Instituto de Investigación de Recursos Biológicos
Alexander von Humboldt

Investigación en biodiversidad y servicios ecosistémicos para la toma de decisiones

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¡Alerta! Humedales al rescate

 

Humedales 

Lluvias intensas, largos períodos de sequía, inundaciones, vendavales, pérdidas económicas y humanas han sido las consecuencias de la variabilidad climática que ha vivido el país durante los últimos años. Los ecosistemas y los servicios que se derivan de ellos son vulnerables a estos cambios pero al mismo tiempo hacen parte de la solución, es decir, la biodiversidad se ve afectada pero también es fundamental de la reducción del riesgo de desastres.

Uno de los desastres más conocidos, se presentó entre el año 2010 y 2011 como consecuencia del Fenómeno de la Niña, causando más de 1.100 decesos y 11.2 billones de pesos en pérdidas económicas. Sus efectos se concentraron particularmente en el Magdalena Medio y solo un pequeño porcentaje de esas afectaciones obedeció a eventos completamente inesperados. Por el contrario, conociendo la huella que el agua deja en el paisaje (suelos, vegetación, forma del terreno) se puede advertir la recurrencia de las inundaciones.

En un país anfibio como Colombia, conocer la huella del agua es primordial ya que contamos con más de 80 tipos de ecosistemas de humedal como manglares, llanuras de inundación, ciénagas, lagunas de alta montaña, turberas y glaciares. Adicionalmente, en algunas regiones como Arauca y Casanare, los humedales, en este caso de tipo estacional, ocupan más del 70% de su territorio. Por lo tanto, es fundamental considerar el potencial de inundación como una variable de peso en los procesos de planificación y ordenamiento territorial como parte de la gestión del riesgo, ya que este proceso busca intervenir los factores que pueden convertirse en desastres y reducir sus efectos.

Instancias tales como el Panel Intergubernamental de Cambio Climático ha advertido sobre el posible aumento en la frecuencia e intensidad de las lluvias, razón por la cual el país debe anticipar los efectos que sobrevienen con el cambio climático en los humedales y cómo éste fenómeno global se relaciona con los efectos de las transformaciones locales. Todo esto teniendo en cuenta los beneficios que los humedales prestan para el bienestar humano y que son nuestra protección natural frente a los desastres.

Los humedales son fundamentales para los servicios ecosistémicos de abastecimiento como la agricultura, pesca y disponibilidad de agua superficial y subterránea, servicios de regulación como la purificación del aire, la depuración del agua y la amortiguación de perturbaciones, así como para los servicios culturales como actividades recreativas, la valoración estética del paisaje y la identidad cultural y sentido de pertenencia.

Aunque la gestión de los ecosistemas de humedal está en manos de diversas autoridades del orden nacional, regional y municipal como el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, las Corporaciones Autónomas Regionales y las secretarías de ambiente municipales y distritales, es importante el compromiso de todos para respetar los llamados “derechos de los humedales”.

Aprovechando la celebración del día de los humedales este 2 de febrero, convocado por Ramsar alrededor del tema “Humedales para la gestión del riesgo de desastres”, tomémonos el mes de febrero para seguir la huella del agua y respetar los humedales. Que esta sea la oportunidad para recordar los derechos de los humedales:

Derecho a la recarga: Para evitar que los humedales desaparezcan, es importante preservar las fuentes de agua que recargan a estos ecosistemas.

Derecho a no ser contaminados: Cuando la materia orgánica crece excesivamente por la sobrecarga de nutrientes, el agua pierde su oxigenación. Esto impacta en las actividades humanas que dependen de estos ecosistemas así como en la salud y el bienestar de sus habitantes.

Derecho a un espacio pulsante: La pulsión de los humedales exige que se respete un espacio o “dobladillo” para su expansión en época de lluvias. Al intervenir este espacio con infraestructura no adecuada, pueden ocurrir desbordes o trasladar la inundación y los desastres aguas abajo.

Derecho a la biodiversidad nativa: Si se alteran los mecanismos de control o de autoregulación de un humedal, es posible que algunas especies proliferen como plagas y deterioren la integridad y la diversidad del ecosistema.

El reto está en reconocer que somos un país de agua recordando a aquellas culturas ancestrales que se movían entre lo seco y lo mojado; que los humedales son mucho más que “charcos” o áreas que hay que secar para el desarrollo de nuestras actividades productivas. Empecemos por redescubrir nuestros humedales para que no se vuelvan una ilusión de la memoria; esta es otra forma de trabajar en nuestra #ConexiónVital.

Nota: Los insumos técnicos fueron tomados de la publicación “Colombia Anfibia, un país de humedales”, resultado del convenio con el Fondo de Adaptación.