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Día Internacional de la Diversidad Biológica: alimentos colombianos que dependen de los polinizadores

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Por: Prensa Instituto Humboldt | Bogotá D.C., 22 de mayo de 2019

Día Internacional de la Diversidad Biológica: alimentos colombianos que dependen de los polinizadores




Fotografía: Iniciativa Colombiana de Polinizadores


  • •  Al menos 90 cultivos de frutas y verduras, que hacen parte de la dieta alimentaria de los colombianos, son polinizados por distintas especies de abejas, moscas, mariposas, polillas, escarabajos y murciélagos.
  • •  El Sistema de Información sobre Biodiversidad (SiB Colombia) reporta para el territorio continental e insular colombiano más de 250 mil registros biológicos de 251 especies de polinizadores de aves, mamíferos e insectos. De estas, una especie es exótica, 15 son objeto de comercio y tres están en categoría de amenaza Vulnerable.
  • •  En la celebración del Día Internacional de la Diversidad Biológica, el Ministerio de Ambiente, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) y el Instituto Humboldt presentarán la primera Iniciativa Colombiana de Polinizadores en la historia del país, este miércoles 22 de mayo de 2019, a las 2: 00 p.m., en el Hotel Radisson AR (Carrera 60 No. 22-99, Bogotá, D.C.).

Colombia reconoce la polinización como un servicio ecosistémico estratégico por el rol fundamental que desempeña para la conservación de la diversidad biológica, el mantenimiento de la estructura y función de los ecosistemas, la producción de alimentos y la economía mundial. A su vez, el país comparte la preocupación global por el creciente declive de las abejas y demás polinizadores, uno de los principales problemas actuales relacionados con la biodiversidad.

Por tal motivo, el Ministerio de Ambiente, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) y el Instituto Humboldt, apoyados por autoridades ambientales, entidades estatales, centros de investigación, academia, sector productivo y sociedad civil, elaboraron la primera Iniciativa Colombiana de Polinizadores, documento de política pública para fomentar y orientar la gestión del servicio ecosistémico de la polinización y la conservación de los polinizadores, destacando la importancia de los diferentes grupos biológicos que participan de este proceso como insectos, aves y mamíferos.

Polinizadores del territorio colombiano

A partir de la lista de polinizadores de Colombia publicada por el Instituto Humboldt, el SiB Colombia, dispone de 264.332 registros biológicos que representan 251 especies (sp.) de polinizadores. Por grupo biológico, en primer lugar están los insectos con 223 sp. y 4.470 registros, con fuerte presencia de abejas, moscas, mariposas y escarabajos.

En segundo lugar aparecen las aves con 24 sp. y 250.090 registros, entre las que se distinguen pájaros cantores, colibríes, loros, entre otros. En el último lugar, están los mamíferos (*solo murciélagos) con 4 sp. y 9.772 registros.

Las especies polinizadoras con mayores registros disponibles en el país son las aves. En este grupo sobresalen la tángara azuleja (56.904 registros), el azulejo de palmeras (38.200), el colibrí amazilia (22.824), el carpintero habado (22.369), el colibrí chillón (17.129), el sinsonte tropical (14.346), el colibrí coliazul (13.591), colibrí orejiazul (9.926), sangre de toro (8.249) y el colibrí jaspeado (8.195).

Entre el grupo de polinizadores, la abeja europea (Apis melífera) es exótica, es decir que fue introducida al país. En total, 15 especies de aves polinizadoras están en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), por ser objeto de comercio y su tráfico debe controlarse para evitar usos incompatibles con su supervivencia. Tres especies aparecen en la categoría de amenaza Vulnerable: el turpial guajiro (Icterus icterus) y los insectos carga barro (Melipona favosa) y el Melipona ebúrnea.

