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Colombia tiene rinocerontes y los pierde a pasos galopantes

Nota de actualidad | Por: Jhon Barros | 06/05/2022

Colombia tiene rinocerontes y los pierde a pasos galopantes




diferentes escarabajos
Colombia alberga tres géneros de escarabajos rinocerontes: Megasoma, Dynastes y Golofa. Foto: Instituto Humboldt.


  • Se trata de un grupo de escarabajos con uno o más cuernos en la cabeza, una característica similar al aspecto físico de los mamíferos herbívoros emblemáticos de África y Asia. Estos insectos están cada vez más amenazados por flagelos envueltos en la ilegalidad, como la deforestación y el tráfico de fauna silvestre.


Habitan en el planeta desde hace casi 250 millones de años y se caracterizan por contar con alas bastante endurecidas y colores, formas y hábitos alimenticios bastante particulares. Se trata de los coleópteros o escarabajos, insectos que suman más de 380.000 especies en el mundo.

Colombia alberga aproximadamente 7.000 especies de escarabajos de diversas familias, con hábitos como coprófagos, fitófagos, carroñeros, depredadores y polinizadores entre otros. Sin embargo, varios científicos han advertido que esta cifra está bastante subestimada por los vacíos de conocimiento que hay sobre la fauna neotropical.

Escarabajos rinocerontes

Un grupo de estos insectos llama bastante la atención por su aspecto físico: tienen un cuerno en la cabeza y uno o más en el protórax, una característica similar a la de unos mamíferos herbívoros más emblemáticos de África y Asia. Por eso, son conocidos como escarabajos rinoceronte, insectos que hacen parte de la subfamilia Dynastinae.

Según Jhon César Neita, curador de la Colección de Entomología del Instituto Humboldt, Colombia alberga tres géneros de escarabajos rinoceronte: Golofa, Dynastes y Megasoma, que tienen una representación de aproximadamente 15 especies en el territorio nacional.

“Estas especies tienen un ciclo de vida muy largo en estado larval, ya que las larvas requieren casi tres años para convertirse en adultos. Son insectos que dependen totalmente del buen estado de los bosques; sus patas están adaptadas para caminar únicamente por las ramas y troncos de los árboles”.

En los últimos 20 años, Colombia perdió cerca de 2,8 millones de hectáreas de bosque por causa de la deforestación, un flagelo impulsado por la ilegalidad que, según Neita, tiene en graves aprietos a los escarabajos rinocerontes.

sosteniendo escarabajo en la mano
La deforestación es una de las principales amenazas para la vida de los escarabajos rinocerontes. Foto: Jhon Barros.


“Como las hembras saben que los ciclos de sus larvas son muy largos, solo ponen sus huevos en el dosel de los árboles, sitios donde también se aparean y alimentan. Para el género Golofa sus larvas se desarrollan en el suelo en materia orgánica en descomposición. La destrucción de su único hogar, que es el bosque, es mortal para estos insectos”.

El investigador del Instituto Humboldt afirma que una de las dinámicas más interesantes en las selvas tropicales es la muerte de los árboles más viejos, esta actividad de descomposición va de arriba hacia abajo y tarda muchos años.

“A medida que el árbol se va descomponiendo, las hembras ponen sus huevos y las larvas van desarrollándose. Cuando uno de esos árboles centenarios es cercenado por la motosierra, la vida de los escarabajos llega a su fin”.

Pero la deforestación no es su único enemigo. Neita revela que por la peculiaridad de su aspecto, como los cuernos de los machos, son bastante apetecidos por los traficantes de fauna silvestre. “Hacen parte de los animales más deseados por los coleccionistas de animales a nivel mundial”.

Acorralados por la motosierra

Para el experto, los rinocerontes del género Megasoma son los más amenazados por estas actividades impulsadas por el hombre. “Además de los llamativos cuernos de los machos, algunas especies de este género cuentan con una textura similar al terciopelo. Su tamaño también juega en su contra, ya que superan los 15 centímetros”.

