Instituto de Investigación de Recursos Biológicos
Alexander von Humboldt

Investigación en biodiversidad y servicios ecosistémicos para la toma de decisiones

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Resiliencia institucional

Brigitte Baptiste, directora del Instituto Humboldt

9/06/2014 Si bien la naturaleza de la naturaleza es el cambio y la evolución, y estos deberían estar acompañados con una capacidad institucional también evolutiva, lo cierto es que el Sistema Nacional Ambiental (Sina), que cumple 20 años, ha sufrido tantos vaivenes que pareciera a punto de traspasar los umbrales hacia el caos. La constitución del 91 llevó al país a la creación de un ministerio de ambiente, junto con la reorganización del único sistema de gobierno descentralizado que subsiste en Colombia, el de las CAR. Pero la pugna política ha zarandeado tanto ambas instancias que lo único que se ha logrado es debilitar la gestión ambiental: si bien siempre hay reformas por hacer, algo de estabilidad y continuidad se requiere, un hilo conductor, una memoria. Eso es resiliencia institucional.

En el inicio afortunado, desde hace varios meses, de las discusiones para la construcción de una política pública de pesca y acuicultura en Colombia, encomendadas por el Ministerio de Agricultura a la FAO, se hizo evidente cómo la inestabilidad estructural de las instituciones competentes para hacer la gestión de este importante sector del desarrollo, ha impedido la aplicación de cualquier criterio de manejo del recurso, y, en general, ha destruido su gobernabilidad. El fenómeno viene de mucho atrás: algunas corrientes de pensamiento piden menos Estado, suponiendo que las fuerzas e intereses sociales producirán espontáneamente soluciones eficientes, lo que definitivamente no es el caso de la pesca en Colombia, ni en ninguna parte del mundo. El modelo chileno, el peruano y el mexicano así lo han demostrado, pues la pesca, siendo un bien común, requiere instituciones fuertes y un marco que, fomentándola, reconozca la complejidad natural de su gestión: esa es la aspiración de la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca, creada en 2011, después de ser ICA e Incoder en menos de 10 años.

El diagnóstico presentado hace unos días reconoce el arrasamiento de la cultura pescadora artesanal y la pobreza a que se ha condenado a miles de familias, que por no tener ningún reconocimiento o potestad sobre sus “territorios de aguas”, no existen, pese a ser los mejores conocedores y usuarios de la complejidad ecológica de nuestros humedales, que los alimenta. Reconoce que la pesca industrial tampoco ha sido más afortunada: los vaivenes regulatorios han desincentivado por completo la inversión privada, la que por demás también sufre los embates del narcotráfico y el conflicto armado, concentrado en los centros de acopio y procesamiento (Tumaco y Buenaventura), al extremo que hoy el desembarco de atún del Pacífico debe hacerse en Cartagena. Reconoce que la acuicultura no convence como la mejor opción productora de proteína para un país que prefiere la ineficiencia de las vacas al aprovechamiento de sus aguas, peces y fauna acuática, por su necesidad de sobrevivir copiando tecnologías para garantizar una rentabilidad de corto plazo a costa de un gran impacto ambiental. Y reconoce que la pesca ornamental se ha convertido en un desangre del patrimonio genético colombiano, que se exporta en una modalidad de saqueo legal espeluznante.

La relación entre la evolución del Sina y los retos de gestión del recurso pesquero (que debería llamarse hidrobiológico) es evidente: no se pueden gobernar los recursos naturales si no hay un concierto de instituciones con conocimiento compartido y capaces de comunicarse, y esa idea subyace a los esfuerzos recientes que se han hecho para construir una visión integral, o al menos integradora de la base productiva nacional: sus ecosistemas, monitoreados. 

Para un Ministerio de Ambiente, también recién restituido, que trata de promover una construcción transversal de política y que no actúa como una superintendencia regulatoria, es fundamental que los sectores cuenten con agencias como la ANH, la ANM, la ANI y con institutos de investigación modernos e independientes como Corpoica o Invemar, que deberían contar con su equivalente en el sector salud o el de minas: el Servicio Geológico Nacional adelanta una excelente tarea desde su reconstrucción en 2011, así como el renovado Instituto Nacional de Salud, aunque su afiliación ministerial les resta potencia, como señaló Moisés Waserman hace algunos días.