Si bien todos los departamentos del país cuentan con registros disponibles, en especial las regiones Andina y Caribe, el mayor número de especies polinizadoras los tiene Valle del Cauca (36.602), Antioquia (33.445), Caldas (28.341), Cundinamarca (28.187), Risaralda (17.031), Magdalena (16.321), Meta (13.000), Tolima (10.485), Santander (8.156) y Putumayo (8.050). El top de los municipios lo tiene Manizales (16.910), Santa Marta (14.668), Cali (12.805), Bogotá D.C. (7.118), Pueblo Rico (6.652), Pereira (6.337), Dagua (5.358), Ibagué (4.822), Villavicencio (4.070) y Medellín (3.830).

Ellos polinizan lo que nos comemos

Los polinizadores, incluyendo los de la biodiversidad colombiana, juegan un vital papel para la producción de cultivos de importancia agrícola y alimentaria: los murciélagos, por ejemplo, son vitales en la polinización de cultivos de banano, manzana malaya, pitaya, zapote y marañón, entre otros. Los escarabajos hacen lo propio con la palma de aceite, el chontaduro, la guanábana, la manzana balsámica y de azúcar, la pera balsámica, el sauco y muchos más.

En cuanto a las polillas, estas son esenciales en cultivos de cacao de monte, la papaya, la nuez moscada, la calabaza serpiente y la yuca, por mencionar solo algunos. Por su parte, las mariposas se encargan del marañón y variedades de mango; las moscas (verdaderas y de flores) contribuyen con el aguacate, el cacao, el café arábigo, la canola, la cebolla, el comino, la frambuesa, la fresa, la mora, variedades de mango, manzana, marañón, mostaza, pera, perejil, planta de té, puerro, tomate, yuca dulce y amarga, zanahoria y otros cultivos.

Las más conocidas, las abejas, polinizan la pera, el pepino dulce, la papaya, la sandía, el tomate, la toronja, la vainilla, la naranja, la mostaza, el melón, el maracuyá, el marañón, la manzana, el mango, la macadamia, el limón, el liche, el kiwi, la guayaba, el girasol, la fresa, la frambuesa, el coco, la ciruela, el aguacate, el albaricoque, la almendra, el café, la canola, el cardamomo, la cebolla, tres variedades de cerezas, el carambolo y otros tantos cultivos.

La Iniciativa colombiana de Polinizadores

La Iniciativa Colombiana se formula a partir de su similar internacional establecida por el Convenio de las Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica (CDB) y coordinada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Asimismo retoma los avances en el tema de polinizadores, con especial énfasis en la Propuesta de Estrategia Nacional de Polinizadores, elaborada desde el Instituto Humboldt con el apoyo técnico y científico de la Universidad Nacional de Colombia – Laboratorio de Abejas.

Además, la propuesta colombiana toma en cuenta los avances obtenidos en la Evaluación sobre polinizadores, polinización y producción de alimentos desarrollada por la Plataforma Intergubernamental de Biodiversidad y Servicios ecosistémicos (IPBES), la cual constituye una acción del país en cumplimiento a la Coalición de Voluntades por los Polinizadores, oficializada durante la Sexta Plenaria realizada en Medellín en 2018.

En el Día Internacional de la Diversidad Biológica, la ONU quiere que haya un mayor conocimiento y conciencia sobre “la estrecha dependencia que tienen los sistemas de producción alimenticios, la nutrición y la salud con la biodiversidad y el bienestar de los ecosistemas. En los últimos cien años, más del 90 por ciento de las variedades de cultivos han desaparecido de los campos de los agricultores.

La mitad de las razas de muchos animales domésticos ya no existen, y las 17 principales zonas de pesca del mundo están siendo explotadas hasta sus límites sostenibles. La variedad local de los sistemas de producción de alimentos también corre el riesgo de desaparecer, incluidos los conocimientos de los pueblos indígenas o las comunidades locales que llevan consigo.

Con este declive, la biodiversidad agrícola está desapareciendo, y con ella también el conocimiento vital de la medicina tradicional y los alimentos locales. Otra de las grandes preocupaciones es la pérdida de dietas diversificadas, que está directamente relacionada con enfermedades o factores de riesgo para la salud, como la diabetes, la obesidad y la desnutrición”.

