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Colombia suma una nueva especie de murciélago: subespecie asciende a especie

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Bogotá, noviembre 30 de 2023

Colombia suma una nueva especie de murciélago: subespecie asciende a especie


Por: Prensa Humboldt



Gracias a una investigación que comenzó en el 2014, un tipo de murciélago que habita en Colombia y otros países de la región y que se consideraba una subespecie, ascendió a categoría de especie. Investigadores descubrieron que cuenta con características morfológicas y morfométricas distintas a las de su género. Se trata del Eptesicus miradorensis.

  • El tipo de murciélago que ahora se suma como nueva especie, se caracteriza por ser la más grande de su género, con una longitud en su antebrazo de 48 a 51 milímetros (las otras especies tienen medidas menores).
  • Pese a ser considerado un animal poco carismático, la conservación del murciélago es vital para los ecosistemas al ser un consumidor de insectos, algunos de los cuales son plagas.


Bogotá, noviembre 30 de 2023. En el 2014, un grupo de ocho reconocidos investigadores colombianos (nombres al final de la nota), liderados por el biólogo y profesor Héctor Ramírez Chávez, decidieron unirse para analizar ejemplares de murciélagos conservados en diferentes colecciones biológicas, además de hacer nuevas colectas con el objetivo de continuar los estudios existentes sobre este grupo animal.

Para esto, usaron parte del material que reposa en la Colección de Mamíferos del Instituto Humboldt , el Museo de Historia Natural de América, el Museo Británico, la Universidad del Tolima, la Colección Entomológica de la Universidad de Antioquia, la Colección Nacional de Mamíferos de México y la Colección de Mamíferos de la Universidad Nacional; entre otros.

Los investigadores se enfocaron en el género Eptesicus, para el cual estaban descritas 11 especies en Sudamérica; poniendo especial énfasis en la especie Eptesicus fuscus o murciélago pardo (especie que, a su vez, estaba dividida en 10 subespecies). Allí, los científicos notaron que entre las subespecies del murciélago pardo existían varias diferencias.

“Empezamos a notar que entre las 10 subespecies del Eptesicus fuscus existía una alta variabilidad morfológica (estructura) y morfométrica (forma), es decir, que de unos individuos a otros se presentaban diferencias importantes en características como el tamaño y el color; lo que nos llevó a considerar que alguna subespecie podría tratarse de una especie” explica Elkin Noguera Urbano, investigador de la Gerencia de Información Científica del Instituto Humboldt, uno de los autores de la investigación.

De estas 10 subespecies, la Eptesicus fuscus miradorensis (la única que habita en el área continental de la región neotropical de Centro y Sudamérica), era la que presentaba mayor variabilidad (diferencias morfológicas y morfométricas); por lo que existía una alta probabilidad que se tratara de una especie y no de una subespecie.

Oficialmente ascendida

A partir de estas observaciones, se empezaron a revisar muestras genéticas, se tomaron medidas morfológicas y se evaluaron partes como el cráneo y la piel, comparándolas hasta con 14 medidas externas y craneales de ejemplares distribuidos a lo largo de América.

“Luego de sumar toda la evidencia, obtener la secuencia genética de la subespecie analizada y compararla con otras secuencias, comprobamos que era un taxón diferente, es decir, que sí se trataba de una especie y no de una subespecie.

cráneo miradorensis Detalles del cráneo y la morfología exterior de la ahora llamada especie Eptesicus miradorensis / Imagen: archivo particular del estudio


Dentro de las diferencias encontradas, se determinó que la ahora considerada especie Eptesicus miradorensis se destaca por ser la más grande de las que conforman el género, con una longitud de su antebrazo de 48 a 51 milímetros (los otras especies tienen medidas menores) y un cráneo con una longitud de 19 a 20 milímetros (cráneo robusto en comparación con las demás especies que tienen estructuras más pequeñas).

También presenta una cresta sagital (parte posterior del cráneo) y otra lambdoidea (cresta extendida en la parte posterior del cráneo) muy desarrolladas, aspectos que no son tan destacados en otras especies.

Esta especie se distribuye en México, Colombia y Venezuela; pero también tiene poblaciones intermitentes en otros países de la región. Su presencia se asocia a zonas de alta montaña (más de mil metros de altura) y de bosque seco. En Colombia, se le puede encontrar en el Valle del Cauca, el macizo colombiano y el suroccidente del país.