Bienvenida la innovación institucional, pero bienvenida la necesaria pausa para que se consoliden, pues el ánimo reformador no siempre coincide con las necesidades evolutivas de la gestión pública. Y el ingrediente fundamental para esa estabilización, es la paz.

Editorial de Brigitte Baptiste para la República: http://www.larepublica.co/

 

Instituto Humboldt en la Feria Internacional de Medio Ambiente

Junio 4,5,6 y 7
10:00 a.m. a 8:00 p.m.
Adultos: $ 10.000
Estudiantes con carné: $ 5.000
Recinto ferial Corferias - Carrera 37 N° 24-67 Bogotá –Colombia.
feriadelmedioambiente.com

Con el agua como eje central, esta semana inicia la Cuarta Feria Internacional del Medio Ambiente-FIMA. El Instituto Humboldt estará presente en el Pabellón Agua: Ciclo de Vida organizado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible donde también estarán otra Instituciones del Sistema Nacional Ambiental.

El pabellón es una propuesta interactiva donde los visitantes recorrerán los caminos del agua por páramos, humedales, bosques, llanuras, costas, mares, y por supuesto, ciudades. El Instituto Humboldt estará presente en los ecosistemas de páramos y humedales donde tendrá la oportunidad de compartir los resultados de investigaciones realizadas anteriormente y los actuales proyectos Páramos y Sistemas de Vida, y Delimitación de Páramos y Humedales.

Investigadores del Instituto participarán activamente de la agenda académica de la Feria. La directora Brigitte Baptiste participará en el Foro Internacional del Medio Ambiente: Agua, Ciclo de Vida con su ponencia “Agua Viva”. Germán Andrade, subdirector científico, compartirá “La experiencia del río Vita” y Carlos Sarmiento, Coordinador del Componente Páramos del Proyecto del Fondo de Adaptación, hablará sobre los Páramos y Humedales de Colombia. 

Los invitamos a participar en FIMA para celebrar el agua como elemento articulador del territorio y para reconocer que, como lo dice nuestra directora, “el agua nos gobierna, no al contrario”.

 

Manifiesto por los humedales de Colombia

Los expertos, científicos, académicos, profesores, funcionarios de instituciones y gestores comprometidos con los humedales y sus comunidades...

Identificados con el propósito compartido del conocimiento y gestión de los espacios de humedales del país con sus valores naturales y sociales asociados.

Convocados por el Instituto de Investigaciones Alexander von Humboldt, en el marco del proyecto Insumos para la delimitación de ecosistemas estratégicos financiado por el Fondo Adaptación, que tiene como objeto central aportar Lineamientos para la Delimitación de los Paramos y Humedales de Colombia.

Reunidos en la ciudad de Barranquilla entre los días 18, 19 y 20 de septiembre de 2013, en el marco del “Simposio Construcción colectiva de criterios para la delimitación de humedales: retos e implicaciones del país”, hacemos un llamado a la sociedad colombiana, ciudadanos, comunidades, sectores productivos y dirigentes a construir un gran pacto nacional por los humedales, que se base en los siguientes puntos:

Declaración comunitaria humedales para la vida

Nosotros los líderes y representantes de organizaciones comunitarias, indígenas, negras, pescadores artesanales, campesinos y habitantes de áreas urbanas, hombres y mujeres, provenientes de todas las regiones del país…

Comprometidos con la defensa de nuestra diversidad cultural y de la diversidad de la vida de nuestros territorios.

Reclamando nuestro derecho y ejerciendo nuestra responsabilidad de participar en las decisiones que nos afectan, y reconociéndonos como sujetos sociales y políticos principales en la construcción de propuestas para enfrentar los retos que tienen las comunidades y toda la población de nuestro país en el manejo de la gran diversidad de vida que alberga

Reunidos en la ciudad de Villa de Leyva entre los días 12 y 14 de octubre de 2013 en el marco del Encuentro Comunitario “Humedales para la Gente”, convocado por el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt.

