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Colombia cuenta con una nueva Estrategia Nacional para la Conservación de las Aves

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Bogotá D.C., junio 06 de 2023

Colombia cuenta con una nueva Estrategia Nacional para la Conservación de las Aves



El país con el mayor número de aves en el mundo, Colombia, lanza oficialmente la nueva Estrategia Nacional para la Conservación de las Aves (ENCA) 2030, una hoja de ruta en la que participaron más de 2.000 personas de todo el territorio nacional y que define las estrategias para la conservación de la avifauna.

  • La ENCA 2030 es una estrategia incluyente, que se construyó -durante dos años- con la participación de diferentes actores de la sociedad y representantes de todas las regiones del territorio nacional.
  • Colombia cuenta con 1966 especies de aves, siendo el país con mayor diversidad en el mundo.
  • Este documento define las líneas de acción que se deben implementar al 2030, pensadas y construidas para el beneficio de las personas, de los sectores productivos y la conservación, la ciencia y las expresiones culturales que elevan su presencia.


Bogotá, junio 5 de 2023. Tras dos años de trabajo consultivo e incluyente en el que participaron comunidades locales y étnicas, representantes de los diferentes sectores productivos del país, jóvenes, mujeres líderes y la comunidad científica, se logró definir la nueva Estrategia Nacional para la Conservación de las Aves (ENCA) 2030, la cual fue liderada por la National Audubon Society, el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, la Red Nacional de Observadores de Aves y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.

Cerca de 2.000 personas asistieron, virtual y presencialmente, a más de 30 talleres comunitarios con el objetivo que la ENCA 2030 integrara las distintas visiones, desde lo regional y nacional, priorizando la relación entre las personas y las aves. De esta manera, hoy se hace realidad la ENCA 2030, gracias a las voces, experiencia y conocimiento recibidos de todas las regiones del país. Una estrategia de todos y para todos.

Este nuevo documento es una actualización de la ENCA construida en el año 2000. La actualización resulta estratégica ya que, después de 20 años, se evaluaron los logros obtenidos, los aciertos y desafíos y se plantearon metas renovadas para los próximos 20 años, ajustadas a la nueva realidad nacional. El gran logro de la ENCA 2030 fue articular una propuesta que fortalece las oportunidades de conservación para las aves y sus hábitats.

“Ser el país número uno en aves del mundo nos otorga una gran responsabilidad en la protección de esta inmensa riqueza; por eso, esta Estrategia Nacional para la Conservación de las Aves nos permite trazar la ruta para potenciar el desarrollo local de la mano de las comunidades, a través del aviturismo. Además, esta iniciativa se une con nuestros propósitos de Gobierno para contener la deforestación y promover la restauración de diferentes ecosistemas en el país, especialmente en la Amazonía”, asegura Susana Muhamad, ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible.

Además, la ENCA 2030 busca que las aves trasciendan el enfoque ambiental y faciliten el caminar de Colombia hacia una economía más sostenible. Igualmente, a diferencia de la estrategia del año 2000, la actual cuenta con indicadores claros para que sea posible hacerle seguimiento al progreso de cada una de las líneas de acción definidas.

¿Por qué una estrategia para proteger la avifauna?

Colombia cuenta con 1966 especies de aves; de las cuales, al menos 84, son endémicas o propias del territorio nacional, según estimaciones recientes (Echeverry-Galvis et al., 2022) y, entre ellas, 131 especies están amenazadas (Renjifo et al., 2020).

Teniendo en cuenta este potencial y el valor que presentan las aves en la preservación de la biodiversidad y la salud de los ecosistemas, Colombia tiene una enorme responsabilidad en la conservación de estas.

Por ello, la ENCA 2030 se concentra en 11 objetos de conservación que están enfocados en la diversidad de la avifauna residente y migratoria, la diversidad de avifauna asociada a los distintos hábitats, incluyendo ambientes naturales y antropogénicos; además de tener en cuenta los sistemas culturales asociados a la apreciación de las aves y el aviturismo.

El documento también analiza las amenazas actuales, mostrando que las más críticas son aquellas relacionadas con la pérdida y degradación del hábitat (avance de la frontera agrícola y ganadera, cultivos de uso ilícito), el desarrollo urbano comercial y residencial, la infraestructura, el transporte y la caza excesiva; entre otros.

Dado que es una estrategia de escala nacional, el alcance geográfico no se limita al territorio continental terrestre, sino que también incluye los cuerpos de agua -elementos esenciales para la avifauna-, el territorio insular, las costas y las aguas marinas.

“Las aves son un gran elemento de la biodiversidad para el país, un indicador de la salud de los ecosistemas, herramientas y materia prima de primer nivel para el desarrollo del turismo de naturaleza; por tanto, debemos seguir formulando estrategias de conservación que sean implementadas por los gobiernos locales y que le permitan a Colombia mantener su estatus como “país de las aves”; concluye Hernando García, Director General del Instituto Humboldt.

La riqueza de la avifauna nacional trasciende las fronteras. Al menos 101 especies migratorias boreales y 24 australes llegan a Colombia en su ciclo anual, haciendo del país un punto geográfico fundamental en las rutas migratorias de las Américas. “Desde una perspectiva hemisférica, la ENCA 2030 es de gran importancia para las aves migratorias, especies que desconocen fronteras, conectan al hemisferio y sirven de indicadores frente a desafíos comunes como el impacto del cambio climático, la protección de ecosistemas y de áreas sustanciales para la biodiversidad y la vida”, afirmó Aurelio Ramos, vicepresidente de proyectos internacionales de Audubon.

Para mayor información:
Prensa Audubon: Poly MartínezEsta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Prensa Ministerio de Ambiente: Viviana Ceballos Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Prensa Instituto Humboldt: Paola Martínez Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Prensa Red Nacional de Observadores de aves: Patricia Falk Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
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Alas, cantos y colores, y el redescubrimiento de la mujer en la ornitología

Nota de actualidad | Por: Camilo Rueda | 18/04/2023

Alas, cantos y colores, y el redescubrimiento de la mujer en la ornitología




Si bien la ornitología ha sido un campo en el que a lo largo de la historia se destacó el trabajo de los hombres, la naturalista Elizabeth Kerr dejó un importante legado a esta disciplina. Su legado, que fue hallado en el marco de una expedición científica, realza el papel de la mujer en la ciencia y sirve de inspiración a las nuevas generaciones.

foto investigadoras
Natalia Ocampo, Juliana Soto, Estefanía Guzmán, Daniela Garzón, Jessica Díaz. Fotografía: Laura Gómez.


Elizabeth Kerr es el nombre de una naturalista estadounidense que a principios del siglo XX dejó notables aportes a la ornitología colombiana. El hallazgo de su historia se dio en el marco del proyecto “Expediciones BIO: Alas, cantos y colores”, una iniciativa del Instituto Humboldt y del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia.

En una época en la que las mujeres tenían un acceso muy limitado a la educación y a las expediciones científicas, Kerr dejó destacados aportes al estudio de las aves colombianas, entre ellas, la recolección del holotipo, es decir, el especímen a partir del cual se describió una nueva especie para la ciencia: el Tinamú del Chocó Crypturellus kerriae.

foto murcielago en guante
Stilpnia cyanicollis


A pesar de sus contribuciones, su nombre no se menciona en los textos que documentan la historia de la ornitología en Colombia. El hallazgo de Kerr motivó a ocho ornitólogas colombianas, cinco investigadoras del Instituto Humboldt y tres oriundas de Tolima, a reconstruir su legado. En ese proceso, realizaron una expedición ornitológica exclusivamente femenina para volver a estudiar la avifauna en uno de los sitios que Kerr visitó a comienzos del siglo XX.

Una expedición femenina

Inspiradas por Kerr, el equipo de investigadoras realizó una expedición que se desarrolló entre el 11 y el 14 de diciembre del 2020 en Fresno (Tolima), en una de las regiones recorridas por ella a principios del siglo pasado.

“Organizamos la expedición para estudiar las aves, pero también para rescatar la memoria de esta mujer, cuya historia había estado escondida entre los libros”, explica Juliana Soto, investigadora en ese entonces del Instituto Humboldt y actual estudiante de doctorado de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign (Estados Unidos).

Durante el proyecto “Expediciones BIO: Alas, cantos y colores”, se desarrollaron cinco expediciones en regiones visitadas por investigadores del Museo Americano de Historia Natural de Nueva York (AMNH, por su sigla en inglés). En los preparativos de la expedición a la región del Valle del Magdalena, las investigadoras encontraron la mención de Mrs. Kerr (señora Kerr) en el libro “La distribución de la avifauna en Colombia: una contribución a un estudio biológico de América del Sur”, publicado por Frank Chapman en 1917.

Chapman fue el líder de las expediciones impulsadas por el AMNH para estudiar la avifauna colombiana. En la referencia de su libro, apenas marginal, se encontraba la historia de la que puede considerarse una de las primeras mujeres que viajó por Colombia recolectando aves y mamíferos.

