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Biomonitoras y estudiantes aportan a la biodiversidad nacional e internacional a través de la generación de códigos de barra de ADN

Nota de actualidad | Por: Diego González | 17/07/2023

Biomonitoras y estudiantes aportan a la biodiversidad nacional e internacional a través de la generación de códigos de barra de ADN.




Descubrir la riqueza natural, se convierte en una experiencia cautivadora para aquellos que se adentran en el mundo de la biodiversidad. En el Centro de Colecciones Biológicas del Instituto Humboldt, un grupo de biomonitoras, (personas de la comunidad que realizan monitoreo biológico) y estudiantes de biología y licenciatura en biología de pregrado y posgrado, encontraron un espacio invaluable para dar vida a su esfuerzo y estudio de la biodiversidad.

grupo biomonitores Equipo de biomonitoras, estudiantes de biología e investigadoras del instituto Humboldt visitan la sede Villa de Leiva
Fotografía - Diego González


Día a día este grupo de personas dedican sus esfuerzos a desentrañar los secretos de la fauna y flora local en la Ecoreserva Asa La Guarupaya,en Acacias Meta, su labor incansable es un testimonio de la importancia de preservar la biodiversidad y comprenderla en su totalidad. Los estudiantes provenientes de diversas zonas del país y las biomonitoras, mujeres habitantes de zonas aledañas a la ecoreserva, trabajan conjuntamente para aportar a la construcción colectiva del conocimiento.

Este grupo de personas contribuirán mediante el monitoreo de plantas, aves, mamíferos, macroinvertebrados acuáticos, edafofauna e insectos de los órdenes Hemiptera (chinches), coleóptera (escarabajos), diptera (moscas), hymenoptera (abejas, avispas, hormigas), lepidóptera (mariposas y polillas), a la consolidación de nuevos datos de la biodiversidad de la región y el país.


Jhon Neita investigador y curador de la colección de insectos e invertebrados del instituto Humboldt.
Fotografía - Diego González


Jhon Neita, investigador y curador de la colección de insectos e invertebrados del instituto, brinda formación en el conocimiento y flujo de información en las colecciones de entomología e invertebrados. Desde la captura de las especies, su adecuada organización, embalaje y transporte, hasta el manejo en laboratorio. Neita se asegura de que las biomonitoras y estudiantes estén preparados.

El objetivo es que, con los especímenes y los datos asociados, se realice el registro y publicación en portales y plataformas de biodiversidad nacionales e internacionales. Esta capacitación garantiza que el trabajo de monitoreo biológico se realice de manera eficiente y se contribuya a la generación de conocimientos que beneficien la conservación de la biodiversidad.


Capacitación en manipulación de materiales biológicos para inserción de especímenes en colecciones biológicas
Fotografía - Diego González


Edwin Torres, adscrito a colecciones biológicas, comparte su conocimiento con estudiantes para enseñarles la correcta manipulación del material biológico. Con especial énfasis en el montaje de especímenes como insectos, Torres busca que los estudiantes aprendan a preservar su belleza y garantizar que estén asociados correctamente con información geográfica y taxonómica.

La capacitación se centra en evitar daños a los especímenes durante el proceso, asegurando que sean tratados con cuidado y respeto. Esto es fundamental para mantener la integridad de las colecciones y garantizar que los datos asociados sean precisos y confiables.

Gracias a la formación impartida por Torres, los estudiantes adquieren habilidades necesarias para conservar y exhibir de manera adecuada la diversidad única y fascinante de insectos en las colecciones biológicas.


Estudiantes aplican conocimientos adquiridos para el montaje adecuado de especímenes en las colecciones biológicas
Fotografía - Diego González


Las capacitaciones recibidas por el curador e investigador Jhon Neita y Edwin Torres, facilitaron a los estudiantes emplear los conocimientos para llevar a cabo el montaje adecuado de los especímenes. Este proceso minucioso y cuidadoso permite preparar cada insecto para ser depositado en una colección biológica, garantizando su preservación a largo plazo, y permitiendo posicionar correctamente los especímenes, asegurándose de que estén protegidos y exhibidos de manera óptima.

