Restauración y aprovechamiento del bosque amazónico, una oportunidad de bienestar para Yaguara II
El resguardo indígena Yaguara II, ubicado en los Llanos del Yarí, es uno de los núcleos de desarrollo forestal priorizados por el gobierno nacional en el año 2023. La restauración del bosque en este territorio puede representar un mejoramiento de la calidad de vida de la comunidad, la cual ha sido víctima de los grupos armados que operan en la zona.
“Mi sueño para el territorio es que podamos vivir allí, rodeados de toda esa naturaleza, en paz y en tranquilidad. Sueño que, en algún momento, todas las familias puedan retornar”. Estas son las palabras de Yazmín Palomino, comunera del Resguardo Llanos del Yarí - Yaguara II, un territorio de gran riqueza biológica y cultural que ha sido afectado por la deforestación y la violencia.
Este resguardo indígena, conformado por las etnias Pijao, Piratapuyo y Tucano, se encuentra ubicado entre los departamentos de Meta, Caquetá y Guaviare,
en la zona conocida como los Llanos del Yarí. Esta es una de las áreas de mayor deforestación en el país y fue priorizada por el MinAmbiente como uno de los
22 núcleos de desarrollo forestal de la Amazonía colombiana
en el año 2023. Este núcleo tiene una extensión de 196.992 hectáreas, de las cuales 162.328 corresponden a ecosistemas de bosque y sabanas naturales que están en posible riesgo de deforestación y transformación. De este núcleo, un 67 % del territorio hace parte del resguardo Yaguara II.
Dentro de la ejecución del proyecto, la cual se realizará hasta marzo del 2024, se espera restaurar cerca de 420 hectáreas de bosque. Fotografía: John Bernal - Instituto Humboldt
El deterioro del bosque y de las sabanas naturales en esta zona ha estado relacionado con la praderización, el acaparamiento de la tierra para ganadería y la construcción de
vías ilegales. Asimismo, este territorio ha sido afectado recurrentemente por las dinámicas del conflicto armado. Específicamente en el caso de Yaguara II,
grupos ilegales
obligaron a la comunidad a dejar su territorio
en dos oportunidades (2004 y 2021), a través de amenazas relacionadas con el reclutamiento de menores,
el uso de la tierra para la producción de cultivos ilícitos y la tala del bosque.
Desde el año 2023, 51 familias de Yaguará II han venido trabajando junto al Instituto Humboldt en el proyecto “Núcleo de desarrollo forestal y biodiversidad Yaguará II”, el cual busca promover la restauración del bosque amazónico y del ecosistema de sabana. El objetivo del proyecto es combatir la deforestación en el territorio y fortalecer las capacidades de la comunidad para mejorar sus procesos de gobernanza (es decir, la toma de decisiones dentro del resguardo) y sus medios de vida.
“El Instituto se ha articulado con la comunidad para fortalecer su gobernanza, la cual se expresa en el bienestar y en la posibilidad de ocupar el territorio, y para promover el cuidado de la riqueza en términos de biodiversidad y cultura. Este proyecto tiene tres componentes: la identificación de alternativas productivas a partir de la biodiversidad -que sean sostenibles y que permitan la conservación del bosque y de las sabanas-, una estrategia de capacitación para la resolución de conflictos socioambientales que permita construir una gobernanza apropiada en el resguardo, y la implementación de acciones de restauración productiva que ofrezcan oportunidades de permanencia en el territorio”, asegura Jose Manuel Ochoa, Gerente del Centro de Estudios Socioecológicos y Cambio Global del Instituto Humboldt y líder del proyecto.
Con la instalación de 40 cámaras trampa en el resguardo se espera registrar las distintas especies de fauna que habitan el territorio. Fotografía: John Bernal - Instituto Humboldt
Como parte de la ejecución de esta iniciativa, se han llevado a cabo actividades de monitoreo comunitario de la biodiversidad -a través de la instalación de cámaras trampa y grabadoras de sonido-, capacitaciones en gobernanza e identificación de conflictos socioambientales, y breves expediciones para el reconocimiento de la biodiversidad. También se ha realizado el acompañamiento a acciones de viverismo para la restauración productiva en 51 parcelas -correspondientes a las 51 familias que se han vinculado al proyecto- y se han desarrollado espacios de educación ambiental con los niños, niñas y jóvenes. Próximamente se dictarán seis módulos de capacitaciones para el fortalecimiento de la comunidad, los cuales estarán a cargo de la Universidad de la Amazonía.
