Instituto de Investigación de Recursos Biológicos
Alexander von Humboldt

Investigación en biodiversidad y servicios ecosistémicos para la toma de decisiones

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Por: Prensa Instituto Humboldt | Bogotá D.C., 27 de enero de 2021 

Así estudia el Instituto Humboldt la biodiversidad de la mano de las comunidades




Todas las expediciones y trabajos en campo del Instituto Humboldt cuentan con la participación activa de las comunidades locales. Foto: Felipe Villegas (Instituto Humboldt).


  • •  A través de diálogos de saberes y encuentros comunitarios, el Instituto Humboldt realiza intercambios de conocimiento sobre la biodiversidad con pueblos indígenas, afrodescendientes, campesinos y ciudadanos urbanos y rurales.
  • •  En todas las expediciones y proyectos, los investigadores socializan los resultados con las comunidades y les ayudan a manejar las diferentes plataformas para que registren sus hallazgos biodiversos.
  • •  El Instituto recalca que la ciencia participativa es una de las herramientas más poderosas para seguir estudiando la magia biodiversa del país.

El estudio de la biodiversidad no solo implica inventarios de especies animales y vegetales, el uso sostenible del mundo natural, los sistemas de información y las políticas públicas. Conocimiento, cultura, costumbres y tradiciones ancestrales de las comunidades son elementos claves para conocer el verdadero rostro de los territorios.

Desde hace más de una década, el Instituto Humboldt, entidad encargada de estudiar los diversos aspectos biodiversos del territorio nacional, fortalece esos lazos entre las comunidades y los científicos a través de diálogos de saberes y encuentros comunitarios.


Con diálogos de saberes y encuentros comunitarios, el Instituto Humboldt amplía el conocimiento de la biodiversidad colombiana. Foto: Felipe Villegas (Instituto Humboldt).


“Las prácticas locales son unos de los propósitos de la conservación de la biodiversidad. Por eso, el Humboldt reconoce y respeta las diversas formas de investigación y de conocimiento existentes en el país y hace cada vez más partícipes a los indígenas, afrodescendientes, campesinos y ciudadanos urbanos y rurales”, afirmó Hernando García Martínez, director del Instituto Humboldt.

En las diferentes expediciones sobre biodiversidad que el Humboldt realiza, un grupo conformado por más de 30 investigadores se encarga de involucrar a las comunidades en el desarrollo de los estudios por medio de encuentros, espacios donde intercambian conocimientos sobre la flora, fauna y demás recursos naturales.

Ya sea recorriendo el denso bosque amazónico, las extensas sabanas de la Orinoquia, los relictos del bosque seco en el Caribe o las zonas húmedas del Pacífico, el Instituto Humboldt escucha las voces de las comunidades, las hace partícipes de las diferentes investigaciones y aprende sobre las tradiciones y prácticas que desarrollan para cuidar el medioambiente.


La comunidad participa en todas las expediciones sobre biodiversidad que el Humboldt realiza en el país. Foto: Felipe Villegas (Instituto Humboldt).


“Sin diálogo de saberes la gestión de la diversidad biológica no parece posible. Ese diálogo, además de exaltar el conocimiento tradicional, es un espacio para que las comunidades participen activamente en la toma de decisiones sobre la conservación de los territorios biodiversos del país”, precisó García.

El ideal de estos encuentros es generar intercambios de conocimientos entre los saberes de las comunidades y la ciencia. “Realizamos socializaciones y discusiones con las comunidades locales para abordar los avances y dificultades sobre la gestión de la biodiversidad. Estos diálogos son el resultado de una propuesta colectiva con las comunidades cercanas a los proyectos de investigación que realizamos”, menciona el director del Humboldt.

Los diálogos de saberes y encuentros comunitarios también permiten conocer las formas de vida, uso y manejo de los ecosistemas de las comunidades. “Este ejercicio nos ha permitido entender el manejo que le dan al bosque, la estrecha relación que tiene el cuidado de la naturaleza con sus conocimientos ancestrales y locales y la gran sabiduría sobre las diferentes especies”.