Este proceso es fundamental para mantener y expandir el conocimiento sobre la diversidad biológica, permitiendo futuras investigaciones y estudios. Esta experiencia en el montaje de especímenes beneficia tanto a los estudiantes como a la comunidad científica en general, ya que contribuye al desarrollo de colecciones biológicas de calidad y al avance de la investigación en el campo de la biodiversidad.


Los especímenes de diferentes grupos biológicos deben mantener sus características morfológicas para conocer en detalle sus propiedades.
Fotografía - Diego González


Mediante técnicas precisas, los estudiantes logran montar los insectos sin causarles daño alguno, permitiendo que conserven su belleza y singularidad. Se identifican que tipo de pinzas y alfileres se usan dependiendo cuál es el insecto (si es un cucarrón o una mariposa, si es grande o pequeño, etc.). Este minucioso proceso garantiza que los especímenes permanezcan en óptimas condiciones para futuras investigaciones, dejando un legado científico invaluable para la comprensión de la biodiversidad.


El grupo de biomonitoras aprende sobre la elaboración de herbarios, prácticas que contribuirán significativamente a la difusión de conocimiento en plantas de la región


Con el apoyo de Amalia Diaz, curadora de las colecciones botánicas del instituto, y su equipo, las biomonitoras realizaron una práctica para el aprendizaje y elaboración de los pliegos y especímenes de herbario. Aprenden cómo realizar el adecuado montaje de plantas en cartulina para incluirla en una colección, mediante un cuidadoso manejo del material biológico, el cual es esencial en su labor. Mediante esta actividad adquieren habilidades para incluir historias de plantas en una colección a largo plazo que servirá para continuar difundiendo las labores científicas adelantadas en territorios como la Orinoquía colombiana.


El grupo de biomonitoras aprende sobre la elaboración de herbarios, prácticas que contribuirán significativamente a la difusión de conocimiento en plantas de la región


Como parte de esta visita y con el fin de ampliar más los conocimiento sobre la biodiversidad colombiana, los estudiantes y biomonitoras conocen de cerca las colecciones de grupos biológicos como plantas, reptiles, y aves que se encuentran en el instituto.En esta actividad los curadores líderes de cada colección, comparten su conocimiento acerca de la biodiversidad colombiana.


Las biomonitoras aprenden sobre el adecuado montaje de insectos en colecciones biológicas. Práctica que permitirá manipular cuidadosamente los especímenes registrados en la Ecoreserva Asa La Guarupaya.
Fotografía - Diego González


Entre tanto, Julián Clavijo, asistente de investigación de la sección de Entomología de Colecciones biológicas del Instituto Humboldt, guía a las biomonitoras en procesos de capacitación para el adecuado montaje de insectos en una colección biológica a través del uso de pinzas y el debido y cuidadoso manejo del material biológico, el cual será depositado en las colecciones biológicas. Cada ejemplar es tratado con el máximo respeto, asegurando su preservación y manteniendo intactas sus características taxonómicas.


La apropiación social del conocimiento por parte de las biomonitoras contribuirá a la pedagogía y difusión del conocimiento para otras generaciones de estas comunidades.
Fotografía - Diego González


A través de un enriquecedor diálogo de saberes, las biomonitoras compartieron sus experiencias en el campo y su incansable labor diaria. El trabajo de estas mujeres es fundamental en la identificación y estudio de diversos grupos biológicos de insectos, aportando así nuevos datos al país en materia de monitoreo biológico. En este espacio, son ellas las protagonistas de una historia de conservación y conocimiento de la biodiversidad de la Orinoquía colombiana, siendo su actividad esencial para preservar y entender mejor este invaluable tesoro natural.

Fotografía - Diego González


El programa Biomonitores, del convenio Ecoreservas liderado por el instituto Humboldt y Ecopetrol, está revolucionando el estudio de la biodiversidad en los llanos orientales de Colombia.

Gracias a la participación de cinco biomonitoras y diez estudiantes investigadores, este proyecto ampliará el conocimiento sobre la diversidad genética de la región. ¿Cómo lo lograrán? a través del monitoreo de insectos y otros grupos biológicos, utilizando una técnica denominada "códigos de barra de ADN".