Tolima fue una de las regiones recorridas por Kerr. Allí recolectó alrededor de 200 especímenes de aves que vendió en 1908 al AMNH. Posteriormente, fue comisionada por Chapman para recolectar especímenes en regiones del noroccidente del país. En territorios de lo que hoy son los departamentos de Bolívar, Chocó y Córdoba, recolectó aves y mamíferos. Se estima que fueron alrededor de 400 especímenes, encontrados en sus incursiones a zonas como el Valle del Atrato y las selvas aledañas a los ríos Baudó y San Jorge.

foto investigadoras trabajando de noche
De izquierda a derecha: Natalia Ocampo, Estefanía Guzmán, Juan Pablo Bueno, Laura Gómez, Jessica Díaz, Daniela Garzón. Fotografía: Juliana Soto.


La ruta Kerr

El valle del Magdalena fue uno de los cinco recorridos del proyecto “Expediciones BIO: Alas, cantos y colores”. En 2020, una parte de la expedición se desarrolló en Honda, en donde participaron 12 investigadores en una de las localidades históricas del AMNH. Posteriormente el equipo se dividió en dos. Uno de ellos, realizó muestreos en un camino real en Guaduas, Cundinamarca, donde había estado Chapman; mientras el otro, conformado por cinco ornitólogas, emprendió el desarrollo de la primera expedición femenina en Colombia, para estudiar las aves en Fresno, Tolima y rendir un homenaje al legado de Kerr y las mujeres en la ciencia.

Como producto de su experiencia, el grupo acaba de publicar en la revista Ornithological Applications el artículo “El legado alguna vez invisible de Elizabeth L. Kerr, naturalista de principios del siglo XX y sus contribuciones a la ornitología colombiana”.

En el texto, se presentan los hallazgos del recorrido de la expedición de 2020, en el que, por ejemplo, se registraron 89 especies de aves, 26 de ellas coincidentes con las halladas por Kerr en 1907. También se cuenta parte de la historia de esta pionera de la ornitología en Colombia, hoy novedosa.

Con su investigación, las autoras buscan “crear conciencia sobre los sesgos y las barreras implícitas que enfrentan las mujeres en la ciencia”. También aportar a la reconstrucción del trabajo de Kerr y exaltarla como “un modelo a seguir para las mujeres naturalistas”.

El artículo está disponible para consulta en el siguiente enlace

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Si no hubiese conocido las aves, yo no sé qué sería de mí

Nota de actualidad | Por: María Camila Méndez | 12/10/2022

Si no hubiese conocido las aves, yo no sé qué sería de mí




Ramón Montes

Mi nombre es Ramón Montes, soy técnico en gestión ambiental del SENA y terminé una licenciatura en ciencias sociales en la Universidad del Atlántico, también hice una maestría en historia. Me dedico a investigar sobre temas de historia ambiental y me siento feliz con lo que me apasiona, que es enseñar, dar clases, guiar e investigar. Nací en Barranquilla, mi papá vino de un municipio de Bolívar llamado El Carmen de Bolívar buscando una oportunidad laboral como obrero. Acá en Barranquilla conoció a mi mamá, que se dedica a la repostería, y nos establecimos en un barrio del sur de la ciudad. Desde niño disfruté de los animales. Veía programas de televisión en canales como Animal Planet y Discovery Channel. Hay un personaje que a mí me inspiró en uno de esos canales por la manera en la que él transmitía el conocimiento. Era un conocimiento técnico, pero él lo hacía ver fácil. Eso me inspiró a mí para ser guía. Y yo cuando posteriormente trabajé en el zoológico haciendo recorridos, trataba de copiar ese ejemplo, de copiar esa manera de hablarle a las personas tan fácil sobre los animales que veía. Jeff Corwin en Acción se llamaba su programa. Otro programa que me marcó fue Exploradores por Naturaleza. Después pasé a la lectura. Mi papá me llevaba impresiones que sacaba del trabajo sobre los animales y yo ahí fui leyendo.

En 2004 y 2005 yo era un lector de temas de animales y en el 2006 vi la oportunidad de ingresar como voluntario al zoológico de Barranquilla. Pero ahí no tenía todavía un vínculo con las aves, sino con los animales en general. Con las aves, en vida silvestre, por primera vez tuve una relación gracias a una salida que hice en el año 2009, en diciembre, con dos amigos biólogos que me llevaron a observar aves en campo, en una zona que se llama el Corral de San Luis en Tubará. Ahí, por primera vez, vi aves en libertad y no olvido esa salida. Mis amigos biólogos estaban haciendo el Censo Navideño de Aves, que es una actividad de ciencia ciudadana, que organiza una entidad dedicada a la investigación de Estados Unidos que hace muchos proyectos aquí en Colombia. En diciembre censan aves, por eso se llama censo navideño. Es el censo más antiguo del mundo y aquí en Colombia lo están haciendo desde hace unos 30 años y en el departamento del Atlántico como desde hace cinco. Uno de los puntos de censado era el Corral de San Luis en Tubará. Los biólogos estaban buscando gente interesada y me vieron un interés porque yo participaba en temas ambientales y me propusieron que participara.

Yo tenía un libro que me había regalado mi mamá en enero del 2009, cuando cumplí años, que era la Guía de las Aves de Colombia. Yo las veía ahí de manera ilustrada, pero tenía ese interés por conocerlas en libertad y yo vi esa oportunidad. Entonces, me alegró muchísimo que varias de las aves que yo había visto en ese libro las pude ver ese día cuando estaban en libertad. Y fue una salida que no olvido porque vi por primera vez esas aves, las conocí, y aprendí mucho de ellos en ese momento. Esa experiencia fue importante porque yo estaba acostumbrado en el zoológico al tema de conservación ex situ, es decir, con los animales fuera de su medio ambiente, enseñando a las personas en los recorridos sobre educación ambiental. Entonces, verlas en libertad fue algo sorprendente y me hizo feliz ver a unas aves a las que estaba acostumbrado a verlas en jaulas, verlas viviendo en bosque seco. No he olvidado algunas de las aves que vi ese día: la oropéndola crestada, un ave que no olvido, vi uno que se llama Cyanocorax affinis o chau cha. Vi, por ejemplo, un ave que no volví a ver más después de esa salida que es un hormiguero, que anda a ras del suelo. Vi una curruca, que son aves pequeñitas que cantan muy bien. Vi el barranquero, que culturalmente es muy indicativo de la salud de los ecosistemas, porque donde está él, hay bosque y, si hay bosque, hay vida para las personas que viven a los alrededores. Entonces, hay un vínculo bien importante entre el barranquero y la comunidad.

observación de aves
Los mejores horarios para hacer avistamiento de aves son muy temprano en la mañana (entre las 5 y las 8 a. m.) y hacia el final de la tarde (entre las 4 y las 6 p. m.). Foto: Jeison Fandiño


En esa salida conocí esas aves, lo que me apasionó más por el tema del medio ambiente. Curiosamente, después del 2009, yo seguía leyendo de aves, pero no volví otra vez a hacer una salida específicamente para eso, porque me dediqué a otras actividades. Me dediqué a estudiar en el SENA, a comenzar la carrera, pero paralelamente yo seguía trabajando en temas ambientales, como guía en el Museo del Caribe, en la Fundación Proyecto Tití, donde trabajaba con primates, de educador ambiental. Posteriormente entré a trabajar con agencias de viaje. Me ponía a hacer recorridos de historia, tours aquí en la ciudad. Y todavía lo hago. Porque ya yo quería ver una forma de aplicar lo que yo estaba aprendiendo en las ciencias sociales. Entonces, me gustaba mucho la historia de Barranquilla, la historia del Atlántico, y hacía ese tipo de recorridos. Todavía los hago, desde esa época.

Cuando pienso en el momento de mi encuentro definitivo y permanente con las aves, tengo que recordar ese momento en el que empecé a trabajar haciendo tours por la ciudad. La vida mía había dado un giro hacia la rebeldía, las malas compañías, cosas que no me aportaban y yo me sentía como mal y mi familia estaba muy triste por eso. Yo igual seguía haciendo mis actividades, pero no estaba teniendo un comportamiento adecuado en mi casa y en mi entorno barrial. Entonces, en el 2016, yo iba a la Universidad del Atlántico y ya me iba a graduar de ciencias sociales y una vez me encontré con el profesor Rafael Borja por los pasillos de la universidad. Le pregunté que si había algo sobre aves en la universidad. Me había acordado de lo que había hecho en esa visita, y le pregunté: "profe, ¿qué hay por ahí de grupos de aves?". Y él me dijo: "hay un semillero". Y empecé a asistir al semillero, porque vi a personas que estaban interesadas por las aves. Y entonces volví a interesarme en el tema de las aves. Me apasionaba hablar sobre el tema. En ese año, el profesor Borja estaba haciendo un festival de aves migratorias y yo asistí a ese festival, que era una charla que hicieron un viernes y al día siguiente había una salida de campo que fue en San Juan de Tocabo, en el Urhuaco, al sur del Atlántico. Era un cuerpo de agua, una ciénaga, un área abierta donde se ven bastantes aves. Fui a esa salida y ahí otra vez me enganché con las aves. Ese día logré ver un buen número y ahí otra vez volví, ahí volví, ahí recordé todo, me metí de lleno y desde ese momento, desde junio del 2016 hasta ahora, no hay un solo día que yo no piense en aves, que no esté haciendo algo sobre aves, inventándome un proyecto, una guía, algo qué hacer.