Para el director del Humboldt, el conocimiento y la conservación de la biodiversidad es un trabajo diario que requiere de la construcción de redes y una participación social activa. “Es de suma importancia conocer las diferentes alternativas que se dan desde lo local para conservar la biodiversidad”.


Cerca de 30 investigadores del Instituto Humboldt se encargan de dialogar con las comunidades. Carolina Soto (camisa roja) es líder de la línea de diálogo de saberes y ciencia participativa. Foto: Ruby Marcela Pérez (Instituto Humboldt).


Biodiversidad desde lo local

En el pasado, varios ejercicios de investigación en el país no les daban prioridad a las comunidades locales, proyectos que además no contaban con espacios de intercambio con la población.

Algunos expertos recorrían el territorio para estudiar los diferentes aspectos y características de los ecosistemas y la flora y fauna que allí habita, pero toda esa información no llegaba a las comunidades y por ende no tenía un impacto significativo en el territorio.

Ante este panorama, desde 2009 el Instituto Humboldt tomó la decisión de fortalecer el componente social y crear encuentros comunitarios y diálogos de saberes, espacios para generar intercambios de conocimiento con las comunidades locales.


“La expedición Cangrejo Negro en Providencia fue realizada de la mano de las comunidades raizales”: Hernando García, director del Instituto Humboldt. Foto: Ruby Marcela Pérez (Instituto Humboldt).


“Muchas intervenciones en conservación no buscaban generar relaciones horizontales y espacios participativos. Al involucrar a la comunidad y crear este tipo de encuentros en los proyectos, buscamos poner en marcha una construcción colectiva del conocimiento de la biodiversidad en el país”, asegura Carolina Soto, líder de la línea de diálogo de saberes y ciencia participativa del Instituto Humboldt.

Según Soto, las comunidades cuentan con un gran conocimiento sobre la biodiversidad. “Por eso, cuando los científicos llegan a campo se reúnen primero con las comunidades locales para intercambiar información sobre conservación y manejo ambiental, un enriquecimiento que sólo se da en las conversaciones”.

Esta estrategia aborda la inclusión del conocimiento ancestral y local de los pueblos indígenas, afrodescendientes, pueblos raizales y campesinos. “El ideal de esta construcción colectiva es llegar a puntos que le sirvan a los científicos y las comunidades, es generar información relevante para los diferentes actores involucrados.


Campesinos, indígenas y afrodescendientes hacen sus aportes a la biodiversidad en los diálogos de saberes y encuentros del Instituto Humboldt. Foto: Carolina Soto (Instituto Humboldt).


Estos espacios, que se realizan en todas las expediciones clásicas lideradas por el Instituto Humboldt, las comunidades indígenas, negras y campesinas narran sus formas de vida, las aproximaciones al uso y manejo de los ecosistemas y las prácticas de protección y manejo que realizan en sus regiones.

“Es como ingresar a la casa de alguien. Por eso, el primer paso es dialogar con las comunidades y así abrir la puerta al intercambio del conocimiento. Estas conversaciones buscan reconocer y entender al otro, además de valorar las diferentes aproximaciones a la gestión de la biodiversidad a escala local”, expresó Soto.

Para Soto, uno de los diálogos más significativos fue el realizado a unos talleres de biodiversidad y paz con excombatientes. “Fue muy interesante poder charlar con los excombatientes, que son unos naturalistas increíbles. Recuerdo mucho al señor Plinio de La Guajira, un observador de aves increíble que nos impresionó bastante por todo el conocimiento que tiene sobre la avifauna y la relación con la naturaleza”.


Investigadores del Instituto Humboldt realizan avistamientos de aves con las comunidades y les enseñan a registrar los reportes en diferentes plataformas. Foto: Felipe Villegas (Instituto Humboldt).


