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Bojonawi: el pequeño gigante donde florece la biodiversidad de la Orinoquia

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Por: Prensa Instituto Humboldt | Bogotá D.C., 4 de junio de 2021

Bojonawi: el pequeño gigante donde florece la biodiversidad de la Orinoquia




Bojonawi, una reserva natural de la sociedad civil creada hace más de 10 años, alberga más de 1400 especies de flora y fauna. Fotos: Fernando Trujillo e Iván Mikolji.


  • •  Esta reserva natural del Vichada fue creada hace más de 10 años. Está ubicada en una de las regiones más desconocidas y antiguas del país, la Orinoquia guayanesa, y su nombre significa perro de agua en lengua sikuani.
  • •  Aunque sus 4650 hectáreas no representan ni el 1 % de la extensión del departamento, es un terruño donde la biodiversidad explota en cada uno de sus rincones.
  • •  Los científicos han identificado más de 1400 especies de flora y fauna en sus dominios, algunas de las cuales podrían ser nuevas para la ciencia.
  • •  El Instituto Humboldt y la Fundación Omacha presentan una nueva publicación con los principales resultados de estudios e investigaciones en la reserva, trabajo en el que participaron 70 investigadores de 12 universidades, institutos, ONG y científicos independientes.


En la primera década del siglo XXI Fernando Trujillo y los investigadores de la Fundación Omacha quedaron perplejos por la biodiversidad que aparecía a borbotones de un pequeño rincón del departamento de Vichada, un sitio cerca del municipio de Puerto Carreño, bañado por las aguas carmelitas del río Orinoco.

“Hace 20 años, cuando empezamos a trabajar en la cuenca del Orinoco con los delfines de río, nos enamoramos de esa hermosa tierra llanera rica de misterios y biodiversidad. La laguna El Pañuelo, el único cuerpo de agua formado entre rocas del Escudo Guayanés en la mitad de la sabana, nos tocó el alma”, recuerda Trujillo, director científico de la fundación.


La reserva natural Bojonawi, que suma 4650 hectáreas, significa perro de agua en lengua de los indígenas sikuani. Foto: Iván Mikolji.


Ese lugar, situado en una de las regiones más desconocidas, antiguas e interesantes del mundo, la Orinoquia guayanesa, motivó a los investigadores de Omacha a emprender una misión para blindar ese tesoro natural virgen y misterioso de las fauces del desarrollo desordenado y el apetito insaciable del hombre.

“En 2003 iniciamos conversaciones con don Benito Munévar, dueño de los predios, para adquirir las tierras y poder consolidar una reserva natural. Sin embargo, como vimos que era necesario mantener las áreas circundantes de la zona, convencimos a otros dos amantes de la naturaleza, Sandra Bessudo y Joaquín Umaña, a comprar los dos predios vecinos”, dice Trujillo.


La Fundación Omacha consolidó el plan de manejo ambiental de la Reserva Natural Bojonawi (RNB). Foto: Mónica A. Morales (Instituto Humboldt).


Los tres predios, que suman 4650 hectáreas, pasaron en comodato a la Fundación Omacha y fueron bautizados como Bojonawi, nombre que en lengua de los indígenas sikuani significa perro de agua. El terruño inexplorado se convirtió en una reserva natural por medio del apoyo de la Asociación Red Colombiana de Reservas Naturales de la Sociedad Civil (Resnatur).

En 2009 Omacha consolidó el plan de manejo ambiental de la Reserva Natural Bojonawi (RNB), una joya natural que se convirtió en uno de los mayores epicentros y laboratorios para las investigaciones científicas sobre la biodiversidad colombiana.


Bojonawi fue creada hace más de 10 años. En esta reserva se han generado diversas alianzas con institutos, universidades y empresas del sector privado. Foto: Fernando Trujillo (Fundación Omacha).


