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Investigación en biodiversidad y servicios ecosistémicos para la toma de decisiones

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Aprender mediante el ejemplo: las nuevas generaciones de guías y guardianes de la Cuchilla de San Juan

Nota de actualidad | Por: Fecomar, Comunicaciones | 26/05/2023

Aprender mediante el ejemplo: las nuevas generaciones de guías y guardianes de la Cuchilla de San Juan




Cerca de 70 estudiantes de los colegios rurales de Pueblo Rico y Mistrató, en el departamento de Risaralda aprenden sobre la observación de aves y la interpretación de la riqueza natural de su entorno.


La educación ambiental es la herramienta principal en los procesos de conservación del territorio; es por esto que en el marco del proyecto de ampliación de la DRMI Cuchilla de San Juan, los niños y jóvenes participan en jornadas pedagógicas en las que aprenden sobre interpretación y a generar conocimiento sobre la biodiversidad de sus territorios.

“Cuando los campesinos tenemos la posibilidad de reconocer nuestro territorio, tenemos la opción de construir empresas comunitarias asociadas a la conservación. Por eso es tan importante este ejercicio que venimos adelantando; en la medida en que trabajemos con las nuevas generaciones vamos a tener en un futuro, una base social consciente y con capacidad de obtener sus ingresos alrededor de la conservación”, explicó Jimmy Monsalve, quien lidera el componente de turismo en el proyecto de ampliación del DRMI Cuchilla del San Juan.

En esta jornada, los estudiantes se enfocaron en la identificación de aves y a cómo hacer un adecuado avistamiento de estas; pues el objetivo es que el conocimiento se transfiera a sus familias y se complemente con una estrategia a nivel turístico que permita en primera medida, generar opciones de empleo e impulsar la permanencia de los jóvenes en los territorios rurales.

Wilson Cardona, estudiante del grado 11 del bachillerato rural de la vereda Costa Rica de Mistrató dijo: “estas salidas me parecen muy buenas porque estamos conociendo muchas cosas a las que no les prestamos atención a diario, es algo muy interesante porque vamos a aprender mucho más y vamos a poder compartirlo con las personas y también aprendemos a valorar todo lo que tenemos”.

Al ser el turismo sostenible la fuente de empleo para las comunidades que habitan la zona de influencia del Distrito, se convierte en el eje principal del proyecto y se incluye también en el nuevo plan de manejo para la ampliación del área protegida mediante esfuerzos conjuntos de los equipos técnicos de la Carder, el Instituto Humboldt, WCS, Fecomar y NCI para continuar con los ejercicios pedagógicos en las escuelas rurales de Risaralda.

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Ciencia participativa se fortalece en la cuenca del río Claro en Antioquia

Nota de actualidad | Por: Julián Sáenz | 09/10/2022

Ciencia participativa se fortalece en la cuenca del río Claro en Antioquia




observaciones en el rio
Se presumen que hay un poco más de 75.000 hallazgos, distribuidos en 2.636 plantas nativas de la zona, 603 especies de aves, 61 de mamíferos y 80 de insectos.


  • El río Claro es uno de los lugares más singulares a nivel biológico por su alta riqueza de especies, endemismos y ecosistemas particulares como cuevas y cavernas de mármol. Allí el monitoreo participativo le ha permitido a la comunidad gestionar y apropiarse de la biodiversidad de su territorio.


La cuenca del río Claro es un territorio conformado por más de 85.000 hectáreas distribuidas en el oriente antioqueño, es uno de los ecosistemas más importantes del Magdalena Medio ya que alberga una gran cantidad de especies de plantas y animales, algunas de las cuales no habitan en ninguna otra parte del mundo.

Por está razón, investigadores del Instituto Humboldt y la Fundación Grupo Argos, en colaboración con otros expertos de diferentes instituciones, realizaron una aproximación participativa e integrada para gestionar la biodiversidad de la cuenca del río Claro.

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El objetivo de este proyecto es lograr que la conservación de la biodiversidad de la cuenca del río Claro se dé mediante la participación comunitaria apoyada en la investigación científica que realiza el Instituto; en donde los actores locales fortalezcan sus capacidades y participan en la toma de decisiones sobre conocimiento, uso sostenible y conservación de la fauna y la flora.

toma de notas
El trabajo comunitario se apoya de la investigación científica para obtener información que servirá para la toma de decisiones en el territorio.


“Una estrategia fundamental para lograr realmente la conservación del capital natural de Colombia, es a través del involucramiento de las comunidades y la generación de conocimiento de las posibilidades de uso sostenible de la biodiversidad”, señaló María Camila Villegas, gestora del Programa Huella Viva y Directora Operativa de la Fundación Grupo Argos.

De acuerdo con Lina Marcela García, investigadora del Instituto Humboldt, “el monitoreo participativo gana cada vez más relevancia en los procesos de investigación científica, los investigadores locales son quienes gestionan el conocimiento en sus territorios y como resultado de este rol, se logra una transición hacia formas más sostenibles de realizar sus prácticas tradicionales y en la zona, poco a poco se reconoce la posibilidad de conservar el patrimonio natural a través de su uso”, señaló.

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Como resultado de la intervención, participaron comunidades de 8 veredas de la cuenca del río, las cuales han fortalecido sus capacidades técnicas para el uso sostenible y conservación de la biodiversidad, con base en el conocimiento científico. Además, se han formalizado cerca de 100 acuerdos de investigación local en donde participan activamente 3 sedes educativas rurales de primaria y bachillerato, campesinos, amas de casa, líderes y lideresas, emprendedores, guías de turismo, profesores y estudiantes de la zona.

Actualmente, se registra que la riqueza natural de la cuenca comprende más de 75.000 hallazgos pertenecientes a un aproximado de 3.953 especies, de las cuales 2.636 son plantas nativas de la zona. También se han reconocido registros de 603 especies de aves, 80 de insectos y moluscos, 61 de mamíferos, 45 de anfibios y 50 de reptiles.

talleres con la comunidad
Se han formalizado 100 acuerdos de investigación local en donde participan 3 sedes educativas de primaria y bachillerato.


A partir del 2021 con la implementación del monitoreo participativo, los esfuerzos se han concentrado en 5 grupos biológicos, encontrando hasta el momento 19 especies de aves, algunas de ellas endémicas como el carpintero bonito (Melanerpes pulcher), capito (Capito hypoleucus) y Ortalis columbiana.

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Para los mamíferos se tiene registro de 29 especies, algunas de ellas endémicas y amenazadas: marteja (Aotus griseimembra), tití (Saguinus leucopus) y el mono cariblanco (Cebus versicolor). También se han reportado algunos felinos: jaguar (Panthera onca), trigrillo (Leopardus pardalis), nutria (Lontra longicaudis) y el hurón (Galictis vittata) siendo esta última especie, junto con la chucha de agua (Chironectes minimus), especies consideradas raras para la comunidad de investigadores locales.

La riqueza de abejas y escarabajos aún es objeto de estudio; no obstante, para las abejas se estima que, en las áreas muestreadas de la cuenca se encuentra representado aproximadamente el 10% de las especies de Colombia , con unas 70 morfoespecies.

Para las plantas se tiene el dato de 56 especie registradas, de las cuales 11 son endémicas: piñuelo (Duguetia antioquensis), Aphelandra straminea, chupo (Gustavia cf. Romeroi), gualanday (Jacaranda hesperia) y ají (Pera colombiana), mamoncillo de monte (Melicoccus antioquensis), garrapata (Pseudoxandra sclerocarpa), mamoncillo de monte (Matisia serpicosata), (Rhodostemondaphne antioquensis), Duguetia colombiana y Cybianthus cogolloi. También se hace seguimiento a las poblaciones naturales y fenología de especies maderables apoyados por Fondation Franklinia, para complementar el trabajo del Instituto específicamente en árboles amenazados de la cuenca.

expedición y toma de muestras
A partir de 2021 los esfuerzos de monitoreo se han concentrado en 5 grupos biológicos.


