del Instituto Humboldt

brigitte baptiste credito juan jose carrilloips13/10/2014

En la Mesa de San Pedro, justo donde la elevación de la cordillera oriental andina transformó el relieve colombiano en contraste con las planicies aluviales del llano casanareño, existen grandes plantaciones de pino Caribe y eucalipto, más de 10.000 ha de bosques, raros en ese clima y paisaje regional dominado por sabanas y antiguos hatos ganaderos.
 
Circunscriben la Mesa los ríos Upía y Tua, que vienen desde Tota y otros páramos boyacenses, cargados con avalanchas y sedimentos de la montaña, ahora más densos que nunca por la erosión y la deforestación acumulada de 50 años. Arriba, en una esquina, creció el casco urbano de Villanueva, una ciudad realmente nueva con una biblioteca municipal preciosa, construida en gaviones de piedra de sus mismos ríos.
 
Justo en la falda, no más de 100 metros más abajo, resurge la humedad que se filtra por los suelos arenosos de la meseta y se forman numerosos riachuelos, algunos de los cuales aún corren limpios y abundantes, otros no.
 
Grandes estanques piscícolas disfrutan y dependen de la excelente calidad del agua que sale cargada de contaminantes orgánicos que van a una franja de moriche que la depura parcialmente antes de pasarla al distrito de riego de la hacienda de La Libertad, hoy convertida en varias fincas dedicadas a la producción de arroz y, en mayor medida, de aceite de palma. Ambas actividades absorben el exceso de nutrientes de la tilapia y entregan el agua de nuevo a los grandes ríos, en cuyas riberas quedan vegueros produciendo papaya, plátano, yuca, la poca comida que no importan los petroleros de otras zonas. Al final, el agua rebalsa contra el curso del río Meta y antes de confluir contribuye a mantener una pequeña porción de sus selvas y lagunas.
 
Esta breve crónica topológica refleja en realidad un gradiente que espontáneamente ordenó el territorio en la región, pues nadie lo planeó así, y cada una de las actividades económicas es independiente como negocio de la otra, a pesar de estar claramente vinculadas por el funcionamiento ecológico de la cuenca, tanto en la escala más amplia que incluye los cebolleros, la papa y las truchas de Aquitania, como en la más local, donde cada uno de los tipos de uso del suelo hace parte de un mosaico en el cual se beneficia inesperadamente del otro.
 
Aparte del recorrido del agua, el más evidente, en los bordes de los palmares se alojan decenas de insectos y aves que cazan gratis gusanos en los arrozales, donde los costos de la fumigación mantienen la actividad al borde de la lógica financiera. De manera inesperada también, todos los canales del riego y las áreas de “préstamo” de las vías locales se han convertido en hábitat y refugio de la fauna llanera, que se trepa incluso por dentro de los tubos más delgados y, callada, se cuela en los estanques a ayudarle a la tilapia a no dejar restos que pudran el agua y la enfermen. A veces compite un poco con ella, es cierto, pero la biodiversidad, en movimiento perpetuo, no sólo presta servicios a la gente y los cultivos, requiere compensación.
 
En el balance general, sin embargo, salimos ganando siempre con su presencia. La producción en Villanueva, como en todas partes, no se da en cadenas sino en redes que dependen de la funcionalidad ecológica de la región, invisible, un don de la naturaleza.
 
La noción perversa que se ha venido construyendo desde hace unos años desde los escritorios (que los hay de ambientalistas y desarrollistas dogmáticos y poco ilustrados), de que debemos concentrarnos en las “restricciones ambientales” a las actividades productivas ha hecho que estos procesos espontáneos de ordenamiento y sinergia a escala del paisaje no puedan ser trabajados ni hacer parte de una gestión en la cual se estudie y oriente al funcionamiento agroecológico para beneficio de todos.
 
Es evidente que en la región, como en muchas otras, podríamos convivir de manera solidaria humanos y no humanos si entendemos las múltiples oportunidades que la biodiversidad nos ofrece para conectar economías y modos de vida: un ordenamiento territorial adaptativo como una opción para responder colectiva y oportunamente a los retos del cambio climático y la justicia social.
 

La ocupación de sabanas pluviales en Casanare y Arauca, o de la altillanura en Meta y Vichada volverá a ocupar titulares y con ello, debatiremos (ojalá) las formas más adecuadas de incorporar miles de hectáreas a la economía nacional. Las posibilidades asociativas y empresariales son múltiples, y experimentos territoriales como el de Carimagua, si se entienden así, deberán ayudarnos a construir respuestas donde gente, suelo, agua y biodiversidad convivan y prosperen de manera sostenible, sin retórica. Necesitamos desarrollar modelos ecológicos agroindustriales adecuados: ¿miti/miti con la biodiversidad?