“En Bojonawi hemos generado diversas alianzas con institutos, universidades y empresas del sector privado, una articulación que ha permitido mantener la reserva y ser un referente de investigación y conservación en la región y un punto estratégico de la Reserva de Biosfera El Tuparro”, precisó Trujillo.

El Instituto Humboldt, como entidad encargada de estudiar la biodiversidad del territorio continental de la Nación, ha sido uno de los aliados en la conservación de este tesoro del Vichada, donde los investigadores han dado marcha a varios estudios sobre los recursos naturales de la Orinoquia colombiana.

“Esta reserva, una pequeña, pero rica, extensión de tierra y agua en el Vichada, ubicada en las cercanías de las bocas del río Bita sobre el río Orinoco, representa un verdadero laboratorio de estudio biológico, evolutivo y de conexión con las comunidades locales”, informó Hernando García, director del Humboldt.


Esta reserva del Vichada es un laboratorio de estudio biológico, evolutivo y de conexión con las comunidades locales. Foto: Iván Mikolji.


Belleza extrema en páginas, letras y fotografías

Bojonawi es un hervidero extremo de naturaleza. Aunque no representa ni siquiera el 1 % del área total del Vichada, departamento con más de 10.5 millones de hectáreas, en los últimos 10 años se han registrado 1455 especies de flora y fauna, algunas endémicas o desconocidas para la ciencia.

La reserva es la casa de 429 especies de plantas, 336 de invertebrados y 690 de vertebrados, ramillete que incluye uno de los grupos de animales más desconocidos en el país, las esponjas de agua dulce, además de tres posibles nuevos taxones de mariposas y seis tipos de peces que no se habían identificado en Colombia.


En los últimos 10 años se han registrado 1455 especies de flora y fauna en Bojonawi. Una de ellas es esta tortuga Peltocephalus dumerilianus. Foto: Mónica A. Morales (Instituto Humboldt).


En sus terrenos fueron reportadas dos nuevas especies de reptiles: la tortuga matamata (Chelus orinocensis) y un reptil del género Amphisbaena que está en proceso de descripción. En cuanto a aves, los científicos confirmaron la presencia en el Vichada de tres especies.

Dos tipos de mamíferos característicos de las sabanas y ríos de la Guayana tienen presencia en Bojonawi: el armadillo sabanero (Dasypus sabanicola) y una subespecie de delfín rosado (Inia geoffrensis humboldtiana). Además, es uno de los sitios con mayor presencia de murciélagos poco conocidos en Colombia.



En Bojonawi se han identificado 429 especies de plantas. Acanthella sprucei es una de ellas. Foto: Mireya P. Córdoba.


Por medio de análisis de ADN ambiental, técnica utilizada para detectar animales raros o crípticos, fueron identificadas 262 especies de peces y 15 de otros vertebrados, agregando tres nuevos reportes al inventario local: el guácharo Steatornis caripensis, el murciélago, Nyctinomops aurispinosus y un roedor, Makalata sp.
Los investigadores encontraron que las rocas del Escudo Guayanés, ubicadas a lo largo del río Orinoco en su paso por la reserva, presentan una alta riqueza de macroinvertebrados acuáticos, anfibios y reptiles, como la rana Leptodactylus lithonaetes y el lagarto Tropidurus hispidus.


La subespecie de delfín rosado (Inia geoffrensis humboldtiana) habita en los cuerpos de agua de Bojonawi. Foto: Fernando Trujillo (Fundación Omacha).


Los grandes mamíferos también gobiernan Bojonawi. En los años de estudio han sido registrados el jaguar (Panthera onca), el puma (Puma concolor), el ocelote (Leopardus pardalis), el jaguarundi (Puma yagouaroundi), la tayra (Eira barbara), el zorro cangrejero (Cerdocyon thous) y la nutria gigante (Pteronura brasiliensis).

Todos estos hallazgos biodiversos de Bojonawi fueron plasmados por la Fundación Omacha y el Instituto Humboldt en un libro, publicación con más de 500 páginas llenas de fotografías en la que participaron 70 investigadores de 12 universidades, dos institutos, tres ONG y científicos independientes.