Según Álvaro Cogollo, Biólogo-Botánico y experto en plantas de la cuenca del río Claro, este es un ecosistema por descubrir, su vegetación especial se adapta a esas condiciones. Por esta razón es necesario que los investigadores que recorren la zona transfieran el conocimiento a personas locales que tienen saberes ancestrales sobre la utilidad de los árboles y además conocen lugares a los que la ciencia no han llegado; esto es precisamente lo que incentiva el monitoreo participativo: conocer lo que debe conservarse. Hay especies que se están extinguiendo, todas ellas ubicadas en diferentes áreas de la cuenca, desde bosques húmedos tropicales conservados y cuevas de mármoles, hasta áreas destinadas para cultivos, ganadería y minería a diferente escala, actividades de las que depende la economía local.

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El aspecto más importante de la intervención en río Claro es que todos los registros han sido liderados por las habitantes de la cuenca, con el acompañamiento de los investigadores del Instituto, son ellos quienes aprenden a identificar las especies que habitan en sus veredas.

Finalmente, el proceso de apropiación del conocimiento que comprende el aprendizaje de metodologías para registro y documentación de datos, manejo de equipos, identificación de especies a través de guías de campo o aplicaciones como Merlín o iNaturalist han tenido resultados satisfactorios. El trabajo de 1 año, que además, continúa se fortalece en la medida que la comunidad transforma su visión del territorio y las instituciones transfieren capacidades que les permitan gestionar su biodiversidad de manera autónoma a largo plazo.

El monitoreo participativo que se implementa a través de Huella Viva es una estrategia de intervención social y ambiental que “ha logrado realmente impactar de manera directa la vida de muchas personas en la cuenca del Río Claro y permite la protección de las fuentes hídricas, la educación ambiental y el desarrollo sostenible, conectando la conservación con la promoción de la bioeconomía local”, señaló María Camila Villegas.

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En busca de los delfines rosados y nutrias gigantes del Meta

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Por: Prensa Instituto Humboldt | Bogotá D.C., 15 de abril de 2021

En busca de los delfines rosados y nutrias gigantes del Meta




Dos de las especies más emblemáticas de Colombia serán estudiadas en el municipio de Puerto Gaitán. Fotos: Mónica Morales (Instituto Humboldt) y Fernando Trujillo (Fundación Omacha).


  • •  El Instituto Humboldt y Cormacarena realizarán dos expediciones por la cuenca del río Tillavá, hábitat de estos emblemáticos mamíferos.
  • •  El propósito de esta alianza es realizar un estudio sobre las poblaciones de estas especies y sus interrelaciones con otros organismos y ecosistemas acuáticos como los humedales.
  • •  Entre el 14 y 23 de abril, más de 20 investigadores del Humboldt y personas de la comunidad estarán en la zona para empezar a identificar la presencia y estado de conservación de la biodiversidad acuática.
  • •  Este trabajo, que durará aproximadamente nueve meses, contará con el apoyo de la Fundación Omacha, experta en el estudio de delfines y nutrias en Colombia.
Con cerca de 520 especies registradas, de las cuales 58 son endémicas, Colombia está catalogado como el sexto país en el mundo con mayor representación de mamíferos, animales que habitan en diversos ecosistemas como las densas selvas húmedas, bosques andinos y secos, sabanas, humedales e incluso mares.

Sin embargo, este tesoro biodiverso palidece a pasos agigantados debido a las actividades impulsadas por el hombre, como la deforestación, cacería indiscriminada, pérdida y transformación de los hábitats naturales para la agricultura y ganadería y minería ilegal, acciones que detonan el cambio climático.

Según el Sistema de Información sobre Biodiversidad de Colombia (SiB), más de 42 especies de mamíferos ya corren un alto riesgo de desaparecer en el territorio nacional: seis están en peligro crítico, ocho en peligro y 24 son vulnerables a la extinción. Sumando a esto, 103 especies están listadas en los apéndices Cites por el grado de amenaza generado por el comercio.


El delfín rosado, un mamífero que alcanza a medir hasta 2,8 metros de largo, se ha visto fuertemente impactado por las actividades antrópicas. Foto: cortesía Fernando Trujillo (Fundación Omacha).


El delfín rosado (Inia geoffrensis) y la nutria gigante (Pteronura brasiliensis), dos de los animales más carismáticos y emblemáticos que habitan en varios de los ecosistemas acuáticos más representativos del país, hacen parte de los listados de mamíferos amenazados por causa de la mano del hombre.

Los pescadores figuran entre los principales verdugos del delfín rosado en Colombia, un mamífero que alcanza a medir hasta 2,8 metros de largo y pesar más de 220 kilos. Según la Fundación Omacha, estos animales son atrapados en los ríos por medio de mallas de monofilamento, cacería o envenenamiento, “debido a que los pescadores lo conciben como una fuerte competencia para el recurso pesquero”.

Por su parte, las nutrias gigantes, con tamaños entre los 1,5 y 2 metros de longitud, han recibido golpes contundentes por parte de los cazadores, una hecatombe que tuvo su auge a mediados del siglo pasado para comercializar sus pieles en el mercado internacional.

“Estas nutrias fueron cazadas intensamente entre 1940 y 1970, por lo cual la cacería figura como la causa más importante de la gran disminución de la especie. Además, en sitios como el río Mirití Paraná (Amazonas) y la parte media del río Meta (Orinoco), los pescadores las consideran una seria competencia por el consumo de peces, y en Vichada se presenta el mercado ilegal de venta de crías como mascotas”, informó Omacha.


Las nutrias gigantes han recibido impactos por parte de cazadores y la degradación de sus hábitats. Foto: Mónica Morales (Instituto Humboldt).Omacha).


Estudiar para conservar

El departamento del Meta, un hervidero de biodiversidad que alberga ecosistemas amazónicos, andinos y de la Orinoquia, representa uno de los principales hogares para las nutrias gigantes y delfines rosados.

Ante esto, el Instituto Humboldt y la Corporación para el Desarrollo Sostenible de la Macarena (Cormacarena) decidieron unir esfuerzos para estudiar las poblaciones de estos mamíferos en la cuenca del río Tillavá.

A través de un convenio, que durará aproximadamente nueve meses de este año, las entidades aunarán esfuerzos técnicos, científicos y financieros para dar marcha a un estudio de estas especies, además de sus interrelaciones con los otros recursos hidrobiológicos y humedales de la zona.

Los expertos elaborarán un documento detallado sobre el estado del delfín rosado y la nutria en la cuenca. Video: Mónica Morales (Instituto Humboldt).


“La nutria, también llamada perro de agua, y las toninas o delfines rosados, fueron priorizadas por Cormacarena por tratarse de especies sombrillas, emblemáticas y fundamentales para la conservación en el departamento del Meta”, dijo Carlos A. Lasso, investigador del programa de ciencias de la biodiversidad del Instituto Humboldt y coordinador científico del convenio.

La evaluación de las poblaciones de delfines rosados y nutrias en el río Tillavá será realizada por medio de varias salidas de campo y expediciones de biodiversidad, un trabajo que contará con el apoyo de la Fundación Omacha, experta en el estudio de estas dos especies.


La cuenca del río Tillavá en Meta será el epicentro del estudio de delfines rosados y nutrias gigantes. Foto: Mónica Morales (Instituto Humboldt).


“Esto nos permitirá recolectar datos como la presencia o ausencia de estos mamíferos, densidad poblacional y cantidad de madrigueras o letrinas (en el caso de las nutrias). Realizaremos dos grandes expediciones en distintas épocas climáticas este año por el río Tillavá: ascenso o subida de aguas y aguas altas”, aseguró Lasso.