En el semillero, había una compañera que estaba haciendo una tesis sobre las aves de la Ciénaga de Mallorquín. Ella me pidió ayuda con la identificación de las aves. Ahí volví también a la Ciénaga de Mallorquín porque recuerdo que la primera vez que fui a la Ciénaga de Mallorquín fue cuando estaba estudiando en el SENA, por allá a finales de 2009, comienzos de 2010. Esa fue la primera vez que un profesor del SENA nos llevó a Mallorquín. Esa vez hicimos un reconocimiento. Después volvimos con un grupo porque teníamos que hacer un trabajo. Ha cambiado mucho la Ciénaga desde ese momento hasta ahora. Por ejemplo, en la playa de Puerto Mocho, ahora hay unas casetas. Se trata de una invasión que ha crecido considerablemente desde el año 2018. Pero bueno, yo volví con mi compañera del semillero en el 2016 a la Ciénaga. En esa jornada vimos flamencos.

He pajareado mucho en la Ciénaga y eso tiene que ver con varios aspectos: desde el punto de vista ecosistémico, es el lugar de Barranquilla donde mejor se expresa la naturaleza y donde hay más naturaleza, entonces disfruto estar ahí porque es de Barranquilla, tiene mucha biodiversidad, cosa que no veo en otros espacios de la ciudad. El lugar donde puedo ver aves en un buen número es la Ciénaga de Mallorquín. Además de eso hay una conexión interesante que me gusta, entre el río y el mar y la Ciénaga, que genera paz, tranquilidad, libertad, un ambiente despejado que me gusta. Y, desde el punto de vista ecológico, es un lugar donde tú siempre vas a encontrar cosas interesantes en cuanto a aves. Por ejemplo, las migratorias. Cada vez que vienen, verlas aquí año tras año, me alegra. Ver la garza esta que está amenazada, la rojiza, el Conirostrum manglero.

foto de garza en mangle
La ciénaga es el hábitat de 146 especies de aves y recibe 64 especies con alguna condición migratoria. Foto: Felipe Villegas.


En el segundo semestre de 2016 yo fui a la Ciénaga de Tocagua, acompañé a mi compañera a hacer su tesis. En diciembre volví al censo navideño a otras partes del Atlántico y ahí conocí otras aves. Fui a Piojó. Recuerdo que fui a Sabanagrande. Y en el 2017 me decidí a crear Atlántico Birding con un compañero, un muchacho de biología que conocí en ese semillero. Lo cree porque aquí no había empresas de aviturismo. En el 2018 empecé a hacer tours, me contrataron unos estudiantes que estaban haciendo una tesis de ingeniería ambiental en la Ciénaga. Ellos me buscaron para que acompañara sus recorridos. Atlántico Birding es una iniciativa para hacer ciencia ciudadana, para participar en los censos de aves, para hacer aviturismo, ecoturismo también, porque a mí me gusta guiar grupos de senderistas por bosques y para explicarles de la naturaleza, del bosque seco y eso. Lo que hago en Atlántico Birding es una motivación personal. Con Atlántico Birding yo tuve la iniciativa de revivir censos de aves que estaban perdidos en el departamento, como el censo de acuática, el October Bird Day.

Pienso que en ese segundo semestre de 2016, cuando empecé a interesarme más seriamente por las aves, tomé una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida, porque si yo en ese momento no hubiese conocido las aves de nuevo, como me enseñó el profesor Borja, yo no sé qué sería de mí. Entonces, esa fue una muy buena decisión y me ha generado satisfacciones personales, he podido ganar un dinero con eso, he ido a otras ciudades, he estado en proyectos que me alegran. He estado en los censos de aves, he conocido a nuevas personas. En ese momento las aves representaron para mí un espacio para meterme de lleno en la naturaleza y para olvidarme de situaciones pasadas. Por eso digo que el avistamiento de aves para mí es una actividad de meditación, que en la medida en la que tú la haces, la practicas, tú te olvidas un poco de la realidad y vives un momento único. Yo estaba buscando en esos momentos esos espacios y los encontré con las aves, porque me alegraba escuchar el canto de ellas, verlas en libertad, y era algo que enriquecía mi acervo sobre temas de la biología. Me generaba tranquilidad, conocía nuevas personas y buscaba una manera de ser útil, de aprender algo nuevo y, a través de las aves, replicarlo.

Ya he dicho que desde el 2016 no hay un día en el que no piense en aves. Siempre prefiero observar aves con personas porque aprendo de ellas, conozco nuevas personas en esto del pajareo, me relaciono con ellos y ellos me comparten información sobre las aves. Es jodido ir a un lugar de naturaleza y ver las aves solo. O sea, es mejor verlas en compañía y compartir con la gente y tener ese contacto. Para mí eso es importante. Disfruto observar aves con personas experimentadas y con no experimentadas porque a estas últimas les puedo enseñar y, de las primeras, puedo aprender. De pronto ellos tienen detalles de las aves que yo no tenga y puedo conocerlos en esos momentos.

Hay una frase: "por las aves, con la gente". A mí me gusta mucho la lectura y leo mucho sobre la historia colombiana y su geografía. Entonces salir a observar aves a otro departamento de la región o el interior del país es un pretexto también para tener un aprendizaje significativo acerca de lo que ya he leído previamente y verlo reflejado en la cultura, en la geografía, en su historia, en su gente. Para mí es una ganancia nada despreciable. Y en los recorridos que hago en Mallorquín y en otras partes del departamento, no solamente hablo del tema de aves, sino que también lo relaciono con la cultura de los territorios. Estoy muy interesado, además de la historia ambiental, en conocer las aves en la cultura popular del Caribe porque nosotros acá tenemos el vallenato de antes, la literatura, tenemos las danzas del carnaval, la tradición oral de los campesinos, los pescadores, y siempre están presentes las aves en los grupos indígenas. Los pescadores y los campesinos tienen una relación muy importante y siempre tienen historias relacionadas con las aves. Es una tradición oral que hay que compilarla, documentarla y plasmarla a través de trabajos investigativos. Hay que unir sociedad y ecosistema, y empezar a hablar de socioecosistemas, donde los seres humanos ya están inmiscuidos de manera fuerte en los procesos naturales y ellos tienen que generar un desarrollo sostenible para la conservación del medio ambiente.
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Por primera vez en Colombia, seis especies de aves y ocho de mamíferos serán monitoreadas para identificar sus patrones de movimiento

Nota de actualidad | Por: Jeison Fandiño - AMVA | 21/09/2022

Por primera vez en Colombia, seis especies de aves y ocho de mamíferos serán monitoreadas para identificar sus patrones de movimiento




  • •   El Área Metropolitana Valle de Aburrá y el Instituto Humboldt desarrollan un ambicioso proyecto de monitoreo de los movimientos de fauna silvestre con una inversión cercana a los 3000 millones de pesos.
  • •   Es la iniciativa de monitoreo de fauna más ambiciosa implementada hasta el momento en el país por el número de especies e individuos, lo cual permitirá comprender cómo la fauna silvestre se relaciona en estos espacios urbanos y sus patrones de movimiento en el Valle de Aburrá.


gps en búho
Los dispositivos de monitoreo con tecnología GPS/GSM e Iridium son instalados a los individuos cuidadosamente por personal calificado. En la imagen, el proceso en un Búho rayado (Asio clamator). Foto: Santiago Chiquito


Por primera vez en Colombia, más de 80 individuos de seis especies de aves y ocho especies de mamíferos podrán ser monitoreados mediante tecnología automatizada de comunicación por transmisores GPS/GSM e Iridium, la cual permitirá establecer los patrones de movimiento de los individuos y con esto, la posibilidad de conocer cómo la fauna silvestre se comporta en espacios urbanos.

Este ambicioso proyecto de ecología del movimiento, tiene como principales protagonistas al Área Metropolitana Valle de Aburrá y al Instituto Humboldt que, mediante una inversión cercana a los 3000 millones de pesos, buscarán promover en el futuro estrategias de planificación y ordenamiento sostenible del territorio que garanticen el movimiento, la conectividad y la conservación de la fauna silvestre en áreas urbanas.

A 12 de las 14 especies seleccionadas se le instalarán 80 transmisores GPS/GSM, mientras que a las dos restantes que hace referencia a diferentes clases de felinos como el puma y el tigrillo, se les colocarán collares con tecnología GPS+Iridium, con el fin de generar un rastreo complementado con cámaras de fotodetección, que facilitará el registro de imágenes por donde transitan los individuos, y así estudiar el comportamiento de dichos individuos en un ecosistema urbanizado como es el Valle de Aburrá.

Juan David Palacio Cardona, Director del Área Metropolitana Valle de Aburrá, explicó que este proyecto de telemetría sería la iniciativa de monitoreo de fauna silvestre más grande implementada en el país, la cual comenzará con el seguimiento de 82 animales, entre los que destacan aves como el pigua, el gavilán pollero, el búho rayado, el coquito, la guacharaca y la garza bueyera; y mamíferos como el zorro perro, el tití gris, la zarigüeya, la comadreja, la ardilla, el puma, el ñeque o guatín y el tigrillo lanudo.

