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Nota de actualidad | Por: Prensa Instituto Humboldt

Expediciones BIO: “Alas, cantos y colores”, la historia de la avifauna se renueva un siglo después




(Titirijí Capirrufo) Foto: Andrés M. Cuervo




Más de un siglo después, científicos colombianos repetirán las expediciones que hicieron naturalistas del Museo Americano de Historia Natural liderados por Frank M. Chapman que darán cuenta del estado actual de la avifauna en Colombia, por lo que el sueño de muchos ornitólogos colombianos de potenciar los datos que tomó el equipo liderado por Frank M. Chapman, se hará realidad. Y es que para este visionario naturalista estadounidense, más que descubrir especies, su principal interés consistía en entender cómo se distribuyen las aves y cómo evolucionaron en Sudamérica. Un objetivo de investigación que se renueva luego de más de un siglo con la puesta en marcha del proyecto “Expediciones BIO: Alas, Cantos y Colores”.

En esta nueva versión de expediciones BIO, se busca incorporar datos históricos y modernos sobre las aves en el territorio nacional para identificar los cambios en su diversidad, genética poblacional y estado de conservación, teniendo en cuenta los cambios en el paisaje, así como los efectos del cambio climático para formular estrategias de desarrollo sostenible como el aviturismo.

Con “Expediciones BIO Alas, cantos y colores” se generará importante información sobre el impacto de las actividades humanas sobre las comunidades de aves en los últimos 110 años, la cual será de gran ayuda para pronosticar y prevenir futuros impactos sobre nuestra biodiversidad.

“Con estas expediciones aportamos a la generación y apropiación del conocimiento en Colombia, haciendo énfasis en la importancia de la historia para los muestreos de biodiversidad, y trabajando con las comunidades para generar sentido de pertenencia y proporcionar alternativas económicas en zonas rurales”, aseguró la Dra. Natalia Ocampo, coordinadora de las “Expediciones BIO Alas, cantos y colores” del Instituto Humboldt.




Dado que el propósito será seguir los pasos de Chapman y su equipo, el proyecto se desarrollará en cinco localidades cuya avifauna fue muestreada hace más de un siglo por ornitólogos del Museo Americano de Historia Natural: Fusagasugá (Cundinamarca), Honda (Tolima), San Agustín (Huila), Morelia (Caquetá), y Barbacoas (Nariño).

La comitiva la integran diez (10) expedicionarios: cinco ornitólogos de la Universidad Nacional, del Instituto Humboldt y de las Universidades Javeriana de Cali y la Universidad de los Andes; así como cinco invitados locales entre estudiantes biología y personas con amplio interés y conocimiento en aves de las localidades seleccionadas. En cada una de las expediciones se harán presalidas en las que se explorará el terreno, se concertará con las comunidades y se adelantarán los permisos pertinentes para las salidas en campo. Luego se llevarán a cabo las observaciones y el conteo de aves, para finalmente colectar especímenes y hacer un muestreo completo.


Torcaza (Columbina talpacoti) Foto: Felipe Villegas - Instituto Humboldt

“Lo más importante es que cuando entendemos qué ha pasado en tiempos pasados podemos predecir o prevenir lo que va a pasar en el futuro. Todos los sitios que vamos a muestrear en las expediciones tienen distintas historias de cambio del paisaje, algunos han sido altamente fragmentados, han perdido mucho hábitat; otros han mantenido su cobertura por mucho tiempo; en otros se ha cambiado sus ecosistemas naturales por agrosistemas”, aseguró Hernando García Martínez, Director General del Instituto Humboldt.

Cada una de estas historias permitirá entender cómo la transformación del paisaje afecta las comunidades de aves y, a partir de allí, plantear a futuro las estrategias de conservación para la biodiversidad; no solo en cuestiones espaciales sino en cuestiones climaticas.


La primera salida de campo en el marco de las “Expediciones Bio Alas, cantos y colores” tuvo lugar en Fusagasugá, Cundinamarca. Ricardo Díaz (guía local), Andrés F. Sierra y Diego Carantón (ornitólogos invitados), Nelsy Niño-Rodríguez (líder social del proyecto), Sebastián Pérez-Peña y Natalia Cano (ornitólogos invitados), Cristhian Gaitán y Jessica Díaz-Cárdenas (ornitólogos junior), Juliana Soto-Patiño (coordinadora de las expediciones), Ángela Caguazango (ornitóloga invitada) y Andrés M. Cuervo (coordinador científico). Foto: Andrés M. Cuervo

“De manera importante, estas expediciones generarán una oportunidad para los estudiantes y comunidades locales, generando beneficios como el conocimiento y habilidad para monitorear las aves de su localidad, y el desarrollo de proyectos de aviturismo. Estudiantes de las universidades locales cercanas a los lugares de la expedición serán parte de los muestreos y recibirán entrenamiento en metodologías de muestreo ornitológico que les serán útiles en su futuro como biólogos” indicó la Ministra de Ciencia, Mabel Gisela Torres Torres.

Después de cada expedición, un equipo de científicos con énfasis en procesos sociales visitarán las localidades para hacer talleres de apropiación del conocimiento con los principales actores locales. Durante estos talleres se compartirá toda la información obtenida durante las expediciones y se trabajará con la comunidad para diseñar una estrategia de monitoreo periódico de la avifauna.

Uno de los principales resultados de estas expediciones es el desarrollo de una ruta nacional de aviturismo que incluya las distintas localidades. Este modelo será diseñado por un economista y con la ayuda de la comunidad local y los ornitólogos involucrados en las expediciones. El proyecto potenciará el desarrollo de rutas aviturísticas y fortalecerá a los proveedores y guías de aviturismo ya establecidos.

Sobre las expediciones del Museo Americano de Historia Natural

Entre 1911 y 1915 el equipo del Museo Americano de Historia Natural liderado por el ornitólogo Frank M. Chapman, viajó por Colombia para realizar expediciones y documentar la avifauna de este diverso país. En cinco expediciones que cubrieron 74 localidades en diversos puntos geográficos, lograron recolectar más de 15.000 especímenes que ahora reposan en las colecciones ornitológicas del AMNH y la Universidad de Cornell.


Frank M. Chapman. Foto: Encyclopædia Britannica, Inc.

Chapman escogió Colombia para aventurarse en sus expediciones luego de identificar su gran potencial en diversidad de paisajes y aves. Se podría creer que su interés era acceder a lugares remotos, sin embargo no fue así. Eligieron terrenos cercanos y con caminos ancestralmente demarcados. Durante sus expediciones comúnmente se hospedaron en posadas y haciendas de personas estadounidenses residentes en el país o de reconocidas familias colombianas. Los expedicionarios de la época solían vestir muy elegantes a la hora del trabajo de campo. Tal como señala Natalia Ocampo, “vestían de saco y corbata. ¿Podríamos imaginar eso en un clima como el Honda? Sin embargo, era el sello de la época. Lo cierto es que lograron muestrear casi 1300 especies de aves, una cifra importante dado que las especies identificadas actualmente alcanzan las 1900”.

Gran parte del éxito de las expediciones del Museo Americano responde a la participación de las comunidades locales quienes ayudaron en la captura de especímenes, así como en la generación de información sobre las especies, aunque en ese entonces no tuvieron el reconocimiento merecido.

“En esta ocasión seremos los colombianos quienes lideramos las expediciones más de un siglo después con la diferencia de que no iremos en saco y corbata, además de contar con la participación de mujeres científicas”, concluyó García Martínez.

Acompáñanos al lanzamiento de Expediciones Bio: “Alas, cantos y colores”. ¡Te esperamos!


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