Eptesicus miradorensis Espécimen del Eptesicus miradorensis conservado en la Colección de Mamíferos del Instituto Humboldt


Es así como, a partir de este resultado, la subespecie Eptesicus fuscus miradorensis pasó a convertirse en la especie Eptesicus miradorensis, la número 12 del género Eptesicus en Sudamérica y una nueva especie para Colombia. Este hallazgo quedó descrito en el estudio: “Sistemática, morfometría y distribución de Eptesicus fuscus miradorensis, con notas sobre morfología e historia natural”.

El artículo fue publicado en la revista Therya, de la Asociación Mexicana de Mastología A.C., que difunde conocimiento sobre mamíferos, especialmente en Latinoamérica. “Uno de los aspectos para tener en cuenta -dice Noguera- es que, al pasar de ser una subespecie a especie, se aumenta la riqueza de este grupo y también se constituye en un llamado de atención sobre el cuidado y preservación de estos animales”.

Murciélagos: cuando la belleza es lo de menos

Alrededor del mundo existen más de 1.400 especies de murciélagos y en Colombia alrededor de 200. Estos animales, que son considerados poco carismáticos debido a su estética y por ser comparados con los roedores; en realidad son vitales para los ecosistemas, por tanto, se debe velar por su protección.

“Sobre ellos, detalla el investigador del Humboldt, existe una leyenda urbana. Se dice que cuando los ratones mueren, les salen alas y se convierten en murciélagos y, luego, en vampiros. Esto ha llevado a que los murciélagos sean poco apreciados. Pero, lo cierto es que estos animales no forman parte del grupo de roedores (orden rodentia), sino que son del orden quiróptera, que se traduce como membranas en los dedos y tampoco representan un riesgo para las personas”.

También son muy estigmatizados por el consumo de sangre; pero, en Colombia, por ejemplo, solo tres especies la consumen de otros grandes mamíferos como las vacas; mientras los demás consumen insectos y frutas, lo que los convierte en controladores de plagas para los cultivos. Hay otros que toman la pulpa de la fruta y dejan caer la semilla, ayudando a sembrar el bosque; mientras que los demás toman néctar y miel y ayudan a polinizar.

“A esta especie hay que respetarla como a las demás. Los murciélagos no deben ser quemados, golpeados, ni maltratados. La recomendación para las personas que se topan con ellos (es común verlos en fincas o casas abandonadas) es llamar a las autoridades para que los retiren, sin afectarlos”, concluye Noguera.

Dato clave:

El grupo de investigadores estuvo conformado por: Héctor E. Ramírez Chaves, Mallerly Alarcón Cifuentes, Elkin A. Noguera Urbano, Pérez Weimar A., María M. Torres Martínez, Paula Andrea Ossa López, Fredy Arvey Rivera Páez y Darwin Manuel Morales Martinez.

Para mayor información:
Oficina de prensa Instituto Humboldt
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Nueva especie de frailejón en Colombia, 92 especies y contando

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Por: Prensa Instituto Humboldt | Bogotá D.C., 24 de junio de 2022

Nueva especie de frailejón en Colombia, 92 especies y contando…



espeletia saboyana
Individuos de Espeletia saboyana. Foto: María Teresa Becerra.


  • •   Se trata de Espeletia saboyana. Un nuevo hallazgo que se produjo en el páramo de Saboyá en Boyacá.
  • •   El frailejón es una de las especies emblemáticas de los páramos del país. Con esta nueva especie, Colombia cuenta hoy con 92 especies de frailejones.
  • •   De acuerdo con los investigadores, se requiere implementar medidas urgentes para la conservación de esta especie
  • •   El hallazgo demuestra la necesidad de que exploremos y conozcamos mejor nuestros páramos.


Las espeletias o frailejones son y seguirán siendo una especie por descubrir. Así queda confirmado una vez más gracias al hallazgo de una nueva especie llamada Espeletia saboyana MT Becerra & Mavarez, la cual se distribuye exclusivamente en la parte más alta y húmeda del páramo de Saboyá -o Telecom- en el departamento de Boyacá.

La población de esta nueva especie se encontró en cerca de 50 parches que ocupan un área inferior a 60 ha. Esta zona del páramo, caracterizada por la presencia de humedales de altura, ha sido transformada por el desarrollo de actividades de pastoreo, la desecación y drenaje, la expansión altitudinal de bosques secundarios y la colonización de especies invasoras como el retamo espinoso (Ulex europaeus) y la acacia (Acacia decumbens).