Para Yazmín Palomino, uno de los aprendizajes más valiosos que ha generado el proyecto ha sido “trabajar en equipo para buscar el bienestar de toda la comunidad. También hemos aprendido más acerca de nuestra naturaleza, a valorarla más; nos han brindado diferentes capacitaciones en temas de gobernanza, viverismo e instalación de cámaras trampa, las cuales nos ayudan a darnos cuenta qué especies de animales hay en nuestro territorio”, añade.
El Resguardo Llanos del Yarí-Yaguara II es una zona de gran importancia ecológica porque limita con los Parques Nacionales Naturales Serranía de Chiribiquete, Tinigua y La Macarena, y permite la conectividad entre ecosistemas andinos, como la Sierra de la Macarena y la Cordillera de Los Picachos, con la Amazonía. El conocimiento de la biodiversidad de esta área todavía es limitado, por lo que el proyecto puede contribuir a generar nuevo conocimiento al respecto.
La apertura y participación en las actividades propuestas han evidenciado un genuino compromiso de la comunidad con la conservación de su entorno. Fotografía: John Bernal - Instituto Humboldt
Según Efrem Bocanegra, uno de los líderes del resguardo, “es muy importante no dañar el territorio de los animales y de nosotros, no dañar el agua, ni el oxígeno ni los peces, porque es el sustento para la comunidad. Tengo la expectativa de que nuestro resguardo sea libre y sea restaurado”.
El proyecto “Núcleo de desarrollo forestal y biodiversidad Yaguara II” es financiado por el Ministerio del Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible con recursos del Fondo Nacional Ambiental (FONAM). Se espera que la restauración y aprovechamiento sostenible del bosque amazónico pueda brindar una oportunidad de bienestar y permanencia para la comunidad del Resguardo Yaguara II, en el pleno ejercicio de su autonomía.
Sinchi y Humboldt, uniendo lazos para la gestión integral de la biodiversidad
Ambas instituciones reafirman su compromiso de trabajar articuladamente por la conservación y estudio de la biodiversidad del país.
En el marco del Foro de Ciudades Panamazónicas y #BioBlitz Leticia, el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas (Sinchi) y el
Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt unen esfuerzos para el reconocimiento y protección de la biodiversidad.
Dada la abrumadora riqueza de nuestra biodiversidad, es fundamental que los actores implicados en su estudio y conservación sumen capacidades.
El pasado 13 de julio tuvo lugar la segunda sesión del Foro de Ciudades Panamazónicas, convocado por ICLEI América del Sur junto con el Programa Regional de Seguridad Energética y Cambio Climático en América Latina (EKLA) de la Fundación Konrad Adenauer (KAS) y el apoyo de Waycarbon y el Instituto Sinchi. Esta es una iniciativa que busca fortalecer la representatividad y la influencia internacional de las instituciones locales de la amazonía y suscitar el enriquecimiento de experiencias relacionadas con el desarrollo urbano y territorial sostenible de la región. Así mismo, el 14 y 15 de julio, ocurrió el BioBlitz Leticia, una actividad que genera inventarios de biodiversidad urbana con la participación de las comunidades de cada localidad en el marco de las actividades desarrolladas en ocho BiodiverCiudades.
En ambas, bajo el auspicio del Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, el Sinchi y el Instituto Humboldt articularon sus
fortalezas institucionales no sólo en lo que atañe a la investigación científica, sino a la posibilidad de suministrar información a las autoridades,
a la apropiación social de conocimiento y a la generación de ciencia participativa.
En Leticia (Amazonas) se realizaron dos jornadas de BioBlitz, inventarios de biodiversidad en donde las comunidades son protagonistas.
Según Luz Marina Mantilla, directora del Sinchi, “el grupo de los institutos tiene una tradición de respeto y amistad entre los investigadores y
entre los directores. Hemos sido aliados institucionales. Lo que debemos hacer es sumar, no competir. Debemos articular. Trabajar en red”.
