Instituto de Investigación de Recursos Biológicos
Alexander von Humboldt

Investigación en biodiversidad y servicios ecosistémicos para la toma de decisiones

conexion vital

Biodiversidad de la sierra de La Macarena, Meta, Colombia. Parte I. Ríos Guayabero medio, bajo Losada y bajo Duda

Resultados parciales de los Convenios de Cooperación suscritos entre el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt y la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Área de Manejo Especial de La Macarena-Cormacarena (N° 18-096 y 17-194 Instituto Humboldt) y PE.GDE. 1.4.8.1.18.014 del 2018 y PE.GDE. 1.4.7.17.030 del 2017 Cormacarena), correspondientes a la “Evaluación de la biodiversidad acuática del río Guayabero, sierra de La Macarena, Meta. Fases I y II”.

 

La publicación se encuentra disponible para lectura en nuestro Repositorio Institucional.

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Cangrejo mandarina: nueva especie para los ríos santandereanos


Phallangothelphusa tangerina
Foto: Felipe Villegas / Instituto Humboldt


Una especie nueva de cangrejo de agua dulce fue descrita para la ciencia durante las expediciones del proyecto Santander Bio, hallada entre el lodo y las rocas de las quebradas del río Cascajales, desde las estribaciones de la Serranía de los Yaraguíes del municipio de El Carmen de Chucurí. Su nombre científico, Phallangothelphusa tangerina, deriva del color de la fruta de mandarina.


Phallangothelphusa tangerina
Foto: Maribel Arias / Instituto Humboldt
El cangrejo mandarina es una especie (endémica) de la zona geográfica y sin antecedentes.

Estos cangrejos poseen cinco pares de patas y un caparazón compuesto de carbohidrato de quitina; pueden mudar su cuerpo y regenerar las extremidades, mismas que han evolucionado hasta modificarse y tomar forma de pinza que emplean para alimentarse, defenderse y atraer hembras durante el cortejo.

¿Cómo se describe una nueva especie para la ciencia mundial?

El primer paso consiste en encontrar y colectar los especímenes que se presumen nuevos para la ciencia, los cuales, según el grupo biológico, son preservados de forma correcta.

De regreso al laboratorio, los investigadores revisan de manera exhaustiva la literatura científica relacionada y las colecciones biológicas para garantizar que no se trate de una especie ya descrita.

Posterior a la revisión de la literatura, y en seguimiento a una guía morfológica, es elaborado un manuscrito que se somete a revisión de pares académicos y después es aprobado por parte de los editores de una revista indexada. Posterior a la publicación oficial, en algún medio de noticias de carácter científico, puede anunciarse de manera formal la nueva especie para la ciencia.

En el proceso de descripción que permitió determinar a Phallangothelphusa tangerina como especie nueva, se usó un estereoscopio para observar el apéndice reproductor (llamado gonópodo) de un ejemplar macho, el cual es una prolongación incrustada dentro del abdomen. Esta extensión es especializada o diferenciada y facilita identificar una especie de cangrejo.

Hasta el momento no se ha confirmado que la nueva especie presente Paragonimus, transmisor de una enfermedad llamada distomatosis pulmonar; según estudios este parásito se encuentra en especies del género Hypolobocera y Neostrengeria.


Foto: Felipe Villegas / Instituto Humboldt.
El hallazgo de la especie fue de Maribel Arias, investigadora del Instituto Humboldt; en la descripción participaron Martha Campos, de la Universidad Nacional de Colombia, y Carlos Lasso, investigador del Instituto Humboldt.

Desde el punto de vista ecológico, los cangrejos juegan un rol fundamental porque, por ejemplo, son indicadores de la buena calidad del agua, o hacen parte de la dieta de diferentes especies de peces grandes, mamíferos y aves acuáticas. De allí, la importancia de su estudio, conocimiento y conservación.

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Estos son los resultados del acuerdo "Biodiversidad y Desarrollo por el Putumayo"


Cedrela odorata
Foto: Francisco Javier Mijares / Instituto Humboldt

La iniciativa Biodiversidad y Desarrollo por el Putumayo presentó los resultados de su primer año de trabajo conjunto, entre distintos sectores, para preservar la biodiversidad y la conectividad de esta región de la Amazonía y, asimismo, promover la actividad empresarial.

El acuerdo se consolidó en 2017 con la participación de Parques Nacionales Naturales de Colombia (PPNN); Corpoamazonia; el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas SINCHI; el Instituto Humboldt; y las empresas del sector de hidrocarburos Gran Tierra Energy y Amerisur Exploración Colombia, ambas afiliadas a la ANDI. Un año más tarde, el Proyecto Vida Silvestre –liderado por Ecopetrol, Wildlife Conservation Society, la Fundación Mario Santo Domingo y Fondo Acción– se unieron a la iniciativa.


