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Parlotiando con el Humboldt | Por: Instituto Humboldt

Entrevista 

“Más grave que lo que desconoce la ciencia, es lo que desconoce la sociedad”, Germán Andrade sobre el estado y gestión de la biodiversidad en Colombia





No es un documento cualquiera. El Reporte Bio es todo un viaje narrativo a través de 23 fichas con temáticas ambientales. Para empezar, se sorprenderán con la magnífica explosión de datos de flora y fauna que año tras año se actualizan en el Sistema de Información sobre Biodiversidad en Colombia - SIB. Luego, a través de cifras se podrán explorar los principales hallazgos del reporte en temas como aves de Colombia , especies endémicas de alta montaña, perdida de servicios ecosistémicos en el departamento del Putumayo, entre muchos otros. Igualmente se podrán conocer temáticas de gran interés como la ganadería desde una perspectiva de sostenibilidad. Para su elaboración, se contó con la participación de 129 autores y 41 instituciones.

En su versión impresa encontrarán infografías de los temas tratados con mapas explicativos, datos relevantes e ilustraciones científicas. Por su parte, en el portal web (reporte.humboldt.org.co) tendrán la opción de acceder a contenidos interactivos con los usuarios como visualizadores de mapas, gráficas, podcast y videos que harán de su lectura toda una experiencia.

De hecho, cuenta con una completa guía de lectura. “ Los textos de cada ficha de biodiversidad 2019 están diseñados para introducir, contextualizar o explicar un tema de manera sucinta. En muchos casos se plantean preguntas o ideas sobre un tema en particular desde la perspectiva de gestión integral de la biodiversidad y en el contexto de la realidad del país, especialmente en cuanto implicaciones, riesgos, oportunidad o casos de éxito” explica Luz Adriana Moreno, editora del Reporte Bio.

De acuerdo con el director del Instituto Humboldt, Hernando García, “el reporte se ha posicionado como el principal producto de síntesis del conocimiento sobre biodiversidad en el país, donde bajo la coordinación del Instituto en los últimos seis años hemos generado 169 fichas síntesis con la participación de 507 autores y 148 entidades de distintos sectores que incluyen academia nacional e internacional, ONG’s, Sistema Nacional Ambiental, entre otros. Un gran avance para hacer disponible en un lenguaje sencillo y directo los resultados de investigaciones en biodiversidad a lo largo de todo el territorio nacional”.


Germán Andrade. Foto: Archivo particular


Para conocer el detrás de cámaras del Reporte Bio 2019, en Parlotiando con el Humboldt hablamos con el editor de este proyecto, Germán Ignacio Andrade quien es biólogo de la Universidad de los Andes, Magíster en Estudios Ambientales (Facultad de Estudios Ambientales de Yale). En su vida profesional ha trabajado en y de la mano con el Instituto Humboldt en varias ocasiones. Es profesor distinguido de la Facultad de Administración de la Universidad de los Andes e investigador en el Centro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Ha sido profesor visitante en ESAN (Lima), Yale (Estados Unidos) y Roskilde (Dinamarca). Es miembro del Panel Multidisciplinario de Expertos de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES).

- ¿Considera usted que el debate nacional alrededor de nuestra sostenibilidad ambiental está bien encaminado?

El debate de la sostenibilidad está dividido en dos vertientes. Una oficial en donde Colombia se muestra como un país promotor de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, tal como demuestra el actual Plan Nacional de Desarrollo. La otra vertiente es lo que se percibe en una parte importante de la opinión pública y varios sectores de la sociedad. Lo cierto es que distan mucho la una de la otra, dado que la sostenibilidad se está volviendo un adjetivo que se usa sin rigor, con el peligro de distanciarse de lo que debería ser: un concepto socioecológico que incluye las perspectivas económicas, sociales y ambientales.

- ¿Por qué seguimos tan lejos del concepto de sostenibilidad en un país megadiverso como el nuestro?

Tiene que ver con los aportes de la investigación que no llegan a donde se toman las decisiones que encaminan el rumbo del país. Yo creo que estamos lejos porque somos un sector los que hablamos de sostenibilidad, naturaleza y biodiversidad. Es un tema marginal en términos sociales. Por ejemplo, la discusión sobre el abordaje del escenario nacional post Covid-19 debería tener como tema central la sostenibilidad y uno no ve que lo sea. El reto es que el discurso pueda entrar en contacto con otros y pueda producir una transformación real en la realidad del país.

- Sin embargo, temas como medioambiente, biodiversidad, ecosistemas, tienen cada día mayor acogida en la opinión pública. Son muchos los activistas, promotores y movimientos los que van abriéndose camino, abanderados por una causa en particular. ¿Cuál es su causa si tuviera que elegir? ¿Qué es lo que más le preocupa?