Además de establecer el estado poblacional de estas dos especies, los expertos determinarán cómo es la interacción con los ecosistemas y los recursos hidrobiológicos asociados. “Por ejemplo, las nutrias y delfines tienen una interacción trófica con los peces, razón por la cual estudiaremos esas relaciones”, precisó el investigador del Humboldt.

Primera expedición

Entre el 14 y 23 de abril, el Instituto Humboldt y Cormacarena realizarán la primera salida de campo a las zonas aledañas del río Tillavá en Puerto Gaitán, 10 días en los que esperan recolectar los primeros datos para el estudio de estos mamíferos.

“En esta expedición participaremos 12 investigadores de las entidades del convenio y la Fundación Omacha, además de cerca de 10 personas de las comunidades quienes son grandes conocedores de la biodiversidad en la zona”, manifestó Lasso.

Las nutrias y delfines no serán las únicas especies que serán estudiadas. Expertos del programa ciencias de la biodiversidad y de las colecciones biológicas de mamíferos, peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos del Instituto Humboldt y Fundación Omacha, irán mucho más allá.


La nutria es una de las especies más emblemáticas y fundamentales para la conservación del departamento del Meta. Foto: Mónica Morales (Instituto Humboldt).


“Otros animales que habitan en la zona, como crustáceos, moluscos, macroinvertebrados acuáticos, tortugas y cocodrilos, serán analizados detalladamente”.

Al final del convenio, el Instituto Humboldt le hará entrega a Cormacarena un estudio que contará con el listado de la biodiversidad acuática y su relación con el delfín rosado y la nutria en la cuenca del río Tillavá, además del uso de hábitat, poblacional y de amenazas de estas dos especies.

“El objetivo es elaborar un documento detallado con el estado del conocimiento sobre el delfín rosado y la nutria en la cuenca, un trabajo que contará con los aportes de las personas locales de la zona”.

Insignia de la Amazonia y Orinoquia

El delfín rosado (Inia geoffrensis) es una de las especies más emblemáticas de las cuencas de los ríos Amazonas y Orinoco, únicos sitios donde habita en Colombia. Ríos como Amazonas, Caquetá, Apaporis, Mirití Paraná, Cahuinarí, Putumayo, Meta, Guayabero, Vichada, Tomo, Guaviare, Orinoco, Bita y Arauca, además de varios lagos, son algunos de sus refugios.

Los indígenas de ambas regiones lo han bautizado con diversos nombres: los puinave lo llaman muña, los huitoto jíamana, los sikuani panabü y los tikuna omacha. Por su parte, las comunidades de colonos lo reconocen como bufeo (Amazonas) o tonina (Orinoco).


Instituto Humboldt, Cormacarena y Fundación Omacha analizarán las poblaciones de delfines rosados y nutrias en el río Tillavá. Foto: cortesía Fernando Trujillo (Fundación Omacha).


“Es el delfín de río más grande. Tiene un cuerpo robusto y flexible y un hocico largo y estrecho con más o menos 106 dientes, y se caracteriza por contar con una coloración gris oscura en las crías y gris con rosado en los adultos”, informó la Fundación Omacha.

Una de las peculiaridades de esta especie es que cuando realizan actividad física, su coloración rosada se incrementa para así regular la temperatura. De acuerdo con Omacha, comienza a fluir más sangre a los vasos sanguíneos periféricos aumentando el tono rosado.

“Esta especie se encuentra asociada con frecuencia a sistemas donde confluyen varios ríos, ya que estas áreas tienen concentraciones de peces. A diferencia de la mayoría de los delfines de mar, en el Inia geoffrensis las vértebras cervicales están libres, lo que les permite rotar la cabeza de un lado a otro”, aseguró la Fundación.


La primera expedición por el río Tillavá contará con la participación de científicos, investigadores y comunidades locales. Foto: Mónica Morales (Instituto Humboldt).


Según Omacha, actualmente se reconocen tres especies de delfines rosados: Inia boliviensis en Bolivia; Inia araguaiaensis en el río Araguaia en Brasil e Inia geoffrensis con dos subespecies: I. geoffrensis geoffrensis en la Amazonia e I. geoffrensis humboldtiana en la Orinoquia.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) tiene listado al delfín rosado como una especie amenazada En Peligro de extinción por factores como los conflictos con los pescadores y la minería ilegal en los ríos amazónicos.

Una carnívora gigante

Los ríos que zigzaguean por los departamentos de la Amazonia y Orinoquia colombiana le brindan refugio a uno de los carnívoros más grandes de Sudamérica, un mamífero que se ubica en el tope de la cadena alimenticia junto a predadores como el jaguar y el caimán.

Se trata de la nutria gigante (Pteronura brasiliensis), también conocida como perro de agua, lobón y lobo colón. Según informa la Fundación Omacha, de sus casi dos metros de largo, cerca de 65 centímetros corresponden a la cola, la cual es aplanada hacia la punta.

“Pueden pesar entre 25 y 32 kilos. Su pelaje es de color café oscuro y tiene manchas amarillentas en el cuello, con un patrón único por cada individuo. Los dedos de las manos y pies están unidos por una membrana”.


Los expertos también analizarán la población de crustáceos, moluscos, macroinvertebrados acuáticos, tortugas y cocodrilos. Foto: Mónica Morales (Instituto Humboldt).


Es un mamífero de ojos bastante grandes y hocico redondeado ha sido reportado en varias zonas de la Orinoquia y Amazonia colombianas, como los ríos Tomo, Tuparro, Bita, Orinoco, Meta, Arauca, Caquetá, Cahuinarí, Apaporis, Inírida y Guaviare.

La cacería indiscriminada del siglo pasado mermó bastante sus poblaciones. Hoy en día está amenazada por los pescadores, traficantes de fauna y algunas comunidades indígenas. “En la selva Mataven, al sur del Vichada, y en el bajo río Inírida en Guainía, enfrenta una amenaza directa por los indígenas de la zona, ya que afirman que las nutrias gigantes son un enemigo por comer demasiado pescado y ensucian las aguas de los ríos y caños con sus heces”, indica Omacha.

Por eso, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza tiene listada a Pteronura brasiliensis como una especie En Peligro de extinción.

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Inicia estudio de las plantas y saberes ancestrales del principal yerberito de Bogotá

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Por: Prensa Instituto Humboldt | Bogotá D.C., 13 de abril de 2021

Inicia estudio de las plantas y saberes ancestrales del principal yerberito de Bogotá




Foto 1: El Instituto Humboldt y el IPES trabajan con los comerciantes de la Plaza Samper Mendoza para conocer la biodiversidad de plantas que allí son vendidos. Crédito: Rizoma.


  • •  La plaza Samper Mendoza, ubicada en la localidad de Los Mártires, alberga el mayor mercado de hierbas de la capital del país, un sitio tradicional donde las noches de los lunes y los jueves se dan cita cerca de 300 vendedores.
  • •  El Instituto Humboldt y el Instituto para la Economía Social (IPES) firmaron un convenio para identificar la biodiversidad que es comercializada en esta plaza, un trabajo que hasta ahora ha arrojado resultados preliminares como la presencia de más de 300 especies de plantas.
  • •  Esta alianza elaborará el inventario de las 80 plantas con mayor potencial para el desarrollo de nuevos productos por medio de criterios ecológicos, económicos, sociales, así como la importancia cultural que le dan los vendedores a estas plantas.
  • •  El ideal es poder replicar y escalar la metodología de este piloto en las otras 18 plazas de mercado públicas de la ciudad que el IPES tiene a su cargo, y a futuro en las otras del país.


Hierba santa para la garganta, la ruda para el que estornuda, la albahaca para la gente flaca, el apasote para los brotes y el vetiver para el que no ve. Esas fueron algunas de las plantas medicinales que Celia Cruz inmortalizó en su “Yerberito moderno”, un son cubano que le rindió homenaje a los saberes ancestrales de su pueblo.