“Este proyecto de telemetría se convierte en una oportunidad para que la ciudadanía tenga apropiación, sentido de respeto, uso responsable, y entienda las dinámicas naturales de nuestro territorio metropolitano, que de una u otra manera, logren avances importantes en la generación del conocimiento, para entender los procesos naturales de nuestro Valle de Aburrá”, explicó Juan David Palacio.

avistamiento de aves
Hernando García, Director General del Instituto Humboldt, y Juan David Palacio, Director del Área Metropolitana Valle de Aburrá (de izquierda a derecha) en una jornada de avistamiento de aves el pasado 21 de septiembre en el marco del proyecto de monitoreo. Foto: Área Metropolitana Valle de Aburrá


Hernando García Martínez, Director General del Instituto Humboldt, resaltó el proyecto de telemetría y aseguró que será una buena manera para que la ciudadanía aprenda cómo los animales cruzan los ríos, cómo se mueven por los bosques y hasta cómo se desplazan a través de los parques urbanos, con el fin de que se logre información relacionada para la toma decisiones, la protección de la fauna silvestre, la planificación y el ordenamiento de este territorio con una visión holística, sistémica, sostenible y resiliente.

“Somos optimistas de que este proceso de uso de tecnología e innovación sea semilla para reconocer con más claridad las relaciones entre los entornos urbanos y la fauna silvestre que los hábitats, y que el Valle de Aburrá se convierta en un laboratorio vivo que promueva acciones de conservación y sobre todo de apropiación social por parte de sus pobladores” indicó Hernando García.

El monitoreo lo realizará un equipo profesional conformado por ornitólogos, mastozoólogos y veterinarios, y permitirá información crucial para la toma de decisiones en la gestión de la biodiversidad del Valle de Aburrá.

De otro lado, la aplicación 24/7 contará con una sección denominada “Mírame”, la cual tiene como finalidad hacer que los ciudadanos del territorio metropolitano se apropien de la información y puedan entender las dinámicas de cómo la fauna silvestre se relaciona entre sí en un entorno urbano.

¡Estas serán las especies que el proyecto de telemetría podrá monitorear!

Aves:
Pigua (Milvago chimachima), Gavilán pollero (Rupornis magnirostris), Búho rayado (Asio clamator), Coquito (Phimosus infuscatus), Guacharaca (Ortalis columbiana) y Garcita bueyera (Bubulcus ibis).

Mamíferos:
Tití gris (Saguinus leucopus), Ardilla (Notosciurus granatensis), Zarigüeya (Didelphis marsupialis), Zorro perro (Cerdocyon thous), Comadreja (Neogale frenata), Puma (Puma concolor), tigrillo lanudo (Leopardus tigrinus) y Ñeque o Guatín (Dasyprocta punctata).

Galería: Proceso de cuidado e instalación de dispositivos de monitoreo con tecnología GPS/GSM e Iridium a Búho rayado (Asio clamator). Foto: Santiago Chiquito
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Huevos de las aves: un tesoro oculto que puede ampliar el conocimiento

Nota de actualidad | Por: Jhon Barros

Huevos de las aves: un tesoro oculto que puede ampliar el conocimiento





En la colección de huevos del Instituto Humboldt hay recolectas que datan de finales de 1800. Foto: Jhon Barros


Más de 17.000 huevos de alrededor de 2.000 especies de aves de todo el mundo, reposan en la colección biológica del Instituto Humboldt, un sitio único en el país que guarda información sobre otra faceta de la diversidad de estos representantes de la fauna.

Villa de Leyva es un municipio boyacense que huele a historia y luce detenido en el tiempo. Sus grandes casas y callejones empedrados conservan detalles coloniales y de antaño que atraen a turistas nacionales y extranjeros durante todo el año. El claustro de San Agustín, una imponente casona blanca de ventanas y puertas de color azul con más de 400 años de vida, es una de las joyas aquitectónicas más observadas.

Sin embargo, lo que muchos ignoran es que el interior de este antiguo convento esconde las principales huellas de la biodiversidad colombiana, ya que allí están resguardados miles de hallazgos de plantas y animales encontrados por los científicos.

“Desde mediados de los años 90, el claustro de San Agustín alberga la Colección Biológica del Instituto Humboldt, la cual heredó los especímenes recolectados principalmente por los investigadores del Inderena durante décadas”, cuenta David Ocampo Rincón, quien fue curador de la colección de aves del Humboldt.

Este lugar de biodiversidad empezó a nutrirse con los hallazgos realizados por los expertos en las diversas expediciones por el territorio nacional, un trabajo de campo que ya suma más de 371.000 especímenes de aves, mamíferos, anfibios, reptiles, insectos, plantas y peces, además de sonidos de la naturaleza.

“Esta colección es un lugar lleno de historias de la biodiversidad, un lugar que esconde joyas que para muchos han pasado desapercibidas. Tal es el caso de la colección de huevos de aves, piezas que también nos permiten ampliar el conocimiento sobre uno de los grupos de la fauna más exuberantes del país”, precisa Ocampo.

Una colección insignia de Latinoamérica


La colección de huevos del Instituto Humboldt está conformada por casi 18.000 huevos de cerca de 2.000 especies de todo el mundo. Foto: Jhon Barros


La colección de huevos del Instituto Humboldt nació hace dos décadas como una donación del profesor Cornelius J. Marinkelle, razón por la cual lleva su nombre. Según Ocampo, el científico, junto a su padre y abuelo se encargó de recolectarlos e intercambiarlos en países como Canadá, Chile, Francia, Holanda, Indonesia, Inglaterra, Italia, Japón y Sudáfrica.

El biólogo Ocampo cuenta que hace unas décadas eran más comunes los recolectores de huevos por todo el mundo con motivaciones coleccionistas que académicas, como ha sucedido con las mariposas o las estampillas.

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“El profesor Marinkelle, junto con su familia, recorrió varias partes del mundo recolectando huevos. Al tiempo de estar radicado en Colombia decidió donar todo ese legado de especímenes, asegurándose de que estuvieran en un sitio adecuado”.

Ocampo, quien fue el curador de aves del Instituto Humboldt junto con un equipo de investigadores se dieron a la tarea de organizar todos los huevos en diferentes gabinetes de madera con bandejas donados por el docente, además de actualizar las etiquetas que acompañan a cada uno de los huevos.

Ciencia detrás de los huevos de aves


Todos los huevos están acomodados en 4.700 nidadas dentro de cajones de madera. Foto: Jhon Barros


La investigación sobre huevos de las aves es un campo que todavía está en exploración, ya que son pocos los investigadores en el área y, en general, han sido concebidos más como piezas de colección debido a su belleza.

“Los huevos de las aves pueden ser un modelo muy interesante de estudio. Teníamos este gran tesoro, pero a la fecha no se contaba con un inventario detallado para saber que habíamos heredado”, relata Ocampo.

Por eso, el Instituto Humboldt justificó destinar recursos para elaborar un inventario de los huevos de la colección, un trabajo que contó con el apoyo de varios investigadores y pasantes y el cual confirmó que cuentan con especímenes de prácticamente todo el mundo.

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En la colección del Humboldt hay huevos de aves provenientes incluso de islas que ya no existen en el Indo-Pacífico. En cuanto a Colombia, este lugar alberga cerca de 500 huevos de 150 especies de aves, “una cifra bastante baja porque representa menos del 10 por ciento de la biodiversidad de aves en el país”, comenta Ocampo.

Según el experto, el inventario de huevos les permitió incluir toda la información de las etiquetas en una base de datos, un insumo que dará marcha a futuras investigaciones sobre los aspectos básicos de la historia natural de las especies. “Este es un gran reto para Colombia, ya que aún se desconocen como son los huevos de varias aves”.


En la colección del Instituto Humboldt hay de todo tipo de huevos de aves, incluso, algunos provenientes incluso de islas que ya no existen en el Indo-Pacífico. Foto: Jhon Barros


Las especies tienen estrategias distintas para reproducirse y sobrevivir, algo que los científicos llaman historias de vida. Esto incluye todos los elementos que hacen parte del desarrollo de las especies, como las formas de reproducción, tiempo y periodos de gestación. En el caso de las aves, los huevos son piezas fundamentales.

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Ocampo recalca que los huevos permiten tener información sobre la ecología y evolución de cada una de las especies. “Aunque son cascaritas de carbonato de calcio, un material inerte, son producidas por el oviducto de las hembras, que deben construir las cáscaras adecuadas para determinadas condiciones ambientales y que pueden variar, por ejemplo, en términos de presión barométrica, humedad y temperatura”.

Los cascarones son estructuras sumamente adaptadas a las condiciones del medio, una membrana diseñada perfectamente para el sitio donde se va a colocar el huevo y para que así se pueda desarrollar el embrión.

“Esto se complementa con su comportamiento de incubación para calentar los huevos. A través de las formas, colores y estructuras de los huevos, podemos entender la diversidad de estrategias reproductivas de las aves”, precisa el investigador.

Esta línea de investigación sobre las formas y características de los huevos se empezaron a desarrollar en estudios de las cáscaras de huevo de las gallinas, análisis que han permitido entender los mecanismos de desarrollo de los embriones.