Por medio de análisis de ADN ambiental fueron identificadas 262 especies de peces y 15 de otros vertebrados. Foto: Iván Mikolji.


“Científicos, pescadores, guías, indígenas y colonos hemos unido esfuerzos para que después de casi 10 años de trabajo podamos presentar este libro, resultados que pueden ser replicados en otras regiones del Orinoco y cuencas vecinas como el Amazonas y Magdalena, dadas las condiciones pulsátiles y de inundación de nuestros grandes ríos”, manifestó García.

Trujillo, por su parte, precisó que esta publicación contribuirá a nivel regional a ampliar el conocimiento biológico y mostrar un ejemplo de trabajo conjunto de largo plazo, “donde las reservas privadas serán grandes protagonistas de la conservación de la Orinoquia”.


La reserva Bojonawi alberga rocas del Escudo Guayanés ubicadas a lo largo del río Orinoco. Foto: Mónica A. Morales (Instituto Humboldt).


El libro, llamado ‘Biodiversidad de la reserva natural Bojonawi’ y que fue editado por Trujillo y los investigadores del Humboldt Carlos A. Lasso y Mónica Morales Betancourt, indica que toda la información generada representa una base fundamental para continuar con la planificación de la investigación y manejo tanto de la reserva como de la misma Orinoquia.

“Las reservas privadas de la sociedad civil son un eje fundamental en la conservación y restauración del capital natural. En estos sitios se reconoce la posibilidad de que un propietario se sume a la tarea de ejercer acciones de conservación en sus propios predios, ya sea sobre ecosistemas estratégicos o con especies amenazadas”, afirman los científicos que participaron en la publicación.


Los grandes mamíferos también gobiernan Bojonawi. Uno de ellos es el puma (Puma concolor). Foto: Fernando Trujillo (Fundación Omacha).


Los vestidos de la reserva

La cuenca del río Orinoco figura entre las 10 más biodiversas y con potencial hídrico del planeta. Es un vasto territorio compartido entre Colombia y Venezuela que incluye paisajes andinos, guayaneses, llaneros, con páramos y de piedemonte.

“La Orinoquia guayanesa es una de las regiones más antiguas del país. Luego de millones de años de evolución, este territorio se convirtió en un lugar con ecosistemas terrestres y dulceacuícolas que albergan una biodiversidad extraordinaria y a la vez un elevado nivel de endemismo”, asegura Lasso.


Los hallazgos biodiversos de Bojonawi fueron plasmados por la Fundación Omacha y el Instituto Humboldt en un libro elaborado por 70 investigadores.


Bojonawi hace parte de una de las cinco provincias en las que está dividido el Escudo Guayanés. Cuenta con suelos arenosos, provenientes de la erosión y desmantelamiento de las rocas sedimentarias, y cuatro tipos de paisajes: peniplanicie, aplanamientos, vallecitos y cerros residuales.

Está bañada por las aguas de los ríos Orinoco y Bita, cuerpos de agua que zigzaguean por la planicie inundable y los afloramientos rocosos, y forman bosques de inundación, lagunas, caños como Negro y Tesoro y algunos morichales.


El libro de Bojonawi recopila estudios e investigaciones realizadas en los últimos 10 años por científicos, pescadores, guías, indígenas y colonos. Foto: Iván Mikolji.


“La laguna El Pañuelo es el sistema léntico más importante de la reserva, con una extensión en la época de aguas bajas de aproximadamente 0,32 km2 de espejo de agua”, informan Lasso y Morales en uno de los capítulos del libro.

Las 4650 hectáreas de Bojonawi están cubiertas por el verde de los bosques de galería y densos altos, además de herbazales. Las zonas boscosas húmedas están en cercanías de la laguna El Pañuelo, mientras que las inundables albergan especies arbóreas, hierbas y lianas.