Así pues, la Iniciativa Nacional de Polinizadores, que contiene los ejes temáticos y metas para el avance en el conocimiento, evaluación, monitoreo, valoración integral, fortalecimiento de capacidades e inclusión en políticas públicas y procesos de toma de decisiones, Colombia espera definir acciones de conservación y uso sostenible, tanto en ecosistemas naturales como en paisajes transformados, de manera que se sustente el servicio de la polinización a escalas local, regional y nacional.
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¿De dónde viene lo que te comes?

Más allá del sabor. Hablemos de etnogastronomía y polinización

Definitivamente comer constituye, para muchos, uno de los mayores placeres de la vida. ¿Quién no ha disfrutado de un buen plato de frutas a la hora del desayuno o se ha maravillado con los sabores de la comida típica de algún rincón del país?

Este territorio no solo es rico por sus paisajes, también lo es por el tema gastronómico: la biodiversidad sí que se puede ver reflejada en muchas casas colombianas. Colores, formas y sabores que dan rienda suelta a los platos más variados nos hacen felices los días. Aquí tenemos plantas y frutos desconocidos, raros y comunes que sirven no solo de alimento sino que son la base de múltiples recetas, medicinas, saberes ancestrales y que hasta sirven de inspiración para la creación de artesanías e historias.

Por esa razón, con motivo de nuestra serie #DeLaFlorAlPlato, llega un nuevo Humboldt ConVida donde exploraremos de dónde viene todo aquello que, como resultado final, termina en nuestro plato trascendiendo el sabor.

Acompáñanos sin falta. La cita es el próximo miércoles 5 de septiembre desde las 5:30 p.m. en el Restaurante Ocio (Bogotá) con dos invitados de lujo: el chef Alex Salgado y la bióloga Francis Chaves.

¡Entrada libre hasta completar aforo!

 

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#OcioDesdeElCorazón

#HumboldtConVida

 

Sobre nuestros invitados:

Alex Salgado: Economista de profesión y cocinero de corazón, Alex es el propietario y cocinero del Restaurante OCIO en Bogotá, lugar en el que presenta su concepto: Cocina Autóctona Colombiana, exaltando la importancia e identidad del producto colombiano, la tradición y el conocimiento culinario de las diferentes etnias del país.

Francis Andrea Chaves: Bióloga MSc. de la Universidad Nacional de Colombia y Candidata a PhD de Colorado State University. Francis tiene formación en biología reproductiva y ecología de poblaciones de plantas. Ha trabajado con cactáceas en zonas áridas y con frailejones en el páramo, identificando mecanismos para su reproducción incluyendo sus polinizadores. También ha contribuido en proyectos de polinización de abejas sin aguijón.

 

Con el apoyo de:

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Todo un melodrama, así es el microscópico universo de la polinización



El Instituto Humboldt, con motivo del Día Nacional de la Biodiversidad, presenta De la flor al plato, el microscópico universo de la polinización una serie de contenidos ilustrados para conocer y admirar este indispensable proceso que respalda el mantenimiento de ecosistemas estratégicos y con ello la seguridad alimentaria de los colombianos y el resto del planeta. En esta ocasión, y reconociendo la abundancia de la geometría en la naturaleza, las figuras cuadradas y circulares representarán a las plantas y a sus polinizadores.

Con sentidos minúsculos pero agudos contemplaremos, como espectadores de una serie televisiva, la puesta en escena del proceso de polinización: una historia con protagonistas silenciosos pero vitales; relaciones intensas, bígamas y polígamas; múltiples condiciones sexuales; fecundaciones asistidas o autónomas que sumados a otros personajes y factores dan a esta trama rumbos inesperados y situaciones complejas, ocultas a simple vista, sin las cuales serían impensable disponer y disfrutar de frutas, verduras, condimentos, semillas y bebidas en la cocina y la mesa.