Construcción colectiva de criterios para la delimitación de humedales: Retos e implicaciones. Memorias Simposio Taller de Expertos.

Publicación que recoge las memorias del Simposio Construcción Colectiva de Criterios para la Delimitación de Humedales: Retos e Implicaciones del País, realizado del 18 al 20 de septiembre de 2013 en Barranquilla, Colombia.

Un primer espacio de discusión y contextualización, realizado entre la comunidad científica, institucional y académica, sobre el conocimiento actual de estos socioecosistemas, importante para la determinación de lineamientos y criterios ambientales, sociales y económicos, que son la base para la delimitación de los humedales del país.

Fima

Brigitte Baptiste, directora del Instituto Humboldt

03/06/2014 A partir del próximo 4 de junio se inicia en Bogotá la IV Feria Internacional del Medio Ambiente (Fima), en el recinto de Corferias. Se trata de un evento muy interesante pues además de las muestras de tecnología ambiental más avanzadas para manejo y tratamiento de aguas, suelos, residuos sólidos y contaminantes, presentará un panorama menos simplista de los problemas que afronta el país y sus posibles soluciones. La agenda académica del evento, que ya circula por las redes sociales, está enfocada en la gestión integral del agua, es decir, no solamente en el análisis de la tubería, sino en el manejo completo de los ciclos hidrológicos, que incluye desde su regulación biológica hasta la institucional, una expresión de que estamos entendiendo el carácter socioecológico de la realidad.  

Reconocer el carácter vivo del agua es uno de los retos más complejos en una administración pública: no es fácil entender que debamos “purificar” el líquido para consumirlo y luego tirarlo “recién infectado”, mientras necesitamos que decenas de miles de especies de plantas, animales y microorganismos  intervengan para mantener sana la circulación de ríos y océanos, al tiempo que conectan toda la funcionalidad ecológica planetaria. Esta vivacidad del agua no es fácil de percibir cuando compramos (innecesariamente) una botella, gesto que contribuye a romper la conciencia de la conexión que debemos mantener con los ecosistemas que la mantienen: porque no son las empresas las que garantizan la disponibilidad del líquido, así participen, responsable o irresponsablemente  en una pequeña porción del mismo. 

De tener ríos vivos depende todo: así nacieron las grandes civilizaciones, y en Colombia fueron los grandes sistemas pantanosos los que albergaron y alimentaron millones de habitantes antes de la llegada de los castellanos, que sólo entendían de desiertos y desecaciones. Aunque de seguro el Quijote hubiera remado con gusto entre las grandes ciénagas ecuatoriales, clamando contra otra clase de gigantes y molinos… Humedales que hoy hemos destruido gracias a la aplicación concienzuda de diversas prácticas productivas y de apropiación de tierras que encontraron en retroexcavadoras, dragas y sistemas de exclusas o bombeo, su mejor aliado: maquinaria que verán en Fima y que esperamos se utilice con la mayor eficiencia que da la innovación tecnológica y una visión social para lo contrario: restaurar la vida del agua. 

Escuelas flotantes para mantener las actividades lectivas todo el año, mejor transporte fluvial, sistemas agrícolas anfibios, como los de Zenúes y Muiscas, casas palafíticas con acceso a energía limpia y servicios públicos completos hacen parte de una revolución a la que el fenómeno de la Niña nos obliga, pues descubrimos con asombro que, además de que el 50% del territorio nacional son mares (habrá un día de los océanos en la feria), otro 30% del territorio continental corresponde a humedales. Es decir, el país contaría, según se publicará próximamente en el “Atlas de humedales de Colombia” con un área cercana a las 300 mil km2 de ecosistemas fundamentalmente acuáticos, que incluyen lagos, ríos y ciénagas indudablemente, pero con todas sus planicies de inundación de las que dependen, en las cuales son los bosques inundados,  morichales llaneros, campanales de La Mojana (dueña mítica de los humedales), varzeas amazónicas, turberas de páramo o cativales del Atrato (casi extintos), y por supuesto los resilientes manglares de ambas costas, los responsables de que no solo haya agua para beber, sino madera para aprovechar, semillas para sembrar, suelo para cultivar, territorio para celebrar. Si miramos con cuidado, tal vez nos demos cuenta que en Fima no hay alambre de púas…  