En consonancia, Sandra Perdomo, directora de la Oficina de Asuntos Internacionales, Política y Cooperación, y directora (e) del Instituto Humboldt
al momento de las actividades, comentó que “al ser nosotros el instituto nacional de biodiversidad tenemos una responsabilidad muy grande
de cocrear el conocimiento con actores claves, en este caso con nuestros hermanos del Sinchi.”
Así, las dos instituciones continúan una historia de desarrollo conjunto, en el cumplimiento de los objetivos que le son comunes.
“Incidir en decisiones de la política pública para que la biodiversidad, a través del diálogo ciudadano,
sea una potencia de verdad en la transformación que necesitamos en términos de desarrollo sostenible y que la gente pueda tener unas
aspiraciones que le permitan vivir de una manera decente”, según las palabras de Luz Marina Mantilla, directora del Sinchi.
GALERÍA DE FOTOS
Ambas instituciones tienen como meta que la toma de decisiones en política pública tenga en cuenta el valor de la naturaleza.
Mamíferos de Colombia: una riqueza con muchos vacíos de información
Estudio sobre los registros de mamíferos
en Colombia muestra que la Amazonia cuenta con los mayores vacíos de
información. Foto: Diego Lizcano (The Nature Conservancy).
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Así lo
revela el más reciente análisis sobre la distribución de los
mamíferos terrestres continentales del país, insumo elaborado por
seis científicos y liderado por un investigador del Instituto
Humboldt.
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Los
expertos analizaron 14 751 registros para 418 especies en el
territorio nacional. Sin embargo, en la mayoría de los departamentos
y ecorregiones la representatividad de estos datos no supera el 50
%.
•
Gran parte de la información registrada de
estos animales proviene de las regiones Andina y Caribe, mientras que
la Amazonia, uno de los territorios más biodiversos, es la zona menos
estudiada.
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“El
muestreo de la diversidad de mamíferos de Colombia aún está bastante
incompleto, por lo cual cabe la posibilidad de encontrar nuevas
especies en las áreas pobremente muestreadas”, revela el estudio.
En las más de 114 millones de hectáreas de Colombia habitan por lo menos 520
especies de mamíferos, los únicos representantes del reino animal con pelo
en alguna parte de sus cuerpos y glándulas mamarias productoras de leche
para alimentar a las crías.
Los hay como en botica, desde ballenas de gran tamaño, delfines de río y
mar, misteriosos felinos como el jaguar y puma, osos andinos, primates
juguetones, venados saltarines, dantas que esparcen semillas, murciélagos,
marsupiales, hasta diminutos roedores.
Según el Sistema de
Información sobre Biodiversidad de Colombia (SiB Colombia), el
territorio nacional alberga 58 especies de mamíferos endémicos, es decir,
que no habitan en ninguna otra parte del mundo. Entre tanto, 57 están
catalogadas como migratorias y 42 figuran en alguna de las categorías de
amenaza.
En Colombia han sido registradas cerca de
520 especies de mamíferos, cifra que no representa toda la riqueza de
estos animales en el territorio nacional. Foto: Andrés Felipe Suárez
Castro (Instituto Humboldt).
Estas cifras convierten a Colombia en el sexto país más rico en mamíferos
del planeta, ya que concentra más del 8 % de las 6533 especies registradas a
nivel global. Sin embargo, esta riqueza nacional podría ser mucho más
elevada.
Así lo revela un reciente análisis sistemático sobre la distribución
temporal y espacial de mamíferos silvestres terrestres continentales de
Colombia (https://revistas.unal.edu.co/index.php/cal/article/view/85443/79004),
insumo elaborado por seis investigadores que revela profundos vacíos de
información en cuanto a los registros de este grupo de animales.
“Luego de compilar los registros primarios de mamíferos encontrados en
plataformas de biodiversidad, evidenciamos grandes vacíos de información.
Por ejemplo, los órdenes de estos animales presentan una representatividad
menor al 50 % en los departamentos y ecorregiones de Colombia”, aseguró
Andrés Felipe Suárez Castro, biólogo del Instituto Humboldt y líder de la
investigación.