Pero la gallina es tan solo una de las más de 10.000 especies de aves que hay en el mundo, lo que indica que esta ciencia apenas está empezando. Por ejemplo, a diferencia de los huevos de las iguanas, lagartijas y serpientes, que son blancos, alargados y prácticamente idénticos, los de las aves son de muchas formas y han evolucionado a lo largo del tiempo.

“Esto ha inspirado a que una serie de científicos comenzara a entender las diferentes dimensiones de la diversidad de los huevos de las aves”.

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Ocampo expresa que analizar los huevos de las aves es un gran complemento al estudio de los comportamientos de anidación y permite entender las características y comportamientos de anidación y cómo varían en el tiempo y espacio.

“Es una ciencia que nos podría permitir explorar adaptaciones de una especie a diferentes condiciones ambientales o incluso efectos de fenómenos como el cambio climático”.

Los huevos que salvaron águilas y halcones


El contar con diferentes muestras de diferentes años permite estudiar los posibles cambios a través del tiempo. Foto: Jhon Barros


Los más de 17.000 huevos de aves de la colección del Instituto Humboldt esconden secretos que pueden ser de gran utilidad para ampliar el estudio de la biodiversidad en el mundo, si se continúa activamente colectándolos y estudiándolos.

Por ejemplo, en los años 70 se presentó una drástica pérdida poblacional de halcones y águilas en los Estados Unidos. Sin ninguna presión visible como la cacería o pérdida de hábitat, no era muy clara la razón de la hecatombe de estas aves.

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“Los componentes del insecticida que, al parecer tenían un efecto en la formación de la cáscara, seguían la ruta trófica hasta acumularse en las presas de estas águilas y halcones. Estos hallazgos, que se dieron en una colección de huevos, permitieron determinar el efecto negativo del uso del DDT y posteriormente su prohibición, con el fin de apoyar la conservación de estas aves rapaces”, informa el experto.

De hecho, en la colección del Humboldt hay huevos de varias de esas especies de halcones y águilas de los Estados Unidos, algunos que datan desde 1931. "Esta historia demuestra el rol importante de las colecciones en la conservación de las especies, pues si no se contaran con estas muestras de diferentes años, no hubiera sido posible detectar los impactos generados por el insecticida”.

El espesor y otras características de la cáscara de los huevos de las aves pueden contar historias sobre el estado de las aves y sus hábitats. Por ejemplo, el consumo de calcio de la hembra en su dieta es el que ayuda a construir los huevos en su fase de formación.

La diversidad de los huevos de las aves


Gracias a las diversas formas, colores y estructuras de los huevos se puede entender la diversidad de estrategias reproductivas de las aves. Foto: Jhon Barros


Muchas personas no saben la gran diversidad que se encuentra en los huevos de las aves, tanto en sus formas, tamaños y colores. El gran referente han sido los de las gallinas, ovalados y con variaciones de color crema, pero los de las demás aves son tan diversos como sus plumas, cantos, picos y colores.

Las muestras que hay en la colección de Villa de Leyva revelan esa gran amalgama de las formas, tamaños y coloraciones de los huevos de las aves, aspectos que según Ocampo no son ningún capricho: cada uno responde a factores de la naturaleza.

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“Los colores de los huevos ocultan historias sobre la vida de las aves. Por ejemplo, muchas de las que ponen huevos de color blanco anidan en cavidades ocultas o en sitios ocultos en la vegetación, para que así no estén tan expuestos a los depredadores”.

Por su parte, los huevos con pigmentos y manchas, algunos de los cuales pueden estar bastante expuestos, se camuflan con colores similares al ambiente. “Su color se mimetiza con las plantas para despistar a sus depredadores; es una estrategia íntimamente ligada a el tipo de sitio de anidación y a la historia evolutiva de cada especie”.

La mayoría de tángaras y semilleros ponen huevos con tonos azules y cremas y manchas rufas, al igual que las patisecas (Grallaridae). “Los tinamúes cuentan con huevos de diversos colores, una característica inusual pues anidan en el suelo pero usan otras estrategias comportamentales para protegerlos de depredadores”.

Tinamúes: los huevos de Pascua

Los huevos de tinamúes presentan diversas coloraciones como azules, púrpuras o de color chocolate. Foto: Jhon Barros


Estas aves de tamaño grande, alas cortas, cabeza pequeña y patas gruesas, se caracterizan por ser excelentes corredoras y realizar vuelos cortos. Habitan en diversos hábitats en Sudamérica y son principalmente de colores café, ocre o gris para camuflarse.

“Al igual que las avestruces, los tinamúes construyen sus nidos en el suelo y los machos son los encargados de incubar los huevos, los cuales presentan diversas coloraciones intensas y perladas, como azules, púrpuras o color chocolate, que los hacen bastante llamativos”, precisa Ocampo.

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Una pregunta que interesó a varios investigadores fue la razón de los pigmentos llamativos en huevos que eran incubados en el suelo, en donde pueden ser identificados fácilmente. “Así, una de las hipótesis que se ha puesto a prueba es que las hembras ponen huevos coloridos para “chantajear” al macho e intensificar el comportamiento de protección e incubación de los huevos”.

Otros estudios han encontrado que algunas de estas cáscaras de colores llamativos pueden reflejar los rayos UV, lo cual podría sugerir un rol en comunicación visual.

Los huevos de aves también respiran


Los cascarones de los huevos de aves son estructuras que se adaptan a las condiciones del medio. Foto: Jhon Barros


Las crías de los mamíferos se desarrollan en el útero, sitio donde hay intercambio de nutrientes y gases a través del cordón umbilical y en el cual el embrión se mantiene hidratado con la placenta y el líquido que alberga.

Ocampo manifestó que algo similar ocurre con los huevos de las aves. “La yema es donde están todos los nutrientes. A través de las membranas interna y externa del huevo (la cáscara), se presenta un intercambio gaseoso en dos vías”.

La primera es un intercambio en el que entra oxígeno y sale CO2 del huevo, actividad que le permite respirar al embrión. La segunda consiste en la evaporación de agua de la clara del huevo, lo que le va dando espacio al polluelo para crecer y dejando un espacio de aire.

“Esta pérdida de peso por disminución en la cantidad de líquido interior se puede apreciar en los huevos que compramos para el desayuno. Si el huevo está pesado, lo metemos en un vaso con agua y se va directo al fondo, esto indica que está fresco; pero si flota probablemente lleva mucho tiempo puesto y se ha evaporado parte de su contenido”.

El transporte de gases se da a través de poros nanoscópicos en las cáscaras de los huevos de las aves, que pueden cambiar en tamaños, formas y número dependiendo de las especies y ambiente de anidación.

El biólogo Ocampo ha venido desarrollando este campo de investigación desde hace varios años. “En un estudio que pretendo continuar explorando, así como otras características de las estructuras de las cáscaras”.

Antiguos y raros: casos especiales en los huevos de aves


La colección de huevos del Instituto Humboldt nació hace dos décadas como una donación del profesor Cornelius J. Marinkelle. Foto: Jhon Barros


Daniela Murillo, bióloga e investigadora del Humboldt y que fue la encargada de liderar la organización del inventario, aseguró que en la biblioteca de huevos del instituto hay muestras sumamente antiguas que posiblemente no se encuentran en ninguna otra parte del mundo.

“El huevo más antiguo que tenemos fue colectado en Carolina del Sur (Estados Unidos) el 13 de abril de 1876, y corresponde a la especie Tyrannus dominicensis, un ave migratoria que es primo del sirirí y que se registra en Colombia”, dice Murillo.

También hay varios huevos recolectados desde finales de 1890 y procedentes de África. “Hay un huevo de una subespecie de ave extinta en los Estados Unidos: Ammodramus maritimus nigriscens, más conocida como chingolo costero”.

La colección de huevos donada por el profesor Cornelius J. Marinkelle cuenta con huevos de formas y tamaños bastante inusuales, material que fue organizado por Murillo para ampliar el conocimiento de la biodiversidad.

“Estos son huevos con formas y coloraciones anormales de Vanellus vanellus, un ave europea. Marinkelle logró recolectarlos en diversas partes de Holanda entre los años 1930 y 1960, cuando al parecer eran comercializados por su rareza”.

Los huevos de las aves colombianas


La investigación sobre huevos de las aves es un campo que tiene mucho por explorarse. Foto: Jhon Barros


Aunque el inventario colombiano de huevos en la colección no es muy representativo en comparación con la gran diversidad de aves, los investigadores del Humboldt precisan que sí hay varias muestras importantes de la biodiversidad de la avifauna nacional.

Este abanico nacional incluye huevos de aves como el águila arpía, cóndor de Andes, tinamúes, guacharacas, guácharo de las cuevas, guardacaminos, garzas bueyeras, águilas sabaneras, alcaravanes, búhos y muchos más.

“Hay unos bucos y loros que construyen sus nidos en termiteros, aves que raspan y esperan a que las termitas reparen la superficie. De esta forma construyen un túnel con una cámara en donde ponen sus huevos. Lo magnífico es que los huevos nunca tienen contacto con las termitas porque podrían afectar la incubación”, mencionan Ocampo y Murillo.

El garrapatero común, un ave con un pico ancho que abunda en las carreteras del país, también cuenta con una peculiaridad: realiza una anidación comunal que no se ve en otras especies de aves. “Las hembras ponen sus huevos en un nido comunal y el grupo completo se encarga del cuidado paternal”.

