Instituto de Investigación de Recursos Biológicos
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En mayo, crónica de los mayos

Mayo se caracteriza por ser un mes variado en eventos y fenómenos que animan su paso en el tiempo. Se celebra el día trabajo, del maestro, de la madre, de los museos y el Día Internacional de la Diversidad Biológica. Estas conmemoraciones se ven adornadas con algunas de las plantas más hermosas de Colombia: los amarraboyos o mayos, llamados así porque precisamente florecen en este mes del año. En esta edición de nuestras Notas Humboldt queremos compartir un corto relato de estas plantas que reconocemos por engalanar el transcurso del quinto mes año tras año.

A finales de siglo XVII vivió una mujer muy notable, María Sibylla Merian (1647-1717). En esta época, aún influenciada por el oscurantismo, Merian documentó con excelentes ilustraciones la metamorfosis, demostrando así que las orugas, criaturas del demonio, correspondían a una etapa juvenil de las mariposas, criaturas divinas. Al parecer, Merian logró llamar la atención de personajes de la época no solo por su trabajo sino también por su notable belleza. Quien sabe cuál sería el motivo, pero el botánico de su época, Olavo Swartz, dedicó en su honor un nuevo género de plantas que en su momento se nominó como Meriania.

Las Merianias son conocidas como mayos o amarraboyos, y de ellas existen alrededor de un centenar de especies exclusivas de las zonas tropicales de las Américas. Y aquí va un dato interesante, ¿sabías que Colombia es el país con más diversidad de este grupo de plantas, algunas de ellas con historias llamativas?

Una de las más hermosas y famosas es el amarraboyo o Meriania nobilis. Fue descrita por el mejor de los botánicos colombianos, José Jerónimo Triana, y podría ser la planta insignia de Antioquia. Es considerada por algunos eruditos como la reina de las flores, crece exclusivamente en Colombia y sus poblaciones silvestres se encuentran casi extintas, por lo que actualmente es una planta categorizada “en peligro crítico”.

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Meriania nobilis. Fotografías: William Ariza / Humberto Mendoza

Cuando Humboldt arribó a Bogotá en 1801, Mutis le regaló colecciones de plantas de especies nuevas como un acto de reconocimiento, apertura y sobretodo de desapego. Entre estas plantas se encontraba un mayo que fue nombrado en su honor, Meriania mutisii. Solo se conoce de unos pocos individuos cerca del páramo de Sumapaz en Cundinamarca, por lo que se considera en estado de “peligro crítico”, una fase antes de la extinción total.  Tiene flores de hasta 8 centímetros de diámetro de colores violeta y fucsia, y en belleza no se queda atrás de la Meriania nobilis.

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 Meriania mutisii. Fotografías: Germán Téllez / Humberto Mendoza
 
Ahora bien, solo hasta el 2009 se logró establecer que una especie de mayo colectada e ilustrada por Mutis, Meriania aguaditensis, correspondía a una especie nueva para la ciencia. ¡Tardamos cerca de 200 años en lograr su reconocimiento! Esta especie crece en las goteras de Bogotá y está categorizada en estado “vulnerable” pues se encuentra en áreas aún conservadas pero su supervivencia depende de que se mantengan sus coberturas naturales.
 
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 Meriania aguaditensis. Fotografías: Humberto Mendoza/ Álvaro del Campo
 
Por su parte la Meriania fantastica, recientemente descrita para la ciencia y nominada en alusión a lo espectacular de sus flores, se caracteriza por ser un árbol pequeño que crece en zonas montañosas del departamento del Putumayo. Igual que las otras especies, tienen gran potencial ornamental y dada su pequeña área de distribución y exclusividad a Colombia, está categorizada “en peligro”.
 
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Meriania fantástica. Fotografías: Marcela Alvear

Alguna especies de mayos desarrollan grandes inflorescencias péndulas muy llamativas, como es el caso de Meriania arizae, recientemente descrita para la ciencia y nominada en honor al ingeniero forestal William Ariza. Crece exclusivamente en los departamentos de Santander y Boyacá y está categorizada “en peligro” por la reducción de su hábitat natural.

17 18Meriania arizae. Fotografías: William Ariza

Finalmente, tenemos la Meriania hernandi, descrita por el padre Lorenzo Uribe Uribe y dedicada al botánico Hernando García Barriga.  Es endémica a una pequeña área montañosa entre Sucumbíos en Ecuador y el departamento del Putumayo en Colombia. Tienen un follaje de color verde brillante y produce grandes ramilletes con múltiples flores anaranjadas. Es maravillosa por donde se la mire y está siendo cultivada en la reserva Torre Molinos en el Valle del Cauca. Está categorizada “en peligro”.

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Meriania hernandi. Fotografías: Humberto Mendoza
 
 

De las 37 merianias conocidas para Colombia, siete se encuentran en peligro crítico (un estado previo a la extinción), 14 están amenazadas (requieren medidas para su mantenimiento), 15 se encuentran en categorías de vulnerable o casi amenazadas y el resto son de preocupación menor o que no tienen algún riesgo de amenaza. Todas son plantas con gran potencial ornamental, pero poco se ha explorado sobre su propagación fuera de su hábitat y en jardines botánicos.

Desde las colecciones biológicas, como las del Instituto Humboldt, la Universidad Nacional de Colombia y el Instituto SINCHI, trabajamos para generar conocimiento que contribuya a conservar nuestra biodiversidad. Esperamos que ésta no sea una crónica de una muerta anunciada y hagamos algo por la conservación de estas verdaderas joyas de la biodiversidad colombiana.

 Nota: Artículo basado en información que será publicada en la serie “Flora de Colombia” (publicación del Instituto de Ciencias de la Universidad Nacional de Colombia) por nuestro investigador Humberto Mendoza. Agradecemos por el suministro de imágenes a la Academia de Ciencias de California y a los investigadores nombrados en las fotos.