Estos códigos de barra de ADN permitirán identificar y registrar información genética única para cada especie, lo que brinda valiosos datos para el monitoreo genético tanto a nivel nacional como internacional. Esto significa que no sólo se estará avanzando en el conocimiento de la biodiversidad de los llanos orientales, sino que también se contribuirá a estudios y proyectos a gran escala.

Este convenio que integra a estos actores importantes en el campo de la investigación y conservación, es la clave para llevar a cabo este ambicioso programa. Además, los avances tecnológicos en análisis genéticos permiten que las muestras genéticas de insectos y otros grupos biológicos sean analizadas con mayor precisión, revelando información invaluable sobre la diversidad de la región.

Los resultados obtenidos a través de estos estudios serán de vital importancia para diseñar estrategias efectivas de preservación y protección de una de las zonas más biodiversas y de gran importancia para Colombia: La Orinoquía. Esta región alberga una gran cantidad de especies endémicas y amenazadas, por lo que comprender su diversidad genética es fundamental para su conservación.

Colaboración:
Maria Claudia González
Angela Patricia Sierra
Yenni Lizeth Alfonso
Natalia Trujillo
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V Simposio Colombiano de Códigos de Barras de ADN

El Instituto Humboldt, con el apoyo del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), The Secretariat of the Convention on Biological Diversity (SCBD), The Global Taxonomy Initiative (GTI), The Centre for Biodiversity Genomics at University of Guelph, iBOL Colombia, y financiado por Japan Biodiversity Fund , invitan al V Simposio Colombiano de Códigos de Barras de ADN, que se realizará el 22 de octubre en el Auditorio Cementos Argos de la Universidad ICESI – Cali, Valle del Cauca.


Dirigido a:
Entidades gubernamentales, tomadores de decisiones y gestores de políticas ambientales. Estudiantes y profesionales en ciencias biológicas.

Objetivos:
- Presentar una visión amplia de la técnica molecular de códigos de barras de ADN para identificar especies invasoras y especímenes confiscados por tráfico ilegal. -Consolidar la red nacional de instituciones interesadas en el desarrollo de librerías de códigos de barras genéticos como aporte al Inventario Nacional de Biodiversidad.

Entrada libre y gratuita previa inscripción hasta el 22 de octubre.
Formulario de inscripción: http://bit.ly/2wSMKCc


Expositores invitados internacionales:

Alex Borisenko
Centro Canadiense de ADN Barcoding
Universidad de Guelph, Canadá.
http://biodiversitygenomics.net/about/leadership


Wilfred Hearty
Earlham Institute (Reino Unido)
http://www.earlham.ac.uk/wilfried-haerty


Programación

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Cuarto Simposio Colombiano de Códigos de Barras de ADN

El Instituto Humboldt, con el apoyo del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), Universidad ICESI y financiado por “Colombia Bio” de Colciencias, invitan al Cuarto Simposio Colombiano de Códigos de Barras de ADN (18 de septiembre de 2017 en Universidad ICESI, Cali) y Primer Taller Nacional Teórico Práctico de Códigos de Barras de ADN (19 a 22 de septiembre de 2017 en CIAT, Palmira).

Dirigido a: Estudiantes pregrado, postgrado y profesionales en ciencias biológicas.

Objetivo: Presentar una visión amplia de la técnica molecular de códigos de barras. Esta técnica utiliza un fragmento estandarizado de ADN mitocondrial para identificar y caracterizar diferentes grupos biológicos.

Descripción: El simposio dará inicio el 18 de septiembre en donde se dónde se realizará un ciclo de conferencias con relación a la técnica de Código de Barras Genético.

El simposio es completamente gratuito pero requiere inscripción previa:

Haga clic para realizar la inscripción

Plazo máximo 17 de septiembre de 2017.

Luego del simposio dará inicio el taller con presentaciones dirigidas a temas puntuales y un componente práctico enfocado en:

1. Colecta de datos en campo.
2. Trabajo de laboratorio molecular.
3. Ejercicios bioinformáticos para análisis e interpretación de datos.