Una de las especies de este género que habita en el Chocó biogeográfico, está en aprietos por la deforestación desatada por la minería ilegal. “Su vida depende de los ambientes con pocas alteraciones y abundantes recursos para el desarrollo de sus larvas. La minería es la principal actividad que está degradando los bosques y ríos del Pacífico”.

foto de investigador en colecciones
Jhon César Neita, curador de la Colección de Entomología del Instituto Humboldt ha dedicado parte de su vida al estudio de los escarabajos.


Uno de los escarabajos rinocerontes Megasoma que habita en la Amazonia colombiana, Megasoma mars figura entre los más llamativos por la forma divergente de sus cuernos. “Es un insecto con grandes alas que palidece por la acelerada pérdida de bosque en toda la cuenca del Amazonas, la región más biodiversa del planeta”, dice Neita.

Sin embargo, el caso que más le preocupa al investigador del Instituto Humboldt es el de Megasoma elephas, más conocido como escarabajo elefante que también hace parte de los insectos rinocerontes.

“Es una especie aterciopelada que habita desde México hasta el norte de Colombia, en especial en el norte del Pacífico, Caribe y los valles interandinos. Sus poblaciones están cada vez más diezmadas en el país debido a todas las alteraciones asociadas con la deforestación. Es uno de los animales que hoy en día es bastante complicado colectar en las diferentes expediciones de biodiversidad”.

Los rinocerontes del género Dynastes, que habitan en las selvas húmedas del Chocó, la Orinoquia y los valles interandinos, se caracterizan porque los machos tienen uno de los cuernos más desarrollados.

“También se han visto bastante amenazados por la deforestación y el tráfico ilegal de fauna silvestre. Por ejemplo, Dynastes neptunus, un escarabajo asociado a los robledales, se está quedando sin hogar”.

Por su parte, los escarabajos rinocerontes machos del género Golofa llaman la atención de los traficantes por sus llamativos colores. Según Neita, son de tonos amarillos y rojizos y habitan especialmente en las zonas altoandinas, en sitios entre los 1.500 y 3.000 metros sobre el nivel del mar, son edáficolas, es decir, viven en el suelo bajo los troncos en descomposición sus larvas.

“Un aspecto bastante peculiar en estos escarabajos es su reproducción. Mientras las hembras se alimentan de una sustancia azucarada de las plantas, los machos aprovechan para llegar y aparearse”.

El Libro Rojo de los invertebrados terrestres de Colombia, elaborado por Germán Amat García, Gonzalo Andrade y Eduardo Amat García, menciona varias especies de escarabajos rinocerontes en estado crítico: Megasoma mars (En Peligro), Dynastes neptunus (Vulnerable), Megasoma elephas (Casi Amenazado) y Megasoma actaeon janus (Megasoma actaeon) (Casi Amenazado).

“Aunque aún hay mucho por estudiar sobre estos animales, la evidente deforestación y las actividades como el tráfico de fauna nos evidencian que están en grave peligro. La Colección de Entomología del Humboldt, donde tenemos más de 116.000 especímenes de insectos, nos permite ampliar el estudio de estos representantes de nuestra biodiversidad”, concluye Neita.

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Con proyecto conjunto, Humboldt evaluará riesgo de extinción de escarabajos coprófagos

La producción de carne bovina es un renglón importante de la economía nacional, con una producción aproximada de 850.000 toneladas de carne y un poco más de 4 millones de reses sacrificadas cada año.

EscarabajoFotografía: Onthophagus curvicornis hembra. Claudia Medina, Instituto Humboldt.

Aunque para el colombiano promedio la carne es uno de sus alimentos primordiales, la actividad ganadera, durante la última década, ha traído consecuencias negativas en los bosques de la franja andina entre los mil y los tres mil metros de altitud, y a su vez ha causado la pérdida del 3,6% de las coberturas naturales.

