Un pajarito blanco va, un pajarito va.
Un proyectil impactando smog urbano, transformando niebla gris en cielo sano.
Canción ‘Un pajarito blanco’
Héctor Buitrago, Andrea Echeverri y Alex Ubago.
Cuando nos hablan de biodiversidad, nuestra mente rápidamente viaja hasta el Amazonas, pensamos en una guacamaya o nos transportamos a una montaña lejana y por esa razón, difícilmente relacionamos este concepto con algo cercano a nuestra forma de vida en las ciudades o a nuestro actuar cotidiano. Entonces, ante este panorama, podría parecer aún más extraño hablar de biodiversidad urbana. Aquí te contamos de qué se trata este tema que cada vez llama más la atención de muchos curiosos.
En la imagen, una de las piezas gráficas diseñadas como parte de la estrategia de comunicación del Instituto: “Conexión vital”. Queremos despertar la curiosidad de todos los ciudadanos pues ¡la biodiversidad está en todas partes! y por esa razón es el cuento de todos.
La biodiversidad urbana hace referencia a todas esas formas de vida que conviven con nosotros y a los paisajes que se adaptan a nuestras condiciones dentro de la ciudad. No podemos olvidar que la mayoría de la población colombiana se concentra en las ciudades y que es allí donde fácilmente se nos escapa que somos uno de los países con mayor biodiversidad del mundo. Para sorpresa de muchos no debemos irnos tan lejos para reencontrarnos con la naturaleza.
Aunque avenidas, carros y cientos de edificios suponen una barrera artificial entre la biodiversidad y la ciudad, es importante reconocer que sin los servicios ecosistémicos presentes en nuestros territorios, las ciudades no podrían funcionar. Gracias a la biodiversidad tenemos agua, alimentos y lugares verdes de recreación y esparcimiento. A pesar que las ciudades del mundo son responsables del 70% de los gases de efecto invernadero*, los ciudadanos podemos convertirnos en conectores dentro de estos ecosistemas en vez de destructores de los mismos.
¿Cómo decirle a un curí que su lugar es sólo el humedal y que no puede pasar de allí? ¿Cómo explicarle al alcaraván que ese brillo de los vidrios es sólo eso y no un espejo de agua? No podemos rehacer la ciudad pero si podemos convertirla en un lugar en el que todos puedan cumplir su función como seres vivos, donde se pueda aprovechar la concentración poblacional para ser gestores de educación ambiental.
Una de nuestras seguidoras, quiso compartir con el equipo de Notas Humboldt esta imagen capturada desde la terraza de su apartamento en Santa Marta. Asegura que este particular visitante se posa sobre el mismo árbol con gran frecuencia. ¿Ya pensaste cuál es la conexión vital que estableces día a día con tu entorno? Fotografía: Adriana Gracia.
Los ciudadanos debemos apropiarnos de los espacios verdes que la ciudad ofrece, que van más allá del cerro y del parque principal: se trata del arbolito ubicado en el separador de la avenida, pasando por esa planta que adorna la sala de la casa, hasta ese bosque a las afueras de la ciudad. El "desarrollo" ha convertido a la biodiversidad en algo vulnerable y es por eso que su apropiación es la mejor forma de conservarla.
La biodiversidad está presente en nuestra cotidianidad. Descubramos en la ciudad el ecosistema nuevo del que hacemos parte, esta es otra forma de explorar nuestra #ConexiónVital, anímate.