El cuento de la abejita y su vigorosa semilla

“Que una abejita llega a la flor y deposita en ella su semilla y la fecunda, y así nacen los niños”; esa ha sido la explicación más común de los padres para evadir la incómoda conversación con sus hijos cuando les preguntan cómo traen los hijos al mundo. Tal comparación, en efecto, hace referencia a la fecundación con granos de polen, o lo que conocemos como proceso de polinización, que involucra a diversidad de especies de plantas con flores y a abejas, abejorros, murciélagos, moscas, cucarrones, colibríes, polillas, mariposas y a elementos naturales: viento y el agua. Sus encuentros obsequian amplia variedad de alimentos, ciertos medicamentos, subsistencia de ecosistemas y, por lo tanto, el bienestar y futuro de la humanidad en pleno.

En medio de condiciones bisexuales, unisexuales y relaciones bígamas, polígamas o autónomas para la reproducción, las plantas con flores, de entre 2 a 5 milímetros o hasta medio metro de altura, se mueven, coloquialmente hablando, entre dos fuegos o amores, puesto que atraen hacia ellas a los polinizadores, lo más cercano a un amante hecho a la medida, al tiempo que ahuyentan a ladrones de néctar, los pícaros y astutos.

Los polinizadores, animales por lo general voladores, usan las flores de manera obligada u ocasional con el fin de obtener beneficios en forma de recursos alimenticios, aceites, perfumes, precursores de feromonas; también como lugar de descanso, sueño y apareamiento, depósito de huevos, o sistema de calefacción para incrementar su temperatura. Tal recompensa viene dosificada, obligando al polinizador a visitar numerosas plantas hasta recoger en su cuerpo, intencional o accidentalmente, una cantidad suficiente de polen que luego deposita en los órganos reproductivos femeninos de otras flores, y otros individuos, por lo general de la misma especie. Tal fidelidad, o constancia floral, garantiza una eficacia reproductiva y evita interferencias causadas por consignar las células sexuales masculinas equivocadas en el lugar incorrecto. A este fenómeno se le conoce como síndrome de la polinización.

Esta conducta es catalogada como sorprendente por la ciencia puesto que las especies de plantas con flores conviven en una misma área geográfica en simultáneo, por lo cual ofrecen un abanico de recompensas frente a las cuales el polinizador podría optar por una “infidelidad floral” al visitar, sin distinción, a todas.

Y aunque la “infidelidad” de un polinizador podría resolverse con una reproducción autónoma, labor para la cual numerosas especies de plantas son autosuficientes, está demostrado que la presencia de un vector alado incrementa la cantidad y la calidad de los frutos que se forman, lo cual, desde el punto de visto económico, tiene un impacto considerable en el caso de los cultivos.

Esta relación de mutuo beneficio y fidelidad (que data del cretácico, era que marcó el fin de los dinosaurios) demuestra que la gran mayoría de plantas con flores dependen de polinizadores animales (solo el 2,7% utiliza el agua como vía de polen, y el 13% el viento), así mismo explica la abundancia de biodiversidad encontrada en los trópicos comparada con alturas mayores.

Sobre este “síndrome de polinización”, revisemos algunos ejemplos de animales polinizadores y ciertos criterios que estos tienen en cuenta al momento de elegir una flor. Los escarabajos, por su visión pobre en color y un fuerte sentido del olfato, polinizan flores grandes y solitarias (magnolias); muy pequeñas que nacen agrupadas de un mismo tallo (palmas); capaces de llegar a entre 5 y 25 grados centígrados por encima de la temperatura ambiental; que producen aromas fuertes, frutales fermentados o dulces; o con pétalos blancos, crema o verdes en forma de taza o disco donde el polen o el alimento siendo de fácil acceso para este insecto.

Las moscas, de visión aguda, prefieren las flores pequeñas de pétalos blancos, crema y amarillos, usualmente con guías de néctar y poca elaboración de este jugo; con fragancias mínimas y una producción de polen regular o abundante.

Las abejas (cerca de 20 mil especies) optan por pétalos que reflejan la luz ultravioleta y con colores azul, blanco, amarillo y rosado; con aromas dulces, suaves, frescos, y agradables. En el caso de las mariposas, que no tienen un gran sentido del olfato y el del gusto está en sus patas, eligen flores poco fragantes y de pétalos brillantes, anaranjados, azules, morados, rojos o amarillos; con formas tubulares profundas y plataformas de aterrizaje.