Sin embargo, la Guarachera de Cuba no fue la única que pudo conocer y contar con su yerberito. Desde 1935, Bogotá empezó a consolidar su principal mercado de hierbas en el pleno corazón del centro de la capital, un sitio a donde sus habitantes acuden para aliviar alguna de sus dolencias físicas o emocionales: la Plaza Distrital de Mercado Samper Mendoza.

Este rincón de la localidad de Los Mártires, ubicado en la carrera 25 con calle 22A, inició con la construcción de cuatro graneros y un depósito para comercializar la “mercancía verde” que llegaba en trenes provenientes de Sogamoso y Barbosa. En esa época, es decir hace 86 años, el mercado campesino era conocido como la plaza del Nordeste.


Foto 2: La Plaza Samper Mendoza es el principal yerberito de plantas y hierbas en la capital del país. Crédito: Rizoma.


“En 1956 funcionó como parqueadero de buses de transporte urbano y a partir de 1958 el terreno pasó a ser propiedad de la Empresa Distrital de Servicios Públicos (EDIS), entidad que bautizó este lugar como Plaza Distrital de Mercado Samper Mendoza”, aseguró Instituto para la Economía Social (IPES), entidad que tiene a su cargo las 19 plazas públicas de Bogotá.

Según el IPES, los comerciantes de hierbas que vendían sus productos frente a las instalaciones del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) fueron reubicados en la plaza hace más de 25 años. “En octubre de 2013 ingresaron más de 60 familias de campesinos e indígenas provenientes de Coyaima (Tolima), quienes comercializaban la hoja de tamal al lado de la carrilera ubicada detrás de la plaza de Paloquemao”.

Hoy en día, este yerberito cachaco cuenta con más de 300 comerciantes provenientes de diversas regiones del país, quienes venden sus plantas y hierbas durante las horas de la noche y la madrugada. “La Plaza Distrital de Mercado Samper Mendoza cuenta con 138 locales fijos y 40 módulos de hoja de tamal, además de una plazoleta de comidas”, informó el IPES.


Foto 3: Cerca de 300 comerciantes de diferentes partes del país comercializan hierbas y plantas en esta plaza de la localidad de Los Mártires. Crédito: Rizoma.


La biodiversidad de la plaza

Aunque la plaza Samper Mendoza es ampliamente conocida como el mayor epicentro de hierbas y plantas medicinales en Bogotá, aún no cuenta con un inventario que revele las especies que son comercializadas y datos como su procedencia y características biológicas.

El IPES se dio cuenta que la ciudad tiene un potencial importante para generar valor en este mercado de hierbas de la Plaza de Samper Mendoza, “desde el conocimiento ancestral, las historias de vida y el conocimiento científico de la biodiversidad que allí se encuentra; una potencialidad que puede ser desarrollada hacia nuevos productos, servicios y experiencias”, dijo su director Libardo Asprilla.

Ante esto, el 13 de enero de este año el Instituto Humboldt y el IPES suscribieron un convenio que tiene como objetivo conocer la biodiversidad presente en el mercado de hierbas de la plaza y rescatar los saberes ancestrales de sus comerciantes.


Foto 4: El Instituto Humboldt elaborará un catálogo divulgativo con la información de 80 especies mayoritariamente nativas presentes en la plaza. Crédito: Rizoma.


“Este convenio, que hemos dado a conocer entre los comerciantes como Sembrando saberes en la plaza Samper Mendoza, busca aunar esfuerzos técnicos, científicos, financieros y administrativos para identificar los usos sostenibles de la biodiversidad y los saberes ancestrales, y así ayudar a la reactivación económica en las plazas de mercado distritales, empezando con la Samper Mendoza”, afirmó Hernando García Martínez, director del Instituto Humboldt.

Esta identificación de usos y propiedades de la biodiversidad estará enfocada en el mercado itinerante de hierbas, que ocurre las noches de los días lunes, martes, jueves y viernes, cuando se congregan cerca de 300 comerciantes procedentes de diversas regiones del país.

Según Ana María Garrido, investigadora del Humboldt, la plaza cuenta con una gran heterogeneidad de vendedores, tanto personas de Bogotá, campesinos de diferentes regiones del país, e indígenas del Tolima que comercializan hojas de envolver. “Es un sitio con muchos saberes ancestrales y diversas plantas de varios sitios del territorio nacional”.


Foto 5: A la fecha, los expertos han identificado 310 especies de plantas comercializadas en la plaza. Crédito: Rizoma.


Además de conocer la gran amalgama de plantas que se comercializan en este rincón del centro de la capital, el convenio pretende visibilizar a la plaza Samper Mendoza como uno de los tesoros bogotanos, algo que incluirá el conocimiento tradicional y la identidad de sus comerciantes.

Con toda la información recolectada, las dos entidades elaborarán varios productos que a futuro beneficiarán a los comerciantes, como un catálogo de las plantas con mayor potencial comercial, las historias de vida de los vendedores y un diagnóstico de las principales cadenas de valor orientadas al turismo y la gastronomía.

“Con esta colaboración entre el IPES y el Instituto Humboldt, pretendemos que la Plaza Distrital de Mercado Samper Mendoza se convierta en un piloto sobre cómo la biodiversidad y el arraigo cultural permiten potenciar el turismo y el patrimonio en Bogotá. Buscaremos que los aprendizajes de este proyecto se repliquen en otras plazas de distritales”, anotó el director de esa entidad.

Catálogo de especies

Un producto estrella de esta alianza entre el Humboldt y el IPES será un catálogo divulgativo con la información de 80 especies mayoritariamente nativas presentes en la plaza, un insumo que tendrá información sobre los usos, origen, estado de conservación y endemismos.

“Estas especies serán escogidas a través de varios criterios establecidos por el Instituto Humboldt y los campesinos y comerciantes de la Samper Mendoza, un ejercicio que partirá de la investigación de todas las plantas y hierbas vendidas en este lugar”, afirmó Garrido.


Foto 6: El Instituto Humboldt y el IPES dialogan con los comerciantes de la plaza para conocer sus historias de vida. Crédito: Rizoma.


A la fecha, los expertos del Humboldt y el IPES han identificado 310 especies de plantas comercializadas en la plaza, una cifra que para la experta representa cerca del cuatro por ciento del total de plantas útiles registradas en Colombia.

“En el país se han registrado cerca de 7.000 plantas catalogadas como útiles, de las cuales más de 300 están en la Samper Mendoza. Esta cifra demuestra que una pequeña manzana del centro urbano capitalino concentra una gran parte de la biodiversidad vegetal nacional”, precisó la investigadora del Humboldt.

Del total de especies identificadas, 129 son nativas y 181 exóticas. Para Garrido, este número de plantas nativas es bastante significativo, ya que generalmente se conoce que las plazas de mercado albergan únicamente plantas aromáticas introducidas, como el orégano, la albahaca y el romero.

“Otro de los hallazgos biodiversos preliminares que hemos encontrado en los recorridos nocturnos en la plaza y en la revisión de fuentes secundarias fue la presencia de tres especies endémicas o únicas del territorio nacional: el borrachero, el guasquín y la mazorca de agua”, dijo Germán Torres, uno de los botánicos que está participando en la investigación.


Foto 7: Esta alianza busca crear un mapa sobre la ruta que hacen las plantas hasta llegar a la plaza. Crédito: Rizoma.


Según Torres, el guasquín es una planta que se encuentra en los departamentos de Boyacá, Cundinamarca, Meta y Santander, en sitios entre los 1.800 y 4.000 metros sobre el nivel del mar, que es utilizada para curar la inflamación, úlceras, forúnculos y la faringitis.