El taller es completamente gratuito pero requiere inscripción previa:

Haga clic para realizar la inscripción

Plazo máximo 13 de agosto de 2017. 

 Expositores invitados internacionales: 

Alejandro Zaldívar Riverón, Ph.D
Universidad Nacional Autónoma de México
Pablo D. Lavinia, Ph.D
Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”
Amaya Iribar Canseco, Ph.D Université Toulouse III

 

Conozca la programación del simposio aquí

   

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Aves colombianas traficadas ya tienen su huella genética

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Aves colombianas traficadas ya tienen su huella genética

Bogotá, D. C., 28 de julio de 2016

 FOTO 3 HENRY ARENAS
 
 

- Investigadores del Instituto Humboldt generaron códigos de barras genéticos para identificar casi la mitad de las especies de aves traficadas de forma ilegal en Colombia, algunas de las cuales parecen representar especímenes aún no descritos.

- El código de barras de ADN se basa en el uso de una región del genoma que sirve como etiqueta para la identificación rápida de especies.

- La información genética es una herramienta clave en el conocimiento, manejo y conservación de la biodiversidad. No obstante, en Colombia aún falta estudiar este nivel de variabilidad biológica.


Después del tráfico de drogas, armas y personas, el de flora y fauna silvestre es el cuarto negocio ilegal más lucrativo del mundo. Este delito amenaza la conservación de la biodiversidad global y contrarrestarlo exige que las autoridades ambientales actúen con rapidez y eficacia. Esta tarea resulta, en algunos casos, una utopía, especialmente cuando la posibilidad de identificar las especies decomisadas es a través de sus rasgos físicos.

Los traficantes aprovechan esta coyuntura para comerciar, incluso, solo fragmentos de pieles, cuernos, caparazones, huevos, organismos juveniles que no se diferencian entre especies e individuos adultos a los cuales alteran o remueven rasgos físicos que sirven para identificarlos. En tal caso, la alternativa restante es el uso de la información genética de los especímenes incautados.

Sobre este asunto, Henry Arenas Castro, investigador del Laboratorio de Genética de la Conservación del Instituto Humboldt, menciona: “hoy en día, aunque cuentes con las muestras de especies traficadas, no es posible identificarlas en todos los casos; por ejemplo, si incautas un huevo o un pichón es difícil identificarlos porque aún no exhiben los rasgos propios de la especie o porque les pintan las plumas u otras partes del cuerpo para hacerlos pasar por una especie que no son; incluso, algunos traficantes con experiencia en el tema remueven plumas o parches de los individuos, rasgos claves para saber a qué especie pertenecen”.

Y es en este aspecto que el Laboratorio de Genética de la Conservación del Instituto Humboldt trabaja para identificar especies silvestres víctimas de tráfico ilegal en Colombia. A partir de 281 muestras de tejidos provenientes de todo el país, los investigadores del Humboldt generaron secuencias del código de barras genético de 152 especies de aves de Colombia, especialmente endémicas, protegidas legalmente, incluidas en los apéndices de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) y en riesgo por tráfico ilegal. Algunas de estas especies son loros, colibríes y aves de caza, 47 de las cuales carecían de esta información.

Por primera vez se obtuvieron los registros de códigos de barras de ADN para 38 colibríes, cuatro loros, tres halcones y dos especies de búhos, principalmente endémicos de los Andes del Norte, lo que corresponde al 46 % de las especies de aves registradas en la lista colombiana CITES, según información publicada en la reciente edición de la revista Molecular Ecology Resources.


A partir de este insumo, individuos de cualquier especie catalogada genéticamente pueden ser identificados a partir de gotas de sangre, plumas, huevos o muestras de músculo y huesos. Esta información es una herramienta valiosa no solo para autoridades ambientales y judiciales, sino también para la comunidad académica pues once de estos especímenes mostraron señales genéticas que indican que su diversidad es mayor a la esperada.