Las polillas, de visión nocturna y buen sentido del olfato, se vuelcan a flores, algunas que permanecen cerradas durante el día, con pétalos de color blanco, crema, azules o amarillos muy pálidos; flores fragantes que producen polen. Para las aves, en Colombia se han registrado cerca de 50 familias visitantes de flores; de ellas, las principales polinizadoras son las de los colibríes (Trochilidae), que en muchos casos pueden alimentarse mientras mantienen un vuelo suspendido frente o bajo las flores; hay cerca de 140 especies que oscilan entre los 5 a 20 centímetros de largo, pesos entre 3-10 gramos y picos fuertes de 1 a 20 cm de longitud. Con una buena visión en color, eligen flores tubulares o tipo cepillo con pétalos escarlatas y verdes, ausentes de fragancias pero abundantes en néctar.

Con los murciélagos, el tema resulta ser mucho más interesante. Cerca del 25% de las especies usan los recursos florales como parte de su dieta y algunas dependen totalmente de las flores. Son animales grandes y pesados que, a veces, se posan sobre las flores; no distinguen colores, por lo que estos le son irrelevantes en la atracción; tienen un sentido del olfato desarrollado; las plantas polinizadas por estos mamíferos voladores son generalmente leñosas, árboles, arbustos, o lianas, entre otras; con pétalos blancos, crema, ocre o sombras lúgubres de verde o púrpura; productoras de aromas fuertes, frutales, ácidos, rancios, a repollo o que sugieren fermentación; abundantes en néctar y polen; las flores en forma de campana amplia; robustas, grandes y expuestas sobresaliendo del follaje.

Después de lo anterior, solo piensen, por un instante, que detrás de toda granadilla hay una historia, y el costo real de lo que nos comemos ante el gasto energético que implica para plantas y polinizadores; es más, imagine lo que traería consigo la interrupción de la relación entre ambos bandos. Por mencionar algunos ejemplos, no tendríamos acceso a cientos de frutas, verduras y legumbres que hacen parte de nuestra dieta actual: manzanas, duraznos, naranjas, limones, nueces, mangos, cerezas, cocos, uvas, papayas, chirimoyas, melones, sandías, granadillas, maracuyás, uchuvas, fresas, frambuesas, agraz, calabazas, arvejas, fríjoles, remolachas, pepinos, ahuyamas o tomates; semillas de aceite: lino, mostaza, girasol, palma, oliva, maní y ajonjolí; condimentos y bebidas: pimienta negra, cacao, cardamomo, endivia, café, té y vainilla; forrajes como alfalfa; o fibras: algodón y cabuya. Ocurriría, además, una pérdida de la variedad genética de las especies y se afectarían los servicios que ofrecen los ecosistemas derivados de la función ecológica de la polinización.

Por tales razones, la polinización es fundamental para la producción de alimentos y los medios de vida de las personas. Un colapso en las interconexiones dentro de un ecosistema sería, sin duda, fatal. Es por esto que como Estado debemos prestar especial atención a la presión que ejercen las nuestras actividades sobre los polinizadores, la cual incrementa su demanda y al mismo tiempo destruye sus hábitats. Asimismo, tenemos numerosos desafíos por superar, como entender la estructura y la relación eficaz de la polinización, desarrollar modelos de evaluación y predicción de la respuesta de la diversidad biológica al cambio climático, al uso de la tierra y al crecimiento demográfico; y armonizar a los diferentes estamentos de la sociedad para desarrollar e implementar estrategias adecuadas y exitosas de conservación. Así pues, nos queda permanecer atentos a los canales digitales del Instituto Humboldt para no perderse un solo capítulo de esta vibrante historia que se presentará a través de contenidos ilustrados y espacios de conversación presenciales gratuitos, Humboldt Convida, y virtuales, Facebook Live, y protagonizada por aquella biodiversidad invisible, como la calificara el científico estadounidense Daniel Janzen, que sustenta la diversidad biológica estructural planetaria.