Me preocupa la gran dificultad o imposibilidad que hemos tenido de apoyar una construcción social basada en el conocimiento sobre la biodiversidad. El país tiene una experiencia de varias décadas de construcción del conocimiento sobre biodiversidad, no solo desde el mundo científico sino desde la experiencia de las comunidades locales, pero ese saber no está llegando de una forma oportuna y suficiente a los espacios donde se toman las decisiones. Tenemos una dinámica de los discursos que se van construyendo en los medios de comunicación, a partir de las percepciones, que si bien son muy importantes, se debe trabajar mucho en la gestión del conocimiento.

- ¿Para qué la Naturaleza… ? Son muchas las confusiones, o mejor, aún no logramos comprender qué debemos hacer con o para ella.

Como lo he dicho: más grave que lo que no se conoce en la ciencia, es lo que desconoce la sociedad. No es posible que todavía nos estemos haciendo esta pregunta cuando no hay ninguna actividad del ser humano que no esté ligada con los elementos de la Naturaleza. En mi opinión, se debe revisar la educación secundaria formal en Colombia; especialmente, la forma en la que estamos enseñando el territorio y cómo estamos concibiendo la historia del país que es una historia de la transformación de la Naturaleza. Esta es una pregunta no para el sector ambiental sino para educación. ¿Bajo qué concepto de territorio se están educando los jóvenes colombianos? ¿Qué país creen que tienen para crear sus propias ilusiones y aspiraciones? No hay ninguna actividad humana que no esté ligada a la Naturaleza: esto es lo que debemos estar enseñando y divulgando para que esta pregunta se vaya resolviendo porque ya somos muchos y muy complejos como sociedad.

- Uno creería que después de tantos años de experiencia nada le asombra, ¿Qué le sigue generando fascinación en nuestro país?

Para mal, me asombra la ignorancia del territorio. Llevo 11 años como docente y he visto que las personas que llegan a hacer empresa o políticas públicas para promover el desarrollo, prácticamente desconocen el territorio. Vivimos en un país imaginado. Para bien, me sorprende la generosidad de la Naturaleza para mostrarnos nuevos ecosistemas como los subterráneos explorados recientemente en Santander o los humedales de Bogotá. Me sigue asombrando la capacidad de la Naturaleza para resistirnos. Este es un país que nunca deja de maravillar por su Naturaleza, pero en el que asusta en la desconexión que mantenemos y reproducimos hacia ella.



- ¿Cómo cree que ha evolucionado el quehacer científico en Colombia?

Cuando comencé como profesional en Biología me interesaban las aves. En esa época la ornitología en Colombia no era lo que es hoy en día y era relativamente fácil que se me reconociera como ornitólogo. En este momento soy un observador de aves. Y así en todos los ámbitos del conocimiento. Me ha tocado vivir la transición en la profesionalización y la cualificación de la ciencia en Colombia. Hoy tenemos redes de estudios en restauración ecológica, ecosistemas subterráneos, y muchísimos otros temas. La investigación científica ha aumentado y se ha cualificado de una forma impresionante en los últimos años, a pesar de la poca inversión en Ciencia y Tecnología. El Instituto Humboldt se fundó cuando se tenían menos capacidades científicas. En el tiempo que el Instituto lleva trabajando se ha producido un cambio enorme pues se han establecido redes de conocimiento aplicado como la ciencia ciudadana.

El reto ahora es no solo realizar investigación y promoverla, sino sobretodo trabajar activamente para que lo que ya se conoce, se aplique. Según la Evaluación Global sobre la Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos de la IPBES el mundo está entrando en una trayectoria de colapso de la biodiversidad. Siempre será importante seguir produciendo conocimiento, sin embargo, ahora es más urgente aplicar ese conocimiento para evitar el aumento de la pérdida de biodiversidad que es un fenómeno contundente a nivel global.

- Tal vez uno de los grandes retos alrededor de la gestión de nuestra biodiversidad y recursos naturales es la generación de información basada en indicadores que permitan hacer seguimiento sobre el estado de nuestros ecosistemas, así como de las acciones puestas en marcha. ¿Cómo superar este reto?