Recopilando datos
El Instituto Humboldt y la Sociedad Colombiana de Mastozoología llevan
varios años analizado los Datos Primarios de Biodiversidad (DPB) sobre los
mamíferos del país, información depositada en plataformas como el SiB
Colombia y la Global Biodiversity Information Facility (GBIF).
“Estos análisis mostraron vacíos de información a nivel espacial y temporal,
un panorama que nos llevó a seis investigadores a indagar más a fondo sobre
los registros y la distribución a nivel departamental y de ecorregiones, un
trabajo que fue financiado a través de una beca postdoctoral de
Colciencias”, dijo Suárez Castro.
Un estudio de seis investigadores muestra
que en general todo el país presenta grandes vacíos de información en
cuanto a mamíferos. Fuente: Instituto Humboldt).
“A finales de 2019, Suárez, Héctor Ramírez (Universidad de Caldas), Elkin
Noguera (Instituto Humboldt), Jorge Velásquez (National Audubon Society),
José González (ProCAT Colombia) y Diego Lizcano (The Nature Conservancy)
iniciaron la recopilación general de los registros.
“Encontramos 77 603 registros de mamíferos en ambas plataformas, datos que
luego fueron filtrados con la información de los ejemplares que
reposan en las colecciones biológicas y las imágenes de trampas cámara. Este
filtro arrojó 14 751 registros para 418 especies”, informó el investigador
del Humboldt.
Luego, los científicos analizaron los polígonos de distribución de mamíferos
de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), los
cuales sirvieron de proxy para estimar la cantidad de especies presente en
los departamentos y ecorregiones de Colombia. “Esta información fue
comparada con los registros que encontramos en las plataformas y Datos
Primarios de Biodiversidad”, precisó Suárez Castro.
Este estudio, que será publicado este año en la revista Caldasia de la
Universidad Nacional de Colombia y ya está disponible para consulta (https://revistas.unal.edu.co/index.php/cal/article/view/85443/79004),
también calculó la diferencia media entre el número de años de los registros
y las áreas con vacíos de información donde dominan las presiones causadas
por las actividades antrópicas.
Amazonia: mucho por estudiar
Los investigadores evidenciaron que la representatividad promedio de los
registros de mamíferos terrestres de Colombia es baja y variable: 48 % para
los departamentos y 42 % para las ecorregiones.
Las áreas con mayores registros (representatividad superior al 60 %) fueron
las tierras bajas de la región Andina, el occidente del Caribe y algunas
zonas de la Orinoquia, e incluyen los bosques del valle del Magdalena,
bosques húmedos del Valle del Cauca, áreas secas entre La Guajira y
Barranquilla, bosques montanos de la cordillera Oriental y sabanas
inundables y altillanuras cerca del piedemonte llanero.
La Amazonia y Orinoquia Guayanesa son las
regiones colombianas con la representación más pobre de mamíferos. Foto:
Andrés Felipe Suárez Castro (Instituto Humboldt).
“Aunque estas regiones cuentan con una mayor cantidad de registros de
mamíferos, nuestro análisis concluye que en general todo el país presenta
grandes vacíos de información. Una representatividad inferior al 50 % es
demasiado baja para un territorio tan biodiverso como Colombia”, contó
Suárez Castro.
La Amazonia y la Orinoquia guayanesa son las regiones con una representación
más pobre de mamíferos. Según los expertos, esto se debe a que son los
sitios menos muestreados y explorados por factores como lo complicado de su
geografía y el conflicto armado.
“Los bosques húmedos transicionales entre la Orinoquia y Amazonia, en los
límites con Guaviare, Caquetá y Vichada, tienen una representatividad
demasiado baja (no mayor al 20 %); es decir que se encuentran pobremente
estudiados”, anotó el investigador del Humboldt.
La Sierra Nevada de Santa Marta y los manglares del Pacífico también figuran
en las ecorregiones con mayores vacíos de información. En la primera, los
polígonos de la UICN mostraban 158 especies, pero las plataformas y
colecciones solo arrojaron ocho.
Los departamentos de Guainía, Vaupés y
Guaviare arrojaron las representaciones más bajas de mamíferos. Foto:
Andrés Felipe Suárez Castro (Instituto Humboldt).