Los colibríes, que tienen un pico de diversidad de especies en Colombia, se caracterizan por contar con los huevos más pequeños en el reino de las aves, los cuales son alargados y completamente blancos. Ocampo menciona que aún hay mucho por estudiar sobre esta familia de aves y muchas otras en las regiones tropicales.

“Un fenómeno general en este tipo de colecciones es que actualmente no hay muchos científicos dedicados a recolectarlos en campo, por lo cual desconocemos aún aspectos básicos de la historia natural para muchas especies”.

Para los investigadores, esto puede ser porque, para empezar, es bastante difícil encontrar los nidos. “En esta materia aún hay mucha tela por cortar, pero el tener esta colección organizada en el país ya es un avance enorme”.
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Fototrampeo arroja más de 20 mil registros de aves, mamíferos y reptiles en Magdalena medio y Orinoquia

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Por: Prensa Instituto Humboldt | Bogotá D.C., 08 de septiembre de 2021

Fototrampeo arroja más de 20 mil registros de aves, mamíferos y reptiles en Magdalena medio y Orinoquia




Las cámaras trampa cuentan con un sensor de movimiento que detecta el movimiento y de manera instantánea toma la foto. Foto: Puma (Puma concolor)


  • •  El Instituto Humboldt llevó a cabo, en el marco del convenio Fibras, un completo monitoreo de la biodiversidad en las regiones del Magdalena Medio y la Orinoquia, a través de una de las tecnologías más versátiles: las cámaras trampa.
  • •  En total fueron instaladas 600 cámaras trampa y se recuperó información de 567 de ellas. Como resultado, se obtuvieron 315.170 fotografías, de las cuales 124.919 tenían registros de fauna, incluyendo animales domésticos y humanos
  • •  En total se obtuvieron 20.332 registros de 232 especies de aves, mamíferos y reptiles. Con estos resultados será posible desarrollar, por primera vez, biomodelos de distribución de especies a escala regional que alimentarán los análisis de conectividad y costo-efectividad para optimizar las inversiones en conservación.
  • •  Con estos hallazgos, el Instituto Humboldt conmemora el Día Nacional de la Biodiversidad.


El Instituto Humboldt es pionero en la instalación casi simultánea de 600 cámaras trampa para el estudio de la distribución de especies. De acuerdo con los resultados obtenidos, el porcentaje de aporte del muestreo con fototrampeo para el conocimiento de la biodiversidad fue de más del 50% para el Magdalena Medio y de más del 90% para la región del Río Tillavá en el Meta.

En total se obtuvieron 20.332 registros de aves, mamíferos y reptiles. Todas las fotografías de una misma especie, obtenidas en una ventana de tiempo de 30 minutos, en una misma estación de monitoreo, fueron consideradas como un solo registro independiente. En total se registraron 232 especies: 173 especies de aves, 54 especies de mamíferos, 5 especies de reptiles.

“En este caso se lograron obtener datos a escala local, permitiéndonos conocer con mayor exactitud qué está ocurriendo con la distribución de las especies y desarrollar biomodelos regionalizados que alimentarán análisis de conectividad y de costo- efectividad. Es decir, usar las fotografías como información para la toma de decisiones en cuanto a inversiones en conservación, relacionadas con compensaciones, inversión voluntaria e inversión de al menos el 1%”, indicó Angélica Diaz Pulido, investigadora del Programa de Evaluación y Monitoreo de la Biodiversidad del Instituto Humboldt.


Las cámaras trampa son una valiosa herramienta para fotografíar fauna silvestre de rara ocurrencia y de hábitos nocturnos. Foto: Danta (Tapirus terrestris)


Para el estudio de los mamíferos terrestres, las cámaras trampa son tal vez una de las herramientas más efectivas para llevar a cabo su monitoreo, permitiendo a través de los registros confirmar la presencia o no de ciertas especies en los ecosistemas. “Resulta una herramienta muy útil, por ejemplo, para comprobar lo que los modelos de distribución predicen, así como la posibilidad de incorporar nuevos registros que no estaban incluidos o comportamientos no descritos”, señaló Díaz.

Estas cámaras, que se instalan en lugares estratégicos de tránsito de animales, se activan automáticamente permitiendo tomar fotografías o videos que se convierten en los insumos que los investigadores utilizan para estudiar la fauna terrestre local. Esta herramienta es ideal para colectar datos de forma automática, sin tener que interferir con la fauna y, en algunos casos, es posible identificar a los animales individualmente pues al cotejar varias fotografías se pueden encontrar características específicas de cada individuo como manchas y cicatrices.

“La información recolectada con estas cámaras nos da la posibilidad de conocer más sobre la biodiversidad de las regiones en las que tenemos operación, lo que nos permitirá concentrar nuestros esfuerzos de conservación en las acciones que generen mayor impacto positivo en nuestra flora y fauna”, afirmó Santiago Martínez, gerente de Sostenibilidad y Descarbonización de Ecopetrol.

Algunos resultados del monitoreo

En el caso de la región del Magdalena Medio, se registró el 93.8% de las especies de mamíferos reportadas en el sistema de información de la biodiversidad colombiano. Seis especies no se encontraban en los listados potenciales como, por ejemplo, el mono cariblanco o mono maicero (Cebus versicolor) y la zarigüeya gris (Philander opossum), entre otros.

Se registró una especie en peligro de extinción: el mono cariblanco (Cebus versicolor), y dos especies casi amenazadas: el margay (Leopardus wiedii) y la nutria de río (Lontra longicaudis), ambas depredadoras que cumplen la importante función de regulación de los tamaños poblacionales de sus presas.

Por su parte, en el Piedemonte Casanare, de las 34 especies de mamíferos registradas 19 de ellas estaban reportadas en el listado de especies potenciales y 12 especies silvestres contribuyen al conocimiento en biodiversidad de esta área. Dentro de ellas se encuentran la zarigüeya lanuda (Caluromys lanatus), el puercoespín arborícora (Coendou prehensilis) y el zorro gris o plateado (Urocyon cinereoargenteus).

En el Piedemonte Meta se registraron tres especies en estado vulnerable de extinción, entre ellos el oso hormiguero y el armadillo gigante (Myrmecophaga tridactyla y Priodontes maximus). Y el mono zocay (Plecturocebus ornatus) un primate de distribución restringida y un importante dispersor de semillas, una función vital para la regeneración y conservación del ecosistema.

Finalmente, en la región del Río Tillavá se registraron tres especies con amenaza vulnerable de extinción: el oso palmero (Myrmecophaga tridactyla), la danta (Tapirus terrestris) y el ocarro (Priodontes maximus), también reconocida como especie “Ingeniera” y el armadillo más grande del mundo; tiene un estratégico rol ecológico pues contribuye al control biológico de insectos, además de la aireación del suelo a través del intercambio gaseoso generado por la construcción de madrigueras.

Acerca de Fibras

Fibras es una estrategia del Instituto Humboldt y Ecopetrol S.A. para la planificación y gestión -bajo criterios de conservación y desarrollo sostenible- de la biodiversidad y sus contribuciones al bienestar en territorios de Huila, Orinoquia y el Magdalena Medio, a partir de información de base científica. En este ejercicio es fundamental la conjugación del conocimiento investigativo, la empresa privada y los sistemas sociales.

Dicha estrategia se implementa por medio de expediciones científicas a partir de las cuales pueda elaborarse un diagnóstico ecológico y social de los territorios; de la recopilación y análisis de datos de la diversidad biológica y sus contribuciones al bienestar humano, evaluando la capacidad de adaptación de los socio-ecosistemas a cambios profundos sin que se alteren sustancialmente su forma y funciones; con vinculación de las comunidades aledañas a las zonas de influencia de esta iniciativa; con transferencia de conocimientos y apoyo a proyectos de investigación y bioeconomía; y con comunicación estratégica y oportuna del proceso y los resultados obtenidos.

Así será posible entender las dinámicas de los territorios y dimensionarlos en sus complejidades, fortalezas y amenazas, con el fin de planear y gestionar de forma adecuada el capital natural para la conservación y el desarrollo sostenible en dichos departamentos.




Zorro (Cerdocyon thous)





Ocelote (Leopardus pardalis)





Saíno (Pecari tajacu)





Venado (Odocoileus cariacou)





Caracara cheriway


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Expediciones BIO presenta el documental ‘El país de las Aves’

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Por: Prensa Instituto Humboldt | Bogotá D.C., 07 de septiembre de 2021

Expediciones BIO presenta el documental ‘El país de las Aves’






  • •  La producción hace parte de las ‘Expediciones BIO Alas, cantos y colores’, con las cuales se incorporarán datos históricos y modernos sobre las aves en el territorio nacional, con el fin de identificar cambios en su diversidad, genética poblacional y estado de conservación en los últimos 110 años.
  • •  El documental destaca el trabajo de expedicionarios colombianos que durante los últimos meses han hecho ciencia de la mano con aliados internacionales en ambientes sociales diversos, con equidad de género e información construida junto con las comunidades locales.
  • •  Según el Sistema de Información sobre Biodiversidad de Colombia - SIB actualmente el país cuenta con más de 1999 especies de aves, de las cuales 82 son endémicas o únicas y 158 hacen presencia en su ruta migratoria, posicionando al país como el más diverso en aves del mundo.