(De izq. a der.) Luz Marina Mantilla, directora general Instituto SINCHI; Jaime Mauricio Concha, vicepresidente Minería, Hidrocarburos y Energía de la ANDI; Dora Moncada, coordinadora Iniciativa Biodiversidad y Desarrollo ANDI; Manuel Buitrago, presidente Gran Tierra Energy; Luis Alexander Mejía, director Corpoamazonia; Santiago Martínez, Ecopetrol; Carlos Manuel Herrera, vicepresidente Desarrollo Sostenible ANDI; Julia Miranda, directora general Parques Nacionales Naturales de Colombia; Francisco Gómez, subdirector de Servicios Científicos y Proyectos Especiales Instituto Humboldt; Carlos Martínez, gerente general Amerisur Exploración Colombia.
Foto: Ximena Borré/Instituto Humboldt


Para dimensionar la importancia ecológica del Departamento del Putumayo, basta con saber que se encuentra ubicado en una zona de alta diversidad biológica y, por lo tanto, es rico en especies fauna y flora, algunas de ellas amenazadas por diversas actividades humanas que ejercen presión sobre los ecosistemas.

Según cifras suministradas desde el Sistema de Información sobre Biodiversidad de Colombia (SiB), plataforma que reúne datos biológicos provenientes de cientos de entidades e iniciativas colombianas, el Departamento tiene 5.867 especies entre aves, mamíferos, peces dulceacuícolas, plantas y líquenes; 168 son exclusivas de esa zona del país; cuatro están listadas en la categoría Peligro Crítico (CR), 21 En Peligro (EN) y 37 Vulnerables (VU), según los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

En ese sentido, este acuerdo facilitó que el Humboldt junto a PPNN, el SINCHI y Corpoamazonia trabajaran, durante el último año, en la priorización de cinco especies de fauna y flora: cedro rosado (Cedrela odorata), el tinamú negro (Tinamis osgoodi), el tigrillo (Leopardus tigrinus), el mono churuco (Lagothrix lagotricha) y el pecarí de labios blancos (Tayassu pecari).

Acerca de la experiencia institucional, Francisco Gómez, subdirector de Servicios Científicos y Proyectos Especiales del Humboldt, destacó la construcción y desarrollo de objetivos comunes entre las entidades participantes y lo positivo de que el sector privado haya entendido el territorio y la importancia del mismo: “No cabe duda de que juntos generamos mayor impacto y valor para las comunidades, los territorios y la biodiversidad”, puntualizó.


Cortesía: Prensa ANDI

Por su parte, Carlos Herrera, vicepresidente de Desarrollo Sostenible de la ANDI, mencionó la importancia de trabajar en puntos de encuentro a partir de una visión colectiva, y señaló que “la gestión de la diversidad requiere de la participación del sector privado”.

La extracción de petróleo es la principal actividad económica legal del Putumayo y representa cerca del 3,9% de la producción nacional. De acuerdo con información del DANE, en 2017 el sector generó 29,8% de los ingresos del departamento.

Por lo tanto, la participación de las empresas en este acuerdo es fundamental para la protección del componente ambiental (debido a la gran cantidad de especies presentes en la zona) y del cultural por la presencia de 13 pueblos indígenas, afrodescendientes y campesinos.

Sobre esta apuesta público-privada, Jaime Concha, vicepresidente de Minería, Hidrocarburos y Energía de la ANDI, comentó que “es claro que el desarrollo depende del capital natural y que el sector privado cumple con un rol fundamental en la preservación del mismo”.

El objetivo de esta alianza es aunar esfuerzos técnicos, logísticos, financieros e iniciativas entre instituciones y empresas encaminadas a la protección, restauración, conectividad ecosistémica y desarrollo sostenible de la biodiversidad, con un enfoque participativo y diferencial en el Putumayo.


Algunos resultados de la implementación del acuerdo entre 2017 y 2018:

De la mano del Grupo de Ornitología de la Universidad Nacional y la Asociación Alas Putumayo se impulsó el primer Encuentro Nacional de Ornitología, con la participación de los operadores más grandes de aviturismo de Inglaterra (Birdfinders-Sunbird) y Brasil (Marithaca expeditions).

Parques Nacionales Naturales de Colombia y Gran Tierra Energy hicieron acuerdos de conservación para declarar el Santuario de Flora Plantas Medicinales Orito Ingi-Ande, como la primera área protegida libre de cultivos ilícitos. Un esfuerzo que integró a 13 familias a través de esquemas de restauración participativa. Corpoamazonia y Amerisur Exploración Colombia avanzaron en la línea de uso sostenible, a través del diagnóstico de la presencia, en estado natural, de palma de Asaí.