Por su parte, la mazorca de agua, que se encuentra en Cundinamarca, es usada como medicina para dar tratamiento a enfermedades infecciosas. El borrachero es aprovechado para tratar problemas relacionados con el aparato respiratorio y fue una planta sagrada para diferentes culturas indígenas.

En la plaza no solo se venden plantas que fueron cultivadas por los campesinos y citadinos; se han encontrado una gran cantidad de especies silvestres, lo que demuestra que este tipo de plantas están contribuyendo a la economía de la capital del país.

Las voces de la plaza

Durante los seis meses que durará el convenio, el Instituto Humboldt y el IPES dialogarán con los comerciantes para conocer sus historias de vida, relatos que serán difundidos a través de las redes sociales y canales de comunicación de ambas entidades.

“El ideal es exaltar las historias de vida de los personajes más icónicos de esta plaza bogotana. Realizaremos entrevistas con diferentes personas para escuchar sus voces y seleccionar algunas que divulgaremos en video, historietas o fotorreportajes”, precisó Alejandra Osejo, investigadora del Humboldt.


Foto 8: Los comerciantes de la plaza son los protagonistas en este estudio de biodiversidad liderado por el Humboldt y el IPES. Crédito: Rizoma.


En los primeros trabajos sociales, los investigadores han evidenciado que las plantas de la plaza provienen de por lo menos 33 municipios del país, un dato preliminar que será estudiado a profundidad durante los próximos meses.

De los 300 vendedores que trabajan en el mercado itinerante de hierbas, 37 son nativos de Bogotá. Según ambas entidades, muchos de ellos recolectan las plantas en los cerros orientales, cerca de los caños y ríos, potreros abandonados o jardines y huertas urbanas.

El componente social del convenio también busca identificar el viaje que realizan las diferentes plantas hasta que son vendidas en la plaza, un trabajo que se basará en la creación de un mapa con la ayuda de las comunidades para que los comerciantes cuenten de dónde vienen las plantas que comercializan y si son de clima cálido, templado o frío.

“Para conocer esta ruta ya instalamos un panel en la plaza para que los comerciantes nos cuenten de dónde vienen las plantas que comercializan y si son de clima cálido, templado o frío”, anotó Osejo.

Los comerciantes contarán con información de primera mano para potenciar las plantas que venden en la plaza. Para esto, el Humboldt y el IPES trabajan en el diagnóstico de cuatro cadenas de valor: gastronomía, coctelería y bebidas con hierbas, turismo cultural y salud y bienestar.


Foto 9: En varios paneles instalados en la plaza, los comerciantes cuentan de dónde vienen las plantas que comercializan. Crédito: Rizoma.


“Vamos a mirar cómo las diferentes especies que identificamos en el catálogo de plantas pueden tener un potencial en las cadenas de valor, algo que permitirá atraer nuevos clientes a la plaza en el futuro. El IPES priorizó el sector de gastronomía, por lo cual trabajaremos con diversos actores estratégicos”, enfatizó el director del Humboldt, Hernando García.

Para el IPES, este convenio se convierte en la primera fase de una apuesta más ambiciosa que pretende seguir aprovechando el conocimiento sobre la biodiversidad del mercado de las hierbas de la Plaza Samper Mendoza.

“El objetivo es poder replicar y escalar el diseño de nuevos productos, servicios y experiencias que beneficien a comerciantes de otras plazas de mercado a través de innovaciones en la gastronomía y el turismo de experiencias, una oportunidad más para seguir aportando a la reactivación de la economía de la ciudad”, recalcó Asprilla.

Luz verde de la comunidad

El movimiento en la plaza Samper Mendoza únicamente se da bajo la luz de la luna, horas de la noche y la madrugada donde los comerciantes ofrecen plantas y hierbas a los habitantes de Bogotá.

Hacia las 5 de la mañana, cuando venden los productos, algunos comerciantes regresan a sus sitios de residencia como los municipios de Chipaque, San Antonio de Tequendama, Tenjo, Tabio y Chía.

Socializar los objetivos del convenio con el IPES durante las horas laborales de los vendedores era una de las mayores preocupaciones para los funcionarios de ambas entidades, ya que entendían el cansancio y el corre corre que viven en las madrugadas.


Foto 10: El ideal es replicar este piloto de biodiversidad en las otras plazas distritales de Bogotá. Crédito: Rizoma.


“Realizar un taller con toda la comunidad en esas horas era algo imposible. Por eso pensamos en otras formas para que conocieran el proyecto, como llegar a cada uno de los puestos para contarles de qué se trataba la iniciativa sin afectar su trabajo”, recuerda Osejo.

Dos carritos con tintos, aromáticas, arepas y empanadas, fueron los mecanismos para “llegarle” a la gente de la plaza. “A cada vendedor les contamos los alcances del proyecto y les entregamos postales con frases como ‘todos somos sembrando saberes’. Les tomamos fotos con una cámara polaroid y se las pegamos en las postales para que se identificaran como parte de la iniciativa”.

Sumado a esto, los investigadores instalaron paneles con diferentes aspectos y preguntas sobre la iniciativa por toda la plaza y el mapa de la ruta de las hierbas. “Fue un ejercicio que nos abrió las puertas para entablar una relación cordial con la comunidad y así dar inicio a la cocreación del proyecto”, manifestó Garrido.


Foto 11: Los comerciantes contarán con información de primera mano para potenciar las plantas que venden en la plaza. Crédito: Rizoma.


A varios comerciantes se les está entregando unas bitácoras para que escriban relatos como los recuerdos especiales con las plantas, la rutina en la plaza y una receta de cocina. Con esto se busca publicar una serie de crónicas con las historias de sus comerciantes.

Todos los lunes y jueves de los próximos meses, en horas de la madrugada, los funcionarios del Humboldt y el IPES estarán en la plaza Samper Mendoza trabajando mancomunadamente con los vendedores en los diversos productos del convenio, el cual terminará a finales de junio.

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Entre el 30 de abril y el 3 de mayo: ¡A reportar la biodiversidad colombiana sin poner en riesgo su salud!

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Por: Prensa Instituto Humboldt | Bogotá D.C., 13 de abril de 2021

Entre el 30 de abril y el 3 de mayo: ¡A reportar la biodiversidad colombiana sin poner en riesgo su salud!




Habitantes de seis ciudades de Colombia participarán en el City Nature Challenge, reto naturalista que tiene como objetivo reportar la biodiversidad urbana. Fotos: Felipe Villegas (Instituto Humboldt).




En 2016, la Academia de Ciencias de California y el Museo de Historia Natural del Condado de Los Ángeles dieron marcha al City Nature Challenge, un evento concebido para que la población reporte la biodiversidad que habita en las ciudades en las plataformas de ciencia ciudadana, como Naturalista (https://colombia.inaturalist.org/).

El primer City Nature Challenge fue realizado únicamente en las ciudades estadounidenses de Los Ángeles y San Francisco, donde más de 1.000 personas registraron cerca de 1.600 especies de plantas y animales durante una semana.

“Fue tanta la emoción e interés de personas de otras ciudades que decidimos que no podíamos quedarnos con esta diversión solo para dos sitios. Por eso, en 2017 el Reto Naturalista Urbano se hizo en todos Estados Unidos y en 2018 se convirtió en un evento internacional”, informaron los creadores de este evento anual de ciencia participativa.


Colombia es el país con mayor cantidad de especies de aves en el mundo. Estos animales son los que más registran los ciudadanos en las plataformas de ciencia participativa. Foto: Felipe Villegas (Instituto Humboldt).


Más de 17.000 personas de 68 ciudades participaron en el primer City Nature Challenge internacional de 2018, quienes realizaron más de 441.000 observaciones de 18.000 especies, de las cuales 599 fueron catalogadas como raras, en peligro o amenazadas. Bogotá fue la primera ciudad colombiana en unirse al encuentro de biodiversidad mundial.