En la expedición BIO: Alas, Cantos y Colores, que estudiará las aves y cambios del paisaje en cinco regiones del país, estos diálogos tienen un gran protagonismo. “Cada una de las expediciones cuenta con personas locales que aportan todo el conocimiento que tienen sobre las aves. Construimos programas de formación de monitores comunitarios y al final de estos procesos socializamos y compartimos la información para que se quede en el territorio”, aseguró Soto.

Ciencia participativa

Con más de 58.000 especies de animales y plantas identificadas hasta ahora, Colombia ostenta el título del segundo país más biodiverso del planeta. Sumado a esto, ocupa el primer puesto en aves y orquídeas, segundo en plantas, anfibios, mariposas y peces dulceacuícolas, tercero en palmas y reptiles y sexto en mamíferos.

Los biólogos y demás investigadores que se encargan de estudiar todos los aspectos de la biodiversidad nacional, no han sido los únicos que han aportado sus registros y hallazgos para conocer esta cifra que día a día crece más.

En los últimos años, las comunidades se han sumado con mayor fuerza al estudio de la biodiversidad a través de las diferentes plataformas que contienen datos sobre los recursos naturales.


Las comunidades locales tienen un gran conocimiento sobre la biodiversidad y los diferentes servicios que presta la naturaleza. Foto: Felipe Villegas (Instituto Humboldt).


“La ciencia participativa o ciudadana es un proceso de construcción colaborativa de conocimiento en el que los ciudadanos contribuyen activamente con su conocimiento, experiencia y tiempo. En el último siglo, el proceso de ciencia ciudadana se viene posicionando a nivel mundial como una forma innovadora para hacer ciencia”, precisó Soto.

Entre las aplicaciones o plataformas que más aportan datos y conocimiento sobre la biodiversidad está Naturalista (iNaturalist), la cual permite que cualquier persona pueda registrar información y funciona como una red social.

“En la plataforma hay un grupo de usuarios con la categoría de curadores que se encargan de revisar los registros y hacer la respectiva curaduría. En esta plataforma se puede registrar información de todos los grupos taxonómicos y crear proyectos como inventarios participativos de biodiversidad”, precisó Soto.


Las prácticas locales son unos de los propósitos de la conservación de la biodiversidad. Foto: Felipe Villegas (Instituto Humboldt).


Naturalista alberga un total de 442.141 observaciones, 17.648 especies registradas, 8,214 identificadores y 16.792 usuarios activos, datos que indican que esta plataforma continúa consolidándose como una herramienta clave para conectar a las personas con la naturaleza a través del uso de plataformas digitales.

Esta herramienta cuenta actualmente con portales personalizados en 11 países. En Colombia, el Instituto Humboldt es el representante de la Red de Naturalista y administra el portal SiB Colombia desde el 2016.

El equipo coordinador del SiB Colombia consolida los datos provenientes de la aplicación de ciencia ciudadana por medio de mecanismos de integración y estandarización de información, “lo que hace posible que todos estos datos estén disponibles para su consulta y uso a través de los canales de participación del SiB Colombia”, complementó la investigadora.


Todos los resultados de las expediciones sobre biodiversidad del Instituto Humboldt son socializados en las comunidades. Foto: Carolina Soto (Instituto Humboldt).


En ciertas expediciones y trabajos de campo, el Instituto Humboldt capacita a las comunidades en el manejo de esta plataforma para que aprendan las funcionalidades, potencialidades y actividades que se pueden desarrollar con ella.

“También capacitamos a funcionarios de las entidades ambientales, profesores y estudiantes de universidades e institutos de investigación, organizaciones y alcaldías municipales. Además de enseñar, en estas capacitaciones invitamos a los participantes interesados a hacer parte de la red de curadores de la plataforma en Colombia y a contribuir en los procesos de validación de la información aportada a través de Naturalista”.