Desde el Centro Forestal Costayaco, unidad de operación e investigación forestal de Gran Tierra Energy, ubicado en Villagarzón, se consolida la estrategia de conectividad ecosistémica en 212,6 hectáreas; el proceso es ejemplo de agregación de compensaciones ambientales y eje ambiental para el desarrollo turístico, productivo, científico, y de educación ambiental en la región.

El instituto SINCHI estableció lineamientos técnicos para el desarrollo de un proyecto pionero con empresas de hidrocarburos, con el fin de establecer la diversidad socioambiental de los ríos Putumayo y Caquetá. Este esquema buscará integrar nuevos conocimientos sobre la composición y estructura de estos ecosistemas acuáticos, así como de su calidad ambiental y de las comunidades rivereñas asociadas, con miras a la soberanía alimentaria y apuestas productivas.

En cabeza de Corpoamazonia y Gran Tierra se elaboró la primera guía de mariposas diurnas del piedemonte amazónico con 145 especies; en la actualidad se avanza en la edición del libro Putumayo la gran tierra de las mariposas.

Gran Tierra Energy y Amerisur Exploración Colombia se unieron al Instituto Humboldt y a Corpoamazonia en una estrategia de monitoreo de la biodiversidad en bloques petroleros, integrando metodologías participativas y lineamientos de gestión, que brindarán un mayor conocimiento de la diversidad biológica regional.

Desde el Centro Forestal Costayaco, unidad de operación e investigación forestal de Gran Tierra Energy, se promueven nuevos escenarios de investigación e innovación alrededor de pruebas de propagación sexual de helechos arborescentes y desarrollo forestal, una plataforma para el trabajo conjunto con el Instituto SINCHI.

Un acuerdo institucional entre Corpoamazonia y la Agencia Nacional de Hidrocarburos, para el fortalecimiento de los sistemas de información en la toma de decisiones, permitirá la construcción del primer portafolio de áreas, proyectos y fuentes de inversión y compensación ambiental con enfoque conectividad Andes-Amazonia en 2019.


*Elaborado con información de Prensa ANDI y cifras del SiB Colombia
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Subdirección de Investigaciones



Proyecto: Análisis de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos para su aplicación en la toma de decisiones en el departamento de Boyacá

El Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt está interesado en conocer hojas de vida con el siguiente perfil:

Formación:
Profesional en comunicación social, periodismo, filosofía, literatura, licenciatura en ciencias de la educación y afines.

Experiencia:
4 años de experiencia profesional relacionada con el objeto del cargo: divulgación científica, procesos editoriales, creación de contenidos, redacción de textos y corrección de estilo. Experiencia en trabajo interdisciplinario.

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Esta convocatoria finalizó el 7 de febrero de 2019.

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Humedales y su aporte frente a los efectos del cambio climático



Foto: Carolina Alcázar / Transiciones socioecológicas hacia la sostenibilidad



El cambio climático es una de las realidades más urgentes a las que se enfrenta la humanidad y el planeta, razón que inspira el tema de la edición 2019 del Día Mundial de los Humedales, destacando su rol principal en la solución natural para enfrentar este fenómeno.

Según la Convención sobre los Humedales (Ramsar), pese a todos los servicios esenciales que brindan estos ecosistemas, en el último siglo el mundo perdió el 64 % de los humedales, y continúa su descenso a un ritmo del 1 % anual, porcentaje mayor a la tasa actual de deforestación.



Foto: Felipe Villegas / Instituto Humboldt

En Colombia, cerca del 95 % de la transformación de los humedales se debe a la actividad ganadera (63,7 %), la deforestación (15,9 %) y la agricultura (15,3 %).



En cuanto a la mitigación, los humedales sirven como sumideros de carbono al capturar cerca del 40 % de los gases de efecto invernadero generados en el planeta; por lo tanto, su destrucción, afectaría el proceso de captación de dichos contaminantes que viajarían libres por la atmosfera, reteniendo el calor (con implicaciones en el calentamiento global y en el incremento de las temperaturas), hasta afectar el sistema climático y las relaciones entre las personas y los ecosistemas.

Otros aportes en el ámbito de la mitigación y la gestión de riesgos están asociados a la estabilización de costas y la regulación de la cantidad y calidad del agua; son la primera barrera de defensa contra la acción de huracanes y tormentas severas, disminuyen el impacto por fuertes vientos y suministran recursos para el consumo.



Foto: Luis Fernando López / Transiciones socioecológicas hacia la sostenibilidad

En Colombia, de las 30 millones de hectáreas (ha) que se identificaron en un comienzo, el 24 % de las zonas con características de humedal, o evidencias de haber sido humedal en el pasado reciente, fueron transformadas.



En tiempos de cambio climático, el privilegio de Colombia como país de agua, debería considerarse un factor fundamental de adaptación y defensa para el bienestar humano a largo plazo y, por tanto, de interés superior al definir políticas de desarrollo compatibles con la conservación de los ecosistemas y la resiliencia frente a impactos climáticos.