En 2019, el evento superó las expectativas al reunir 35.000 personas de 159 ciudades, ciudadanos que publicaron en la plataforma Naturalista más de 963.000 observaciones de 31.000 especies. En esta ocasión, la cuota colombiana estuvo a cargo de Bogotá y Medellín.

La pandemia del coronavirus puso en aprietos a la cita anual con la biodiversidad en 2020, debido a las cuarentenas obligatorias decretadas a nivel mundial. Sin embargo, los organizadores decidieron realizarlo sin poner en riesgo la salud de los ciudadanos con el llamado a hacer registros desde las ventanas de las viviendas o en sitios donde no corrieran riesgo de contagio.


Habitantes de más de 400 ciudades del planeta participarán en el City Nature Challenge de este año. Foto: John Bernal (Instituto Humboldt).


“A la luz de la covid-19 hicimos algunas modificaciones en Reto Naturalista Urbano de 2020 para ayudar a mantener seguros a nuestros organizadores y participantes, como convertirlo en una colaboración y no una competencia. Las personas documentaron de forma segura la biodiversidad de cualquier forma que pudieran, incluso desde la seguridad de sus propios hogares”, informaron los creadores del evento.

La crisis sanitaria no desmotivó a la población mundial. Todo lo contrario, ya que las cifras de participación siguieron en aumento: más de 41.000 personas de 244 ciudades registraron 815.000 observaciones de 32.000 especies. Habitantes de Cali y Pereira hicieron parte del ejercicio biodiverso.

Seis ciudades colombianas

Aunque el coronavirus sigue causando estragos en el planeta, este 2021 se realizará una nueva versión del City Nature Challenge entre el viernes 30 de abril y el lunes 3 de mayo, con el anuncio de los resultados el 10 de mayo.

“Hemos decidido continuar con el City Nature Challenge según lo programado, pero instamos a todos los participantes a seguir las pautas de salud pública proporcionadas por los gobiernos locales. La seguridad individual y la salud pública son nuestra máxima prioridad”, informaron la Academia de Ciencias de California y el Museo de Historia Natural.


Colombia es el segundo país más biodiverso del mundo. Cada día son más los ciudadanos que ayudan a estudiar los recursos naturales a través de los reportes que publican en las plataformas de ciencia ciudadana. Foto: Felipe Villegas (Instituto Humboldt).


Cerca de 41.000 personas de 400 ciudades de los seis continentes ya se inscribieron en el reto urbano de este año, seis de las cuales son colombianas: Bogotá, Bucaramanga (Santander), Cali (Valle del Cauca), Florencia (Caquetá), Pereira (Risaralda) y el Valle de Aburrá (Antioquia).

El Instituto Humboldt, encargado de postular a Bogotá y acompañar a las demás ciudades participantes, apoyará a varios grupos comunitarios y entidades ambientales en el desarrollo del evento durante los cuatro días.

“Antes de la pandemia, para el Reto Naturalista Urbano seleccionábamos varios sitios en la ciudad y hacíamos una convocatoria masiva de observadores. Este año, el llamado principal es a cuidarnos”, dijo Carolina Soto, líder de la línea de diálogo de saberes y ciencia participativa del instituto.


Debido a la pandemia del coronavirus, el autocuidado debe ser el protagonista durante los cuatro días del City Nature Challenge. Foto: Jhon Barros (Instituto Humboldt).


Los naturalistas y amantes de la naturaleza de las seis ciudades colombianas que participen en este encuentro de biodiversidad deben ser conscientes que la prioridad debe ser el autocuidado y el cumplimiento de todos los protocolos de bioseguridad.

“Los participantes deben evitar realizar los avistamientos de forma masiva. Lo más recomendable es reportar la biodiversidad desde la ventana o en sitios cercanos a las viviendas, pero si deciden asistir a uno de los ecosistemas urbanos como los humedales, es mejor hacerlo en familia o en grupos muy pequeños, todos cumpliendo con las recomendaciones sanitarias”, precisó Soto.

La pandemia hizo cambiar la organización de este evento en la capital del país. Según Soto, en las pasadas jornadas la Fundación Dodo (liderada por Maritta Lozano), el Grupo Ecomunitario (Juan Carlos Caicedo), la Fundación Humedales, la Fundación Cerros de Bogotá, el Gimnasio Femenino, Colegio de la Salle, Colegio Hacienda los Alcaparros, el Museo de Ciencias de la Universidad del Bosque, la Universidad Javeriana (Facultad de Ecología), el Museo de historia Natural de la Universidad Nacional , la Universidad Distrital, la Secretaría de Ambiente, el Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal, el Jardín Botánico, y el Humboldt, hacían diversos eventos con la comunidad para realizar observaciones con la ciudadanía.


Ciudadanos de Bogotá, Bucaramanga, Cali, Florencia, Pereira y el Valle de Aburrá participarán en el Reto Naturalista Urbano de este año. Foto: Felipe Villegas (Instituto Humboldt).


“Este año decidimos no realizar estos eventos ni seleccionar los lugares para evitar las aglomeraciones. Lo que hacemos es invitar a las personas para que participen, pero sin poner en riesgo a nadie, al igual que capacitar de manera virtual a la gente para que aprenda a manejar la plataforma Naturalista, donde se reportan las observaciones”.

Durante los cuatro días del reto urbano 2021, el Instituto Humboldt se encargará de ayudar a divulgar los resultados registrados en Naturalista en tiempo real a través de sus redes sociales, tanto en Bogotá como en las otras cinco ciudades. “Lo que hacemos como instituto es motivar a la ciudadanía para que participe, pero de forma responsable”.


Los ciudadanos podrán hacer sus observaciones de biodiversidad desde las ventanas o en sitios cercanos a sus viviendas. Foto: Jhon Barros (Instituto Humboldt).


Para Hernando García Martínez, director del Instituto Humboldt, una de las mejores formas para estudiar la biodiversidad es conectar a la ciencia con las comunidades, un ejercicio que se fortalece con ejercicios como el Reto Naturalista Urbano y el Global Big Day.

“Todos los registros de la biodiversidad publicados por la ciudadanía en las plataformas le permiten al público experto y no experto conocer más sobre las especies y poder contribuir a generar información que pueda aportar a la toma de decisiones. Los reportes ciudadanos y la ciencia al alcance de todos son de suma importancia para seguir estudiando la biodiversidad”.

Así puede participar

Según Soto, los habitantes de Bogotá, Bucaramanga, Cali, Florencia, Pereira y el Valle de Aburrá son los únicos que podrán participar en el City Nature Challenge de Colombia, ya que fueron los sitios que se inscribieron.

“Participar es bastante sencillo. El primer paso es descargar la aplicación de iNaturalist desde la AppStore o Google Play, para así crear una cuenta propia y registrarse. “Luego hay que agudizar los sentidos para encontrar vida silvestre en sitios cercanos a las viviendas, como plantas, animales, hongos o cualquier otra evidencia de vida, como huellas por ejemplo”.


El City Nature Challenge es un evento enfocado en documentar la vida silvestre presente en las ciudades a través de la plataforma Naturalista. Foto: Jhon Barros (Instituto Humboldt).


Con los celulares o cámaras profesionales, los observadores pueden fotografiar sus hallazgos biodiversos y subirlos a la plataforma. “Toda esta información debe ser publicada en su cuenta de Naturalista, donde un proyecto sombrilla que se abre el 30 de abril y se cierra el 3 de mayo medirá los reportes y facilitará hacer la curaduría a las especies, con ayuda de Naturalistas expertos como Mateo Hernández, uno de los mayores curadores de Naturalista, y los observadores de los grupos comunitarios”.