De acuerdo con María Teresa Becerra, investigadora del Instituto Humboldt y autora de esta investigación junto con Jesús Mavárez, investigador del Laboratorio de Ecología Alpina del Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia, “el hallazgo de esta especie demuestra la importancia de continuar los esfuerzos de investigación en los páramos de Colombia, caracterizados por la presencia de muchas especies endémicas conocidas y por conocer, y que demandan acciones urgentes de conservación dados los efectos de la degradación de estos ecosistemas.”

espeletia saboyana flor
Capítulo de Espeletia saboyana. Foto: María Teresa Becerra.


La Espeletia saboyana se distingue por ser una roseta alta, con troncos que en ocasiones superan los 5 m de altura, hojas cubiertas de un indumento denso de color cenizo-grisáceo, inflorescencias robustas un poco más largas que las hojas, con tres a cinco capítulos (Foto 2. Imagen de un capítulo de Espeletia saboyana). E. saboyana se parece a E. murilloi, especie que también se distribuye en el Complejo de Páramos de Iguaque-Merchán, pero las partes que componen sus capítulos son más grandes. La investigación también demostró que esta especie es diferente de E. incana, la cual se distribuye principalmente en inmediaciones del Complejo de Páramos Guantiva-La Rusia.

Según los investigadores, esta nueva especie podría ser categorizada como En Peligro Crítico de acuerdo con la clasificación de la UICN. La persistencia de las amenazas sobre su hábitat y la baja densidad de individuos juveniles en fragmentos muy pequeños ponen en peligro la viabilidad de la especie en el largo plazo, por lo que se necesita de acciones rápidas y eficaces para garantizar su conservación.

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Cangrejo mandarina: nueva especie para los ríos santandereanos


Phallangothelphusa tangerina
Foto: Felipe Villegas / Instituto Humboldt


Una especie nueva de cangrejo de agua dulce fue descrita para la ciencia durante las expediciones del proyecto Santander Bio, hallada entre el lodo y las rocas de las quebradas del río Cascajales, desde las estribaciones de la Serranía de los Yaraguíes del municipio de El Carmen de Chucurí. Su nombre científico, Phallangothelphusa tangerina, deriva del color de la fruta de mandarina.


Phallangothelphusa tangerina
Foto: Maribel Arias / Instituto Humboldt
El cangrejo mandarina es una especie (endémica) de la zona geográfica y sin antecedentes.

Estos cangrejos poseen cinco pares de patas y un caparazón compuesto de carbohidrato de quitina; pueden mudar su cuerpo y regenerar las extremidades, mismas que han evolucionado hasta modificarse y tomar forma de pinza que emplean para alimentarse, defenderse y atraer hembras durante el cortejo.

¿Cómo se describe una nueva especie para la ciencia mundial?

El primer paso consiste en encontrar y colectar los especímenes que se presumen nuevos para la ciencia, los cuales, según el grupo biológico, son preservados de forma correcta.

De regreso al laboratorio, los investigadores revisan de manera exhaustiva la literatura científica relacionada y las colecciones biológicas para garantizar que no se trate de una especie ya descrita.

Posterior a la revisión de la literatura, y en seguimiento a una guía morfológica, es elaborado un manuscrito que se somete a revisión de pares académicos y después es aprobado por parte de los editores de una revista indexada. Posterior a la publicación oficial, en algún medio de noticias de carácter científico, puede anunciarse de manera formal la nueva especie para la ciencia.

En el proceso de descripción que permitió determinar a Phallangothelphusa tangerina como especie nueva, se usó un estereoscopio para observar el apéndice reproductor (llamado gonópodo) de un ejemplar macho, el cual es una prolongación incrustada dentro del abdomen. Esta extensión es especializada o diferenciada y facilita identificar una especie de cangrejo.

Hasta el momento no se ha confirmado que la nueva especie presente Paragonimus, transmisor de una enfermedad llamada distomatosis pulmonar; según estudios este parásito se encuentra en especies del género Hypolobocera y Neostrengeria.


Foto: Felipe Villegas / Instituto Humboldt.
El hallazgo de la especie fue de Maribel Arias, investigadora del Instituto Humboldt; en la descripción participaron Martha Campos, de la Universidad Nacional de Colombia, y Carlos Lasso, investigador del Instituto Humboldt.

