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Biodiversidad cavernícola: lo que esconden las cuevas en Colombia

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Bogotá D.C., ABRIL 12 DE 2023

Biodiversidad cavernícola: lo que esconden las cuevas en Colombia



Investigadores del Instituto Humboldt, en alianza con expertos nacionales e internacionales; lograron ingresar a una zona remota e inexplorada del Caquetá, donde hallaron especies cavernícolas, algunas de las cuales podrían ser nuevas.

Peces, camarones, arañas y grillos son algunos de los animales que se hallaron en la exploración espeleológica acuático-terrestre realizada en las cuevas cuarcíticas del Tepuy Yarí, en Caquetá, Amazonas; área que forma parte del Escudo Guayanés, una de las formaciones geológicas más antiguas del mundo con afloramientos en Colombia, Venezuela Brasil y las Guayanas.

Esta es la primera vez que el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt logra acceder a esta zona, gracias al apoyo de las comunidades indígenas de Araracuara, en particular al Resguardo Indígena Monochoa y a La Venta Esplorazioni Geografiche; organización italiana experta en expediciones espeleológicas internacionales en áreas de muy difícil acceso.

Carlos Andrés Lasso Alcalá, investigador del Centro de Colecciones y Gestión de Especies de la Dirección del Conocimiento, explica que el Instituto Humboldt, desde hace siete años retomó el estudio de la biodiversidad cavernícola, especialmente la acuática, y extendió su investigación a zonas subterráneas nuevas, remotas e inexploradas, con el ánimo de conocer más sobre estos ecosistemas y los humedales subterráneos.

Carlos Lasso recolectando muestras
Pie de foto: Carlos Lasso recolectando información biológica / Instituto Humboldt


“Durante tres años estuvimos trabajando de la mano con las autoridades indígenas locales (Resguardo Monochoa), tratando de ingresar en esta zona, lo cual no fue fácil debido a las condiciones del territorio, a temas de orden público y a que estas cuevas se encuentran a unos tres días de distancia desde Araracuara. Esta exploración comenzó el 21 de febrero y allí estuvimos hasta el 2 de marzo, tiempo en el que recolectamos información biológica y ecológica muy interesante en estas cuevas cuarcíticas”, dice Lasso.

Dentro de los hallazgos, se identificaron especies endémicas (exclusivas de una región) que podrían ser nuevas. Según Lasso, “en fauna acuática se hallaron dos especies de peces que tienen población dentro y fuera de la cueva. Una de ellas es un pequeño pez eléctrico, conocido como caloche o cuchillo (Gymnotus sp), de unos 15 cm de longitud (podría ser una especie nueva) y la otra es un pez del género Erythrinus, grupo hermano de los conocidos dormilones o guabinas.

En fauna terrestre cavernícola, se encontraron arañas látigo (amblipígidos), arañas clásicas, opiliones, dípteros varios (moscas y mosquitos) y grillos (probablemente troglobios o cavernícolas facultativos). También se recolectaron muestras de la estigobiota acuática (organismos microscópicos que viven en las aguas subterráneas) y de guano (excremento de murciélagos y guácharos), donde hay muchos organismos asociados.

En este momento, las muestras se encuentran en proceso de análisis por parte de expertos de la Universidad Nacional de Colombia y la Universidad de La Guajira. Determinar su identificación y si son especies realmente nuevas requerirá de varios meses de trabajo.

foto de grillo
Grillo cavernícola / Foto: Felipe Villegas Instituto Humboldt


¿Qué es la biodiversidad cavernícola y qué tipo de ecosistemas subterráneos hay? Colombia cuenta con una gran riqueza de geoformas subterráneas -cavernas, cuevas, hoyos y simas- en todo el territorio nacional. Estos ecosistemas se vienen estudiando desde el siglo pasado; pero, en los últimos 50 años, se han producido las investigaciones más concretas al respecto.

“En este momento, se está haciendo un inventario de cuántas cavidades hay en el país; pero, se estima que pueden superar con creces el millar. En todas partes del mundo existen este tipo de ecosistemas subterráneos, aunque Colombia se destaca por tener una gran variedad gracias a sus tres cordilleras, sus formaciones kársticas (calcáreas) y a las cuevas cuarcíticas o pseudokársticas del Escudo Guayanés (Amazonia y Orinoquia)”, indica Lasso.

De acuerdo con su ubicación actual y su origen, las cuevas y cavernas se clasifican como terrestres y acuáticas. Las asociadas con el agua pueden ser eurihalinas, anquihalinas o salobres (presentan una mezcla de aguas de mar y agua dulce) o limnéticas (cuevas de agua dulce que están inundadas, total o parcialmente).

Las terrestres se clasifican según los procesos de tipo geológico, como: karst (las rocas más susceptibles a producir estos relieves son las carbonatadas con minerales como calcita, dolomita o magnesita); pseudokarst (formadas debido a la destrucción del cementante); sufusión (por la acción erosiva de las aguas de infiltración sobre sedimentos débilmente consolidados) y antropogénicas (formadas por la acción humana, como túneles ferroviarios o minas de carbón).

En el país, este tipo de ecosistemas subterráneos se pueden encontrar en la Sierra Nevada de Santa Marta, la Serranía de Perijá, la Cordillera Cundi-Boyacense-Santandereana; el Catatumbo; el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina; la Serranía de Chiribiquete, Serranía de La Lindosa, la Sierra de la Macarena, los cerros y serranías de La Guajira y el Desierto de La Tatacoa; entre otros.

“Las cavernas son verdaderos laboratorios de evolución. Son ecosistemas en los que la temperatura y la humedad son muy estables; es decir, no presentan cambios bruscos como sí ocurre en ecosistemas exteriores. Esto hace que las especies que allí habitan hayan estado aisladas por miles o millones de años; lo cual sirve para el estudio de la evolución e, incluso, para analizar fenómenos como el cambio climático. De hecho, diversidad de información sobre precipitaciones, derrumbes, terremotos o cambios de temperatura, se desprenden de los estudios de las cavernas”.

El Instituto Humboldt seguirá adentrándose en los más profundo de nuestros ecosistemas para entender más sobre el valor biológico, que los ecosistemas subterráneos proveen, lo cual contribuirá a la estrategia nacional para su aprovechamiento y conservación, como está reseñado en la Ley 2237 de 2022 sobre Patrimonio Espeleológico Colombiano.

KIT DE PRENSA
Audio: Carlos Andrés Lasso Alcalá, investigador del Centro de Colecciones y Gestión de Especies de la Dirección del Conocimiento / Fotos: Felipe Villegas y Carlos Lasso (las fotos van identificadas) / Comunicado oficial

Para conocer más sobre biodiversidad cavernícola:
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