A nivel departamental, Santander, Caldas, Tolima, Cundinamarca y Meta
mostraron los mayores valores de representatividad de mamíferos, lo opuesto
a Guainía, Vaupés y Guaviare (valores inferiores al 30 %).
En Guainía, por ejemplo, los expertos esperaban encontrar 181 especies, pero
en los datos disponibles solo aparecieron 31 registradas (17,1 % de
representatividad). Este panorama fue similar en Vaupés, con 185 especies
esperadas y solo 36 registradas.
“Esto es entendible porque son zonas de difícil acceso y con problemas de
orden público, lo que ha evitado hacer muestreos en sus ecosistemas. Además,
Colombia no ha consolidado un plan claro para hacer un inventario de la
biodiversidad en todo el país de una forma más holística”, cuenta Suárez
Castro.
El análisis también arrojó que hay zonas relativamente cercanas a los
principales asentamientos humanos con valores bajos de representatividad de
mamíferos, como es el caso de los páramos del norte de los Andes, bosques
húmedos del occidente y el Catatumbo y los bosques montanos de Santa Marta.
“Este estudio demuestra que en todo Colombia persisten vacíos importantes de
conocimiento para la mayoría de los órdenes de mamíferos, en especial en las
regiones que son consideradas como los mayores epicentros de biodiversidad”,
revelan los seis científicos en el artículo científico.
Para los investigadores, el esfuerzo de
muestreo de mamíferos por año y década en Colombia no ha sido constante.
Foto: Diego Lizcano (The Nature Conservancy).
Falta constancia
Para Suárez Castro y los demás investigadores, el esfuerzo de muestreo de
mamíferos por año y década en Colombia no ha sido constante, aunque destacan
que los registros vienen en ascenso desde las décadas de los 70 y 80.
“Analizamos los datos en celdas de 50 por 50 kilómetros con el fin de
identificar cuántas veces habían sido muestreadas cada una de las órdenes de
mamíferos. Uno de los hallazgos es que la mayoría de las celdas han sido
muestreadas menos de cuatro años en promedio por orden, una cifra bastante
baja”.
Solo los carnívoros, murciélagos, marsupiales y roedores han sido
muestreados durante más de 10 años, todos en las regiones Andina y
Orinoquia. “Esto demuestra que el monitoreo temporal a nivel de poblaciones
se ha quedado corto. Hay que ver cómo incrementar esa cobertura temporal”,
complementa el biólogo del Humboldt.
Los carnívoros, murciélagos, marsupiales y
roedores han sido muestreados durante más de 10 años. Foto: Andrés
Felipe Suárez Castro (Instituto Humboldt).
El orden Eulipotyphla, donde están las musarañas, presenta vacíos de
información de más de 30 años entre los registros. Según Suárez Castro, esto
es grave porque no hay seguridad que las especies hayan sobrevivido a los
cambios de uso del suelo y transformación de los hábitats. “Las musarañas,
mamíferos pequeños y de zonas andinas, son las que tienen registros más
espaciados”.
Los mamíferos de tamaño grande como los ungulados de dedos pares e impares
(Artiodactyla y Perissodactyla) cuentan con pocos registros en el país,
mientras que los de pequeño porte presentan una mayor representatividad
espacial y temporal.
“Esto tiene que ver con las técnicas de muestreos. Por ejemplo, contamos con
una mayor cantidad de datos de murciélagos y roedores porque se pueden
capturar con redes de niebla y trampas Sherman. Sin embargo, en los últimos
10 años ha incrementado la información de mamíferos grandes y medianos por
medio de las trampas cámara”, indicó Suárez Castro.
Especies endémicas de pequeños mamíferos como roedores, marsupiales y
murciélagos están poco representadas y registradas en sitios puntuales. Este
es el caso de ocho especies únicas de murciélagos, que solo son conocidas en
menos de 25 localidades.
El muestreo de mamíferos en Colombia debe
concentrarse en zonas como los bosques tropicales de la Amazonia. Foto:
Andrés Felipe Suárez Castro (Instituto Humboldt).