Desde el punto de vista ecológico, los cangrejos juegan un rol fundamental porque, por ejemplo, son indicadores de la buena calidad del agua, o hacen parte de la dieta de diferentes especies de peces grandes, mamíferos y aves acuáticas. De allí, la importancia de su estudio, conocimiento y conservación.

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Rana con canto similar al de una cabra es nueva especie exclusiva de Colombia

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Bogotá, D.C. 25 de julio de 2018

 

 


Fotos: Andrés Acosta, curador Colección Anfibios y Reptiles Instituto Humboldt.

 

•  Por sus características acústicas y morfológicas, canto similar al sonido que emiten las cabras y huesos verdes, Scinax caprarius es la nueva especie de rana endémica colombiana reconocida por el Instituto Humboldt para la ciencia mundial.

 

•  Su hallazgo es el resultado de las exploraciones científicas realizada a bosques circundantes del valle medio del río Magdalena, veredas El Porvenir (Antioquia) y Bellavista, municipio La Victoria (Caldas), como parte de las actividades del proyecto Colombia BIO, apoyado desde Colciencias.

 

•  La evaluación del estado de las poblaciones de Scinax caprarius, su abundancia y la conservación de sus hábitats, ubican a esta rana en la categoría de Preocupación Menor (LC) dentro de la clasificación de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

 

En Colombia, el género Scinax cuenta con 17 especies exclusivas, asentadas en tierras bajas del Pacífico, la Orinoquía, la Amazonia y la región Andina nororiental en límites con Venezuela, y en alturas que van desde los 0 a los 2200 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.).

Para el caso de la nueva especie Scinax caprarius, cuya descripción se hizo a partir de 10 machos adultos, los registros la ubican en los bosques subandinos en el valle medio del Magdalena, un área geográfica de ambientes heterogéneos que involucran franjas longitudinales de bosques subandinos, selvas húmedas tropicales hasta bosque seco tropical.

La novedad de esta nueva especie de rana endémica colombiana radica en un sobresaliente canto similar al balido o sonido que emiten las cabras; así mismo a sus huesos verdes (que comparte con la rana narizona Scinax elaeochrous habitante de tierras bajas del Pacífico), tonos café rojizo e incluso dorado en la parte superior del cuerpo, y asimismo manchas irregulares en la superficie trasera del muslo.

Esta rana de hábitos nocturnos abunda, por lo general, durante la estación lluviosa. Tiene preferencia por microhábitats de vegetación arbustiva aledaña a aguas estancadas, como pequeñas lagunas naturales y acumulaciones acuáticas artificiales.

Si bien la rana de huesos verdes es una especie resiliente a los ambientes intervenidos, razón por la cual es común localizarla en agrosistemas, su distribución geográfica se asocia con áreas conservadas y alta humedad relativa como la que caracteriza al valle medio del río Magdalena.

El clima de dicha región presenta 2 temporadas de lluvias, una de menor intensidad entre abril y mayo con precipitaciones que alcanzan los 4000 milímetros (mm.) anuales, y un segundo pico entre septiembre y diciembre con 5000 mm.

Los renacuajos de esta especie viven en grupos reducidos a no menos de 2 metros de distancia de la orilla de lagunas o estanques pequeños con diámetros de hasta 10 metros, fondo fangoso y vegetación emergente. Estos cuerpos de agua se asocian a las áreas abiertas cercanas a bosques naturales con profundidades de no más de 1,5 metros.



El canto

La particularidad de la biodiversidad colombiana no deja de sorprender al mundo, y Scinax caprarius es una prueba viviente de ello. La rana debe su nombre al canto que emiten los machos de esta especie, similar al sonido de las cabras. En cada entonación, este anfibio emite de 4 a 7 notas con una duración individual de entre 04 y 08 segundos. Siempre ocultos, vocalizan a una distancia de entre 0,1 y 0,5 metros de altura del suelo, en la vegetación arbustiva que circunda estanques y lagunas.

Escuche el audio de la rana Scinax caprarius.


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Este vertebrado ha sido propuesto en la categoría (LC) de la UICN debido a que hasta el momento, y tras estudios realizados, no hay evidencia de reducciones en las poblaciones analizadas, a pesar de que en sus hábitats son comunes las actividades humanas.