“Los ecosistemas terrestres cubren el 62 % de la reserva, siendo la sabana estacional la más representativa. Estas áreas incluyen los complejos rocosos de serranías, ubicados en el sur de Bojonawi, como los cerros Morrocoy y Campana. Sin embargo, la sabana estacional es la de mayor cobertura”, cita la publicación.


Carlos A. Lasso, investigador del Instituto Humboldt (en el centro), ha realizado varias investigaciones sobre peces y tortugas en Bojonawi.


Reyes del agua

En ocho años de muestreos en Bojonawi, los científicos han identificado 247 especies de peces, grupo donde se destacan tetras, sardinas, payaras, bocachicos, pirañas, bagres, mojarras y peces eléctricos.

Según Lasso, investigador del programa de ciencias de la biodiversidad del Instituto Humboldt, la planicie inundable fue el ecosistema con mayor riqueza de peces. “Entre tanto, 12 especies están amenazadas por la sobreexplotación pesquera. La arawana azul (Osteoglossum ferreirai) está En Peligro”.


Fernando Trujillo, director científico de la Fundación Omacha, lideró la creación de esta reserva natural de la sociedad civil.


Entre los resultados más destacados en la reserva están seis nuevos registros de peces para Colombia: Adontosternarchus sachsi, Trachydoras gepharti, Megalodoras guayoensis, Hypostomus rhantos, Gnatholebias zonatus y Plagioscion auratus.

“Gracias a las pescas de profundidad (en algunos casos más de 50 metros) que realizamos en el río Orinoco frente a la reserva, identificamos tres nuevos reportes para la cuenca en Colombia: Sternarchorhamphus muelleri, Tenellus trimaculatus y Apionichthys nattereri”, complementó Lasso.


En Bojonawi, los científicos han identificado 247 especies de peces en los últimos ocho años. Una de ellas es Hydrolycus tatauaia. Foto: Iván Mikolji.


Los ríos y planicies inundables de Bojonawi albergan 184 especies de macroinvertebrados acuáticos, entre otras 130 de insectos, 11 de crustáceos, 10 de moluscos y nueve de esponjas. El único cangrejo (Kingsleya) avistado corresponde al primer reporte de este género para Colombia.

“En cuanto a los moluscos llaman mucho la atención un bivalvo del género Rheodreissena y el caracol del río Orinoco (Aylacostoma sp.), ya que pueden tratarse de nuevos reportes para la ciencia. Otro hallazgo interesante es que las esponjas que habitan en las profundidades del Orinoco son prácticamente desconocidas”, anota Morales.


36 especies de mamíferos no voladores han sido identificados en Bojonawi. Foto: Fernando Trujillo (Fundación Omacha).


Los peludos de la reserva

La Fundación Omacha suma 36 especies de mamíferos no voladores identificados en Bojonawi, grupo que incluye felinos, roedores, zarigüeyas, armadillos, primates, cetáceos, conejos y otros.

“Este número representa el 21 % de los mamíferos terrestres y acuáticos de la cuenca del Orinoco. Los carnívoros y roedores son los órdenes más diversos, con nueve especies”, dijo Trujillo en el libro.


Bojanawi cuenta con 23 especies de mamíferos de gran porte como el jaguar, puma, ocelote, jaguarundi y nutria gigante. Foto: Fernando Trujillo (Fundación Omacha).


Este ramillete incluye 23 especies de gran porte como el jaguar, puma, ocelote, jaguarundi y nutria gigante; 11 medianas como la zarigüeya lanuda occidental (Caluromys lanatus), un nuevo registro para Vichada; y dos de pequeños ratones (Oecomys concolor y Zygodontomys brevicauda).

Los estudios indican que dos mamíferos son endémicos de la región: el armadillo sabanero (D. sabanicola) y la subespecie de delfín o tonina (I. g. humboldtiana). “En los ecosistemas acuáticos registramos al manatí (Trichechus manatus), donde se alimenta de las plantas acuáticas adheridas a las lajas y afloramientos rocosos”, cita la publicación.