Con información de la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Iniciativa colombiana de polinizadores, capítulo abejas.

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Agonía de polinizadores, una amenaza para Colombia

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Agonía de polinizadores, una amenaza para Colombia

Bogotá, D. C., 29 de febrero de 2016

Bombus rubicundusAbejorro macho (Bombus rubicundus) Fotografía: Felipe Villegas, Oficina de Comunicaciones (Instituto Humboldt)


- Brigitte Baptiste, directora general del Instituto Humboldt, miembro del Panel de expertos de la IPBES y autora de este artículo, explica las posibles consecuencias y soluciones para Colombia ante la advertencia de la ONU por inminente disminución de polinizadores, indispensables para la agricultura y flora mundial.

- Los principales cultivos de exportación colombianos y para consumo interno están en manos de los polinizadores.

- Según el Convenio de Diversidad Biológica (CDB), el país debe diseñar e implementar una estrategia y plan nacional para conservación de polinizadores, servicios de polinización y uso sostenible.

Los sectores productivos y el bienestar social y económico de los países están sujetos a los servicios ecosistémicos derivados de la diversidad. Colombia, por su ubicación y características geográficas, depende más que otras naciones de la salud de sus ecosistemas.

Y es que entre los principales cultivos colombianos de exportación dependientes de los polinizadores silvestres están el banano, el cacao, la palma aceitera, el café y muchas flores; mientras en la producción de consumo interno sobresalen frutales como los cítricos, el mango, el chontaduro, el aguacate, la papaya, el maracuyá, la guayaba y la guanábana.

La producción de cacao, considerado como “el cultivo de la paz” por Fedecacao y el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, depende por completo de un mosquito propio de las selvas tropicales, por lo cual el diseño agroecológico de los cultivos para mantener su hábitat constituye el factor más importante para garantizar volumen y calidad en la producción.

Por lo tanto, un colapso de los servicios de polinización traería crisis alimentaria, reducción de ingresos comerciales del sector agropecuario y pérdida de competitividad, con todas las consecuencias sociales que esto implica. Y es que según la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio, la polinización, entre otros servicios, regula la producción de una considerable porción de los alimentos del mundo y le aporta millones de dólares, función que no es reconocida por los sistemas de contabilidad financiera.

Indirectamente, sin la polinización adecuada o su disminución sustancial, tampoco hay regeneración de la vegetación natural y la inmunidad de los ecosistemas se deteriora con riesgos adicionales para el bienestar humano, por ejemplo bosques empobrecidos susceptibles a las plagas y sin posibilidad de regulación climática e hidrológica.

Según informes, el 70 % de los principales cultivos alimenticios para los seres humanos incrementa la producción de frutas o semillas con polinización animal. El valor monetario de esta contribución se estima en 153 billones de euros al año a nivel global, lo cual representa alrededor del 9,5 % del valor total de la producción de alimento.

Entre animales polinizadores están, por ejemplo, las abejas melíferas, de origen europeo, que constituyen solo una de miles de especies dentro de la diversidad de polinizadores y sistemas de polinización. Existen entre 25.000 y 30.000 especies de abejas silvestres (Hymenoptera: Apidae) que, junto con polillas, moscas, avispas, cucarrones y mariposas polinizan la mayoría de plantas florales.

Muchos vertebrados también son fundamentales en la polinización: murciélagos, mamíferos no voladores (varias especies de monos, roedores, ardillas, olingos y cusumbos) y aves (colibríes y loros) contribuyen sustancialmente a la economía alimentaria del mundo y al mantenimiento de los procesos ecológicos de los que dependemos.

Sin estos polinizadores la humanidad perdería uno de cada tres bocados de comida que consume, de ahí la necesidad de mantener la diversidad de plantas y polinizadores para asegurar la variedad de alimentos, incluso la carne, puesto que forrajes como el trébol y otras leguminosas también requieren polinización para producir semillas.