Acerca del tema, la publicación del Instituto Humboldt Transiciones socioecológicas hacia la sostenibilidad, en el apartado Persistencia de territorios anfibios, ofrece un análisis al detalle del estado y tendencias de estos ecosistemas estratégicos, y destaca la oportunidad que tiene el país en cuanto a los humedales y el cambio climático en su tránsito hacia el equilibrio económico, ambiental y social.




Foto: Luis Fernando López / Transiciones socioecológicas hacia la sostenibilidad

De 1122 municipios que tiene el país, 1100 tienen humedales; 30 de estos registran más del 70 % de su territorio cubierto de humedal.



El Instituto Humboldt sugiere un reconocimiento de la extensa superficie de humedales del país como una ventaja comparativa instalada para la adaptación al cambio climático, basada en los ecosistemas y en las comunidades, y como sumideros de carbono que contribuyen, en simultánea, a la mitigación.

Asimismo, menciona que deben identificarse aquellas áreas transformadas que podrían ser restauradas o recuperadas para mejorar la capacidad de control de inundaciones frente a los eventos extremos del clima y los impactos del cambio climático, conformando así territorios anfibios seguros.

Finalmente, hace un llamado a considerar a todos los humedales del país como estratégicos y, por lo tanto, merecedores de una gestión sostenible, dada la tendencia a concentrar la atención solo en aquellos catalogados de importancia internacional, declarados bajo la Convención Ramsar.
Desde esta perspectiva, Colombia sigue en mora de generar conocimiento acerca de los efectos inminentes que trae consigo el cambio climático, a su vez, de potenciar soluciones innovadoras desde la naturaleza, que los humedales como ecosistemas estratégicos pueden aportar para la adaptación y la mitigación.
En la conmemoración de los humedales del mundo, su contribución al bienestar humano y a contrarrestar los efectos del cambio climático, el Instituto Humboldt invita al Estado y a la sociedad colombiana a promover una gestión de conocimiento en los territorios del agua y las formas de vida de los pobladores en los suelos anfibios, y al reconocimiento de su riqueza cultural y del valor espiritual como base de la gestión y de la gobernanza en un ámbito de conservación.



Información consultada para la elaboración de este artículo:
- Transiciones socioecológicas hacia la sostenibilidad, capítulo 2: Persistencia de territorios anfibios
- Humedales y cambio climático (Ramsar)
- Colombia anfibia, volumen 1
- Humedales ante el cambio climático
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Gobierno levanta veda al caimán aguja

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Bogotá, D.C. 23 de enero de 2019 
 
 


Foto: Caimán Aguja. Mónica Morales / Instituto Humboldt
 
 
  • •  La Dirección de Bosques, Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS), levantó parcialmente la prohibición para el comercio del caimán aguja o caretabla (Crocodylus acutus), en el Distrito de Manejo Integrado (DMI) de los manglares de la bahía de Cispatá, Tinajoes, La Balsa y sectores aledaños, en el departamento de Córdoba.
  • •  La decisión fue tomada, según lo indica la resolución de la Dirección de Bosques, luego de estudios realizados a la especie en la bahía de Cispatá, que demostraron que sus poblaciones recuperaron el equilibrio y existe para ellas un manejo sostenible que garantiza su permanencia a largo plazo.
  • •  En 2002, acutus entró a la categoría Peligro Crítico (CR) por su alta probabilidad de extinción; sin embargo, y gracias a medidas de conservación implementadas, fue declarado En Peligro (EN) según el Libro rojo de reptiles (2015), y ratificado por el MADS en 2017.
 
Según la Resolución, el levantamiento parcial de la veda a la población de caimán aguja será exclusivo y restringido a sus huevos y dentro del DMI de la bahía de Cispatá. La cosecha se permitirá únicamente a los grupos de comunidades locales de la zona, autorizados por la Corporación Autónoma Regional de los Valles del Sinú y San Jorge (CVS) y en el Plan de Manejo Específico, y quedará restringida a particulares o entidades.
 
Esta medida permitirá la recolección de huevos del nido silvestre solo entre enero y abril en zonas georreferenciadas, previa autorización, los cuales serán llevados a incubación controlada en las instalaciones de la CVS para el manejo de neonatos y juveniles, con el fin de obtener una proporción de individuos de ambos sexos para repoblación en el medio silvestre, así como un porcentaje para aprovechamiento de las pieles por parte de las comunidades y su posterior comercialización internacional.
 
Entre los compromisos que trae consigo el levantamiento de la veda está la realización de un seguimiento y monitoreo a las poblaciones de caimanes (por parte de la CVS en conjunto con las comunidades), según las condiciones identificadas y acordadas entre la corporación, el MADS y los institutos de investigación. Además, los lineamientos del Plan de Manejo Específico (PME), y las directrices y salvaguardas internacionales de acuerdo con lo estipulado por el Convenio Sobre Comercio Internacional de Fauna y Flora Silvestres.
 