La zarigüeya lanuda (Caluromys lanatus Olfers) fue un nuevo reporte para Vichada. Foto: Beyker Castañeda.


En cuanto a murciélagos, los muestreos han arrojado 17 especies de cuatro familias y 14 géneros, grupo donde llama la atención los murciélagos fantasmas del género Diclidurus, por ser considerados raros y poco conocidos. Por ejemplo, Diclidurus albus fue registrada en la reserva en 2012 y se convirtió en el único reporte para la Orinoquia colombiana.

Los alados

Bojonawi, incrustada en la altillanura y el Escudo Guayanés, cuenta con 306 especies de aves avistadas como garzas, coquitos, águilas, playeros, chorlitos, atrapamoscas y tángaras, una riqueza que va en alza.

Desde 2005 se han registrado 85 nuevas especies, de las cuales tres no se conocían en el departamento del Vichada: la garza colorada (Agamia agami), el águila cabecigris (Leptodon cayanensis) y el parlotero malcasado (Tachyphonus rufus).


306 especies de aves engalanan la reserva natural Bojonawi. Una de ellas es este bienparado (Nyctibius sp.). Foto: Fernando Trujillo (Fundación Omacha).


Del total de alados, 265 son de la Amazonia, 233 de los valles interandinos y del Caribe, 171 del Pacífico y 128 de los Andes. Los bosques densos y abiertos presentaron el mayor número de aves, seguidos por la sabana arenosa, afloramientos rocosos y ambientes acuáticos.

En cuanto a mariposas, investigadores de las universidades del Rosario y Nacional identificaron 190 especies en enero de 2017: 70,3 % en las áreas del piedemonte de la cordillera Oriental y 42,6 % en el trapecio amazónico y selvas de la Orinoquia y Amazonia.


Desde 2005 se han registrado 85 nuevas especies en la reserva. En la foto Oressochen jubatus. Foto: Adrián Vásquez ávila.


Dos especies, Magneuptychia sp. nov. y Nymphidium sp. nov., y la subespecie Nymphidium lisimon ssp. nov., podrían ser nuevas para la ciencia. Además, tres tipos de mariposas presentaron una distribución restringida a las llanuras colombianas.

Seres del verde

Por estar muy bien conservados, los ecosistemas de Bojonawi albergan una alta diversidad de anfibios y reptiles, 81 especies en total, fauna representada en ranas, tortugas, caimanes, lagartos y serpientes.


La nutria gigante es una de las especies más representativas de la reserva Bojonawi. Foto: Fernando Trujillo (Fundación Omacha).


Comparada con otras 10 localidades de la cuenca amazónica y el límite occidental del Escudo Guayanés, la reserva se ubicó entre las zonas con mayor riqueza de herpetofauna junto con Chiribiquete y La Lindosa.

Este tesoro de la Orinoquia alberga nueve especies de tortugas y tres de caimanes, de las cuales cuatro están amenazadas: caimán llanero (Crocodylus intermedius), tortuga charapa (Podocnemis expansa), tortuga terecay (Podocnemis unifilis) y la tortuga morrocoy de patas rojas (Chelonoidis carbonarius).


Kingsleya sp. es una de las 336 especies de invertebrados registradas en la reserva. Foto: Mónica A. Morales (Instituto Humboldt).


“En la reserva también hay especies de valor de uso y muy poco conocidas para la ciencia, por lo que el área se presta para desarrollar investigaciones sobre la biología y programas de monitoreo poblacional. Es clave evaluar el consumo de estos animales en la reserva”, precisa Morales en el libro.

Respecto a las plantas, investigadores han identificado 429 especies, vegetación que mezcla representantes de la Orinoquia y la Amazonia. Dos son endémicas de la reserva: Cuphea philombria y Dioscorea sp. nov., esta última en etapa de descripción.


La tortuga matamata (Chelus orinocensis) ha sido ampliamente estudiada en esta reserva del Vichada. Foto: Iván Mikolji.