Colombia es territorio de agua, probablemente tanto como Finlandia o Canadá, países que atesoran y defienden sus lagos como oro, o como en Brasil, donde después de décadas de conflictos por la tierra en Matogrosso (“El Pantanal”) se dieron cuenta que esta no era la que valía, sino el agua que la inundaba  y la selva que le daba vida. Reconocer que el país puede ser feliz con la inundación no será tarea fácil, pero el reto es re-adaptarnos a lo que somos, pues el agua nos gobierna, no al contrario.

Editorial de Brigitte Baptiste para la República: http://www.larepublica.co/

Más información sobre la participación del Instituto Humboldt en la Fima. 

Manual de métodos para el desarrollo de inventarios de biodiversidad

Como una de las primeras prioridades identificadas por el Instituto Humboldt, luego de su creación en 1994, fue la necesidad de caracterizar los componentes de biodiversidad presentes en los diversos ecosistemas de Colombia. Desde entonces se conformó con este objetivo y como parte del Programa de Inventarios de Biodiversidad el Grupo de Exploración y Monitoreo Ambiental (GEMA). El Manual ofrece metodologías cuantitativas que caracterizan de manera simultánea componentes de la biodiversidad mediante grupos biológicos indicadores como plantas vasculares, aves e insectos. 

Criterios para la delimitación de los humedales de Colombia

La Unidad ejecutora de Humedales ha realizado durante el primer año una serie de importantes eventos que han sumado a académicos de distintas universidades, a funcionarios y a comunidades que trabajan, investigan y habitan diversas zonas de humedal en Colombia.

Un Simposio y una gran cantidad de Talleres de Expertos han concertado el trabajo de profesionales de nuestro país y del exterior en torno a la construcción colectiva de criterios para la delimitación de los humedales y a la validación del mapa nacional de Humedales a escala 1:100.000.

Un encuentro comunitario en Villa de Leyva tomó atenta nota de las maneras en que los colombianos de distintas comunidades y tradiciones culturales han venido gestionando sus territorios.

La celebración del día mundial de los humedales 2014 llamó la atención de los medios y redes sociales sobre este ecosistema vital para pervivencia de los colombianos; sembrando conciencia sobre los humedales como un tesoro de nuestro patrimonio natural, fuente de innumerables servicios ecosistémicos, que en buenas condiciones será nuestro mejor aliado en tiempos de cambio climático. 

Encontrarán información detallada del trabajo de la unidad ejecutora de humedales en la pestaña madre de nuestro proyecto dentro de nuestro brochure de presentación, los boletines Páramos y Humedales, comunicados de prensa, podcast y el siguiente material descargable fruto de las actividades mencionadas.

  

 

Ranas venenosas de Colombia

Las ranas y los sapos son el grupo de anfibios con mayor número de especies en el mundo. Su tamaño varía entre 1 y 50 centimetros. Este grupo de ranas pertenece a la familia Dendrobatidae, la familia de ranas venenosas con cerca de 130 especies en el mundo, distribuidas en Centroamérica y Suramérica. En Colombia se han identificado 71 especies de esta familia dividias en cuatro géneros. 

Sepientes de la Orinoquia colombiana

Las serpientes juegan un papel importante en los procesos ecológicos de los ambientes donde se encuentran, pues son entre otros, un eficiente control biológico como depredadores de roedores que atacan cultivos y sirven a su vez de alimento a muchas especies de animales.  En la Orinoquia colombiana se encuentran menos de 42 especies de serpientes, que en su mayoría son inofensivos, ya que solamente 10 especies son potencialmente peligrosas para el ser humano. 

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