Conscientes de la necesidad de transformar la ganadería en una actividad más sostenible, diferentes instituciones y gremios nacionales e internacionales promueven una producción más amigable con el ambiente.

En la medida en que las fincas ganaderas convencionales adoptan prácticas como la rotación adecuada de los potreros (que optimiza la producción y mantiene mejor las pasturas), las cercas vivas (línea de árboles o arbustos que delimitan una propiedad y por los cuales se obtienen subproductos como forraje, leña, madera, flores para miel, frutos, postes, etc.), el cultivo de forrajes arbustivos y los sistemas silvopastoriles, los ganaderos aumentan la producción de carne y leche, conservan sus bosques y promueven la biodiversidad en sus fincas.

Asociada al ganado existe una variada fauna que aprovecha su excremento. Moscas, ácaros, lombrices, escarabajos y microorganismos viven y completan sus ciclos de vida en el pequeño y efímero hábitat que ofrecen las boñigas de los potreros.

En esta comunidad de invertebrados se destacan los escarabajos coprófagos o cucarrones mierderos, un grupo popular de insectos que llaman la atención por la forma particular como aprovechan el estiércol del ganado para alimentarse y anidar.

Los escarabajos estercoleros hacen bolas de excremento, el cual mueven, transforman y luego entierran en hoyos que ellos mismos construyen. Estas actividades de los cucarrones no solo airean y fertilizan el suelo, sino que evitan la proliferación de moscas transmisoras de enfermedades y otros parásitos. Todas estas funciones ecológicas se traducen en los conocidos servicios ecosistémicos de regulación, fertilización y control biológico.

En los potreros arbolados y sanos, los escarabajos procesan y desintegran con rapidez la boñiga. Sin embargo, en los últimos años, los ganaderos han observado una disminución de los escarabajos y la acumulación de las excretas en los potreros con consecuencias negativas traducidas en una menor producción de carne y leche.

En Estados Unidos e Inglaterra, se calcula que los servicios prestados por los escarabajos coprófagos, a la industria ganadera, representan una reducción de entre 380 y 367 millones de dólares al año en costos de producción. Estos se relacionan con la eliminación del excremento de los potreros, el control de las moscas y la liberación del nitrógeno contenido en los excrementos y otros servicios.

Por otro lado, algunas prácticas de la ganadería convencional como el uso generalizado de Ivermectina (droga veterinaria), derivada de algunos medicamentos para el control de parásitos del ganado y los animales domésticos, matan a los escarabajos o reducen dramáticamente sus poblaciones.

Múltiples estudios han mostrado los efectos negativos del uso generalizado de químicos en la agricultura, por ejemplo, la disminución de los insectos polinizadores a causa del uso de productos derivados de neocotinoides o insecticidas que afectan el sistema nervioso de los insectos.

Aunque algunos países europeos regulan el uso de drogas veterinarias que matan a los escarabajos coprófagos, el problema todavía no es conocido suficientemente. En Colombia aún es necesario evaluar y crear conciencia de los efectos que estos productos químicos tienen sobre la fauna benéfica y servicios ambientales como la polinización y el control biológico de plagas.

El primer paso en investigaciones al respecto lo han iniciado Colciencias, la Fundación Centro para la Investigación en Sistemas Sostenibles de Producción Agropecuaria (CIPAV) con el apoyo del Instituto Humboldt, con la financiación de un proyecto para evaluar los servicios ecosistémicos mediados por escarabajos estercoleros en sistemas ganaderos convencionales y silvopastoriles de tierras altas.

Un componente del proyecto contempla hacer ensayos de cría de especies de escarabajos en el laboratorio, precisamente con el fin de evaluar los efectos de los medicamentos veterinarios sobre las crías (larvas) y su ciclo de vida.