Los resultados obtenidos serán revisados y avalados por el MADS (autoridad administrativa CITES), y los institutos de investigación (como autoridades científicas del Convenio), quienes determinarán si los volúmenes de extracción no ponen en riesgo la supervivencia de la especie.
 
  
El calvario de ser un caretabla

Históricamente, la veda para captura de ejemplares fue establecida en 1968 por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, y un año después emitida por el hoy desaparecido INDERENA, debido a que se llevaba más de 37 años de caza masiva con fines comerciales, con cerca de 2 millones de pieles en mercados internacionales, lo que redujo drásticamente las poblaciones y destruyó su hábitat natural.
 
Hacia 1980, el caimán aguja o caretabla ingresó al Apéndice I de CITES, el más restrictivo de los tres que existen, dadas las altas probabilidades de extinción por la comercialización ilegal de su piel, catalogada como “muy fina” y “de lujo”, codiciada en mercados internacionales, principalmente, y utilizada en la marroquinería.
 
El censo nacional realizado a Crocodylus (1994-1997) determinó un total de 6 individuos existentes para toda la bahía de Cispatá, y poblaciones no mayores a 11 ejemplares en 70 puntos geográficos del país, con menos de 250 en edad madura en su totalidad.
 

De cazadores a custodios
 
Posteriormente, el uso sostenible de la población de caimanes aguja se autorizó tras más de 15 años ininterrumpidos de procesos de investigación y conservación por parte de comunidades de Cispatá (con acompañamiento de la CVS), antes dedicadas a la caza del animal y hoy agremiadas en Asocaimán bajo el modelo de Distrito de Manejo Integrado adscrito al sistema nacional y regional de áreas protegidas.
 
La implementación de un Plan de Manejo Específico, con la participación de pescadores, mangleros y caimaneros de la zona, contempló la recuperación de la especie de caimanes con censo y monitoreo de las poblaciones silvestres y manejo de su hábitat, esto aunado a estrategias para la conservación, como programas de educación y divulgación, apoyo al desarrollo comunitario, entre otras.

 

Ilustración: Instituto Humboldt
 
La bahía de Cispatá es una de las áreas de manglares mejor estudiada, representativa y extensa (11.513 hectáreas, de las cuales 1436 sirven de hábitat a los caimanes) de Córdoba, y una de las zonas naturales más importantes del país por su importancia ecológica y biodiversidad.

 
Como resultados del seguimiento y estado actual de las poblaciones, entre 2002 y 2017 se registraron 1831 avistamientos de Crocodylus acutus, con un promedio de 86,3 de individuos por año. Entre 2003 y 2017 se recolectaron 21.077 huevos para una media anual de 1480.
 
Por otra parte, en 2017 hubo incremento de individuos de acutus en un 250 %, pasando de 50 en 2003 a 121. El aumento obedeció al programa de liberación puesto en marcha en la última década, alcanzando 11.788 especímenes.
 
Dicha recuperación de poblaciones del caimán aguja, permanente y sostenida, en el Distrito de Manejo Integrado (DMI) de los manglares de la bahía de Cispatá trajo como resultado la aprobación de la Conferencia de las Partes de CITES y el levantamiento de la prohibición de comercialización, beneficiando a las comunidades comprometidas de la zona, que dependen del uso sostenible de fauna y flora para su pervivencia.

Ilustración: Instituto Humboldt
 
El uso de este reptil se enmarca en otras directrices de CITES que buscan beneficiar a las comunidades locales más vulnerables y fortalecer los medios de vida del lugar.

 
Esta decisión, también es resultado de un esfuerzo colaborativo y articulado que durante años han realizado la Dirección de Bosques del Ministerio de Medio ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS); la Corporación Autónoma Regional CVS; comunidades y expertos locales; las autoridades científicas designadas por el Gobierno nacional ante CITES: el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas (Sinchi), el Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia (ICN) y el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar), el Instituto de Investigaciones Ambientales del Pacífico (IIAP), coordinado por el  Instituto Humboldt; y el apoyo de las oficinas de Asuntos Internacionales y Cancillería.

 
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Invitación a presentar hojas de vida: Profesional con experiencia en genética

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Programa Ciencias Básicas de la Biodiversidad


El Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt está interesado en conocer hojas de vida con el siguiente perfil:

Formación:
Biólogo, Ecólogo, Microbiólogo, Ingeniero Forestal, Ingeniero Biológico, preferiblemente con maestría en Ciencias Biológicas.

Experiencia:
Dos años de experiencia laboral con experiencia en la toma de datos en campo, análisis de bases de datos, análisis y edición de secuencias genéticas, análisis de diversidad filogenética y generación de informes.