A propósito, el portal web Batrachia, que compila información sobre anfibios publicada en la literatura científica nacional, registra que en el país existen 277 especies catalogadas con algún grado de amenaza según las listas rojas de la UICN y de Colombia: 56 están Críticamente amenazadas (CR), 89 En Peligro (EN), 85 Vulnerables (VU) y 47 Casi amenazadas (NT).

Hasta finales de 2012, 343 especies de anfibios estaban en Preocupación Menor (LC), mientras 144 con Datos Deficientes (DD) es decir, que se desconoce su historia natural, tamaños poblacionales y otros aspectos por los cuales muchas de ellas hoy, probablemente, estén amenazadas.



Presencia invaluable

Además de ser las primeras habitantes de la Tierra, poseer riqueza en colores, formas y tamaños, tener comportamientos bastante extraños e interesantes, habitar montañas o desiertos y soportar climas extremos, las ranas controlan plagas, sirven de alimento a serpientes, murciélagos, primates, comadrejas, arañas, tarántulas o aves, son potenciales portadoras de cura para enfermedades humanas, gracias a los químicos presentes en su piel, y las primeras indicadoras de que algo va mal en un ecosistema.

Pero el incremento de especies exóticas, la degradación de bosques, la pérdida de fauna acuática, la transformación en el uso de la tierra o la contaminación de aguas naturales causan pérdida de biodiversidad a la cual no son ajenas las especies autóctonas como el sapo Quimbaya, hoy prácticamente segunda especie extinta en la geografía nacional.

Que hoy Scinax caprarius represente una preocupación menor para los científicos colombianos no significa desentenderse en su estudio, por el contrario exige un monitoreo constante con el fin de mantener la estabilidad y supervivencia de la especie que podría ver afectada, a futuro, por causa de la presión actual que ocasionan las actividades humanas.



Consulte el paper de esta investigación aquí.

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Un nuevo “pelotero” al equipo de escarabajos colombianos

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Un nuevo “pelotero” al equipo de escarabajos colombianos

Bogotá, D. C., 31 de marzo de 2016

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Fotografía(s): Escarabajo, Scybalocanthon magnus, Fotografía: Ariel Parrales.

• La nueva especie de escarabajo colombiano, del género Scybalocanthon, registra una longitud de 11 milímetros (mm) en hembras y 13,57 mm en machos, una medida que supera el promedio conocido para el género.

• Su coloración, según estudios de la dieta en otras especies, podría relacionarse con compuestos que provienen de animales terrestres como los mil y ciempiés.

• Esta especie, de la cual solo se conocen tres ejemplares, es pariente de una tribu que transporta su alimento guiada por el resplandor de la Vía Láctea y de los cielos estrellados.

Una nueva especie de escarabajo, el Scybalocanthon magnus, habita entre la hojarasca, los árboles de ají de monte, los aguacatillos, las bromelias, orquídeas, musgos y líquenes de los bosques altoandinos del páramo de Bijagual (Boyacá), ubicados en la cordillera Oriental colombiana.

Para la recolección de los ejemplares se usaron trampas con restos de pescado y fruta en descomposición, así como excremento humano y leche cruda, señuelos no habituales para atraer escarabajos en alturas por encima de los 3.000 metros sobre el nivel del mar (m s. n. m.).

Entre sus características físicas están el cuerpo ovalado, sin cuernos, un par de alas brillantes, rugosas y endurecidas ¬–color verde metalizado– que protegen parte del abdomen, una mancha del mismo tono con reflejos cobrizos en el centro del tórax, entre otras.

Este escarabajo de gran tamaño pertenece a una tribu diversificada en todo el mundo, Deltochilini (Scarabaeidae), con presencia de 330 especies descritas en Centro y Sur América, en su mayoría apodados rodadores o peloteros por la capacidad de formar esferas con el alimento y transportarlas en línea recta para luego esconderlas, homogenizarlas y dividirlas en otras más pequeñas, donde la hembra deposita sus huevos al reproducirse.

Para Ariel Parrales Ramírez, biólogo y curador de las Colecciones Biológicas del Instituto Humboldt, este descubrimiento es posible gracias a la nutrida colección de referencia de escarabajos coprófagos de Colombia, “lo que nos permite solucionar, en parte, los vacíos de conocimiento sobre algunos grupos y proponer nuevas especies, como en el caso Scybalocanthon magnus”.