Cada vez que uno de los reportes de las seis ciudades que participan en el reto es publicado en la plataforma, por la ubicación geográfica se adhiere al proyecto macro. “El ciudadano no tiene que hacer nada difícil, solo publicar su reporte. Incluso si alguna persona que no sabe del evento y hace una observación en las ciudades colombianas del reto, participa”.


Los participantes del City Nature Challenge deben acatar todos los protocolos de bioseguridad. Foto: Felipe Villegas (Instituto Humboldt).


En Bucaramanga, los encargados de liderar este evento de 2021 son: Jardín Botánico Eloy Valenzuela, Asociación Colombiana de Ciencias Biológicas Bucaramanga, Sociedad Ornitológica del Nororiente Andino, Colegio Reggio Amelia, Biótica consultores Ltda. y las alcaldías de Bucaramanga, Girón, Piedecuesta y Floridablanca.

Jorge Enrique Mogollón Moreno es el líder en Cali; en Florencia estarán la Corporación Universitaria Minuto de Dios, Universidad Surcolombiana y la Asociación de Grupos Ambientales de El Pital; en Pereira la Universidad Tecnológica de Pereira y la Facultad de Ciencias Ambientales; y en el Valle de Aburrá el Jardín Botánico de Medellín, Parque de la Conservación, Parque Explora, Corporación Parque Arvi, Universidad Ces, Universidad Eafit y LaSavia-Jardinería & Botánica.


Los humedales son algunos de los ecosistemas que más recorren los ciudadanos para observar su biodiversidad. Foto: Felipe Villegas (Instituto Humboldt).


No corra riesgos

El Instituto Humboldt le hace un llamado a los habitantes de estas seis ciudades para que participen en el reto de biodiversidad urbana en Colombia, pero sin olvidar que la prioridad debe ser cuidar su salud.

Es mejor evitar ir en grupos grandes a recorrer los ecosistemas urbanos. Lo más recomendable es hacerlo en familia, cumpliendo con todos los protocolos de bioseguridad como el uso de tapabocas, guardar la distancia y la desinfección de manos. El autocuidado debe estar presente siempre.


El Instituto Humboldt recomienda recorrer los principales ecosistemas urbanos en grupos pequeños y acatar los protocolos de bioseguridad. Foto: Felipe Villegas (Instituto Humboldt).


En el caso de quedarse en casa durante el reto, los ciudadanos pueden registrar la biodiversidad que ven desde la ventana o la puerta de sus viviendas. “Es impresionante toda la naturaleza que nos rodea y que casi nunca apreciamos. Si agudizamos nuestros sentidos aparecerán estos hallazgos. Esta es la mejor forma de participar en el reto y no arriesgar nuestra salud”, dijo Soto.

La experta precisa que todos los reportes deben ser de la vida silvestre, es decir no sobre los animales domésticos como perros y gatos. “Además de animales y plantas silvestres, los ciudadanos pueden publicar hallazgos como huellas”.


Durante los cuatro días del City Nature Challenge, el Instituto Humboldt reportará cifras de las observaciones de biodiversidad publicadas por la ciudadanía. Foto: Felipe Villegas (Instituto Humboldt).


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Evaluación y Monitoreo de la Biodiversidad

Diseña, implementa y da realimentación sobre metodologías para la evaluación y monitoreo de la biodiversidad, a través de la recolección, integración, análisis, interpretación y divulgación de datos propios o producto de la articulación con otros actores, para sintetizar y posicionar conocimiento sobre el estado y tendencias de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos en Colombia, de manera incidente y oportuna. Así mismo, almacena, estructura y analiza, por medio de un enfoque transdisciplinario que incluye aproximaciones estadísticas, matemáticas y socioeconómicas, los datos e información obtenidos por Colecciones Biológicas y los programas de Ciencias Básicas y Ciencias Sociales.


Coordinador Jose Manuel Ochoa Quintero

Equipo:
Sandra Patricia Peña Alfonso



Líneas de Investigación


Se encarga de desarrollar baterías de indicadores específicos para los diferentes contextos de gestión de la biodiversidad. Para esto la línea trabaja mediante la construcción de modelos conceptuales relacionando elementos de presión-estado-respuesta y beneficios en las diferentes situaciones analizadas y definiendo a partir de estos los indicadores y variables más relevantes a ser monitoreados dadas unas necesidades específicas de gestión o investigación. Adicionalmente la línea genera escenarios prospectivos del estado de la biodiversidad y sus servicios ecosistémicos desarrollando versiones regionalizadas de los arquetipos globales de escenarios de cambio socioeconómico y futuros de la naturaleza. Los indicadores y escenarios se vuelven herramientas que soportan la toma de decisiones de múltiples actores para la gestión de la biodiversidad identificando variables y relaciones que generan cambios y que resultan prioritarias para incorporar en procesos de planeación que garanticen una trayectoria hacia territorios sostenibles.



Equipo:
Angélica María Batista Morales
Cesar Fernando Gutierrez Montoya
Jaime Iván Burbano Giron
Jhonatan Julián Díaz Timote
Jorge Armando Amador Moncada
Luis Fernando Urbina González
Margarita María Roa Cubillos
María Cecilia Londoño Murcia - Líder
María Isabel Arce Plata

Se encarga de modelar, simular y realizar análisis estadísticos y matemáticos de los sistemas socioecológicos a diferentes escalas para la toma de decisiones en las transiciones hacia la sostenibilidad. Para cumplir con esta meta apoya la estructuración del diseño experimental de iniciativas llevadas a cabo por el Instituto, así como por algunos de sus socios, e identifica las estrategias más apropiadas para darle valor agregado a los datos a través de aproximaciones estadísticas, matemáticas, económicas y sociales, buscando responder preguntas de investigación de manera eficiente y oportuna.



Equipo:
Adriana Restrepo Isaza
Andrés Felipe Suarez Castro
Angélica Paola Díaz Pulido
Bibiana Gómez Valencia - Líder
Camilo Andrés Correa Ayram
Carlos Jair Muñoz Rodríguez
Cristian Alexander Cruz Rodríguez
Danny Waldir Ibarra Vega
Diana Susana Rodríguez Buriticá
Elkin Alexi Noguera Urbano
Gabriel Alejandro Perilla Suarez
Héctor Manuel Arango Martínez
Juan Carlos Quijano Tristancho
Juan Sebastián Ulloa Chacón
Lina María Sánchez Clavijo
Luis Hernando Romero Jimenez
María Helena Olaya Rodríguez
Oriana De Jesús Ceballlos Rivera
Sergio Enrique Rojas Sánchez

Se encarga de almacenar, curar y consolidar datos provenientes de múltiples fuentes de información, colectados con diferentes metodologías para que estén disponibles para su análisis y consulta de manera eficiente. Para lograrlo, formula y desarrolla diferentes soluciones informáticas aplicando metodologías ágiles que permiten la articulación de información utilizando una arquitectura informática apropiada. A través de la transformación digital, este proceso pretende dar respuesta a los requerimientos de información del Instituto y la demanda externa de información.


Equipo:
Andrea Carolina Castro Moreno
Angela Consuelo Checa Hurtado
Angela Maria Devia Santos
Bryan Steven Ramirez Franco
Camilo Alberto Zapata Martinez
Daniel Fernando Lopez Lozano – Líder en encargo
Diego Randolf Perez Rincon
Edwin Fabian Tamayo Peña
Erika Suarez Valencia
Juan Carlos Rey Velasco
Julian David Torres Caicedo
Liceth Barandica Diaz
Marcelo Villa Piñeros


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Acuerdos, diálogos y propuestas: resultados del Primer Encuentro de Ciencia Participativa sobre Biodiversidad

Por primera vez y durante 2 días, miembros de más de 25 organizaciones colombianas que trabajan en proyectos de ciencia participativa se reunieron para dialogar, reconocer y generar articulación frente al desarrollo de este tipo de iniciativas.

