Restauración ecológica de páramos desde el enfoque indígena
Foto: Instituto Humboldt
Aspectos como usar plántulas de viveros locales, con el objetivo de reducir la mortalidad de las
especies en el proceso de restauración ecológica, o tenerlos en distintas altitudes hacen parte de los
conocimientos y reflexiones que las comunidades campesinas e indígenas del departamento de
Nariño han desarrollado durante el proceso de apropiación de acciones de recuperación del
ecosistema de páramo.
Por esta razón, líderes de los pueblos Nasa y Pasto se encontraron durante tres días, en un
intercambio de experiencias y aprendizajes como parte del Proyecto Páramos: Biodiversidad y
Recursos Hídricos en los Andes del Norte, coordinado por el Instituto Humboldt y financiado por la
Unión Europea, en el que afianzaron sus conocimientos relacionados con procesos de restauración
ecológica y propagación de especies nativas de alta montaña. En este encuentro, también
participaron funcionarios de Cortolima, el Instituto Humboldt y organizaciones de base campesinas,
una de ellas la Junta Administradora del Acueducto Comunitario.
El Intercambio en el que participaron 26 personas, 11 hombres y 15 mujeres de los pueblos
indígenas, se realizó en los resguardos Chiles, Cumbal y Muellamués con el fin de que los
integrantes del pueblo Nasa se capacitaran en temas de viverismo para iniciar el proceso de
restauración en el páramo Las Hermosas y hacer el montaje de su propio vivero de especies
paramunas.
La jornada inició con los líderes de la junta administradora del Acueducto Comunitario de la Vereda
La Calera, del resguardo indígena de Chiles (Nariño), quienes hablaron de su proceso de
capacitación y conservación iniciado en 2007, apoyado por el Instituto Humboldt a través del
proyecto Páramo Andino, el cual desencadenó acciones de restauración en una zona de gran valor
ecológico para el páramo Chiles, cerca de la bocatoma del acueducto de esta vereda.
Como parte de los resultados, se evidencia que las zonas anteriormente usadas para el pastoreo de
los animales ahora presentan alto grado de recuperación vegetativa; para esa labor, la Junta y sus
asociados usaron técnicas de enriquecimiento y siembras masivas en áreas descubiertas o
deterioradas y aunque, actualmente, los pueblos indígenas reconocen el impacto positivo de la
restauración, también concuerdan en continuar con el necesario proceso de aprendizaje y trabajar
en conjunto con las instituciones presentes en territorio.
Otro de los aprendizajes de este intercambio, fue la importancia del trabajo articulado entre las
comunidades de base y las entidades del estado, como Parques Nacionales Naturales de Colombia
y Cortolima, con quienes se ha realizado un destacado trabajo conjunto de conservación en cuanto a
la constitución de áreas protegidas a escala regional.
Durante el intercambio, también se visitaron dos experiencias de viveros comunitarios que han
centrado sus esfuerzos en la propagación de plantas nativas paramunas, bajo un modelo de
asociación comunitaria y familiar por medio del cual se gestionan proyectos de investigación
relacionados con el páramo, su conservación y uso sostenible.
Monos Dorados del Sol fue el primer vivero visitado durante el intercambio; su propietaria, Liliana
Alpala en compañía de su esposo Javier Mimalchí del resguardo Cumbal explicaron a los asistentes
detalles técnicos y prácticos sobre la distribución del material vegetal y el desarrollo de
biofertilizantes, un proceso en el que llevan años de experiencia, a base de polvo de roca usado
como fertilizante natural en reemplazo de abonos de síntesis química.
El segundo vivero, Puma Maki, está ubicado en el resguardo de Muellamués y es administrado por
la Asociación Comunitaria Puma Maki, conformada por 35 integrantes que trabajan en la
reproducción de plantas nativas tanto para restauración, principalmente, y ornamentales. Su líder,
Humberto Revelo, explicó que los asociados usan la técnica “rescate plantular” para la propagación
de especies que después son puestas en bolsas algunos meses y, posteriormente, venderlas a
diversas instituciones que realizan proyectos de restauración.
Todo el intercambio concluyó en un espacio de discusión y reflexión entre los asistentes de los
pueblos Nasa (Pasto) y representantes de las instituciones en los que se precisó que si bien las
técnicas aportan al proceso de propagación de especies, es importante destacar el conocimiento
tradicional de las comunidades indígenas como lo son los tiempos de siembra, transplante,
requerimientos de asociación de especies, entre otros, con lo que se contribuye a la efectividad de la
propagación en vivero y al establecimiento en campo.
Los intercambios fortalecen los procesos de conservación de los páramos, pues los asistentes tienen
la oportunidad de afianzar, reestructurar ideas y, en especial, conocimientos necesarios para
desarrollar procesos de restauración ecológica que son replicados en las comunidades base con un
interés particular por recuperar las coberturas naturales afectadas por las intervenciones en el
ecosistema, y mejorar la provisión del recursos hídrico que ha disminuido con el paso del tiempo.