En este informe del Reporte Bio 2019, que se pone a disposición del país, hacemos una reflexión de cuál ha sido su aporte desde el 2014 hasta la fecha en materia del estado y las tendencias de la biodiversidad y el balance es muy positivo. Antes del 2014 este informe tuvo un énfasis regional o temático en búsqueda de ser un instrumento que reflejara un compromiso técnico científico, sin embargo en 2015 dio un giro hacia un documento de síntesis y referencia, orientado a tomadores de decisiones y con contenidos de fácil lectura, uso y apropiación. Los indicadores se bien son una innovación, dado que son una simplificación de la realidad, no puede esperar que toda la complejidad de la biodiversidad se pueda mostrar a través de indicadores. En ese sentido, la simplificación necesaria se debe hacer de manera responsable. No se puede esperar que la biodiversidad, que se refiere a especies, genes y ecosistemas y que incluye las relaciones ecológicas, el bienestar humano y las contribuciones de la Naturaleza a la gente se pueda reducir a unos cuantos indicadores. En ese sentido el Reporte es muy interesante porque si bien da elementos hacia unos indicadores, no desconoce la necesidad de tener narrativas, ciencia descriptiva, integrativa, explicativa y prospectiva, así como otras formas de conocimiento. Esto va más allá que los añorados indicadores.

Hemos hecho un análisis de tres tipo de fichas: mediciones de atributos y cambios repetitivos en el tiempo, que son un subconjunto de fichas que ya de por sí son un llamado para continuar produciéndose y divulgando; también hay líneas de tiempo, que si bien son cualitativas, nos están mostrando la historia del conocimiento de la biodiversidad por lo menos desde el Instituto Humboldt y un tercer tipo de fichas que son un conjunto de casos que son más difíciles de sistematizar, pero que son importantísimos como insumo para la investigación y generación de otro tipo de informes y de productos de conocimientos.

- ¿Cómo evaluaría la gestión del conocimiento en temas de biodiversidad a cargo de entidades como el Sistema Nacional Ambiental - Sina?

Estoy profundamente preocupado al respecto. Cuando los institutos del Sina se crearon, nos basamos en el supuesto de que la investigación científica desarrollada iba a aportar a la toma de decisiones. Lamentablemente, la brecha entre lo que ya se sabe y lo que se aplica sigue creciendo. Cada vez que aparece una publicación científica de calidad, aumenta la brecha entre el conocimiento y la acción. El SINA no está actuando con un esquema de gestión del conocimiento para la toma de decisiones, mientras éstas se están tomando desde otras perspectivas, respetables y entendibles, pero no estamos acercando el conocimiento científico a la gestión. Se puede lamentar que el SINA se politizó, pero la realidad es un proyecto político. Y así fue concebido y la ciencia tiene además una dimensión política. Pero el sistema está perdiendo mecanismos para trabajar el conocimiento en espacios políticos. Se “mal politizó”.

- Este año el Instituto Humboldt cumple 25 años. Desde su creación, el Instituto tiene como mandato producir un Reporte del estado y las tendencias de la biodiversidad continental de Colombia. En años recientes, este reporte se tornó un producto de comunicación accesible para los distintos públicos en el país. ¿Considera que el Reporte ha logrado el cometido de generar insumos para la adecuada toma de decisiones?

El informe me gusta mucho. El producto es de calidad. La pregunta que se tiene que hacer es si está llegando a donde se debe llegar. Falta mucho en términos de conectar lo que se produce en el Reporte con los espacios en donde se están tomando las decisiones, así como a muchos otros espacios y públicos a nivel regional y nacional. No estamos trabajando desde la ciencia en discutir escenarios futuros. Responder la pregunta de ¿“qué pasa si”? Por ejemplo, ¿qué pasaría si no logramos cerrar la frontera agrícola? ¿qué pasaría si continuamos dragando los ríos convirtiéndolos en canales?. Estas proyecciones tienen que ser objeto de una reflexión desde la ciencia hacia lo que está en juego en la sociedad.



- ¿Cuál cree que es el éxito en términos de comunicación y articulación entre instituciones e investigadores reflejado en el Reporte?

En los últimos años he visto una apropiación de los instrumentos de comunicación cada vez mayor por parte del Instituto Humboldt. Los científicos tienden a concentrarse en publicar sus investigaciones en revistas científicas indexadas, lo cual está bien siempre y cuando no sea un motivo para no hacer un esfuerzo por comunicar para el público no especializado. Cada artículo científico debería ir acompañado de una estrategia de comunicación y divulgación. Y de reflexión sobre implicaciones. La mayoría de los tomadores de decisiones no lee ciencia en Colombia. Pero no podemos olvidar que la ciencia es para transformar no solo el desconocimiento, sino en nuestro caso el futuro de la biodiversidad. Es lo que llamamos el cambio transformativo, que no se da solo con el aporte de los científicos sino que debe agenciarse. Llamaría a los científicos a que se apropien del sentido de urgencia de poner sus hallazgos y conocimiento para transformar la realidad en nuestro país.