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Asistentes al encuentro y representantes de más de las 25 organizaciones participantes comprometidas con el ejercicio de la #CienciaParticipativa en Colombia. Fotografía: Felipe Villegas, Oficina de Comunicaciones Instituto Humboldt.
El 2 y 3 de noviembre se realizó en Bogotá el Primer Encuentro de Ciencia Participativa sobre Biodiversidad, un espacio para abrir el diálogo y generar sinergias entre las iniciativas que involucran activamente a los ciudadanos en la construcción de conocimiento.

Este evento, organizado por el SiB Colombia y el Instituto Humboldt, contó con el apoyo de las fundaciones Opepa y Humedales Bogotá y la participación de cerca de 60 representantes de más de 25 organizaciones con incidencia nacional e internacional que trabajan proyectos de ciencia participativa.

Como producto del encuentro, los participantes generaron las memorias gráficas y textuales acompañado de un directorio de la comunidad involucrada en estas iniciativas, así como un mapa que permitió identificar más de 50 proyectos en 27 departamentos y un espacio virtual para dinamizar los lazos estrechados, compartir información y experiencias significativas.

Este evento contó con tres momentos de trabajo valiosos para la construcción colectiva de diálogos y propuestas:

Primero, se realizó una jornada con charlas de invitados internacionales quienes compartieron experiencias desde su perspectiva no sólo académica sino también pragmática. Los protagonistas de este espacio fueron Antonio Lafuente del MediaLab Prado, Marta del Campo del Laboratorio de Ornitología de Cornell y Carlos Rodríguez de Tropenbos Colombia.

Luego se abrió el espacio para dialogar y construir de manera conjunta un concepto de ciencia participativa que contara con la voz de los participantes y por supuesto, sus experiencias.

Para finalizar, en un trabajo por equipos se abordaron temas de interés sugeridos por los asistentes para la generación de propuestas que permitieran el fortalecimiento de los proyectos que le apuestan a la ciencia participativa para la conservación de la biodiversidad. Esperamos más adelante poder compartir con ustedes grandes avances sobre la #CienciaParticipativa relacionada con la biodiversidad.

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Cómo reconstruir la relación entre la ciencia y sus públicos.

Convida 2 1

Antonio Lafuente García, investigador científico del Centro de Ciencias Humanas y Sociales de Madrid, nos visita en el marco del Primer Encuentro de Ciencia Participativa y estará el martes en un Humboldt Convida con una charla desafiante sobre la relación de la ciencia y sus públicos. A continuación, él nos explica de que se trata:

"¿Cabe una relación con la palabra científica que no se limite al dictamen sobre su veracidad o falsedad? Los científicos tienden a comportarse como si la única relación significativa con su trabajo fuera la aprobación, lo que normalmente implicaría el reconocimiento implícito en una cita, o el rechazo, lo que normalmente exigiría del crítico más y mejores datos con los que sostener su sospecha, duda u oposición. En pocas palabras, o citas o callas, pero si dices algo tienes que hacerlo desde el laboratorio. Y es así, aunque parezca increíble, casi nadie puede hablar de ciencia. Los que lo hacen son inmediatamente clasificados de ignorantes o, peor aún, de anticientíficos, que en nuestro mundo es como ser inculto socialmente peligrosos.

En fin, que si no es para avalar, tiene que ser para enmudecer. Pero si así fuera, si el único gesto posible ante la ciencia fuera asentir o, alternativamente, rechazar, entonces sólo podrían tomar la palabra los científicos mismos, pues son los únicos capacitados para manejar los dispositivos lingüísticos, tecnológicos y disciplinarios característicos de las ciencias".

Antonio ha trabajado en la expansión colonial de la ciencia y la relación de ésta con sus públicos y el conocimiento profano. Desde 2007 dirige el Laboratorio del Procomún en el MediaLab-Prado de Madrid. Actualmente coordina el proyecto 'La Aventura de Aprender', una colaboración entre el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, TVE y MediaLab-Prado.

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La ciencia la hacemos todos: Primer Encuentro de Ciencia Participativa

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En un mundo cada vez más mediado por la tecnología, con ciudadanos conectados entre sí, donde los intereses se mezclan fácilmente sin que la distancia se interponga y los saberes se vuelven colectivos, nos preguntamos cuáles son los espacios de colaboración entre ciencia y sociedad y cómo interactúan entre sí para avanzar en la conservación de la biodiversidad. Frente a este panorama, el Primer Encuentro de Ciencia Participativa se convierte en el escenario perfecto para hacernos estas y otras preguntas.

Con el desarrollo del encuentro buscamos promover sinergias y tejer redes entre las iniciativas de ciencia participativa para la conservación de la biodiversidad en Colombia, así como reconocer, conectar y actuar frente al tema. Quienes tienen los hilos para iniciar con el proceso de tejer estas redes, son representantes de instituciones de diversas regiones del país dentro de las que se destacan organizaciones no gubernamentales-ONG-, entidades e instituciones del Gobierno Nacional asociadas, así como fundaciones, colegios y universidades distribuidas a lo largo del territorio colombiano, invitados por los organizadores del evento con el claro objetivo de iniciar un trabajo articulado entre todos los entusiastas del tema.

Las conferencias magistrales, disponibles vía streaming, estarán a cargo de Antonio Lafuente del MediaLab-Prado (España), quien hablará de ciencia ciudadana y ciencia común; Marta del Campo del Laboratorio de Ornitología de Cornell (Estados Unidos), quien compartirá su experiencia de ciencia participativa en la práctica y de Carlos Rodríguez de la Fundación Tropenbos (Colombia), quien se encargará de poner sobre la mesa los retos y oportunidades para el tema en nuestro país.

El Primer Encuentro de Ciencia Participativa sobre biodiversidad,es un evento organizado por el Instituto Humboldt y el SiB Colombia, con el apoyo de las Fundaciones Opepa y Humedales Bogotá.

Toda la información sobre la transmisión estará disponible a través de las redes sociales del Instituto Humboldt y el SiB Colombia el 1 de noviembre:
https://www.facebook.com/instituto.humboldt
https://www.facebook.com/SibColombia
https://twitter.com/inst_humboldt
https://twitter.com/sibcolombia

Sigue la discusión en nuestros canales digitales usando la etiqueta #CienciaParticipativa. Así puedes hacer parte del encuentro y enviarnos tus preguntas y comentarios.

Conozca más sobre nuestros invitados:

Antonio Lafuente García (España)
Investigador científico del Centro de Ciencias Humanas y Sociales (CSIC) en el área de estudios de la ciencia. Ha trabajado en la expansión colonial de la ciencia y la relación de ésta con sus públicos y el conocimiento profano. Desde 2007 dirige el Laboratorio del Procomún en el MediaLab-Prado de Madrid. Actualmente coordina el proyecto 'La Aventura de Aprender', una colaboración entre el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, TVE y MediaLab-Prado.

Marta del Campo (Estados Unidos)
Bióloga, Doctora en entomología de la Universidad de Cornell. Desde septiembre de 2015 trabaja en la integración de las diferentes comunidades latinoamericanas en la ciencia participativa. Tiene un especial interés por el monitoreo específico de aves, su aprecio y conservación a lo largo y ancho de América y el Caribe. Actualmente, es la Coordinadora de Alcance Comunitario para Latinoamérica y el Caribe del Laboratorio de Ornitología de la Universidad de Cornell (The Cornell Lab of Ornithology).

Carlos Rodríguez
Biólogo de la Universidad de Los Andes, Máster en planificación del desarrollo regional y urbano del CIDER y Doctor en Ciencias Naturales de la Universidad de Amsterdam. Trabaja desde hace 35 años con comunidades indígenas en temas de conocimiento tradicional y diálogo de saberes., así como el conocimiento y conservación de la amazonía colombiana. Desde 1998 es Director de la Fundación Tropenbos (Colombia).

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