Ambos prototipos integran, desde ahora, las colecciones de entomología del Museo de Historia Natural “Luis Gonzalo Andrade” de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia y del Instituto de Investigación de recursos Biológicos Alexander von Humboldt, al tiempo que amplían el inventario nacional de escarabajos –que es inferior al 11 %– y enriquecen el género Scybalocanthon con 19 especies distribuidas desde Costa Rica hasta el norte de Argentina, siete de ellas ubicadas en nuestro país, en su mayoría de bosque húmedo y seco tropical.

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De “cejas amarillas”, así es nueva especie de rana colombiana

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De “cejas amarillas”, así es nueva especie de rana colombiana

Bogotá, D. C., 07 de marzo de 2016

Rana derecha Fotografía(s): Ariel Parrales Ramírez, curador Colecciones Mariposas Instituto Alexander von Humboldt.

Bogotá, D. C., 07 de marzo de 2016

- Con notables cejas amarillas y cuerpo camuflado, investigadores colombianos confirman una nueva especie de rana que agranda la familia de anfibios mundiales.

- Este descubrimiento indica la riqueza y salubridad de los ecosistemas de la cordillera oriental colombiana.

- Controladores de plagas, así son estos anfibios que aportan nutrientes al suelo que habitan.

Una nueva rana terrestre habita los páramos del complejo Iguaque Merchán, al norte del municipio de Arcabuco (Boyacá), la Pristimantis macrummendozai, especie que desde ahora ingresa al registro del mundo científico tras exploraciones geográficas de investigadores del Instituto Humboldt en la cordillera Oriental de Colombia.
Esta rana, por ahora no calificada bajo amenaza, se destaca por la capacidad de conservar la humedad gracias a los pliegues de su piel, adaptarse a las áreas planas, secas y rocosas, una coloración oscura y camuflada que le permite absorber calor en el frio de los páramos y esconderse de sus predadores, y la presencia de discos reducidos en las extremidades delanteras que le facilitan, entre otras cosas, trepar y esconderse en las rocas.

A diferencia de otras, la Pristimantis macrummendozai aprovecha el ambiente húmedo en los páramos para depositar huevos en tierra y así reproducirse, razón por la cual carece de almohadillas nupciales en las patas delanteras –un mecanismo similar al velcro con las que muchas ranas macho retienen a la hembra, escurridiza, para aparearse en ambientes acuáticos–.

Con este hallazgo, ya suman 10 las especies de ranas de lluvia entre otras, que viven y se reproducen exclusivamente allí, asociadas a los ambientes de alta montaña de la cordillera Oriental colombiana, que reúne 16 complejos de páramos como Chingaza, Santurbán, Almorzadero, Cundinamarca, Guantiva–La Rusia, Tota–Bijagual–Mapamacha, Pisba, Cruz Verde–Sumapaz.

Y es que, al parecer, las alturas desde los 3500 metros ofrecen las condiciones para la reproducción de la nueva especie, así lo demuestra un informe publicado en www.batrachia.com, portal colombiano que compila información de fauna anfibia del país y que a la fecha registra 204 variedades de estas ranas, 40 de ellas distribuidas en 36 complejos con presencia de bosques altoandinos.

Andrés R. Acosta Galvis, curador de Colecciones Biológicas del Instituto Humboldt, afirma que, si bien son esperanzadores estos descubrimientos, “el país requiere aún de un arduo trabajo de campo por la cantidad de zonas con vacíos de conocimiento, el número de colecciones científicas con especies sin estudiar dado los limitados estudios morfológicos y moleculares, lo que supone posibles sorpresas y aportes futuros de Colombia para la ciencia.

A nivel mundial, este tipo de descubrimientos ubica a Colombia entre los cinco países más megadiversos. En el caso de los páramos, demuestra que los complejos de alta montaña equivalen a “islas geográficas” que son nicho de especies únicas, imposibles de encontrar en sitios semejantes, lo cual evidencia la necesidad de protegerlos y de continuar con el inventario de diversidad en estas áreas.

Desde esta perspectiva, hallar nuevas especies en ambientes aislados de páramo augura sorpresas una vez se exploren por completo a lo largo y ancho del territorio nacional. Por ahora, la tarea de documentarlas es el primer paso para conocer la riqueza y diversidad de los ecosistemas terrestres y construir y alimentar el inventario que es la base científica de la megadiversidad.

 

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