- El Reporte Bio 2019 cuenta con cuatro grandes capítulos. Sabemos que el primero de ellos responde al Conocimiento de la Biodiversidad, es una línea base de los grupos biológicos que tenemos en el país y que se ha construido, entre otras cosas, gracias al ejercicio participativo de los ciudadanos. Para el Instituto Humboldt la ciencia participativa es importante. ¿Qué piensa de este enfoque participativo para un instituto de investigación científica?

Este es un tema que a nivel mundial viene cambiando muchísimo. Conocí dos procesos. Uno en Costa Rica, en donde se hablaba de parataxónomos aquellos practicantes de comunidades locales indígenas que podían trabajar en temas de taxonomía y que eran funcionales para los científicos. Pero no se trata solo que la ciudadanía sea útil para los científicos; eso puede pasar, pero se trata de ir más allá. El segundo fue en Inglaterra con el censo de aves comunes. La gente hacía el censo para su propio beneficio, pero dada la forma en la que se hacía era muy funcional para la ciencia.

La ciencia ciudadana tiene un enorme potencial, no solo para que le sirva a los científicos sino para que resuelva temas de las comunidades locales como el reconocimiento de su propio territorio con base científica. Sería muy bueno que en las Reservas Campesinas de Colombia, por ejemplo, además del conocimiento campesino hubiese una validación o un diálogo con el conocimiento científico que nos permita entender cómo funciona el territorio, o en comunidades indígenas en donde el intercambio de saberes debería ser muy productivo. Es importante además como una alternativa de empleo: que el conocimiento local permita generar ingresos. Lo que ha hecho el Instituto Humboldt ha sido muy importante.

- El segundo capítulo es sobre los factores de transformación y pérdida de la biodiversidad. El departamento del Putumayo es un hostpot de biodiversidad, pero también tienen una de las más altas presiones a causa de la deforestación. De acuerdo con los resultados del Reporte y su mapa de vulnerabilidad de la oferta de servicios ecosistémicos como regulación hídrica y almacenamiento de carbono , estos están verdaderamente amenazados. ¿Cómo ve al Putumayo y su biodiversidad?

Es un departamento grande. Afortunadamente aún tiene unas enormes áreas silvestres. El Putumayo es preocupante en el sentido de que ya hay déficit de Naturaleza y de servicios ecosistémicos y de bienestar humano alrededor de los asentamientos urbanos como Orito, La Hormiga y Mocoa. La transformación de los ecosistemas en estos lugares ha sido impulsada por el petróleo, y recientemente por la ganadería. Son dos putumayos. Es una réplica de la realidad nacional donde tenemos dos o tres Colombias. Tenemos aquellos territorios donde todavía tenemos áreas silvestres con cierta integridad y conectividad ecológica, funcionando con sus especies y procesos ecológicos con su papel en la regulación del clima y las áreas transformadas que tienen cada día más déficit de Naturaleza, en contravía del bienestar humano. El Putumayo es un extraordinario laboratorio para entender cómo se puede parar esa transformación negativa y propiciar el mantenimiento de la salud de los ecosistemas así como la recuperación, la renaturalización de muchos espacios más cercanos de donde vive la mayoría de la gente.

- Con base en el listado de iniciativas locales que se presentan en el Reporte. ¿Cuál de esas se podría replicar a nivel nacional?

Colombia está llena de pequeñas soluciones, como el ecoturismo, la agricultura amigable o el manejo de ganadería dentro de las sabanas inundables, etcétera. El Instituto Humboldt ha sido muy importante para mostrar esas pequeñas soluciones. Sería muy bueno que el Plan Nacional de Desarrollo, y dado que habla de la importancia de la resiliencia de las comunidades vulnerables, tuviera los mecanismos para entender y valorar esas pequeñas soluciones, sobre todo para lograr escalarlas de manera que se consoliden como respuestas integrales con un impacto regional contundente. Hay una lista de soluciones e iniciativas locales que valdría la pena clasificarlas y analizar cuáles serían los mecanismos de replicabilidad.

- ¿Qué podemos esperar del Reporte a futuro? ¿Qué tema incluiría para los próximos años?

Dado que el Instituto tiene el mandato de bajar a las regiones, de manera que pueda ubicar territorialmente los procesos de transformación y pérdida de la biodiversidad, el Reporte a futuro podría tener unos capítulos o unas miradas territorializadas, dado que es el espacio natural donde los indicadores de estado y gestión adquieren vida y en donde es posible impactar de manera positiva y real la biodiversidad y los territorios.

Muy pronto podrás descargar el Reporte BIO2019. Te invitamos a que mantenerte conectado con nuestras redes sociales en Facebook, Youtube e Instagram

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