Para este fin se ha seleccionado una especie de escarabajo cavador (Onthophagus curvicornis), distribuido ampliamente en los potreros, con la intención es poder criarlo para futuras evaluaciones con dosis de drogas veterinarias y otras pruebas de toxicidad. La información resultante se utilizará en la formulación de políticas sobre el uso de drogas veterinarias en el país.

Hasta ahora, las evidencias preliminares del proyecto muestran cómo la diversidad y las funciones ecológicas de los escarabajos son mucho mayores en fincas con sistemas silvopastoriles, setos forrajeros y fragmentos de bosques circundantes, que en los sistemas convencionales sin árboles.

Otras actividades del proyecto han permitido la capacitación y sensibilización de ganaderos al respecto del valor de los escarabajos para sus fincas y el ambiente; de hecho, algunos campesinos han potenciado las bondades de los escarabajos en sus sistemas pecuarios.

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Un nuevo “pelotero” al equipo de escarabajos colombianos

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Un nuevo “pelotero” al equipo de escarabajos colombianos

Bogotá, D. C., 31 de marzo de 2016

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Fotografía(s): Escarabajo, Scybalocanthon magnus, Fotografía: Ariel Parrales.

• La nueva especie de escarabajo colombiano, del género Scybalocanthon, registra una longitud de 11 milímetros (mm) en hembras y 13,57 mm en machos, una medida que supera el promedio conocido para el género.

• Su coloración, según estudios de la dieta en otras especies, podría relacionarse con compuestos que provienen de animales terrestres como los mil y ciempiés.

• Esta especie, de la cual solo se conocen tres ejemplares, es pariente de una tribu que transporta su alimento guiada por el resplandor de la Vía Láctea y de los cielos estrellados.

Una nueva especie de escarabajo, el Scybalocanthon magnus, habita entre la hojarasca, los árboles de ají de monte, los aguacatillos, las bromelias, orquídeas, musgos y líquenes de los bosques altoandinos del páramo de Bijagual (Boyacá), ubicados en la cordillera Oriental colombiana.

Para la recolección de los ejemplares se usaron trampas con restos de pescado y fruta en descomposición, así como excremento humano y leche cruda, señuelos no habituales para atraer escarabajos en alturas por encima de los 3.000 metros sobre el nivel del mar (m s. n. m.).

Entre sus características físicas están el cuerpo ovalado, sin cuernos, un par de alas brillantes, rugosas y endurecidas ¬–color verde metalizado– que protegen parte del abdomen, una mancha del mismo tono con reflejos cobrizos en el centro del tórax, entre otras.

Este escarabajo de gran tamaño pertenece a una tribu diversificada en todo el mundo, Deltochilini (Scarabaeidae), con presencia de 330 especies descritas en Centro y Sur América, en su mayoría apodados rodadores o peloteros por la capacidad de formar esferas con el alimento y transportarlas en línea recta para luego esconderlas, homogenizarlas y dividirlas en otras más pequeñas, donde la hembra deposita sus huevos al reproducirse.

Para Ariel Parrales Ramírez, biólogo y curador de las Colecciones Biológicas del Instituto Humboldt, este descubrimiento es posible gracias a la nutrida colección de referencia de escarabajos coprófagos de Colombia, “lo que nos permite solucionar, en parte, los vacíos de conocimiento sobre algunos grupos y proponer nuevas especies, como en el caso Scybalocanthon magnus”.

Ambos prototipos integran, desde ahora, las colecciones de entomología del Museo de Historia Natural “Luis Gonzalo Andrade” de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia y del Instituto de Investigación de recursos Biológicos Alexander von Humboldt, al tiempo que amplían el inventario nacional de escarabajos –que es inferior al 11 %– y enriquecen el género Scybalocanthon con 19 especies distribuidas desde Costa Rica hasta el norte de Argentina, siete de ellas ubicadas en nuestro país, en su mayoría de bosque húmedo y seco tropical.

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