Hurgando la biblioteca de la vida

El código de barras genético es un método estandarizado de identificación de especímenes a través del análisis de fragmentos cortos de ADN de una región esencial en todos los animales que es lo suficientemente variable para diferenciar entre especies. Dicha información se deposita en la base de datos pública del programa internacional “Código de Barras de la Vida” (BOLD) acompañada de datos geográficos y fotografías de tal forma que, a partir de una muestra de tejido (p. ej. semilla, pluma), pueda identificarse una especie.

Un problema persistente para la aplicación de los códigos de barras de ADN es disponer de una base de datos de referencia completa. Por ejemplo, no es posible identificar y procesar un delincuente solo con sus huellas digitales ni por su material genético si la persona no está registrada en un banco de datos. Así mismo, a pesar de tener muestras genéticas de un ave traficada, no podría identificarse el grupo al cual pertenece si no existe un registro público con información genética de las diferentes especies de aves.

Acerca del proceso, Henry Arenas explica: “al tomar una muestra de hueso, sangre, plumas o incluso de un huevo puede extraerse el ADN y amplificarlo, para examinar una región en particular que ya está caracterizada, al comparar su secuencia con la base de datos se puede establecer de cuál especie proviene la muestra. El éxito depende de una muy buena base de datos construida previamente, en este caso de aves, con la cual comparar individuos que normalmente son objeto de tráfico ilegal; esta fue la razón que motivó la iniciativa del Humboldt”.

Además de utilizarse en el reconocimiento de especímenes que son objeto de tráfico ilegal, esta identificación es de importancia en los sectores de la salud, económico, agropecuario y ambiental para tomar medidas en casos de epidemias, plagas e invasiones biológicas. De igual forma, dicha caracterización permite descubrir especies desconocidas, aparentemente muy parecidas a las conocidas pero que a nivel genético resultan ser linajes distintos.

Dada la relevancia y beneficios que trae consigo el uso del código de barras de ADN para catalogar especies y nutrir la base de datos de las mismas, son indispensables decisiones políticas que aceleren los procesos y faciliten a las autoridades ambientales su trabajo de reconocimiento de especímenes traficados in situ pues el tiempo de espera es considerable mientras una muestra va a un laboratorio regional o local, en el mejor de los casos, o por el contrario hasta Bogotá, ciudad que concentra la mayoría de sitios especializados en la materia.

“Una forma más rápida y práctica sería la implementación de laboratorios móviles en sitios ya identificados como rutas de tráfico, pues las pruebas se realizarían de inmediato en campo. Así se ahorra tiempo mientras se espera que la muestra viaje para ser analizada, comparada y los resultados regresan. Sería ideal lograrlo, pero esto requiere una inversión estatal”, señala Arenas.

Colombia está “mal parada”

Según los datos registrados en el Sistema de Información sobre Biodiversidad de Colombia (SiB), en nuestro país los grupos mejor representados tienen secuencias genéticas de apenas un 5 % de sus especies, lo que acentúa la necesidad de aumentar tales estudios en el país, más si se considera que la variabilidad del ADN en las poblaciones está relacionada con el potencial de adaptación que las mismas tienen frente a cambios en su ambiente; de tal manera que datos de esta naturaleza permiten calcular el flujo genético entre poblaciones, aislamiento o conectividad y, por ende, vulnerabilidad a la extinción.

También es posible, en una escala de organización biológica más amplia, medir la diversidad en la historia evolutiva del conjunto de especies que hacen parte de la comunidad. Análisis a este nivel deben ser considerados en la priorización de áreas para la conservación ya que demuestran el potencial de respuesta al cambio de comunidades en un área determinada.

No obstante, en Colombia, la iniciativa de códigos de barras de ADN está restringida principalmente por la dificultad de obtener financiación que apoye este tipo de iniciativas. Para mejorar la situación, el Instituto Humboldt coordina la Red Internacional de Código de Barras en Colombia (iBOL Colombia), la cual promueve la caracterización genética de la biodiversidad del país.

Con lo anterior, el código de barras de ADN toma protagonismo en el contexto colombiano como herramienta crítica en el control del tráfico ilegal de aves y otras especies a través de las fronteras, ya que es efectivo para identificar muestras de organismos que carecen de características evidentes que faciliten su reconocimiento.

 

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