 

Editorial de Brigitte Baptiste para la República: http://www.larepublica.co/

 

Planeta ¿vivo? (Columna de Brigitte Baptiste)

Brigitte Baptiste, directora del Instituto Humboldt

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Había resuelto escribir acerca de las ecologías industriales que proponen encadenamientos productivos basados en la construcción corporativa de ciclos funcionales cerrados, una de las opciones más interesantes de una economía verde, pero la publicación del informe “Planeta viviente 2014” que inicia mencionando cómo  “…en menos de dos generaciones, el planeta Tierra perdió la mitad de sus vertebrados”, me obliga a aplazar el optimismo.

La frase citada, que utiliza el informe del World Wildlife Fund (WWF) en los primeros párrafos, continúa con otra peor: 76% de la fauna acuática ha desaparecido, fundamentalmente debido a la contaminación de ríos, desecación de humedales y construcción de represas y distritos de riego. El informe completo (hay un resumen ejecutivo también) debe descargarse de 

http://wwf.panda.org/about_our_earth/all_publications/living_planet_report/

Independientemente de los sentimientos de frustración biofílica, de las consideraciones estéticas acerca de lo que estamos haciendo al mundo y a nuestros acompañantes no humanos, los índices reportados en el documento representan la señal de que la vida en la Tierra está perdiendo rápidamente su capacidad de automantenimiento. La desaparición de la fauna más visible (grandes mamíferos, aves, peces, ranas y serpientes) indica que no hay condiciones para su persistencia y nos negamos a creer que ello indica a su vez que tampoco las hay para la nuestra: la integridad ecológica de la cual dependemos como especie está a punto de colapsar, si no es que ya traspasamos el umbral de seguridad, como creen muchos.  La batalla de la vida en la Tierra, por supuesto, no se agotará con la desaparición de los vertebrados: el relevo lo retomarán las bacterias, seleccionadas y fortalecidas por la estupidez humana, al decir de otros. 

Podríamos preguntarnos en Colombia si entendemos que el verdadero significado de la inminente extinción de los manatíes, por citar solo un ejemplo, no es sólo nuestro fracaso ético, sino la señal (que todavía nos parece distante) del deterioro ambiental acumulado que nos afecta por igual: porque si no hay condiciones de vida para ellos, es porque el agua de las ciénagas ha desaparecido, su comida también, su espacio reproductivo. La destrucción de la fauna implica además que el funcionamiento ecológico que nos garantiza a nosotros agua, suelo fértil, seguridad biológica, comida y materia prima, ha sido sustituido por el petrológico, insostenible por tratarse de una opción no renovable y fuente del calentamiento global, que ya cae encima de los demás factores de la extinción.

El mismo informe señala algunos efectos de la devastación que estamos causando a escala global, y que incluyen la eventual pérdida de los 660 millones de empleos directos que genera la pesca, un costo equivalente a 11% del PIB global de 2008 en daño ambiental, la incierta provisión de agua potable para los casi 800 millones de personas que no tienen acceso a ella aún, o la expansión de su demanda calculada en 40% por encima de la oferta.

La única respuesta factible a esta crisis global y a sus expresiones en el territorio nacional, es la restauración y rehabilitación ecológica masiva, algo que está a nuestro alcance dentro de un margen muy limitado de expansión de la economía tradicional y el extractivismo, causa del deterioro. Hablar de transición es urgente, pues la ventana para recuperar los bosques secos del Caribe (queda 8 % de los originales) o de los bosques andinos (queda alrededor de 14 %, totalmente fragmentado) es de una generación: quienes afrontarán el tiempo del caos climático, ya nacieron. Ante el desastre, el enfoque de las postguerras debería servirnos, pues una economía de la regeneración natural es factible, si a ella orientamos todos los recursos de las regalías, unidos a las inversiones sociales por la paz. Corea del Sur (donde esta semana inicia la XII Conferencia de las Partes del Convenio de Diversidad Biológica) lo demostró, y hoy sus bosques y su gente, devastada hace unas décadas, son una potencia. La opción contraria no existe: las ciudades maya perdieron la mitad de su población en menos de cien años, debido a la combinación de sequías y deforestación. 

Una vieja película vista en clase de ecología básica nos hacía preguntar si era factible un planeta simplificado, con solo humanos y algas reciclándose infinitamente entre ellos. Pareciera que ya decidimos intentarlo.

 
Editorial de Brigitte Baptiste para la República: http://www.larepublica.co/
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