“El país de las aves” es una producción realizada en el marco de la ‘Expedición BIO, Alas, Cantos y Colores’, dirigida por Federico Pardo de Trópico Media, con el apoyo del Instituto Humboldt, Instituto de Ciencias Naturales de las Universidad Nacional de Colombia, Universidad de los Andes, el Programa de Ciencias de la Conservación del Laboratorio de Ornitología de Cornell y el Departamento de Ornitología del Museo Americano de Historia Natural.

El documental destaca el trabajo de los expedicionarios colombianos que durante los últimos meses han hecho ciencia, integrando datos históricos y modernos de la avifauna de cinco regiones de Colombia que hicieron parte de las expediciones realizadas hace más de un siglo por ornitólogos del Museo Americano de Historia Natural, entre ellas Fusagasugá (Cundinamarca), Honda (Tolima), San Agustín (Huila), Morelia (Caquetá), y Barbacoas (Nariño). Ver trailer: https://www.facebook.com/MincienciasCo/videos/377552690532437.

“El país de las Aves» y las expediciones BIO no tienen precedente y su aporte es invaluable. Con esta expedición estamos aportando a la generación y apropiación del conocimiento en Colombia, haciendo énfasis en la importancia de la historia para los muestreos de la biodiversidad y el trabajo con las comunidades para generar sentido de pertenencia y proporcionar alternativas económicas en las zonas rurales a través del avisturismo”, indicó el ministro Tito José Crissien.

Como resultado de las expediciones se generará importante información sobre el impacto de las actividades humanas sobre las comunidades de aves en los últimos 110 años, la cual será de gran ayuda para pronosticar y prevenir futuros impactos sobre nuestra biodiversidad.

De acuerdo con el director general del Instituto Humboldt, Hernando García, “con Alas, Cantos y Colores estamos escribiendo una nueva historia de las expediciones de aves en el país; una que debe ser conocida y vivida por todos los colombianos”, concluyó.

El documental hace parte de la Serie Colombia BIO, producciones que presentan los resultados de Expediciones Científicas BIO relevantes para el conocimiento de la biodiversidad del país.

Consulte la serie en este enlace: https://www.rtvcplay.co/series-documentales/colombia-bio
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Esto se calentó: aves buscaron ecosistemas de mayor altura por causa del cambio climático

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Bogotá, D.C. 15 de enero de 2019 
 
 

Foto: Quiscalus lugubris. Instituto Humboldt / John Bernal.
 
 
  • •  Varias especies de aves fueron registradas en ambientes naturales con alturas y temperaturas diferentes a las que habitan, como consecuencia del aumento de la temperatura en la Sabana de Bogotá.
  • •  El cambio climático fue el responsable de los cambios presentados en el 51 % de las especies de las aves registradas y estudiadas en un lapso de 26 años.
  • •  La investigación utilizó datos suministrados por el conteo navideño de aves, organizado por la Asociación Bogotana de Ornitología (ABO), considerado el seguimiento más antiguo del país a un grupo de vertebrados terrestres.
 
El cambio climático es en la actualidad una amenaza creciente para la biodiversidad al punto de afectar a gran variedad de organismos, causando en ellos, por ejemplo, desplazamiento a mayores alturas debido al aumento gradual de la temperatura y variación en las temporadas habituales de reproducción; y en los ecosistemas, alteraciones en su composición y estructura.

Este último aspecto se evidencia, por ejemplo, en los ecosistemas de alta montaña de los Andes, hoy entre los más amenazados por la reducción de áreas disponibles ante el aumento de presencia de especies trasladadas, que buscaron mayores elevaciones, por el incremento de la temperatura. Tal circunstancia ha traído como consecuencia el cambio de la composición de este ecosistema y afectaciones en sus procesos ecológicos.

Dichos desplazamientos de las especies toman particular relevancia en la región tropical y son una de  las respuestas de las especies al cambio climático global. Allí, el clima tiende a permanecer estable y los organismos que la habitan se encuentran adaptados a tales condiciones pero con poca flexibilidad para moverse a otros rangos altitudinales. Esta condición significa en muchos casos que su sobrevivencia depende de un movimiento hacia zonas más altas.

De esta manera, el cambio climático actúa como “trampa térmica”, y el desplazamiento de las especies como la mejor forma de acceder a temperaturas inferiores para asegurar las condiciones óptimas, aunque este ascenso a las montañas represente un riesgo en la reducción de las poblaciones de especies y, eventualmente, de extinción al no soportar climas nunca antes experimentados.

En el caso de la Sabana de Bogotá, los datos recopilados durante 26 años a partir de los conteos navideños de aves revelaron cambios poblacionales en el 51 % de las especies registradas: 48 especies aumentaron y 30 disminuyeron. Uno de los factores más frecuentes asociados a este fenómeno fue el cambio climático y las “islas de calor”, así mismo alteraciones en el hábitat, interacciones con otros organismos y cacería.

Los cambios ocurren también porque los bosques y humedales son transformados en áreas de cultivo, potreros y zonas urbanas, sumado a los aumentos en los niveles de contaminación; y por la presencia de especies invasoras. Estos aspectos resultan clave, ya que la Sabana de Bogotá es un territorio de importancia biogeográfica dada la presencia de un alto nivel de endemismo, es decir de especies con distribución única en su geografía.
Un ejemplo de lo anterior está en las áreas silvestres presentes a finales de los ochenta y que gradualmente han cambiado, en especial, a lo largo de las fronteras de la ciudad hasta ser reemplazadas por pastos, viviendas, desarrollos comerciales e invernaderos de floricultura.

Aves que se mudaron de vecindario

Entre los ejemplos del aumento de la llegada de especies de aves, que habitan tierras bajas, que ahora se encuentran a mayores alturas están el coquito (Phimosus infuscatus), el gavilán caminero (Rupornis magnirostris) y el chango llanero (Quiscalus lugubris).

Por otro lado, también hay ejemplos de aves de alta montaña que se están desplazando hacia arriba, como lo predice la afectación por cambio climático, como el colibrí vientricobrizo (Eriocnemis cupreoventris) y el pinchaflor brillante (Diglossa lafresnayii). Inicialmente estas especies vivían en la Sabana de Bogotá y actualmente ya no.

Esto se debe a que se están restringiendo a elevaciones más altas, desmejorando sus perspectivas de conservación. Tanto el colibrí vientricobrizo (listado en la categoría Casi Amenazado (NT) de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza -UICN) como el pinchaflor brillante tienen una distribución limitada al norte de los Andes y, por lo tanto, su conservación merece especial atención.

Otra especie que evidencia las “mudanzas a nuevos vecindarios” es el Alcaraván, cuya presencia ha crecido de manera significativa en la ciudad, probablemente asociada con el aumento de las temperaturas en la Sabana y en Bogotá, pues estos lugares se adecuan a sus requerimientos térmicos como resultado de las llamadas “islas de calor urbanas”.

Las “islas de calor”

Las islas térmicas o de calor ocurren al interior de las ciudades y son producto, por lo general, del cambio en el uso del suelo, es decir aquellos que antes estaban cubiertos por vegetación, ahora lo están por cemento y otros materiales con vocación urbana.
 
En Bogotá hay evidencia de una isla de calor que supera en cerca de 3 grados centígrados, al clima medio de las afueras, según un análisis realizado a los cambios en la temperatura media, mínima y máxima ocurridos en la ciudad durante los últimos 40 años.

Cabe subrayar que este estudio sobre cambio climático y desplazamiento de aves a mayores rangos altitudinales, publicado en la edición del Reporte de Estado y Tendencias de la Biodiversidad Continental de Colombia (Bio 2017), aborda de manera explícita la importancia del cambio climático en un contexto urbano, periurbano y rural natural, y apoya con sus resultados las ausencias de información en temas de ecología urbana neotropical.


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Colombia voló lejos y es líder mundial en registro de aves durante el Global Big Day 2018

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Bogotá, D.C. 09 de mayo de 2018

Foto: Instituto Humboldt. Felipe Villegas.

 

•  Colombia es primer lugar, por segundo año consecutivo, en número de especies de aves registradas, un total de 1.546 observadas en 24 horas, a través de 4.840 listas enviadas al portal y aplicación eBird. Esta cifra representa alrededor del 80% de las más de 1.900 especies de avifauna que tiene el país.

 

•  Antioquia, Valle del Cauca, Risaralda, Meta, Tolima, Putumayo, Cundinamarca, Boyacá y Caldas destacan con más de 500 especies registradas en un solo día, mientras 13 países del mundo obtuvieron ese mismo número como resultado de sus avistamientos durante la cuarta versión del Global Big Day (GBD).

 

•  A nivel mundial el registro llega a 6.899 especies a través de 74.084 listas provenientes de 170 países. Perú, Ecuador y Brasil también superan la cifra de 1.000 especies, con lo cual el norte de Suramérica se posiciona como potencia absoluta en diversidad de aves.

 

Colombia ocupa el primer lugar, por segundo año consecutivo, en avistamientos y escucha de aves según los resultados publicados en la página de eBird. En total se registraron 1.546 especies en 24 horas, a través de 4.840 listas enviadas al portal y aplicación eBird, entre el 5 y el 8 de mayo de 2018.