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Esta convocatoria finalizó el 27 de Enero de 2019.

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Esto se calentó: aves buscaron ecosistemas de mayor altura por causa del cambio climático

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Bogotá, D.C. 15 de enero de 2019 
 
 

Foto: Quiscalus lugubris. Instituto Humboldt / John Bernal.
 
 
  • •  Varias especies de aves fueron registradas en ambientes naturales con alturas y temperaturas diferentes a las que habitan, como consecuencia del aumento de la temperatura en la Sabana de Bogotá.
  • •  El cambio climático fue el responsable de los cambios presentados en el 51 % de las especies de las aves registradas y estudiadas en un lapso de 26 años.
  • •  La investigación utilizó datos suministrados por el conteo navideño de aves, organizado por la Asociación Bogotana de Ornitología (ABO), considerado el seguimiento más antiguo del país a un grupo de vertebrados terrestres.
 
El cambio climático es en la actualidad una amenaza creciente para la biodiversidad al punto de afectar a gran variedad de organismos, causando en ellos, por ejemplo, desplazamiento a mayores alturas debido al aumento gradual de la temperatura y variación en las temporadas habituales de reproducción; y en los ecosistemas, alteraciones en su composición y estructura.

Este último aspecto se evidencia, por ejemplo, en los ecosistemas de alta montaña de los Andes, hoy entre los más amenazados por la reducción de áreas disponibles ante el aumento de presencia de especies trasladadas, que buscaron mayores elevaciones, por el incremento de la temperatura. Tal circunstancia ha traído como consecuencia el cambio de la composición de este ecosistema y afectaciones en sus procesos ecológicos.

Dichos desplazamientos de las especies toman particular relevancia en la región tropical y son una de  las respuestas de las especies al cambio climático global. Allí, el clima tiende a permanecer estable y los organismos que la habitan se encuentran adaptados a tales condiciones pero con poca flexibilidad para moverse a otros rangos altitudinales. Esta condición significa en muchos casos que su sobrevivencia depende de un movimiento hacia zonas más altas.

De esta manera, el cambio climático actúa como “trampa térmica”, y el desplazamiento de las especies como la mejor forma de acceder a temperaturas inferiores para asegurar las condiciones óptimas, aunque este ascenso a las montañas represente un riesgo en la reducción de las poblaciones de especies y, eventualmente, de extinción al no soportar climas nunca antes experimentados.

En el caso de la Sabana de Bogotá, los datos recopilados durante 26 años a partir de los conteos navideños de aves revelaron cambios poblacionales en el 51 % de las especies registradas: 48 especies aumentaron y 30 disminuyeron. Uno de los factores más frecuentes asociados a este fenómeno fue el cambio climático y las “islas de calor”, así mismo alteraciones en el hábitat, interacciones con otros organismos y cacería.

Los cambios ocurren también porque los bosques y humedales son transformados en áreas de cultivo, potreros y zonas urbanas, sumado a los aumentos en los niveles de contaminación; y por la presencia de especies invasoras. Estos aspectos resultan clave, ya que la Sabana de Bogotá es un territorio de importancia biogeográfica dada la presencia de un alto nivel de endemismo, es decir de especies con distribución única en su geografía.
Un ejemplo de lo anterior está en las áreas silvestres presentes a finales de los ochenta y que gradualmente han cambiado, en especial, a lo largo de las fronteras de la ciudad hasta ser reemplazadas por pastos, viviendas, desarrollos comerciales e invernaderos de floricultura.

Aves que se mudaron de vecindario

Entre los ejemplos del aumento de la llegada de especies de aves, que habitan tierras bajas, que ahora se encuentran a mayores alturas están el coquito (Phimosus infuscatus), el gavilán caminero (Rupornis magnirostris) y el chango llanero (Quiscalus lugubris).

Por otro lado, también hay ejemplos de aves de alta montaña que se están desplazando hacia arriba, como lo predice la afectación por cambio climático, como el colibrí vientricobrizo (Eriocnemis cupreoventris) y el pinchaflor brillante (Diglossa lafresnayii). Inicialmente estas especies vivían en la Sabana de Bogotá y actualmente ya no.

Esto se debe a que se están restringiendo a elevaciones más altas, desmejorando sus perspectivas de conservación. Tanto el colibrí vientricobrizo (listado en la categoría Casi Amenazado (NT) de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza -UICN) como el pinchaflor brillante tienen una distribución limitada al norte de los Andes y, por lo tanto, su conservación merece especial atención.

Otra especie que evidencia las “mudanzas a nuevos vecindarios” es el Alcaraván, cuya presencia ha crecido de manera significativa en la ciudad, probablemente asociada con el aumento de las temperaturas en la Sabana y en Bogotá, pues estos lugares se adecuan a sus requerimientos térmicos como resultado de las llamadas “islas de calor urbanas”.