Los factores que amenazan a los polinizadores incluyen la pérdida y fragmentación de hábitat naturales; disturbios causados por el uso incrementado de pesticidas y herbicidas; dominancia de monocultivos; propagación de patógenos, virus y parásitos por prácticas productivas y comerciales; introducción de polinizadores y plantas no nativas que generan competencia desfavorable y, finalmente, el cambio climático.

Si continúa la disminución acelerada de polinizadores, como se ha evidenciado en los últimos resultados globales sobre el estado de la polinización y de los polinizadores -entregados por la Plataforma Intergubernamental de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES)- será inminente la pérdida de una proporción considerable de la flora mundial y por consiguiente una crisis global.

Ante la preocupación de la comunidad científica, políticos, el público en general e instancias globales como el Convenio de Diversidad Biológica (CDB) aparecen propuestas como la Iniciativa Internacional para la Conservación y Utilización Sostenible de los Polinizadores que interactúan con otros programas temáticos como Diversidad Biológica Forestal, Biodiversidad de Tierras Áridas y Subhúmedas y, en especial, con la Iniciativa Mundial sobre Taxonomía y el Trabajo en Especies Exóticas Invasivas.

Considerando que Colombia ratificó mediante Ley 165 de 1994 el Convenio de Diversidad Biológica, debe cumplir los mandatos y compromisos derivados de este acuerdo internacional; por lo tanto, y con respecto al tema de polinizadores y servicio de polinización, es necesario que el país diseñe y desarrolle una estrategia y plan nacional para su conservación y uso sostenible.

Una importante oportunidad para el país se encuentra en la Política Nacional para la Gestión Integral de la Biodiversidad y sus Servicios Ecosistémicos (PNGIBSE), que reconoce en la biodiversidad una fuente principal y garantía para el suministro de servicios ecosistémicos, indispensables para el desarrollo del país como base de competitividad e insumo para el bienestar de la sociedad colombiana.

Otra posibilidad está en la estrategia de crecimiento verde –que actúa como eje transversal y orientador para la incorporación de la sostenibilidad ambiental en todos los ámbitos de la economía y la productividad nacional– brinda un escenario para posicionar el manejo y conservación del servicio de polinización a partir de los beneficios que representan en cuanto a disponibilidad, calidad y variedad de alimentos y productos de consumo humano.

Finalmente, está la Gestión Integral de la Biodiversidad y sus Servicios Ecosistémicos -una obligación señalada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en su Evaluación del desempeño ambiental: Colombia 2014-, que compromete al país a realizar una valoración exhaustiva sobre el valor económico de los servicios ecosistémicos, dar prioridad a la información necesaria para apoyar la toma de decisiones en los diferentes niveles del gobierno y desarrollar un plan de acción específico.


Consulte el documento oficial de evaluación IPBES sobre polinizadores y servicios de polinización en http://www.ipbes.net/article/pollinators-vital-our-food-supply-under-threat
 

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Los viajes del polen

Con cada entrega de Notas Humboldt te llevaremos por un extraordinario recorrido alrededor de nuestro territorio nacional. Seleccionaremos una serie de fotos que darán cuenta de la riqueza y belleza de la biodiversidad de Colombia. En esta edición “Los viajes del polen”.

La polinización es un proceso vital, tanto para el funcionamiento de los bosques como para la agricultura. La gran mayoría de especies de plantas silvestres y cultivadas requieren de un agente polinizador (insectos, aves, mamíferos, viento) para producir frutos o semillas. Este proceso también es responsable de que Colombia sea uno de los países más biodiversos del planeta: tenemos cientos de polinizadores que impulsan el equilibrio de este servicio ecosistémico.

Por esa razón, quisimos aprovechar esta edición de nuestras Notas Humboldt para hablar de polinizadores y polinizados e invitar a todos nuestros seguidores para que, mediante imágenes, nos mostraran su relación con la polinización.

Aquí les presentamos algunas de las fotografías compartidas con nosotros. Muchas gracias a todos aquellos que se animan a participar y reflexionan sobre las conexiones vitales que establecen en su cotidianidad.