“La curva de acumulación de especies de mamíferos a nivel nacional no
alcanzó una asíntota, es decir que tiene un comportamiento lineal. Esto
indica que el muestreo de la diversidad de mamíferos de Colombia es bastante
incompleto, por lo cual cabe la posibilidad de encontrar nuevas especies en
áreas pobremente muestreadas”, dicen los investigadores.
Los expertos encontraron que no existe un incremento claro en el esfuerzo de
muestreo a lo largo del tiempo. “Los mayores esfuerzos de recolección
corresponden a estudios de enfermedades zoonóticas en mamíferos durante las
décadas de los 60 y 70. Hoy en día, el pico más reciente corresponde al auge
de las trampas cámara como método de muestreo”.
Áreas prioritarias
Los investigadores recomiendan que el muestreo de mamíferos en Colombia debe
concentrarse en zonas como los bosques tropicales de la Amazonia, en los
límites de los departamentos del Caquetá y Amazonas, además en el Escudo
Guayanés en la región de la Orinoquia.
“Estos son los territorios menos muestreados y más biodiversos, por lo cual
los esfuerzos deben estar enfocados allí para ir llenando los vacíos de
información. Otras zonas prioritarias son los bosques del Vaupés, sabanas
hiperestacionales y de altillanura plana en Vichada y las sabanas inundables
de Arauca y Casanare”.
Los departamentos del Caquetá y Amazonas y
el Escudo Guayanés en la región de la Orinoquia, también requieren de
mayores muestreos. Foto: Andrés Felipe Suárez Castro (Instituto
Humboldt).
El análisis también muestra que es necesario priorizar zonas con una alta
presión antrópica, como los bosques secos adyacentes a la Sierra Nevada de
Santa Marta, bosques húmedos de la Amazonia en Guaviare y los llanos entre
Casanare, Vichada y Meta.
“Aumentar la cobertura y representatividad de los Datos Primarios de
Biodiversidad requiere análisis detallados de riesgo de transformación de
paisaje, donde existe una alta probabilidad de que ocurran procesos de
extinción local”, cita el artículo.
En zonas de la Orinoquia y Amazonia en las fronteras con Venezuela, Brasil y
Perú, varias de las especies de pequeños mamíferos carecen de registros
verificados en Colombia. “Es posible que más de 20 especies de pequeños
mamíferos registradas en Brasil, Ecuador, Panamá y Perú se encuentren en
Colombia en áreas pobremente muestreadas”, revela la investigación.
Para llenar los principales vacíos de conocimiento sobre los mamíferos,
Suárez Castro manifestó que es necesario continuar con iniciativas como las
expediciones BIO o monitoreos realizados por entidades como en Instituto
Sinchi en la Amazonia.
Los investigadores precisan que es
necesario fortalecer las colecciones biológicas del país y aumentar el
presupuesto para la investigación de mamíferos. Foto: Andrés Felipe
Suárez Castro (Instituto Humboldt).
“El acceso a las bases de datos de las plataformas nos ha permitido ampliar
el conocimiento sobre los registros de las especies. Sin embargo, es
necesario que toda esta información sea publicada y esté disponible para
consulta de toda la ciudadanía. Las nuevas herramientas tecnológicas nos
permiten registrar los hallazgos, registros que son curados por expertos”.
Los investigadores también sugieren realizar inventarios por medio de
herramientas de ciencia ciudadana y los datos de los estudios de impacto
ambiental, además de destinar mayores recursos para seguir estudiando la
biodiversidad del país.
“Es necesario continuar con el fortalecimiento institucional para reportar y
curar la información proveniente de múltiples fuentes, además de priorizar
evaluaciones ecológicas rápidas, el fortalecimiento de las colecciones y la
liberación de información mediante bases de datos en línea”.
Para Suárez Castro, Colombia debe fortalecer las colecciones biológicas del
país y aumentar el presupuesto para que más investigadores puedan discernir
los patrones de la biodiversidad de una forma más robusta.
“Además, como investigadores tenemos la tarea de publicar la mayor cantidad
de registros en las bases de datos y llevarlos a las colecciones biológicas,
insumos que nos van a permitir llenar esos vacíos de información que hay
sobre mamíferos y los demás representantes de nuestra fauna silvestre”,
afirmó el biólogo del Humboldt.