“También encontramos nuevos registros de plantas para Colombia y el Vichada, como Justicia parguazensis, Pitcairnia armata, Etabalia dubia, Borreria pygmaea var. pygmaeay Tocoyena brevifolia, que crecen más que todo sobre los afloramientos rocosos”, revela el libro.

Se encontraron 150 especies de plantas con algún uso ecológico, económico o cultural. Por ejemplo, 25 son utilizadas para carpintería o ebanistería, 16 para la construcción de piezas de los techos y cercas y otras 16 para la elaboración de artesanías.


Investigadores de las universidades del Rosario y Nacional identificaron 190 especies de mariposas en Bojonawi. Foto: Fernando Trujillo (Fundación Omacha).


Técnicas novedosas

Con los hallazgos biodiversos encontrados en lo más profundo de las entrañas de Bojonawi, varios científicos han dado marcha a estudios novedosos y pioneros en el país. Por ejemplo, Lasso y Morales lideraron un estudio de tortugas que permitió identificar una nueva especie.

“Con muestras de tejido obtenidas de varias tortugas mata mata de la reserva se pudo dilucidar la identidad taxonómica de esta especie, la cual, de acuerdo a la literatura, se encontraba distribuida en las cuencas Amazonas y Orinoco”, afirman los investigadores del Humboldt.


Los anfibios y reptiles de la reserva están representados en 81 especies, fauna que incluye ranas, tortugas, caimanes, lagartos y serpientes. Foto: Mónica A. Morales (Instituto Humboldt).


Con análisis morfológicos y moleculares se aclaró que las mata mata de ambas regiones son especies distintas, encontrando para la Orinoquia a la mata mata Chelus orinocensis. “Esta información molecular también nos permite determinar el lugar de origen de los individuos decomisados y recomendar el sitio de liberación”.

Una técnica adicional para evaluar la diversidad y detectar especies de vertebrados raros o crípticos fue desarrollada en la reserva. Se trata del ADN ambiental, material genético obtenido directamente de muestras ambientales que es liberado por los organismos en el entorno.


El yaguarundí también es uno de los felinos que habitan en las zonas boscosas de Bojonawi. Foto: Germán Garrote.


“Este material genético puede ser colectado, extraído, amplificado y secuenciado, para así revelar la composición de la fauna o flora de un hábitat en particular. Permite estimar la presencia de organismos que no se pueden muestrear e identificar las especies bioindicadoras, invasoras o en peligro de extinción”, asegura Lasso.

En febrero de 2020, investigadores del Humboldt y la Universidad de los Andes hicieron muestreo de ADN ambiental en la reserva, trabajo que permitió identificar 262 especies de peces y 15 de otros vertebrados.


Los científicos han estudiado las letrinas de las nutrias que hacen presencia en Bojonawi. Foto: Germán Garrote.


“Con esta técnica fue que encontramos nuevos reportes para la reserva como el ave guácharo (Steatornis caripensis), el murciégalo Nyctinomops aurispinosus y roedores del género Makalata. Esta es una de las primeras investigaciones sobre ADN ambiental publicada en Colombia”, anota el científico.

En Bojonawi se llevó a cabo el primer trabajo o investigación en la Orinoquia colombiana sobre cómo los troncos sumergidos y la hojarasca influyen significativamente en la fisicoquímica de los ecosistemas acuáticos y el establecimiento de peces y camarones.

En estos sitios fueron reportadas 42 especies de peces y siete de camarones, “un ejercicio que nos permitió consolidar por primera vez el listado más completo de estos animales asociados a troncos sumergidos en la Orinoquia colombiana, además de confirmar la importancia de este hábitat como refugio de estas especies”, puntualiza Lasso.


En Bojonawi se llevó a cabo el primer trabajo o investigación en la Orinoquia colombiana los peces y camarones asociados a troncos sumergidos. Foto: Beyker Castañeda.
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