Esta cifra representa alrededor del 80% de las más de 1.900 especies de aves que tiene el país, observadas o escuchadas por miles de personas en los 32 departamentos colombianos. En segundo lugar está Perú con 1.490 especies, en tercer lugar Ecuador con 1.155 y en cuarto lugar Brasil con 1.036. De nuevo, estos cuatro países fueron los únicos en superar la cifra de 1.000 especies, con lo cual el norte de Suramérica se posiciona en diversidad de aves.

Los diez países que reportaron la mayor cantidad de especies a nivel mundial (Datos tomados el 9 de mayo a las 6 p.m.)

Los diez países que reportaron la mayor cantidad de especies a nivel mundial (Datos tomados el 9 de mayo a las 6 p.m.)

 

En cuanto a los departamentos del país, aquellos que registran avistamientos de más de 500 especies en un solo día son Antioquia, Valle del Cauca, Risaralda, Meta, Tolima, Putumayo, Cundinamarca, Boyacá y Caldas. Para apreciar la magnitud de esta cifra, basta con saber que únicamente 13 países en el mundo lograron esta cantidad de especies observadas o escuchadas por parte de los llamados pajareros.

A nivel mundial se registraron 6.899 especies a través de 74.084 listas provenientes de 170 países lo que demuestra que más allá de una competencia global, los colombianos celebraron la riqueza de avifauna en todo el territorio nacional y la prueba está en el crecimiento en número de listas publicadas, lo cual indica que este año incrementó considerablemente la cifra de participantes así como las buenas prácticas al momento de publicar los listados en eBird.

Los diez departamentos que reportaron la mayor cantidad de especies dentro de Colombia (Datos tomados el 9 de mayo a las 06:00 p.m.)

Los diez departamentos que reportaron la mayor cantidad de especies dentro de Colombia (Datos tomados el 9 de mayo a las 06:00 p.m.)

 

Por otra parte, y detrás de las cifras, vale destacar el trabajo de los organizadores a nivel nacional y departamental, quienes que a través de talleres, charlas, entre otras, coordinaron las rutas para buscar las especies más distintivas de cada región; también, la participación de niños, jóvenes y adultos, entre mujeres y hombres, estudiantes, principiantes en temas de avistamiento, expertos, científicos, aficionados, operadores turísticos, propietarios de reservas, integrantes de ONGs, miembros de la Policía de Turismo y funcionarios de Parques Nacionales.

Además, del liderazgo de las sociedades ornitológicas y grupos de observadores de aves del país, el apoyo de alcaldías y gobernaciones, la ayuda de PROCOLOMBIA y Satena, quienes facilitaron el desplazamiento de expertos hasta lugares alejados de nuestra geografía. Durante este GBD, Colombia contó con la visita de integrantes del equipo Sapsucker del Laboratorio de Ornitología de Cornell, quiénes observaron 288 especies en el departamento de Magdalena, partiendo desde la cuchilla de San Lorenzo, pasando por la zona cafetera de Minca, los bosques secos de La Tigrera, y llegando hasta la Ciénaga Grande de Santa Marta.

Otro aporte fundamental para lograr el liderato del país estuvo en quienes revisaron los datos publicado en eBird, garantizando la calidad de la información producida durante el GBD.

Desde el Instituto Humboldt, algunos investigadores se desplazaron hacia distintos puntos del país para apoyar las actividades del GBD: el Piedemonte llanero y los páramos de Boyacá, el Valle del Cauca con apoyo de la Fuerza Aérea Colombiana, la Sabana de Bogotá, el Santuario de Flora y Fauna Iguaque y el Parque Nacional Natural Sierra Nevada, con el acompañamiento de Parques Nacionales Naturales (PPNN).

Cada versión del Global Big Day aporta cantidad de datos sobre las aves de nuestro país para que cada vez más colombianos se apropien de este conocimiento y dimensionen la responsabilidad que como país tenemos en el cuidado de las aves y de los ecosistemas que habitan y de los cuales dependemos todos.

 

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eBird: ebird.org/globalbigday, ebird.org/news/global-big-day-2018-a-birding-world-record, ebird.org/colombia

 

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¡eBird Colombia toma vuelo!

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Bogotá, D.C. 30 de abril de 2018

 

FILBo

•  eBird Colombia está disponible, en versión web y aplicación digital, para consulta, utilización o descarga gratuita en dispositivos móviles por parte de expertos y aficionados al avistamiento y registro de especies de aves, asimismo para la investigación científica.

 

•   En la actualidad, eBird es la plataforma de ciencia ciudadana que más datos sobre biodiversidad aporta en Colombia. Con cerca de 2,5 millones de registros, sus usuarios han contribuido con datos sobre el 95 % de las especies de aves del país.

 

•   eBird, creada por Laboratorio de Ornitología de la Universidad de Cornell, revolucionó la manera de reportar y acceder a información sobre aves. Más de 360 mil personas han contribuido con cerca de 472’000.000 datos de avifauna de 10.364 especies, en todos los países.

 

eBird es una herramienta que permite a sus usuarios registrar todas las aves observadas o escuchadas, mantenerlas ordenadas por listas, explorar mapas y gráficas dinámicas, compartir datos con otras personas al unirse a una comunidad y, finalmente, contribuir a la ciencia y a la conservación.

Con cada dato suministrado, a través del sitio web o de la aplicación, las personas aportan insumos utilizados para la comprensión de la riqueza y de la distribución de especies de avifauna en distintas escalas espaciales y temporales.

Además del sitio núcleo de eBird, existen varios portales regionales administrados por socios locales para proveer información y experiencias de avistamiento de aves, adaptadas a las realidades de cada lugar, y Colombia no es la excepción.

Antes de la versión local, el impacto causado por eBird entre los usuarios del país era evidente: con cerca de 2,5 millones de registros, los colombianos habían contribuido con datos sobre el 95 % de las especies de aves del país, convirtiéndola en la iniciativa de ciencia ciudadana que más datos sobre biodiversidad aporta a nivel nacional.

La idea de una versión colombiana, que permite manejar contenidos propios de país en cuanto a noticias, necesidades de información, resultados de investigación, e iniciativas de ciencia participativa que involucran a las aves y sus hábitats, surgió tras varios años de compartir información ornitológica especialmente a través de DATAVES, una propuesta de la Red Nacional de Observadores de Aves.

Entre otras razones también están la variedad de especies de aves que tiene Colombia, la ya conocida tradición entre científicos y aficionados por estudiar su avifauna, el momento actual del país que ha posibilitado el incremento de visitas de nacionales y extranjeros a zonas naturales para el disfrute de la flora y fauna silvestres, y la intención por generar mayor apropiación de los colombianos por su biodiversidad.

Tal entusiasmo merece potenciarse a través de una herramienta robusta y participativa, como eBird, que permita recolectar, integrar, interpretar y usar información generada por cientos de observadores, y validada por científicos para aumentar el conocimiento en torno al estado de conservación de las aves colombianas y sus hábitats.

Por otro lado y para familiarizarse y facilitar el uso de esta herramienta (en particular con miras al próximo Global Big Day (GBD) que se realizará el sábado 5 de mayo durante 24 horas en los 32 departamentos del país y alrededor del mundo), la versión nacional tiene a disposición varios enlaces a materiales de apoyo. Cabe aclarar que los registros que se ingresan por medio de la plataforma o aplicación nacional quedan de inmediato consignados en el sitio núcleo y viceversa.

Sugerimos: En el Global Big Day, cada ave cuenta

En Colombia, la iniciativa de crear eBird estuvo a cargo de la Asociación Bogotana de Ornitología, la Asociación Colombiana de Ornitología, la Fundación Ecológica Colibríes de Altaquer (FELCA), Calidris: Asociación para el estudio y la conservación de las aves acuáticas en Colombia, SELVA: Investigación para la Conservación en el Neotrópico, la Sociedad Antioqueña de Ornitología, la Sociedad Caldense de Ornitología y el Instituto Humboldt en colaboración con el Laboratorio de Ornitología de Cornell, entidad que desarrolló la idea mundial en 2002.

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A largo plazo, eBird Colombia espera posicionarse como una herramienta para el monitoreo participativo y la investigación científica de las aves en el país. En sus estrategias están la difusión entre personas y entidades interesadas en la construcción y fomento del conocimiento ornitológico, la integración de las comunidades de pajareros y científicos colombianos, la formación de los usuarios de la plataforma, la consolidación del grupo de revisores de datos con miras a mejorar la calidad de la información disponible y a su utilización en temas de conservación de la biodiversidad nacional.

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En este contexto, eBird Colombia se proyecta como alternativa confiable que se suma al grupo de herramientas utilizadas para abastecer el inventario de especies de aves que han posicionado a Colombia como país potencia en avifauna en el mundo. Una tarea que por tradición perteneció a los expertos pero que hoy se democratiza con el acceso libre a las tecnologías de la información y la comunicación, estimulando la participación masiva de aquellos aficionados a la contemplación de la naturaleza.

 

Portal eBird Colombia: ebird.org/colombia

Portal mundial de eBird: ebird.org

Global Big Day: ebird.org/news/global-big-day-5-may-2018

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