 

Para tener en cuenta: 

Si quieres hacer parte de esta sección te invitamos a que compartas con nosotros tus imágenes, enviándolas al correo Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. con una descripción de la fotografía y tus datos personales. En el asunto debes hacer referencia a la sección “En cámara” de nuestras Notas Humboldt.

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La polinización, un universo fascinante.

“En los rastrojos de ospino
yo tengo una abeja vista
con las ramas bajiticas
no he podido distinguir
si es guanota o es arica
si la tuviera a la pata
diría que es españolita”
Antiguo canto popular a la abeja angelita

 

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En esta imagen se aprecia a una abeja macho polinizadora de orquídeas, (Euglossa sp.). Fotografía: Felipe Villegas, Oficina de Comunicaciones (Instituto Humboldt)

 

 

 

 

 

 

 

¿Sabías que las orquídeas son las plantas con flor más diversas? Colombia ostenta el título como el país con mayor número de especies en el mundo, y ésta alta diversidad se debe en parte a la coevolución con insectos como la abeja del género Euglossa –protagonista de la imagen publicada líneas arriba–. La forma de la orquídea evolucionó de manera que cuando la abeja la visita, el polen se libera y se adhiere a su cuerpo y así es transportado a una siguiente flor. Sin embargo, las abejas de las orquídeas no buscan néctar o polen en estas flores, llegan buscando una fragancia que produce la flor y que estimula la producción de feromonas para atraer a las hembras, ¿impresionante verdad?, es una sincronía perfecta.

Ahora bien, iniciamos contando la razón por la cual a estas abejas les atraen tanto las orquídeas porque queríamos ilustrar el tema de la polinización haciendo referencia a una imagen que para muchos es familiar, pero que adicionalmente nos permite explicar algo fascinante. Cada vez que nos hablan de polinización lo primero que se nos viene a la mente es una abeja sobre una flor pero lo que aquí queremos contar, por extraño que pueda parecer, es que la polinización es mucho más que esa bonita y sencilla imagen con la que la relacionamos.

¿Alguna vez te has detenido a pensar en qué consiste este proceso? Pues es un servicio ecosistémico del que depende el equilibrio biodiverso de los ecosistemas del mundo y la seguridad alimentaria de todos, ya que gran parte de los alimentos que consumimos a diario se relacionan directa o indirectamente con la polinización. En palabras más sencillas, sin este proceso las frutas, verduras y semillas no serían tan sabrosas ni tan nutritivas como las conocemos. Además, los cultivos que alimentan a los animales de los que obtenemos carne y leche serían de mala calidad, lo cual nos afectaría como consumidores del producto final. También beneficia a los campesinos pues cuando hay polinización los atributos de sus cosechas son superiores y de esta manera las ganancias que obtienen de sus productos son mayores.

 

6En esta imagen se pueden reconocer algunos de los elementos implicados en el proceso de polinización y los resultados de la misma. 

 

La polinización es básicamente transferir el polen de la parte masculina de la flor a la femenina. Para que esto suceda la flor depende principalmente de animales, denominados polinizadores, como las abejas, las moscas, las avispas, las mariposas, los colibríes y hasta los murciélagos. Aunque son varios los animales que realizan este trabajo, el 80 % de los polinizadores son insectos, de los cuales el 75 % son abejas.

La polinización sucede en el campo, en el jardín frente a la casa y hasta en la flor de la terraza, tiene impactos positivos para todos y es algo que quizá nunca habíamos visto como relevante, de allí el valor que debe tener cada espacio verde en el que este proceso se puede dar: esto es evidencia de que la conexión vital habita todos los espacios y ocurre cotidianamente en diferentes niveles, convivimos con ella.

 

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Como en ediciones anteriores, publicamos imágenes que nuestros seguidores comparten con nosotros. A propósito del tema definido para las últimas Notas Humboldt del año, recibimos esta fotografía tomada en Manizales de unas abejitas mordelonas en plena jornada de trabajo. Fotografía: Susana Velásquez

 

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