Las “islas de calor”

Las islas térmicas o de calor ocurren al interior de las ciudades y son producto, por lo general, del cambio en el uso del suelo, es decir aquellos que antes estaban cubiertos por vegetación, ahora lo están por cemento y otros materiales con vocación urbana.
 
En Bogotá hay evidencia de una isla de calor que supera en cerca de 3 grados centígrados, al clima medio de las afueras, según un análisis realizado a los cambios en la temperatura media, mínima y máxima ocurridos en la ciudad durante los últimos 40 años.

Cabe subrayar que este estudio sobre cambio climático y desplazamiento de aves a mayores rangos altitudinales, publicado en la edición del Reporte de Estado y Tendencias de la Biodiversidad Continental de Colombia (Bio 2017), aborda de manera explícita la importancia del cambio climático en un contexto urbano, periurbano y rural natural, y apoya con sus resultados las ausencias de información en temas de ecología urbana neotropical.


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Banco de Imágenes Ambientales (B.I.A)

Banco de Imágenes Ambientales B.I.A.



En el Banco de Imágenes Ambientales del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, encontrará una librería de imágenes recopiladas durante años de investigaciones, proyectos, trabajo misional y expediciones por los ecosistemas continentales del país, siendo este, un testimonio visual de la diversidad biológica colombiana.

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En la actualidad el Banco de Imágenes Ambientales cuenta con mas de 50.000 archivos entre ilustraciones y fotografías analógicas digitalizadas y digitales, en calidad alta y en formatos RAW, TIFF y JPEG, ideales para cualquier uso, incluyendo publicaciones impresas.

Todas las fotografías e ilustraciones publicadas aquí se pueden utilizar bajo la licencia Creative Commons CC BY-NC-SA. Para acceder a las imágenes de alta resolución siga estos pasos:

1. Realice una consulta utilizando el campo de búsqueda de la página principal. Los términos de búsqueda pueden referirse a términos generales (actualmente solo en español) como regiones de Colombia (Ej. Caribe, Andina) o tipos de organismos (Ej. Reptiles), conceptos más específicos como nombres de especies locales (Ej. Frailejón) o También se puede utilizar la nomenclatura (Ex. Lamiaceae, Potamotrygon motoro).

2. Compile la lista de imágenes requeridas citando el número único de cinco dígitos que se puede mostrar al ingresar cada elemento del la lista de resultados de búsqueda (Ej. 38235.jpg, 22259.jpg).

3. Llene y envíe el formulario que encontrará en el B.I.A para verificar la disponibilidad de las imágenes en alta resolución y preparar el material requerido para ser entregado mediante medios electrónicos.

4. Después de la presentación de la solicitud, se realiza una revisión para verificar que cumple con los requisitos de la licencia Creative Commons, los cuales son obligatorios para la persona y/o institución solicitante.


Si necesita ayuda para encontrar fotografías para sus necesidades o no encuentra fotografías de especies del país que no muestran aquí, comuníquese al correo electrónico a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. con su consulta.


LICENCIA DE USO DEL MATERIAL FOTOGRAFICO:

El material disponible en el Banco de Imágenes Ambientales se entrega bajo la licencia Creative Commons BY NC SA, la cual contempla un uso para fines estrictamente no comerciales, reconociendo de forma explícita la autoría del fotógrafo y del Banco de Imágenes Ambientales. Todo el material producido a partir del material objeto del préstamo debe compartirse bajo la misma licencia. La licencia puede verse en mas detalle en el siguiente vínculo: https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/deed.es.



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La Colombia biodiversa de 'Hace Tiempo', nominada a importante premio latinoamericano de diseño

¿Ya leíste el libro más descargado en la historia del Instituto Humboldt? Aquí te contamos algunos detalles que tal vez no conocías…



Reveladora y asombrosa, así es Hace Tiempo, un viaje paleontológico ilustrado por Colombia, una publicación ilustrada que, a través de datos y cifras, nos permite conocer la Colombia natural sepultada hace tiempo y su influencia en la megadiversidad actual de nuestro territorio. Y ahora que vamos cerrando el 2018, es innegable reconocer que este fue el año para esta publicación. Por eso no sorprende la reciente nominación a uno de los premios latinoamericanos más importantes que existe en el campo del diseño gráfico editorial.

¿De qué se trata esta competencia? Los Latin American Design Awards (LAD Awards) reconocen las mejores ideas y piezas de diseño en base a su innovación, impacto y creatividad y buscan promover la industria creativa y la comunicación visual en América Latina. Al ser la competencia de diseño más grande e importante de la región, los LAD Awards celebran el trabajo excepcional en diseño y otorga reconocimiento a la excelencia de las piezas gráficas realizadas en esta zona del mundo.

Si quieres saber más sobre este premio, visita el siguiente enlace y conoce todas las propuestas en competencia para el periodo 2018 → https://bit.ly/2SeyjDA

¡En marzo de 2019 conoceremos los ganadores! Así que todos atentos a seguirle la pista a esta información.

Hablemos del origen de Hace Tiempo y su impacto en la divulgación de la ciencia

Mucho hemos difundido esta publicación pues no solo fue la protagonista en nuestro stand en la Feria del Libro 2018, sino que, en la labor gratuita de distribución, cerramos el año con el reporte de visita a 30 ciudades de 26 departamentos de Colombia y también con su título como el libro más descargado en la historia del Instituto. Pero tal vez, como aún se desconocen algunos secretos del proceso de conceptualización y diseño de Hace Tiempo, vale la pena contarles detalles de personas e instituciones claves que hicieron realidad este proyecto; infidencias que resultaron de una conversación que sostuvimos con Luz Helena Oviedo, editora del libro.

¿Qué motivó la creación de Hace Tiempo?
Cuando los dos editores del libro -Luz Helena Oviedo y Carlos Jaramillo- iniciaron el proceso de Hace Tiempo, la principal motivación era demostrar cómo la ciencia se puede contar de otra manera, a través de la exploración de nuevos lenguajes con estrategias innovadoras construidas para públicos que no son los habituales de los temas científicos. La labor con los investigadores que escribieron cada capítulo, también fue fascinante: sacarlos de su zona habitual de paper científico para generar un documento de divulgación para un público diferente.

Y es por esta razón que es importante resaltar que la idea original del libro es de Carlos Jaramillo. Él se soñaba un libro de divulgación y luego conoció algunas de las publicaciones creadas por el Humboldt con la editorial Punto Aparte y se terminó de enganchar. Desde el inicio Punto Aparte, quien se contrató para el diseño editorial de este proceso, propuso hacer algo más gráfico que los anteriores libros del Instituto en los que ellos habían trabajado, es decir alejarse aún más de lo académico y de ese lugar medio que proponen libros como los Reportes Bio o Colombia Anfibia.

Entonces, ¿quién es Carlos Jaramillo?
Carlos Jaramillo es investigador principal del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales y uno de los cerebros de esta publicación sin precedentes. Cerca de 200 estudiantes han trabajado con él en proyectos relacionados con la paleontología de Colombia. Si bien la publicación de artículos científicos es la norma para la divulgación y validación de las investigaciones, en los últimos años se viene consolidando la necesidad de encontrar formas de llegar a otros públicos. Carlos puso la tarea y hoy los autores han tenido la experiencia de quitar letras, ceder y abandonar algunos de sus esquemas.

¿Cómo surgió esta publicación?
Todo inició cuando, en una visita de Luz Helena Oviedo a Carlos Jaramillo, mientras él hacía una estancia de investigación en la Universidad de Yale y ella cursaba el último semestre de su maestría en Estados Unidos, tuvieron la posibilidad de conversar sobre un proyecto especial. Él quería hacer un libro de paleontología para niños y junto a su esposa, María Inés, en ese momento dejaron volar su imaginación y pensaron en unas cuantas ideas. Cinco años más tarde, después de diversos acercamientos con Brigitte Baptiste y encontrar en el Instituto al mejor de los aliados, salió a la luz Hace tiempo, un viaje paleontológico ilustrado por Colombia.

¿Quiénes hicieron parte de este proceso?
Expertos de centros de investigación, universidades, museos y jardines botánicos de Alemania, Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Panamá y Suiza participaron en este ejercicio literario que a lo largo del año fue distribuido a través de talleres gratuitos en muchas instituciones educativas públicas del país. Tambien vale resaltar el papel de la entidades que lo hicieron posible y apoyaron la labor del Instituto Humboldt y del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales: la Universidad del Norte, El Cerrejón, la Corporación Geológica Ares, la Asociación Colombiana de Geólogos y Geofísicos del Petróleo y la Asociación Europea de Biología Evolutiva.

¿Por qué Punto Aparte fue el seleccionado para diseñar el libro?
Una misma historia puede contarse de formas distintas dependiendo de a quién se la queremos contar y para qué. Cuando este proceso inició, los editores sabian que querían contar la historia de la biodiversidad pasada en Colombia a jóvenes. Pero, ¿cómo hacerlo exactamente? Fue en ese momento donde entró Punto Aparte, bookvertising, un grupo de expertos de la ilustración, el diseño y la palabra, quienes además llevan mucho tiempo trabajando con el Instituto. El resultado de horas y horas de reuniones de trabajo entre autores, editores y diseñadores, correos de ida y vuelta y mucho talento es lo que todos pueden ver en cada una de las páginas de la publicación.

Recuerda descargar el PDF aquí → https://bit.ly/2LJx3Jh
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